Autor Tema: Las drogas ese "submundo"  (Leído 65451 veces)

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #240 en: 22 de Mayo de 2017, 10:04:13 am »

la fiscalía antidroga los persigue
La Audiencia Nacional deja en libertad al 'narco rapero' y a su banda de policías

Asumió investigar a toda la trama por pertenencia a organización criminal, pero poco a poco fue rebajando la fianza que pesaba sobre todos ellos hasta que pudieron abonarla


Rachid Gdari, en el fotograma de uno de los videoclips de rap que grababa la banda. (YouTube)
Roberto R. Ballesteros
Beatriz Parera
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    Audiencia NacionalNarcotráficoPolicía Nacional

Tiempo de lectura3 min
22.05.2017 – 05:00 H.

La titular del Juzgado Central número 3 de la Audiencia Nacional, Carmen Lamela, ha dejado recientemente en libertad a una banda de narcotraficantes liderada por el cabecilla Rachid Gdari y dos policías nacionales que estaban destinados en el aeropuerto de El Prat antes de su detención el pasado noviembre. Los miembros de la trama tienen causas pendientes en juzgados de media España, como Granollers, Badalona, Algeciras, Ayamonte o Barbate, tanto por tráfico de sustancias estupefacientes como por detención ilegal y otros delitos. También sigue abierto el procedimiento que pesa sobre ellos en la Audiencia Nacional por pertenencia a organización criminal.

La jueza Lamela se hizo cargo de la instrucción de este último ilícito penal después de que la Fiscalía Antidroga así se lo reclamara. El ministerio público pidió al alto tribunal que investigara únicamente este delito, ya que los otros continúan siendo indagados por los juzgados territoriales de la zona en que se cometieron. Entre estas investigaciones paralelas a la que sigue la Audiencia Nacional se encuentra la que instruye el Juzgado número 4 de Badalona, que ordenó la inicial detención el pasado noviembre de los dos agentes (José T. e Iván S.), a los que se acusa de haber participado en 'vuelcos', término con el que se conoce en el argot a los golpes que dan unos narcos a otros para quedarse con toda la droga.

Uno de los videoclips en los que aparece Rachid Gdari

La puesta en libertad de todos los miembros de la trama (más de una docena) la ordenó la magistrada Lamela después de que todos ellos abonaran la última fianza que se les había impuesto. Tras ingresar en prisión preventiva, la Fiscalía Antidroga pidió una alta fianza para todos ellos, que fue rebajada en varias ocasiones por la Audiencia Nacional hasta que se quedó en una cifra que pudieron asumir los encausados. La jueza mantiene a todos los liberados imputados. En total, 17 personas están siendo investigadas por pertenecer a esta banda criminal.
Narcos y polis raperos

Tanto los policías como el líder de la organización —que es de origen marroquí— eran aficionados al rap y en sus tiempos libres grababan vídeos musicales que subían a internet y que también han sido revisados por los investigadores. En las imágenes, de hecho, se aprecia claramente tanto a Gdari como a los dos funcionarios encausados por la Audiencia Nacional.

Cuando no cantaban, se dedicaban a llevar a cabo la actividad que les proporcionaba la mayor parte de sus ingresos: asaltar a grupos de narcos rivales. Tanto Gdari como los dos funcionarios, junto al resto de miembros de la organización, participaron en robos de material estupefaciente a otras bandas, a cuyos miembros en ocasiones incluso sometían a duras palizas en el caso de que pusieran resistencia.

En sus tiempos libres, los narcotraficantes grababan vídeos musicales como este

Las elevadas sumas de dinero que conseguían mediante esta práctica permitían a los miembros de la organización disfrutar de la ostentación. Se les podía ver en sus flamantes todoterrenos de lujo —entre ellos, un enorme Hummer blanco o un Audi A7— o en los locales de moda disfrutando de copiosas cenas. Fue de hecho esta vida a todo tren sin disimulo la que levantó las sospechas de los miembros de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Nacional, que investigó a los dos funcionarios.

La última detención de los policías no era la primera redada que hacían las fuerzas de seguridad contra la banda. Ya en 2012, un dispositivo de los Mossos d'Esquadra arrestó a Gdari y se incautó de pistolas, balas e incluso elementos para hacerse pasar por agentes, como distintivos policiales, chalecos e indicativos luminosos. Esto último lo utilizaban por si tenían que huir rápido de un lugar, para poder evitar todo el tráfico.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #241 en: 28 de Mayo de 2017, 09:08:25 am »

Los últimos incidentes, en La Línea y San Roque

27/05/2017

Los narcos han perdido el respeto a la Guardia Civil


Los traficantes de droga elevan el nivel de violencia contra los agentes en sus operaciones en el Sur de España

Los narcotraficantes se han envalentonado y ya no temen a nada ni a nadie. Así lo aseguran guardias civiles especializados en la lucha contra el tráfico de drogas en el Sur de España. Concretamente, en el Campo de Gibraltar. Desde hace algún tiempo, la labor de estos agentes se ha visto comprometida por un aumento de la violencia contra ellos por parte de los narcos de la zona.

Coche de la Guardia Civil apedreado por narcos el pasado 15 de abril. Coche de la Guardia Civil apedreado por narcos el pasado 15 de abril.

La semana pasada, un agente de la Guardia Civil que, a las seis de la mañana, se dirigía a su comandancia en el Campo de Gibraltar se cruzó con unos individuos que estaban realizando maniobras extrañas con el coche. Después de advertirles con las luces de su vehículo, se bajó para pedirles la documentación.

Fue entonces cuando esos jóvenes, que resultaron ser narcotraficantes de la zona, la emprendieron a golpes contra el agente, que tuvo que ser atendido después como consecuencia la paliza recibida.

El suceso llegó el pasado miércoles al Senado, cuando el socialista Francisco González Cabaña preguntó a Juan Ignacio Zoido por este y otros incidentes en los municipios de la zona del Estrecho. El ministro respondió que el agente agredido no estaba aún en su puesto, y afirmó que los ocurridos antes eran “casos aislados”.
Cuatro agresiones en dos meses

El análisis del ministro del Interior no es compartido por los guardias civiles destinados en el Campo de Gibraltar, que en los últimos dos meses han sufrido otras cuatro agresiones por parte de los narcos. Unos ataques que, además, han provocado la hospitalización de compañeros y graves daños a vehículos y helicópteros del Cuerpo. Los altercados son los siguientes:

--El pasado 15 de marzo, dos policías locales de San Roque fueron embestidos por un vehículo cargado de droga. Los dos agentes locales siguen de baja y en tratamiento en el Hospital Quirón, del Campo de Gibraltar.

--El 16 de abril, en La Línea de la Concepción fueron apedreados un coche patrulla y dos “zetas” cuando acudían a impedir la entrega de un alijo de droga. Uno de los guardias que iba en esos vehículos continúa de baja por las pedradas recibidas. Lo grave del caso es que vecinos de la zona también les atacaron, ya que “aquí muchos viven del narcotráfico”, dicen los agentes.

--El pasado 18 de mayo, un grupo de narcos apedrearon a un helicóptero de la Guardia Civil.

--Esta misma semana, el día 22, se produjo el atropello de un agente que trabajaba en el perímetro del vallado aduanero con Gibraltar.

Además de estos casos recientes, las fuentes consultadas por ECD recuerdan también la grave embestida contra su coche sufrida por un oficial en noviembre de 2014. Un ataque, también perpetrado por narcos, con un vehículo lleno de droga, que ha provocado que el guardia civil lleve ya tres operaciones y continué de baja más de dos años después del suceso.
Cuatro narcos muertos

A estos incidentes hay que sumar también la muerte de cuatro narcotraficantes el pasado mes de noviembre, cuando chocaron contra una patrullera de la Guardia Civil después de una persecución en aguas del Estrecho. Un incidente que ha podido ser el detonante de la oleada de violencia que se está produciendo en los últimos meses.

Vea, a continuación, imágenes de las agresiones sufridas por los guardias civiles desde marzo, de la embestida sufrida por un oficial en 2014, y de la lancha de los narcos fallecidos el pasado mes de noviembre:

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #242 en: 29 de Junio de 2017, 08:13:06 am »

LA FISCALÍA PIDIÓ 90 AÑOS DE CÁRCEL
El robo de droga del siglo queda impune: absuelto post mortem 'el niño Sáez' y sus cómplices
La Audiencia provincial de Málaga no halla pruebas concluyentes para condenar a los acusados de sustraer 169 kilos de estupefacientes de un depósito oficial. 121 eran cocaína. Uno de los exculpados es Francisco Javier Martín, el butronero más conocido de España, asesinado en mayo en Madrid. 
29 junio, 2017 03:42

Andros Lozano @AndrosLozano

Los medios de comunicación lo calificaron como el robo del siglo. Ahora también se podrá decir que fue el robo perfecto: aunque a finales de 2011 desaparecieron 169 kilos de droga de un depósito oficial en Málaga y luego se detuvo a cinco individuos como sospechosos del atraco, 'nadie' robó aquellos estupefacientes.

La Sección Novena de la Audiencia Provincial de Málaga ha absuelto a los cinco acusados de sustraer 121 kilos de cocaína, 57 de drogas de diseño y uno de heroína de la sede de la Subdelegación del Gobierno en el puerto de la capital malacitana.

El robo se produjo en noviembre de 2011. Cinco años y ocho meses después el tribunal que ha juzgado el caso no ha encontrado pruebas concluyentes para condenarlos.

Uno de los encausados era Francisco Javier Martín, el Niño Sáez, asesinado a tiros el pasado 12 de mayo en el distrito madrileño de Latina. La absolución le llega post mortem.
 

