"Los maté, no me importa": un hombre tortura a una pareja de ancianos, los quema, les roba, se va de compras y después al cine
Pese a violar en 2024 la obligación de registrarse como delincuente sexual, no se le revocó la libertad condicional debido a las reformas de justicia de Nueva York, que no consideran este tipo de delitos como elegibles para fianza. McGriff cuenta con 11 condenas previas, incluidas cuatro por delitos violentos, y había salido de prisión en 2023 tras cumplir una condena de 20 años.
13 de septiembre 02:42 13 de septiembre 02:42 Carlos Subirá
Nueva York sigue conmocionada por el brutal asesinato de Frank y Maureen Olton, un matrimonio de 76 y 77 años que fue atado, apuñalado y posteriormente quemado en su casa de Bellerose, en Queens.
Las víctimas, descritas por sus vecinos como “una pareja querida”, fueron sorprendidas el lunes por Jamel McGriff, un delincuente reincidente de 42 años que pidió entrar a la vivienda con el pretexto de cargar su teléfono, según relataron las autoridades y recoge The New York Post.
El hijo de los Olton, técnico de emergencias del Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY), alertó a la policía tras recibir la señal de alarma de la vivienda, donde los bomberos encontraron los cuerpos calcinados.
La fiscalía detalló en una audiencia que McGriff torturó a la pareja durante horas. Frank fue atado a un poste en el sótano y apuñalado en el pecho y el cuello antes de que el agresor incendiara su cuerpo.
Los forenses aguardan los resultados de toxicología para confirmar la causa exacta de su muerte.
Compras tras el crimen
Solo tres horas después del doble homicidio, hacia las seis de la tarde, McGriff fue localizado en una tienda Macy’s.
Allí fue grabado comprando 500 dólares en ropa y, de forma tan incrédula que provocó un audible suspiro en la sala del tribunal, creando una cuenta a su nombre en el propio establecimiento.
Al día siguiente, los investigadores rastrearon su actividad hasta un cajero automático en el Bronx, donde intercambió dos teléfonos pertenecientes a Frank Olton por dinero en efectivo.
Y el mismo día de su arresto, fue captado en vídeo “reclinándose en la butaca” de un cine de Union Square, donde utilizó las tarjetas de crédito de las víctimas para ver la película Light of the World.
Durante su detención, confesó sin remordimientos: “Los maté, no me importa. Los quemé”, según reveló la fiscalía.
Antecedentes inquietantes
McGriff cuenta con 11 condenas previas, incluidas cuatro por delitos violentos, y había salido de prisión en 2023 tras cumplir una condena de 20 años.
Pese a haber violado en 2024 la obligación de registrarse como delincuente sexual, no se le revocó la libertad condicional debido a las reformas de justicia penal del estado, que no consideran este tipo de delitos como elegibles para fianza.
En la actualidad afronta 18 cargos, entre ellos asesinato, secuestro, incendio provocado, robo e identidad fraudulenta, y permanece detenido sin fianza.
Además, se reveló en el tribunal que había dejado su trabajo días antes y no se presentó en el refugio donde residía, lo que muestra un patrón de incumplimientos previos y la incapacidad de las autoridades para supervisarlo.
Indignación vecinal
Vecinos de la pareja han organizado un pequeño memorial con flores y velas frente a la casa, mientras expresan su indignación por un crimen que consideran evitable.
“No hay palabras. Que reciba lo que merece”, declaró Maryanne Morrison, amiga de los Olton.
Otros residentes criticaron las lagunas del sistema penitenciario que permitieron que un delincuente reincidente y con antecedentes tan graves siguiera en libertad: “Esto no es solo un fallo individual, es un fallo del sistema entero”, lamentó otro vecino.
Reformas a debate
El caso ha reavivado el debate en Nueva York sobre las reformas de justicia penal aprobadas en los últimos años, que limitan las posibilidades de imponer fianza en determinados delitos.
Críticos de la ley sostienen que estas medidas, diseñadas para reducir la población carcelaria y evitar abusos, han dejado a las comunidades más expuestas a criminales peligrosos.
Legisladores locales ya han anunciado que revisarán la normativa tras el clamor social por la muerte de los Olton, que se suma a otros casos de violencia cometidos por reincidentes en libertad condicional.