Un hombre estaba enfadado porque su hijo había vuelto a suspender el COU(2? de Bachillerato ahora) y no se podía presentar a la selectividad. Ante el desastre escolar de su hijo, se decidió que la única forma de que el chaval aprendiese lo que vale la vida, es que se pusiese a trabajar. Empezó a llamar a sus amigos para ver si le conseguían un curre para el chaval, y después de unos días sonó el teléfono.
-Oye Manuel, -?sí Antonio?,- que lo de tu hijo, arreglado. Lo podemos colocar de asesor de un eurodiputado, 5000 de sueldo, y así viaja y aprende idiomas. El trabajo está chupado, porque no tienen nada que hacer, y seguro que se liga alguna belga.
-No, no Antonio. Así no, yo quiero que aprenda desde abajo las bases del trabajo y el esfuerzo.
-Bueno, a ver si encuentro otra cosa. Te llamo.
A los dos dias volvió a llamar Antonio.
-Manuel, que esta vez sí. 3500? en Madrid, con un diputado, para llevarle los papeles, buscarle café, y comprarle billetes de avión por Internet. Trabajo sencillo y ameno en la capital.
-No Antonio, así no, yo quiero que aprenda desde abajo, sino nunca se va a dar cuenta de lo que valen las cosas.
Ya el fin de semana, en la barra del bar, se encuentran otra vez los dos amigos, y saluda otra vez risue?o Antonio.
-Manuel, no te lo vas a creer, tengo lo que necesitas. Trabajo en la Xunta, sueldo de 54400? anuales, de asesor del Consejero de Economía. Ya sabes, como es asesor nadie espera nada de él, y además, los fines de semana lo tienes en Príncipe para que te acompa?e a echar la quiniela.
-Que no Antonio, que no entiendes nada, que así no. Que en la vida sólo se triunfa de verdad cuando se empienza desde abajo. ?No habrá por casualidad un trabajo en el que se cobre 600?, se echen diez horas al día, y encima le pidan responsabilidades de su trabajo?
-Joder Manuel lo que pides. Para eso, como mínimo se necesita carrera, un máster, inglés alto y nociones de francés, y a veces incluso piden experiencia.
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