    Slavoj Zizek tiene la fórmula para salvar la socialdemocracia: más burocracia Slavoj Zizek tiene la fórmula para salvar la socialdemocracia: más burocracia Peio H. Riaño El filósofo más famoso del momento llega al Círculo de Bellas Artes para dar una conferencia en la que pidió un proceso de alienación invisible de las cuestiones más engorrosas de la cotidianidad.

recomendado por

La sentencia, hecha publica este miércoles, recoge que "no ha quedado debidamente acreditada la perpetración del delito" por parte de los cinco imputados. Se les acusaba de robo con fuerza, tráfico de estupefacientes y pertenencia a organización criminal.

Sólo uno de ellos, Jean Joseph Younes, ha sido condenado, aunque no por el atraco en el depósito de Sanidad Exterior de la Subdelegación del Gobierno, por aquel entonces ubicado en el puerto de Málaga. La pena que le imponen es nueve meses de prisión y una multa de 1.500 euros por llevar un DNI de otra persona el día que lo detuvo la Policía Nacional.

Al fallecido Niño Sáez, líder de la banda, se le imputó también por el mismo delito cuando se le detuvo en Marbella. Pero con su asesinato hace dos meses desapareció cualquier responsabilidad penal en la causa.

LA FISCALÍA PIDIÓ 90 AÑOS DE CÁRCEL

El juicio se celebró el pasado mes de marzo. La Fiscalía, que pidió 90 años de cárcel para los cinco encausados, relató que todos ellos se desplazaron hasta Málaga el 12 de noviembre de 2011, un día antes de que se perpetrara el robo. Buscaban "examinar el lugar" y concretar "todos los movimientos que tenían planificados".
Los cinco absueltos, durante una de las sesiones del juicio celebrado en la Audiencia provincial de Málaga.

Los cinco absueltos, durante una de las sesiones del juicio celebrado en la Audiencia provincial de Málaga. EFE

Según el Ministerio Público, la madrugada siguiente "inutilizaron el sistema de vigilancia del perímetro exterior y penetraron en el almacén rompiendo la cerradura principal".

El fiscal los acusó de anular los sistemas de alarma una vez lograron adentrarse en el depósito. Luego consiguieron acceder a la cámara acorazada donde se almacenaba la droga incautada. En total, 169 kilos. Casi tres cuartas partes (121) eran cocaína.

Durante el juicio los procesados negaron ser ellos los autores del robo y dijeron que aquel día no estuvieron en Málaga. Sí admitieron que se conocían entre sí y que habían veraneado varias veces en la provincia andaluza.

El caso recuerda a otro sucedido sólo un año después. En octubre de 2012 tres butroneros protagonizaron un robo aún mayor: 200 kilos de cocaína y 100 de hachís que estaban custodiados en el búnker de la Subdelegación del Gobierno en Cádiz. Se les detuvo a principios de mayo de 2017. Los yates, el champán y las orgías eran el día a día de los ladrones.

"UNA DUDA RAZONABLE"

Los cinco varones absueltos también negaron haberse acercado a las proximidades del puerto. Sin embargo, la sentencia recoge que la señal de sus teléfonos se ubicó en las inmediaciones de la instalación portuaria entre las cinco y las siete de la tarde del día que se produjo el robo.

El fallo absolutorio recoge, además, que varios de ellos habían sido condenados previamente por delitos similares o que uno de los imputado disponía de las direcciones de varios depósitos de droga españoles, entre ellos el malagueño.

Pero el tribunal admite que no se encontraron restos biológicos de ninguno de los acusados ni en el depósito ni en una furgoneta que los policías encontraron calcinada y con la que habrían transportado la droga. Tampoco "nada" se sabe de los estupefacientes, "nada" de su obtención y no existe "ningún indicio" de su destino.

"Sólo con estos datos -indica la sentencia- la conclusión de que ellos asaltaran el depósito, cogieran la droga y le dieran un destino que no conocemos no es la única posibilidad plausible, ni es una conclusión que pueda llevar al tribunal a la condena más allá de toda duda razonable, aunque pudiera ser una acertada conclusión policial".

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #243 en: 13 de Julio de 2017, 07:48:41 am »

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #244 en: 16 de Septiembre de 2017, 08:48:25 am »
Hallan un alijo de hachís en un contenedor de basura de Fuencarral

        LUIS F. DURÁN
        MADRID



Bellotas de hachís requisadas por la Policía en una operación en Madrid. E. M.
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Los operarios de limpieza de Fuencarral encuentran siete planchas y 100 'bellotas' de la droga

El pasado lunes por la mañana los operarios de limpieza del Ayuntamietno de Madrid se llevaron una gran sorpresa al abrir un contenedor situado en el distrito madrileño de Fuencarral El Pardo. Cuando iban a depositar basura vieron algo extraño en el interior del recinto.

Al fijarse bien comprobaron que se trataba de numerosas planchas de hachís, bellotas y plantas, según fuentes de la investigación. La Policía trata ahora de averiguar quien pudo arrojar la droga en el recinto y si estaba allí para ser escondida durante un breve espacio de tiempo y ser recogida por otra persona.

Los empleados que descubrieron el hachís se encontraban en tareas de limpieza en la zona. Uno de ellos fue a tirar en un contenedor los desperdicios recogidos.

Al abrir el cubo ya se sorprendió por el fuerte olor que desprendía el cubo. Cuando miró detenidamente vio que había varias bellotas de hachís repartidas por el contenedor. De inmediato, decidieron avisar a la Policía Municipal y a la Policía Nacional y a sus superiores de la empresa para la que trabajaba.

Los agentes de la comisaría de Fuencarral El Pardo avisaron a su vez a los guías caninos especializados en detección de drogas para rastrear la zona. No hallaron nada más en el entorno.

Finalmente, se sacaron siete planchas de hachís de unos 100 gramos cada una, 100 bellotas de la misma sustancia de unos 10 gramos de peso y varias plantas de cáñamo.

Los agentes también estuvieron interrogando a varias personas y verificando si en ese área puede haber cámaras de seguridad que arrojen luz a este extraño descubrimiento.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #245 en: 30 de Octubre de 2017, 07:00:56 am »
Los ‘zombis’, consumidores de heroína que caminan sin control por las calles, vuelven a los barrios de Madrid

La policía detecta un aumento de la droga que en los años ochenta y noventa mató a cientos de jóvenes que se evadían con el ‘caballo’ de la falta de trabajo.



Imagen de heroína confiscada por la Policía Municipal de Madrid

Pedro Blasco


30.10.2017 - 04:00

Sólo los más viejos del lugar recuerdan una situación similar. Vecinos de Puente de Vallecas se manifestaron hace unos días, e incluso protagonizaron una cacerolada, contra la situación que vive el barrio: cada día más robos, cada día más inseguridad y sobre todo cada día más tráfico de drogas y no sólo de porros.

La heroína ha reaparecido, y con ella los ‘zombis’, personas, en su mayoría jóvenes, que deambulan por las calles, especialmente de noche, totalmente colocados por el ‘caballo’ o la ‘dama blanca’.

Los vecinos de Vallecas han anunciado que estas protestas continuarán hasta que los jueces hagan algo contra la situación por la que atraviesa el barrio, en la que se ha detectado un resurgimiento de la droga que arrasó como una plaga especialmente los barrios del sur de Madrid.

En Vallecas han enviado cartas al concejal de distrito, Paco Pérez, en la que le informan de los problemas del distrito con un elevado número de okupas no pacíficos que montan fiestas con "constante consumo de alcohol en la vía pública, con borracheras, gritos, aparatos de música que les acompañan, suciedad, mal olor producto de utilizar la calle para hacer sus necesidades”.

    Una droga criminal que atonta a los consumidores y les hace caminar por la calle como si fueran cadáveres

“Esta situación hace que espacios públicos como el Bulevar Gorbea y calles colindantes –señalan- se hayan convertido en lugares de poco tránsito por los vecinos".

Una parte de estos incidentes son protagonizados por los ‘zombis’, personas que han vuelto a poner de actualidad el consumo de heroína, una droga criminal que atonta a los consumidores y les hace caminar por la calle como si fueran cadáveres. Muchos mueren de sobredosis o por la adulteración del polvo blanco.

Un cura de Villaverde recuerda a este periódico que en los tiempos gloriosos del ‘caballo’, en los ochenta y noventa, “rara era la semana en la que no enterrábamos a uno o dos jóvenes”.

Los policías que patrullan por algunos barrios del sur de Madrid reconocen que en los últimos meses han vuelto a ver ‘zombis’. Algunos aparecen en un banco o tirados en la calle.

Los agentes de Villaverde son testigos también del resurgimiento de esta plaga, que no sólo afecta ya a la Cañada Real, supermercado donde es fácil encontrar todo tipo de drogas.

    La crisis y alternativas de trabajo han devuelto el protagonismo a la heroína

En los años ochenta algunos puntos de venta llegaban a mezclar la droga con polvo de ladrillo. Las dosis eran mortales.

La propia Policía Municipal de Madrid informó la pasada semana que había detenido en el distrito de Ciudad Lineal a dos personas con dos kilogramos de heroína en un vehículo. Agentes del mismo distrito arrestaron también la semana pasada a un hombre con varias bolsitas de cocaína escondidas dentro de tres mecheros. Un interesante trabajo en saltamos.net, en el que se habla con representantes vecinales, señala que la crisis y alternativas de trabajo han devuelto el protagonismo a la heroína en los barrios en los que impactó en los años ochenta.

