Decenas deamigos y familiares recuerdan alas víctimas delArena
Se leyó un manifiesto pidiendo justicia, y comenzaron a leer sus testimonios los amigos de las víctimas.
Vigilia en el aniversario de la tragedia del Madrid Arena.
«Cinco estrellas iluminan kilómetros de recuerdos. Seguid brillando, princesas. Vuestras sonrisas, nuestro consuelo», decía anoche una pancarta en los aledaños del pabellón público Madrid Arena, donde se concentraron unas 500 personas, familiares, amigos y simpatizantes de las c
Se cortó.
Decenasde amigosy familiares recuerdana lasvíctimas delArena
Se leyó un manifiesto pidiendo justicia, y comenzaron a leer sus testimonios los amigos de las víctimas.
Vigilia en el aniversario de la tragedia del Madrid Arena.
MADRID
QUICO ALSEDO
Actualizado: 01/11/2013 12:23 horas
«Cinco estrellas iluminan kilómetros de recuerdos. Seguid brillando, princesas. Vuestras sonrisas, nuestro consuelo», decía anoche una pancarta en los aledaños del pabellón público Madrid Arena, donde se concentraron unas 500 personas, familiares, amigos y simpatizantes de las cinco jóvenes muertas hace exactamente un año en este rincón de la Casa de Campo de Madrid.
Fue una celebración, ante todo, sobria. Desde las 23.00 horas, cuando Isabel de la Fuente, madre de Cristina Arce, había convocado la vigilia, hasta media hora después, no se podía escuchar una mosca volar en el lugar. Medio millar de personas rendían tributo a las fallecidas con un silencio enaltecedor, impresionante teniendo en cuenta que a apenas unos metros de allí está el pasillo en el que se produjo la avalancha, hasta que llegaron las palabras.
Se leyó un manifiesto pidiendo justicia,y comenzaron a leer sus testimonios los amigos de las víctimas. Un amigo de Katia, tímido, evocó sus encuentros con la chica, en «un internado de Buitrago»: «Nos enseñaste a vivir. Todavía me encantas. Déjame estar una vez más a tu lado», leyó a los presentes, sobre todo jóvenes de las edades de las niñas muertas.
"Ánimo Lauri"
Una amiga de Rocío Oña provocó, mucho más que la fría noche, escalofríos entre los asistentes: «Durante mucho tiempo me pasaba que me ponía a escribir esta carta y me quedaba en blanco. La vida te da cosas que luego te quita», espetó la chica, entre gritos de «ánimo, Lauri!». Para terminar, dirigiéndose a su amiga fallecida: «Ni quiero ni puedo despedirme de ti».
Todo se desarrolló en la explanada en
"Ni quiero ni puedo
la que Diviertt, la empresa de Miguel
despedirme de ti",
Ángel Flores, colocó los ocho carriles
dijo una amiga de
por los que finalmente se inundó de
las fallecidas
gente hasta el hacinamiento, el pabellón municipal. Es más: a escasos metros de la concentración se colocaron las ocho urnas que después empleados de Diviertt ocultaron en el pabellón Satélite, escondiendo la prueba de cargo, los tickets que probaban el sobreaforo.
En esa clave, la procesal, habló ayer, para cerrar el acto, Isabel de la Fuente, madre de Cristina Arce: «Un año después nos encontramos aquí, y los culpables están en sus casas. Pretenden hacernos creer que todo fue un accidente, pero esto sucedió por la avaricia de unos y la desidia de otros. Por dinero y favores. Se reunieron aquí los peores y hoy hemos venido los mejores. Los responsables no están en la cárcel porque la Fiscalía no lo apoyó: quizás es que se pondrían a cantar, e igual no les gusta la canción que canten», dijo. Era la primera vez, por cierto, que De la Fuente ponía un pie en Arena. Después, pacíficamente, la vigilia se fue disolviendo.