Luis Vallejo, de la Plataforma Vecinal San Blas-Simancas, dice en esta publicación que “se vuelve a empezar a ver gente que se ha quedado tirada en un banco frente a un comercio y que ya no puede más”. “Otra vez escenas de coches en los aparcamientos consumiendo,… situaciones que hemos vivido hace años, que parecía que las habíamos dejado y vuelven”.

La vuelta del caballo viene también confirmada por algunos trabajos. Según la última encuesta de consumo de drogas en estudiantes universitarios, presentada en la Comunidad de Madrid, el 0,4% de los alumnos ha consumido heroína en el último año.

    El 0,4% de estudiantes universitarios ha consumido heroína en el último año

Entre la población general la última encuesta data del año 2015 y habla de un 0,2% de personas que han consumido, el doble que unos meses antes.

Los clientes en Madrid saben que además de los puntos de venta ocasionales hay lugares, como la Cañada Real Galiana, donde es fácil conseguir dosis. En esa zona de Madrid se vende el 90% de estupefacientes de este tipo de veneno alucinante y criminal.
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Trece mil muertos al año en EEUU

La Administración para el Control de Drogas en Estados Unidos (DEA) informó hace algunos días que el número de muertos en EEUU por sobredosis de heroína aumentó un 328% entre 2010 y 2015. En el caso de la cocaína la cifra subió un 25% en el mismo periodo.

El año pasado casi 13.000 norteamericanos murieron por abuso de estupefacientes. El presidente Donald Trump declaró hace unos días la emergencia sanitaria por la adicción a los opiáceos y llamó a los gobiernos a poner en marcha medidas para luchar contra esta lacra.

El Informe Mundial sobre Drogas elaborado por la ONU sobre el año 2016 habla de un importante aumento en el tráfico de heroína en Europa. En este informe se hablaba de una mayor presencia en el mercado de producto más puro e incluso más barato.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #246 en: 09 de Noviembre de 2017, 12:44:40 pm »
Los ‘zombis’, consumidores de heroína que caminan sin control por las calles, vuelven a los barrios de Madrid

La policía detecta un aumento de la droga que en los años ochenta y noventa mató a cientos de jóvenes que se evadían con el ‘caballo’ de la falta de trabajo.



Imagen de heroína confiscada por la Policía Municipal de Madrid

Pedro Blasco


30.10.2017 - 04:00

Sólo los más viejos del lugar recuerdan una situación similar. Vecinos de Puente de Vallecas se manifestaron hace unos días, e incluso protagonizaron una cacerolada, contra la situación que vive el barrio: cada día más robos, cada día más inseguridad y sobre todo cada día más tráfico de drogas y no sólo de porros.

La heroína ha reaparecido, y con ella los ‘zombis’, personas, en su mayoría jóvenes, que deambulan por las calles, especialmente de noche, totalmente colocados por el ‘caballo’ o la ‘dama blanca’.

Los vecinos de Vallecas han anunciado que estas protestas continuarán hasta que los jueces hagan algo contra la situación por la que atraviesa el barrio, en la que se ha detectado un resurgimiento de la droga que arrasó como una plaga especialmente los barrios del sur de Madrid.

En Vallecas han enviado cartas al concejal de distrito, Paco Pérez, en la que le informan de los problemas del distrito con un elevado número de okupas no pacíficos que montan fiestas con "constante consumo de alcohol en la vía pública, con borracheras, gritos, aparatos de música que les acompañan, suciedad, mal olor producto de utilizar la calle para hacer sus necesidades”.

    Una droga criminal que atonta a los consumidores y les hace caminar por la calle como si fueran cadáveres

“Esta situación hace que espacios públicos como el Bulevar Gorbea y calles colindantes –señalan- se hayan convertido en lugares de poco tránsito por los vecinos".

Una parte de estos incidentes son protagonizados por los ‘zombis’, personas que han vuelto a poner de actualidad el consumo de heroína, una droga criminal que atonta a los consumidores y les hace caminar por la calle como si fueran cadáveres. Muchos mueren de sobredosis o por la adulteración del polvo blanco.

Un cura de Villaverde recuerda a este periódico que en los tiempos gloriosos del ‘caballo’, en los ochenta y noventa, “rara era la semana en la que no enterrábamos a uno o dos jóvenes”.

Los policías que patrullan por algunos barrios del sur de Madrid reconocen que en los últimos meses han vuelto a ver ‘zombis’. Algunos aparecen en un banco o tirados en la calle.

Los agentes de Villaverde son testigos también del resurgimiento de esta plaga, que no sólo afecta ya a la Cañada Real, supermercado donde es fácil encontrar todo tipo de drogas.

    La crisis y alternativas de trabajo han devuelto el protagonismo a la heroína

En los años ochenta algunos puntos de venta llegaban a mezclar la droga con polvo de ladrillo. Las dosis eran mortales.

La propia Policía Municipal de Madrid informó la pasada semana que había detenido en el distrito de Ciudad Lineal a dos personas con dos kilogramos de heroína en un vehículo. Agentes del mismo distrito arrestaron también la semana pasada a un hombre con varias bolsitas de cocaína escondidas dentro de tres mecheros. Un interesante trabajo en saltamos.net, en el que se habla con representantes vecinales, señala que la crisis y alternativas de trabajo han devuelto el protagonismo a la heroína en los barrios en los que impactó en los años ochenta.

Luis Vallejo, de la Plataforma Vecinal San Blas-Simancas, dice en esta publicación que “se vuelve a empezar a ver gente que se ha quedado tirada en un banco frente a un comercio y que ya no puede más”. “Otra vez escenas de coches en los aparcamientos consumiendo,… situaciones que hemos vivido hace años, que parecía que las habíamos dejado y vuelven”.

La vuelta del caballo viene también confirmada por algunos trabajos. Según la última encuesta de consumo de drogas en estudiantes universitarios, presentada en la Comunidad de Madrid, el 0,4% de los alumnos ha consumido heroína en el último año.

    El 0,4% de estudiantes universitarios ha consumido heroína en el último año

Entre la población general la última encuesta data del año 2015 y habla de un 0,2% de personas que han consumido, el doble que unos meses antes.

Los clientes en Madrid saben que además de los puntos de venta ocasionales hay lugares, como la Cañada Real Galiana, donde es fácil conseguir dosis. En esa zona de Madrid se vende el 90% de estupefacientes de este tipo de veneno alucinante y criminal.
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Trece mil muertos al año en EEUU

La Administración para el Control de Drogas en Estados Unidos (DEA) informó hace algunos días que el número de muertos en EEUU por sobredosis de heroína aumentó un 328% entre 2010 y 2015. En el caso de la cocaína la cifra subió un 25% en el mismo periodo.

El año pasado casi 13.000 norteamericanos murieron por abuso de estupefacientes. El presidente Donald Trump declaró hace unos días la emergencia sanitaria por la adicción a los opiáceos y llamó a los gobiernos a poner en marcha medidas para luchar contra esta lacra.

El Informe Mundial sobre Drogas elaborado por la ONU sobre el año 2016 habla de un importante aumento en el tráfico de heroína en Europa. En este informe se hablaba de una mayor presencia en el mercado de producto más puro e incluso más barato.


Vuelven los zombis (de la heroína)




Un yonqui camina por El Raval, en Barcelona, donde abundan los 'narcopisos'. SASHA ASENSIO

Es noche de Halloween y el reportero asiste a la transformación de Toño, un universitario de familia bien, en un 'muerto viviente' real por efecto de la heroína.

Él la fuma, como muchos de los nuevos consumidores. Mientras Trump declara en EEUU el estado de 'emergencia' por los opiáceos, en España el 'caballo' vuelve a enganchar. Podrían ser 12.000 jóvenes.

La heroína más barata entra desde África.

La heroína de diseño

PACO REGO
9 NOV. 2017 04:24
Martes. Noche de Halloween. Visto a lo lejos da la impresión de que los 180 centímetros que mide Antonio, frágil como uno de esos títeres de juguete cuyos brazos y piernas cuelgan de unos hilos, se van a desparramar de un momento a otro sobre la acera del bulevar. Dice que es padre de una niña de dos años y que hace un mes cumplió 28 años, aunque en verdad su aspecto físico recuerda más al de un hombre con 50 mal llevados. «¿Sabes?, a veces, cuando estoy chungo, saco la foto de mi pequeña de la cartera y me pongo a mirarla durante un buen rato, me reconforta... Y lloro, lloro mucho. Lloro sobre todo por ella, por tener este padre que le ha tocado». Antonio tenía un futuro por delante (hizo la carrera de Empresariales) y una familia rica que le quería. Un hermano arquitecto, una hermana psicóloga y un padre que soñaba con que en algún momento su hijo mediano llevara las riendas del emporio de distribución de alimentos que tanto le costó levantar.

Hasta que un día conoció a quien nunca debió conocer y quedó atrapado entre las garras de la dama blanca. ¿Por qué se tambalea tanto al andar? «Porque en un ratito me tocará otra vez... No te asustes, mira, no voy de pico, tranquilo». Antonio responde al perfil del nuevo yonqui. Enseña los brazos y los tobillos. Los tiene blancos y limpios. Las venas intactas, sin rastro de esos pequeños agujeros sellados con sangre que suelen dejar las agujas de las jeringuillas. «Esto es más seguro, amigo...», enfatiza a la vez que extrae de un bolsillo de su cazadora varias hojas de papel plata medio arrugadas y de la cartera, donde lleva la foto de su pequeña, una papelina de heroína. «¿Quieres verlo?», me insinúa Antonio al notar mi curiosidad por saber cómo prepara el chino que luego se fumará. Brown sugar. Heroína marrón. Un viaje, entre ocho y diez euros, más barato que unos preservativos.

Algunas pandillas de jóvenes disfrazados con caretas de calaveras y rostros de látex desfigurados como si fuesen seres de ultratumba, apuran el paso por la otra orilla del bulevar vallecano Peña Gorbea, el bule de toda la vida, jaspeado de sombras. Es Halloween. Y a este otro lado, sin caretas macabras, comienzan a llegar hombres jóvenes y alguna que otra chica, a paso lento, tambaleándose como espectros bajo las farolas, los cuerpos rotos y el deseo de colocarse cuanto antes. Estamos en la noche de los muertos vivientes. Para Antonio, una más en la que terminará zombi sin necesidad de disfraz. «Es mi rutina». Todas las noches son Halloween para él. Joaquín, su colega de viajes, viene a buscarle acompañado de una yonqui. Llegan drogados. «¿Qué tal, Toño, quién es este?», refiriéndose al periodista. «Ya nos íbamos», le corta Antonio sin mirarle. Con un gesto me indica que vayamos a un rincón más discreto. Vierte la dosis sobre un trozo de papel plata y la calienta por debajo con la llama de un mechero. El humo de la droga se va apoderando de él a cada inhalación. Antonio ya no es él. Se va transformando en un sonámbulo que a duras penas alcanza a darse cuenta de dónde está. Los párpados se le caen como el telón al final de una obra. Antonio desconecta. Se va. Ha entrado de lleno en ese mundo paralelo que él busca cada tres horas. «¿Ves? Esto es la paz, no hay pensamientos malos ni dolor, sólo una inmensa tranquilidad...».


Joaquín y Marta vuelven a por él, y los tres desaparecen como zombis en la noche, ajenos por completo a los vecinos que observan desde las ventanas de sus pisos el regreso del barrio a los años 70, 80 y parte de los 90. Cuando la dama blanca llenaba los cementerios de cadáveres y las madres marcaban con flores las esquinas donde sus hijos aparecieron muertos con la aguja todavía clavada en las venas. «La heroína ha regresado y aquí nadie hace nada. Está pasando en Carabanchel, en Villaverde Alto, en Parla, en Getafe... ¿Cuánta gente más tiene que morir? La Comunidad de Madrid ha eliminado la agencia antidroga, han recortado numerosos servicios asistenciales, no hay planes de reinserción... ¿Qué pretenden, que volvamos a los entierros y lamentos de los años duros», advierte Jorge Nacario, treintañero y presidente de la Asociación de Vecinos Puente Vallecas, que se ha convertido en la voz de la lucha contra la heroína en este popular barrio del cinturón de Madrid. A la manifestación de la semana pasada se sumará otra el 15 de noviembre. Porque la heroína, como se creía, no va de retirada. Al contrario. Ha vuelto a correr por las calles y no sólo de Vallecas. También en Vigo, en Pontevedra, en El Raval de Barcelona, en El Cabañal de Valencia, en el País Vasco, Asturias, Andalucía... Si en febrero de 2014, diversas fuentes consultadas entonces por este suplemento cifraban en 6.000 el número de nuevos yonquis, esos mismos terapeutas hablan de que podríamos estar ya cerca del doble, 12.000.

"Emergencia nacional"
Y mientras en España va calando el temor de que el consumo vuelva a desbocarse, en Estados Unidos el problema ha entrado en la mismísima Casa Blanca. Unos 35.000 estadounidenses fallecieron el año pasado por sobredosis de heroína, lo que ha llevado a Donald Trump a declarar «emergencia nacional» la epidemia de opiáceos en el país. El propio director de la Oficina de Política Nacional para el Control de Drogas, Gil Kerlikowske, reconocía recientemente su «preocupación» por el auge del consumo de esta droga como reemplazo de los analgésicos opiáceos con receta como el OxyContin o Vicodin, que cuesta unos 140 dólares en EEUU, mientras que una dosis de heroína se puede conseguir en las calles por 10. Una realidad que a este lado del océano están siguiendo de cerca médicos y terapeutas, temerosos de que el consumo en España vuelva a crecer.

«Se está produciendo un repunte silencioso que las estadísticas oficiales todavía no recogen. Pero tampoco parece que interese mucho ahora con todos los problemas que hay aquí. De momento no estamos en la misma situación que Estados Unidos, pero la heroína está ahí, en las calles, en las incautaciones de la Policía», retrata el doctor Jorge Gutiérrez, 20 años tratando a drogodependientes en las zonas más castigadas de Madrid. [En febrero de este año era desmantelado un laboratorio de heroína en Vigo; el 17 de agosto fueron incautados 59 kilos; y el 23 del mismo mes otros 65, también en Galicia...]. En palabras de la psiquiatra del Hospital del Mar, profesora de la Universidad Autónoma de Barcelona y al frente del Proceso de Adicciones del Instituto de Neuropsiquiatría y adicciones (INAD), Marta Torrens, «la heroína sigue siendo la causante de la mayoría de muertes por sobredosis en España [de estas muertes tampoco hay datos oficiales]». Opinión que concuerda con otros registros: «Aproximadamente el 80% de nuevos tratamientos por consumo de opiáceos está relacionado con la heroína, y ya no es tan evidente el descenso que se venía observando desde 2007», avisa el último Informe Europeo sobre Drogas, de 2016. Aunque Torrens advierte: «Puede estar pasando que los recursos asistenciales hayan disminuido, como así es, y los casos afloren más, pero eso no quiere decir que el número de adictos esté aumentando, simplemente que se ven más enganchados porque no se les atiende».

El caso es que en Cataluña, admite la doctora Torrens, no existen datos recientes que indiquen la existencia de un repunte del consumo. Según ha podido saber Crónica, un amplio informe de la situación, tutelado por la Consellería de Sanidat, lleva meses paralizado a causa de la situación política del procés de independencia. En cualquier caso, la escasez de datos (no sólo en Cataluña) habría que achacarla, en palabras de otros expertos consultados, a la utilización por parte de los adictos de otros servicios (consultas y programas de tratamiento) distintos a los que habitualmente reciben de las entidades públicas, lo que estaría dificultando aún más el acopio de datos oficiales.

Entre 30 y 50 años
Frente a la imagen deteriorada del yonqui de los años 80 y 90, sucio y mal vestido que deambulaba por parques del extrarradio de las ciudades, otra figura está surgiendo en torno al submundo de la heroína. El nuevo heroinómano, como Antonio, Joaquín o Marta, tiene entre 30 y 50 años y rechaza la aguja. No se pincha la droga, la fuma. Es la tendencia. En el bule de Vallecas y en todas partes. «Les da miedo la hipodérmica, no vivieron las épocas del sida pero conocen lo que pasó en los 80 y 90. Creen que evitando la jeringuilla, el enganche será menor y que, además, no contraerán infecciones. Pero se engañan, siguen apareciendo casos y casos», tercia el doctor Gutiérrez. La misma ONU en su Informe Mundial sobre las Drogas del año 2016 alerta del «repunte de heroína» en Europa. «El 76% de los consumidores de alto riesgo estimados en la Unión Europea se concentran en cinco países», y España se sitúa en segundo lugar, detrás de Alemania y por delante de Francia, Italia y Reino Unido. A falta de datos concretos en España, la radiografía hay que buscarla en el estudio presentado en junio de este año por el Observatorio Europeo sobre Drogas, que señala que 23 personas murieron cada día por sobredosis de opiáceos, especialmente heroína, en la UE en 2015. En total, al menos 8.441 vidas, un 6% más que 12 meses atrás, cuando las víctimas fueron 7.950. Daños colaterales para quienes mueven un negocio que al año genera 24.000 millones de euros en todo el mundo.

La clientela, como la forma de consumo, también ha cambiado. Un camello contactado por Crónica que hace un par de años trapicheaba en La Cañada Real, considerado el mayor mercado de drogas en España y uno de los más grandes de Europa, ahora se mueve por los barrios céntricos de Madrid donde, asegura, los camellos de la heroína como él han encontrado un mercado de clientes jóvenes cada vez mayor. «Son punkis que van siempre de negro y llenos de piercings y tatuajes», dice nuestro confidente. Gente con cierto poder adquisitivo que va de punki de tienda. «He tratado a más de un hijo de las llamadas buenas familias», comenta sin dar nombres el doctor Gutiérrez. Aunque lo parezca, no es una historia de ahora. Ya en 1972 el diario Pueblo informaba de que la droga se vendía en «determinados clubs, discotecas y hasta en alguna marisquería». Y añade: «A principios de 1975 la Policía detuvo en Madrid a una veintena de jóvenes entre los que había vástagos de familias más o menos ilustres (productores de cine, periodistas, políticos y militares)». Y el diario Abc resaltaba que era la primera vez que habían sido detenidos adictos españoles a la heroína.

Los narcopisos donde se vende y se consume son la última novedad. Y el epicentro de esta oferta en España es el barrio de El Raval, en Barcelona. Sasha Asensio, autor de la imagen que ilustra este reportaje, conoce bien el lugar. Lleva 15 años recorriendo las principales capitales del mundo, desde Madrid a Nueva York, fotografiando la vida de los consumidores de heroína. «En El Raval [donde los vecinos están en pie de guerra] funcionan alrededor de 60 narcopisos, y en ellos sólo se ofrecen drogas duras», cuenta Sasha, quien dice no haber encontrado diferencias entre un yonqui de Manhattan y otro de Vallecas. El final, dice Sasha, es siempre el mismo: «Todo yonqui, esté donde esté, paga la felicidad con su propia vida». Como los zombis del bulevar.

Las dos rutas hacia España
La heroína ya no viene sólo de Afganistán. Los nuevos yonquis se 'colocan' con la que llega de Marruecos, de peor calidad pero más barata.
LA RUTA HABITUAL
Es la que sigue la heroína que se fabrica en Afganistán (con la que se financian los talibanes, que aseguran y vigilan el tráfico de la droga en el país). Sale por Pakistán e Irán y llega hasta Turquía, la puerta de entrada de la heroína a Europa. La mayor parte viaja a Holanda, y desde ahí llega a España, sobre todo a Cataluña y Navarra, donde se vende por unos 15 euros el gramo.
LA NUEVA RUTA AFRICANA
Es el camino hasta España de la heroína que se produce en Latinoamérica, en Colombia y Bolivia, principalmente. Desde allí, por barco, viaja hasta Cabo Verde y de ahí la transportan hasta el sur del Sáhara y va subiendo en caravanas hasta el norte de Marruecos, sobre todo a la cordillera rifeña de Alhucemas. Sigue hasta la Península en motos de agua, barcas con motor o cápsulas bien escondidas vía Melilla, y luego en 'ferry' hasta Málaga. Es la heroína más barata, de peor calidad, que en Marruecos está haciendo estragos. Allí el gramo se puede encontrar por menos de tres euros, y en Carabanchel y Villaverde (Madrid) se compra por entre 8 y 10 euros el gramo. También está llegando a Toledo.

Lucas de la Cal

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #247 en: 25 de Noviembre de 2017, 08:48:32 am »

La policía clausura nueve ‘narcopisos’ en Vallecas

Los agentes detuvieron a 25 personas acusadas de los delitos contra la salud pública y por usurpación de inmuebles

F. Javier Barroso
Madrid 24 NOV 2017 - 20:05 CET   


La Policía Nacional ha clausurado nueve viviendas dedicadas a la venta y consumo de sustancias estupefacientes a pequeña escala (narcopisos) en el distrito de Puente de Vallecas. La denominada Operación Silbato ha permitido la detención de 25 personas de distintas nacionalidades acusadas de un delito contra la salud pública, además de por okupación de bienes inmuebles. Esta investigación responde a una de las principales quejas de las asociaciones de vecinos de la zona, que han protestado por el aumento del trapicheo de droga.

La clausura de los pisos se produjo de manera simultánea este jueves, cuando un centenar de policías irrumpió en los pisos. Estos se encontraban en un radio de unos 500 metros, entre las calles de Pico Javalón, José Serrano y Sierra de la Estrella, además de la avenida de la Albufera. Cuatro de las viviendas habían sido okupadas a particulares y a empresas, según ha explicado hoy la delegada del Gobierno en Madrid, Concepción Dancausa. Las otras cinco han sido precintadas por orden judicial.

Los agentes arrestaron a 25 personas con edades entre los 20 y los 50 años y procedentes de España, Liberia y Senegal, entre otros países. La mayoría de ellos tienen antecedentes por hechos similares y por delitos contra la propiedad (robos), además de algunas búsquedas y captura. Durante los registros, se intervinieron 264 papelinas de diversas drogas (cocaína, heroína y hachís), 10 gramos de cocaína en roca, una pistola, varias armas blancas, 2.800 euros efectivo y útiles para la distribución y venta del estupefaciente. “En estas operaciones lo importante no es la cantidad de droga decomisada, sino el cerrar estos puntos negros”, ha destacado el inspector responsable de la investigación. La operación se llama silbato, porque los arrestados se silbaban entre ellos para alertar de la presencia de la policía.

En tres domicilios los vendedores opusieron gran resistencia y hubo que emplear la fuerza, según el mando policial. Este añadió que los negocios estaban abiertos las 24 horas del día y que algunos de ellos permitían el consumo de las dosis: “Actuaban como narcosalas”. El inspector no quiso precisar cuantos pisos de venta de droga hay en Puente de Vallecas. Aseguró que el número varía. Las asociaciones de vecinos los cifraron en unos 35, antes de la operación del pasado jueves. “Lo importante es conocerlos, que los vecinos denuncien para poder erradicarlos”, ha matizado Dancausa.

El jefe superior de Policía, Germán Rodríguez Castiñeira, ha destacado que la investigación de esta operación comenzó tras clausurar otro narcopiso el pasado 6 de noviembre. Los agentes de la Brigada Provincial de Policía Judicial siguieron a los diversos responsables hasta recabar las pruebas de que todas las viviendas estaban interconectadas. “También hay pisos de estas características en Usera y Lavapiés y seguiremos con toda prisa para evitar que se formen guetos”, informó el mando policial.

La delegada ha agradecido la coordinación de los jueces al permitir que se hiciera la entrada y registro de las viviendas de manera coordinada. Dancausa ha añadido que entre julio y noviembre se ha detenido a 867 personas y levantado 749 actas por tenencia de estupefacientes y 74 por llevar armas. En los últimos tres años se han desarticulado más de 70 puntos de venta de droga. También se han desalojado 149 viviendas ocupadas.

La concejal socialista Mar Espinar se ha felicitado por la operación policial en Puente de Vallecas. “El Ayuntamiento tan solo había iniciado medidas a medio y largo plazo. Al menos la fiscalía lo ha hecho a corto plazo”, ha añadido la edil del PSOE.
39 detenidos en Tetuán en mes y medio

La Policía Nacional ha detenido a 39 personas en el distrito de Tetuán en el último mes y medio, tras el incremento de la vigilancia del denominado barrio latino (calle de Topete y aledañas), según el jefe superior de Policía, el comisario Germán Rodríguez Castiñeira. También se ha incautado de armas blancas y droga y ha identificado numerosas personas. El jefe superior se ha desvinculado de los problemas de suciedad y ruidos que sufre la zona.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #248 en: 26 de Noviembre de 2017, 07:54:17 am »
Detenida por romper el precinto de un 'narcopiso' desalojado en Vallecas

        ALEJANDRO MATA
        Madrid
        LUIS F. DURÁN
        Madrid

    25 nov. 2017 19:27

Agentes de la Policía Nacional han detenido este sábado a una mujer que había arrancado el precinto policial y había accedido a uno de los nueve narcopisos desalojados el pasado jueves en el distrito madrileño de Puente de Vallecas, en el marco de una operación policial contra la droga.

Según fuentes policiales, que explican que se ha incrementado la vigilancia en la zona, no consta que haya habido más intentos de okupación en ninguno de los otros ocho pisos que fueron desalojados. Estas viviendas vacías venían siendo utilizadas desde hace meses como puntos de venta y consumo de droga, lo que provocaba problemas de inseguridad en el barrio.
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Durante la actuación policial del jueves, coordinada por el juzgado de instrucción número 36 de Madrid, fueron detenidas 25 personas de diversas nacionalidades. En los registros se decomisaron 264 papelinas de heroína preparadas para su venta, 100 gramos de cocaína en roca, una pistola, varias armas blancas, 12 teléfonos móviles, 2.800 euros en efectivo y útiles para la distribución y venta de las sustancias.

Inquietud en el barrio

Los vecinos de la avenida del Monte Igueldo denunciaron este sábado que en cinco de los narcopisos desmantelados habían sido arrancados los precintos policiales, menos de 48 horas después de la operación.

Residentes de la calle Gregorio Sanz denunciaron asimismo que el narcopiso de su calle, que fue desalojado y tapiado el pasado jueves, había aparecido esta mañana sin la protección de ladrillos y con el precinto arrancado.

María y Cristóbal, dos jubilados residentes en la calle de la Sierra de la Estrella, denunciaban que en el narcopiso de su calle también había sido arrancado el precinto policial. Además, María explicaba que oyó ruidos en el inmueble durante la madrugada del viernes al sábado y sospecha que desde el jueves han entrado repetidas veces en la vivienda desalojada.

El pasado 15 de noviembre, alrededor de 1.500 vecinos se manifestaron en Puente de Vallecas contra de la rápida degradación que está sufriendo el distrito. «No vamos a parar hasta tener un barrio digno, aquí no se puede vivir», sentencia Clara, una vecina de la calle Convenio.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #249 en: 05 de Diciembre de 2017, 08:03:10 am »

El narcotráfico toma las calles de Puente de Vallecas

El aumento de los puntos de venta de droga y el incremento de la delincuencia provocan
temor en el vecindario del distrito madrileño

Julio Núñez
Madrid 5 DIC 2017 - 00:08 CET   

La droga ha vuelto con fuerza al distrito de Puente de Vallecas. El cercano asentamiento de infraviviendas de la Cañada Real está siendo derribado por las administraciones, por lo que los narcotraficantes que tenían su base en él se han trasladado a viviendas del casco urbano, según fuentes policiales. La plataforma vecinal La Cacerolada advirtió hace semanas de que, debido al aumento de los narcopisos, el barrio está siendo “invadido” por toxicómanos y camellos. Algunos vecinos están siendo amenazados. Hay protestas ciudadanas. La Delegación del Gobierno ya ha reventado, de momento, nueve viviendas.

Una vecina lo relata así: “El otro día vi a uno pinchándose en el cuello. Estaba en un solar por donde pasan los niños cuando vuelven del colegio”. Desde que el Ayuntamiento y Comunidad de Madrid comenzasen a derribar parte de las viviendas ilegales del asentamiento de la Cañada Real Galiana, en Puente de Vallecas, el foco de venta de droga se está desplazando hacia el casco urbano, y con él toda la violencia e inseguridad. Ayer mismo, un hombre de 50 años murió acuchillado en el asentamiento al enfrentarse a otro individuo, informa F. Javier Barroso.

Las protestas comenzaron hace unas semanas cuando miles de vecinos salieron a la calle para pedir a las autoridades que cerrasen medio centenar de narcopisos, aumentaran la presencia policial e instalasen cámaras de vigilancia. La mayor parte de los pisos ocupados por los narcotraficantes pertenecen a bancos o fondos de inversión, que los tienen vacíos. “Si los propietarios no denuncian no hay delito de usurpación, y demostrar que es un punto de droga es más difícil”, señala Jorge Nacorino, presidente de la Asociación Vecinal de Puente de Vallecas. El Ayuntamiento anunció en noviembre que va a poner en marcha un plan especial para mejorar la seguridad y para reducir la venta y el consumo de drogas.

Pero mientras tanto, los toxicómanos campan por las calles y solares del distrito. Un ejemplo es el de la calle de Convenio, donde se acumulan restos de plástico y madera carbonizados, se apilan juguetes, ropa usada y chatarra. La semana pasada la parcela ardió por una hoguera que habían prendido los toxicómanos. “Hay mucha hierba seca. Menos mal que han bajado las temperaturas, sino imagínate lo que podría haber pasado. ¡Hay una gasolinera al lado!”, explica una mujer mientras camina entre los escombros.

La facilidad de comprar droga usando el transporte público

Otro de los factores que provoca el incremento de la venta y el consumo de droga en Puente de Vallecas es la facilidad que ofrece el transporte público a los toxicómanos. Antes, para llegar a la Cañada Real debían coger un vehículo privado.

Debido a que los taxistas se niegan a trabajar en la Cañada, desde hace años existen las denominadas cundas, particulares que llevan a toxicómanos a comprar droga por poco dinero (unos 5 euros), principalmente desde la glorieta de Embajadores.

Para llegar al Puente de Vallecas solo hace falta tomar la línea 1 de Metro (las paradas más cercanas a los narcopisos son las de Nueva Numancia y Puente de Vallecas) o el Cercanías (líneas C-2 y C-7), en la parada de la Asamblea de Madrid-Entrevías.

Además, los vecinos apuntan que el incremento del consumo de droga en el barrio está provocando que la limpieza y la salubridad empeore notablemente. “Cada dos por tres te encuentras a los drogadictos haciendo sus necesidades en plena calle”, comenta una residente.

La plataforma La Cacerolada cuenta que ir a los parques con los niños se ha vuelto una tarea imposible. Los residentes se quejan de que la delincuencia está afectando a su calidad de vida. “Al lado de los columpios y toboganes te encuentras jeringuillas. A veces, incluso, a toxicómanos fumando o inyectándose”, explica una mujer que prefiere no dar su nombre.

Los servicios de limpieza del Consistorio no pueden acceder para limpiar, ya que la mayoría de estos espacios son de propiedad privada. “Se ha informado a los dueños de estos solares para que procedan a retirar la basura”, indican fuentes municipales.

Irene, Ángela, Marisa y Lucía (nombres ficticios) son cuatro vecinas de la plataforma vecinal que salen a la calle para vigilar que no reabran los narcopisos que la Delegación del Gobierno reventó hace una semana. Se sienten amenazadas y llevan consigo botes de gas pimienta y silbatos para defenderse en caso de ser atacadas. “A una vecina le hicieron el gesto de que le iban a cortar el cuello”, narra Ángela. Además, recorren con frecuencia las calles para quitar la propaganda de prostitución que los proxenetas colocan en los parabrisas de los coches para promocionar su negocio. “El otro día atracaron una madre y a su pequeña a plena luz del día”, comenta Lucía. La plataforma admite que, a pesar de sus esfuerzos, algunos de los nueve narcopisos que la policía cerró el pasado día 24 de noviembre han vuelto a ser okupados.

Las vecinas sostienen que todos los “narcoresidentes” visten con la misma indumentaria —cazadora de camuflaje— para confundir a la policía en caso de que haya una redada. “Cuando ven que nos acercamos, dan la señal de alarma. Nos tienen vigiladas para ver qué hacemos”, subraya Irene. Las peleas entre los vendedores y los toxicómanos son frecuentes y el temor en el vecindario sigue aumentando. “La otra noche vi por la ventana de mi casa como había dos hombres insultándose con un cuchillo cada uno”, relata Ángela.
Luces con temporizadores

Muchos propietarios tienen miedo de que le okupen su casa, por lo que cuando se van de vacaciones le piden a sus vecinos que entren en su domicilio y enciendan las luces y la televisión. “Hay algunos que ponen temporizadores para que se enciendan las lámparas y le piden a su familia que suban y bajen las persianas de vez en cuando”, cuenta Lucía.

Ella tiene una casa alquilada y explica que el incremento de la delincuencia ha provocado la caída de los precios. Según cuenta, las mafias de okupas hacen un censo de las casas que están libres: “Dejan pequeñas marcas en las persianas para ver si se suben o bajan, llaman a los portales para ver si alguien no contesta o ponen anuncios de compro piso para conocer qué casas están libres”, relata.

Además, la inseguridad ha provocado el cierre de buena parte del comercio. “Ahora solo te encuentras pubs, y por las noches las calles se llenan de prostitutas”, asegura un grupo de vecinos mientras pasean por la avenida del Monte Igueldo.

Las cuatro mujeres afirman que a pesar del miedo no se van a dar por vencidas: quieren que su barrio vuelva a ser el de antes, un lugar donde poder salir a la calle con seguridad y donde los niños crezcan seguros y alejados de las drogas.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #250 en: 10 de Diciembre de 2017, 08:02:22 am »
Los 'narcopisos' se extienden por Madrid: ya están en Carabanchel, Usera, Villaverde, Lavapiés, Latina y Vallecas

        PABLO GIL
        Madrid

    10 dic. 2017 01:25

En la segunda planta de un edificio modesto de ladrillo rojo hay una vivienda en la que residen seis individuos. Aprovechando el fallecimiento del dueño, hace un año, tiraron la puerta abajo, desguazaron el interior, se instalaron y no necesitaron cambiar el cerrojo. Nadie se atrevería a entrar allí, salvo un intermitente flujo de personas que acuden a comprar diversos tipos de drogas.

Lo peor no son las manchas de orina, de sangre o de heces que quedan por la escalera, ni la basura lanzada desde las ventanas o el ruido que de pronto explota en el interior de la vivienda por una pelea o una fiesta, sino las amenazas brutales que los nuevos inquilinos profieren hacia sus vecinos. «He estado 17 años en la cárcel por matar a un hombre y me da igual volver a entrar». «Cállate, puta vieja, o te rajo el cuello».

Hay varios ancianos en el bloque, también un chico que vive debajo y que ya no arregla las manchas de humedad ni las goteras, y una pareja con un bebé y un niño de tres años que ha aprendido que nunca debe tocar la barandilla de la escalera. Es un narcopiso y está junto a la glorieta de Los Cármenes, en Latina.

Los narcopisos se han extendido por Madrid y no se limitan al entorno del Puente de Vallecas, cuya degradación viene siendo denunciada en los últimos meses por la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm). Los vecinos de los distritos de Villaverde, Latina, Usera, Carabanchel, Centro y Villa de Vallecas están alertando de la proliferación de estas okupaciones en las que se vende droga y en torno a las que se producen agresiones y robos, además de conflictos de convivencia.

La zona más afectada por los narcopisos sigue siendo el barrio de San Diego, junto a Puente de Vallecas, donde los vecinos contabilizan 35 en la actualidad. La intervención policial del pasado 23 de noviembre, durante la que se detuvo a 25 personas y se clausuraron nueve viviendas, tendrá continuación próximamente en otras zonas como Usera y Embajadores, informó entonces el jefe superior de la Policía Nacional en Madrid, Germán Rodríguez Castiñeira.
'Narcopisos' más allá de Puente de Vallecas

En Los Cármenes hay varios focos en torno a las calles Arrayanes y Marcelino Castillo, otro en la calle Cullera y cerca del parque de la Cuña Verde y en el antiguo poblado dirigido de Caño Roto, en calles como Borja, Escalonilla y la Plaza de Tauste, adonde por la inseguridad hace ya mucho tiempo que no va ninguna empresa de reparto. Así lo denuncia la asociación de vecinos La Fuerza, creada precisamente por este repunte del trapicheo en sus calles y portales.

«Es un problema que está aumentando desde hace varios años. Vuelve a haber jeringuillas en los jardines, robos con tirón...», afirma una persona de esta agrupación. «Usan a menores para buscar pisos vacíos y les pagan con droga, que te preguntan si en el primero no hay nadie, y tú dices, ¡coño, si vivo yo!, y te responden que es que nunca abres las ventanas. Y claro que no las abro, con el ruido que hay y el olor a mierda que sube», añade.

«Todas las tardes viene un hijo de puta que te arruina el día», dice el dueño de un bar que asegura sufrir intentos de robo cada mes y amenazas constantes. «La heroína ha vuelto a Caño Roto», se lamenta.

Una quiosquera del barrio habla de «aquel chico loco» que había okupado en San Robustiano y que cada mañana, con su barra de hierro, le pedía, «amiga, dame dos o tres cigarrillos». En el bloque siempre iba con un cuchillo, trapicheaba en su nueva casa y amenazaba a gritos a todo el mundo desde el balcón. «Cuando por fin se lo llevaron detenido, un policía nos dijo discretamente: 'Tápienlo todo'», explica una vecina, y eso hicieron decenas de vecinos, llevando y trayendo ladrillos este verano hasta que cubrieron las ventanas y la puerta, que remataron con una lámina de Pladur.

«Un portal muy deteriorado indica que en el bloque probablemente hay uno o varios narcopisos», explica Aurelio de Leo, presidente de la asociación La Fraternidad, de Caño Roto. «La puerta de la calle rota, la escalera sin luz... Aquí hay bloques enteros que están okupados», explica, y se lamenta del bucle en el que parece sumido un barrio que fue epicentro de la heroína en los años 70 y 80 y en el que ahora los ancianos llaman a sus hijos a fin de mes para que les acompañen a sacar el dinero de la pensión porque no se atreven a hacerlo solos.

El uso de viviendas okupadas para el menudeo de drogas se está produciendo también a la espalda del Vicente Calderón, en el Alto de San Isidro, junto a la castiza pradera;también en Comillas, en el mismo distrito de Carabanchel. Lo mismo se puede encontrar en Villaverde en el barrio de San Cristóbal de los Ángeles, aunque según los vecinos la venta de drogas se produce más a pie de calle, en general; es el caso también del Ensanche de Vallecas y de Entrevías.

En el barrio de Almendrales de Usera hay activos varios narcopisos en las calles del Santuario y del Cristo de la Victoria. En Palomeras Bajas, barrio cercano al Puente de Vallecas, hay camellos en la calle y existe preocupación por el incremento de heroinómanos, a los que, denuncian las asociaciones vecinales, no se les está atendiendo sanitariamente.
También en el centro de la capital

El centro de la ciudad tampoco es ajeno a estas viviendas utilizadas para el tráfico de drogas. Es el caso en menor medida de Malasaña y, sobre todo, de Lavapiés. Así lo denuncia Manolo Osuna, presidente de su asociación de vecinos, que sitúa diversos puntos negros en pisos de las calles Doctor Piga, Zurita, Salitre y Sombrerería.

Entre los vecinos ha prendido la creencia de que los narcopisos están proliferando porque muchas de estas viviendas son propiedad de bancos que no denuncian las okupaciones. «De ese modo pueden seguir comprando a precios muy bajos para especular en el futuro con ellos», explica una de estas personas, aunque es una afirmación difícil de demostrar y que otros identifican con las paranoias conspirativas.

De igual modo se ha extendido la opinión de que muchos de estos traficantes son exiliados del sector VI de la Cañada Real, donde se concentra el principal mercado de la droga de la región, y cuyo anunciado desmantelamiento habría atemorizado a estas redes criminales. «Desde hace 10 o 15 años no veías en los barrios a heroinómanos por la calle. Estaban en la Cañada y antes en las Barranquillas, pero ahora vuelven a los barrios donde vendían antiguamente», opina Manolo Osuna.

«Y ahora nosotros, que siempre hemos querido lo contrario para nuestros barrios, pedimos que haya un agente en cada esquina y no que, al reunirnos con la Policía, tengamos que animarlos nosotros a ellos por la escasez de medios que tienen», sentencia un veterano activista vecinal.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #251 en: 12 de Diciembre de 2017, 08:19:50 am »

La policía clausura cinco ‘narcopisos’ más en Lavapiés


El Ayuntamiento está ultimando el proyecto para la instalación de cámaras de videovigilancia en Puente de Vallecas

F. Javier Barroso
Madrid 12 DIC 2017 - 00:05 CET   

La Policía Nacional ha asestado otro golpe a la venta de droga a pequeña escala al clausurar cuatro narcopisos y un club de fumadores del barrio de Lavapiés, según informó ayer el jefe superior de Policía de Madrid, Germán Rodríguez Castiñeira. Los agentes de la comisaría de Centro han detenido a 11 personas y se han incautado de numerosas cantidades y variedades de sustancias estupefacientes. Esta operación se suma a la realizada hace dos semanas en Puente de Vallecas, en la que se cerraron 10 pisos y fueron arrestadas 30 personas.

Las investigaciones comenzaron después de que la comisaría recibiera numerosas quejas vecinales, que reflejaban la alarma social creada en el barrio, donde varios inmuebles estaban siendo utilizados para vender droga a pequeña escala (narcopisos). Los agentes vigilaron esas viviendas para comprobar si se traficaba en ellas con estupefacientes.

A mediados de noviembre, los policías localizaron cuatro pisos, en las calles de Churruca, Ribera de Curtidores y Embajadores. También llegaron hasta un club de fumadores situado en el número 40 de la calle de Calatrava. En este último, además de permitir el consumo de tabaco, se vendía gran cantidad de droga. Fuentes policiales revelaron que dos personas —que figuraban como presidente y el secretario del club, respectivamente— eran los responsables del local. Solían adoptar grandes medidas de seguridad.

Las pesquisas también llevaron a los agentes hasta una vivienda de la calle de Valcotos, en Meco, desde la que se suministraba el estupefaciente. Los policías pidieron las correspondientes órdenes judiciales, después de tramitar numerosas actas de aprehensión de drogas a personas que entraban y salían a diferentes horas y días de la semana de esos inmuebles.

Con las órdenes judiciales en la mano, registraron los narcopisos, donde decomisaron cocaína, marihuana, hachís, pastillas de éxtasis y otras sustancias menos habituales en estos negocios ilegales, como viagra, frascos de popper (estimulante utilizado en relaciones sexuales) y anabolizantes, además de efectos para el tratamiento y la distribución de los estupefacientes.
Esta operación se dio a conocer tras la junta y el consejo local de seguridad celebrados ayer en la Delegación del Gobierno en Madrid. Uno de los principales problemas que se trataron en ella fue la proliferación de narcopisos en Puente de Vallecas y la inseguridad que se registra en Tetuán. “Nos gustaría ir más rápido, pero tenemos que reunir pruebas, y eso lleva su tiempo”, dijo el jefe superior de Policía.
En fase de estudio

El concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Madrid, Javier Barbero, explicó que los técnicos municipales están ultimando el proyecto para la instalación de cámaras de videovigilancia en Vallecas: “Están terminando el estudio de las zonas a las que puede afectar, porque no se trata de que se produzca un desplazamiento del problema a ocho calles más allá”. El edil no supo precisar cuándo estará listo el proyecto. “Cuando llegamos, teníamos sobre la mesa las cámaras de Azca y las impulsamos porque vimos que eran importantes. Ahora lo hemos hecho con las de Tetuán y en breve estarán las de Vallecas”, añadió Barbero.

La delegada del Gobierno, Concepción Dancausa, se comprometió a acelerar la presentación del proyecto de las cámaras ante la Comisión Regional de Videovigilancia, como ya hizo recientemente con las de Tetuán.

Un problema del que se han quejado los vecinos que protestan por la proliferación de los narcopisos es que será necesario aumentar la iluminación de las calles para que sean efectivas las cámaras. “Existen ya varios proyectos en la Concejalía de Desarrollo Urbano Sostenible para mejorar la iluminación en varios puntos de la ciudad, como el Camino viejo de Leganés [Carabanchel]. Hay que ver cuando le toca a cada zona”, explicó la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena.

La delegada del Gobierno y la regidora madrileña destacaron que Madrid es “una ciudad segura”, aunque existan zonas conflictivas como Puente de Vallecas o Lavapiés. Carmena pidió a los ciudadanos que faciliten toda la información posible para acabar con los narcopisos, de forma que se pueda erradicar “la percepción subjetiva y también objetiva de inseguridad” de estas zonas.
Los robos domiciliarios con violencia bajan un 27% en la capital

La delincuencia ha subido un 0,7% en Madrid capital en los seis primeros meses del año, según los datos facilitados ayer por la Delegación del Gobierno. Los delitos que más han subido en este periodo son los hurtos (un 5,4% más), el tráfico de droga a pequeña escala (8,3%) y el robo de vehículos (20%). Por el contrario, los homicidios han bajado de 14 en el primer semestre de 2016 a 10. También se han reducido los robos con fuerza en domicilios un 27,3%.

La tasa de criminalidad se ha situado en el primer semestre en 73,1 denuncias por cada mil habitantes en la capital. De los diez homicidios registrados, siete se han producido en el ámbito familiar, dos por ajuste de cuentas y uno por una pelea callejera. Lo que más preocupó a los grupos de la oposición (PP, PSOE y Ciudadanos) en el Ayuntamiento de Madrid fue que cinco mujeres han muerto en Madrid víctimas de violencia machista. La delegada del Gobierno, Concepción Dancausa, comparó estos datos con otras capitales europeas, donde hay más homicidios al año: París, entre 35 y 42; Roma, entre 28 y 37, y Lisboa, entre 33 y 44. “Parece razonable que a finales de año estaremos muy lejos de esas cifras”, añadió la delegada.

Dancausa afirmó que espera una bajada en el robo de coches en el segundo semestre de este año, tras la puesta en marcha de la Operación Wagen (coche en alemán) el pasado abril. Desde entonces, ya se han desarticulado tres organizaciones criminales y se ha detenido a 181 personas.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #252 en: 15 de Diciembre de 2017, 06:56:53 am »
Ocho detenidos tras el desmantelamiento de otros tres 'narcopisos' en Vallecas

        LUIS F. DURÁN
        Madrid



Material incautado por la policía, entro lo que se encuentra 10.000 euros en efectivo y numerosas joyas POLICÍA NACIONAL
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La Policía Nacional ha desarticulado otros tres narcopisos en el distrito de Puente de Vallecas y ha detenido a ocho personas, según ha adelantado este jueves la Delegada del Gobierno, Concepción Dancausa. Una de las casas estaba situada en la calle de García Llamas. Allí los agentes detuvieron la noche del miércoles a dos personas y se incautaron de 10.000 euros en efectivo, numerosas joyas, 250 gramos de heroína, 120 de cocaína, 25 de hachís y un kilo de sustancia de corte. También hallaron balanzas y otros elementos para la manipulación de sustancias estupefacientes.

El pasado martes se desmanteló otro narcopiso en Vallecas, en Camino Valdearribas 27, donde se detuvieron a cuatro personas. En ese domicilio se requisaron 30 DNI, 20 dosis de cocaína y heroína, una balanza y 150 euros en moneda fraccionada.

Ese mismo día se desarticuló otro narcopiso con dos detenidos y se hallaron en la casa sustancias estupefacientes, monedas y utensilios para la manipulación de droga.

La operación ha sido realizada por los agentes de la comisaría de Puente de Vallecas. Con estos tres narcopisos desmantelados son ya 13 los puntos de venta de droga en pisos okupados que se han clausurado en Puente de Vallecas y cuatro en Lavapiés.

La Delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Concepción Dancausa, ha adelantado la nueva operacion policial contra los narcopisos en la Federación Madrileña de Municipios durante las jornadas sobre viviendas ocupadas ilegalmente. La Delegada ha asegurado que el fenómeno de la ocupación ilegal es una prioridad para la Delegación de Gobierno, en colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

"Somos conscientes de los conflictos de convivencia que ésta práctica delictiva genera y entendemos la preocupación y malestar de los vecinos de los entornos donde se producen", ha manifestado Dancausa. Durante las jornadas organizadas por la FMM, han intervenido también el Comandante de la Jefatura de Operaciones, y el Coordinador de la Oficina de Viviendas Ocupadas, el Inspector Sergio Gámez.

Tratar la ocupación ilegal

Estas jornadas tienen como objetivo principal que los alcaldes y ediles de la región conozcan en profundidad el fenómeno de la ocupación ilegal, para tratarlo de forma eficaz en sus respectivos municipios. El trabajo que lleva a cabo la Oficina de Seguimiento de Viviendas Ocupadas de la Policía Nacional, creada en abril de 2016, "ha permitido realizar una radiografía de la situación y actuar en consecuencia".
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Así, desde la Delegación de Gobierno se promueve la pronta denuncia por parte de los propietarios, bien sean particulares, empresas o la propia administración municipal, porque "cuanto más reducido es el tiempo de ocupación, menos inseguridad y menos conflictos soportan los vecinos", ha afirmado Dancausa. También, se han impulsado que estos delitos sean tratados en juicios rápidos, y se han reducido los tiempos de recuperación de las viviendas de 2 años a una media de entre 15 días y 2 meses.

Desde que en abril de 2016, se pusiera en marcha la Oficina de Viviendas Ocupadas se han realizado 615 juicios rápidos que han permitido recuperar 1.355 viviendas, de las que 953 se han liberado en 2017. La Delegada ha recordado que esta oficina cuenta con un número de teléfono, el 900.100.301, y una dirección de correo electrónico, madrid.ocupacioni@policia.es, operativos 24 horas al día, los 365 del año, para comunicar cualquier hecho relacionado con este fenómeno delictivo.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #253 en: 16 de Enero de 2018, 17:16:38 pm »

Llega a España el khat, la droga que tiene enganchados a 25 millones de africanos


Es el segundo alijo decomisado en España por la Guardia Civil en menos de un mes. El consumo de esta droga está muy arraigado en el Cuerno de África, pero es muy adictiva y puede provocar daños irreversibles.
16 enero, 2018 13:52
 
David López Frías  @lopezfrias
La planta, una vez cortada, no mantiene sus propiedades psicotrópicas más de dos o tres días, así que los consumidores tienen que darse prisa y tomarla fresca. Agarran los tallos y los mastican, como si de hojas de coca se tratase. La primera sensación es de 'risa tonta'. Luego, más tonta todavía. Locuacidad tal vez. Brotes de euforia incluso. Hasta que llega el 'bajón' y el consumidor queda un estado de estupor y luego totalmente narcotizado. Si la dosis es muy alta, el consumidor cae en una especie de estado de semicoma.

Cocaína africana, hojas del paraíso, hojas de la muerte o té abisinio... En realidad se llama khat. Esta planta (Catha Edulis), consumida de forma masiva en África, es una potente droga adictiva cuyo abuso puede derivar en delirium tremens, está pasando por España cada vez con más frecuencia. Llevamos dos alijos en menos de un mes. La Guardia Civil acaba de incautar una maleta con 30 kilos en el aeropuerto de Hondarribia procedente de Kenia. El pasado 18 de diciembre de diciembre, la Policía Nacional hizo lo propio con un cargamento de 70 kilos en en Aeropuerto de Barcelona. En aquella ocasión, las plantas venían de Etiopía.


Como espárragos trigueros en mal estado
"Son como espárragos trigueros en mal estado". Una empresa de mensajería de Madrid recibió un cargamento que definió así en su llamada a la policía. Un ciudadano somalí y una holandesa habían intentado enviar un cargamento de khat mediante sus servicios. La empresa no se fió y llamó a los Alazanes (unidad de motos de la Policía Nacional), que procedieron a inspeccionar el material. Allí, envueltos en hojas de plátanos, encontraron 50 kilos de khat.

La Guardia Civil ha decomisado 30 kilos de khat en el Aeropuerto de Hondarribia
La Guardia Civil ha decomisado 30 kilos de khat en el Aeropuerto de Hondarribia Guardia Civil

Tiene dos principios activos similares: la catina y la catinona. Esta segunda sustancia tiene un efecto similar al de la cocaína y está emparentada directamente con las anfetaminas. De hecho, cada vez está más cotizada en Estados Unidos. Allí utiliza para elaborar metacatinona, una sustancia similar (pero más barata) a la metanfetamina, que es una droga que tiene un altísimo número de adictos en América.

El khat es ilegal en casi toda Europa. No así en el Cuerno de África, donde su consumo no sólo es lícito; es que está ampliamente aceptado y socializado desde tiempos inmemoriales. Por ejemplo, ocho de cada diez somalís son adictos al khat. Las mujeres, en cambio, tienen prohibido consumirla. Al menos en público. Ellas pueden cuidar la cosecha y venderla en el mercado, pero no participar de las ceremonias sociales donde los hombres la mastican.

Mueve más dinero que el presupuesto de Somalia
Al tener un grado de aceptación tan alto, su producción es masiva. El khat es uno de los pilares fundamentales de la economía de Somalia. Cada año genera más de 50 millones de beneficio a los productores de Somalia, una cifra bastante superior al presupuesto total del gobierno de Mogadiscio. Esto provoca que el khat sea uno de los elementos claves en las guerras de este país. La producción de esta planta se centra principalmente en Somalilandia, una especie de país independiente de facto en el norte de Somalia, pero no reconocido por la comunidad internacional. En esa zona, un 55% de la población es adicta y pueden llegar a gastar hasta un cuarto de su sueldo en esta droga, según Global Research.


 Un hombre prepara khat en Mogadiscio, Somalia
Un hombre prepara khat en Mogadiscio, Somalia

Pero el problema del khat no se centra de forma exclusiva en Somalia. Se estima que 25 millones de personas la consumen en África Oriental, Yemen y Arabia. Hay países, como Djibouti, que tiene un censo de un millón de habitantes y al menos la mitad son adictos. A pesar del grave problema de desnutricióninfantil de esta excolonia francesa, su población gasta 220 millones de euros al año en esta droga. En Yemen, el 90% de la población masculina está enganchada al khat.

La droga de los parados
Kenia, Etiopía, Eritrea o Tanzania son otros de los países donde el khat está muy presente en el día a día de la sociedad. Se consume de forma casi ritual, masticada e infusionada. Tiene un componente social muy arraigado en la sociedad de estos países. aunque su factor adictivo, lo fácil que resulta conseguirla (al ser barata y no requerir un proceso de elaboración) y el alto grado de desempleo en estos países africanos, hace que sea una sustancia que consumen especialmente los parados. Eso, por una parte, retroalimenta su situación de inactividad. Por el otro provoca en a población enfermedades derivadas de su consumo, como cáncer de esófago o esquizofrenia.

Su paso por España no tiene como objetivo el narcotráfico a gran escala. No sería viable. Un kilo de khat a duras penas puede alcanzar los 600 euros. Se trata mas de una cuestión de demanda de los emigrante africanos en nuestro continente, que no pueden obtenerla aquí. Además, es una planta cuyas propiedades se evaporan en tres o cuatro días, que es el tiempo máximo que puede estar en tránsito. Para su mejor conservación se envuelve en hojas de banano. Eso provoca una paradoja: en los países productores están más cotizadas las hojas que envuelven y protegen el khat que la misma sustancia. 

Cargamento de khat intervenido por la Guardia Civil el pasado 18 de diciembre en el Aeropuerto de Barcelona
Cargamento de khat intervenido por la Guardia Civil el pasado 18 de diciembre en el Aeropuerto de Barcelona Guardia Civil

Su consumo es casi inédito en España, dado que la población africana con más presencia en nuestro país procede de Senegal, un país en el otro extremo del constinente y donde no se consume esta planta. Sin embargo, en lugares como Reino Unido, donde la población de etíopes y somalís es mucho mayor, su consumo es habitual. Un manojo de khat cuesta unas 3 libras esterlinas. España, una vez más es el lugar de paso de este tipo de drogas.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #254 en: 08 de Febrero de 2018, 09:28:55 am »
Soplones en la policía y lanchas a medida: Sito Miñanco mantuvo sus viejos métodos para traficar

El capo gallego seguía contando con infiltrados y tenía controladas las horas a las que salía a patrullar el helicóptero de Aduanas

El auto de la jueza que le envía a prisión provisional describe casi los mismos métodos que ya usaba cuando fue detenido en los años 90

Blanqueaba dinero con empresas en Algeciras y Marbella y mandaba el dinero a sus socios colombianos a través de "mulas" que lo escondían en sus maletas
Marcos Pinheiro
07/02/2018 - 20:41h

El juez prohibió a Sito Miñanco trabajar en Galicia y supeditó su libertad condicional al juicio por blanqueo

Sito Miñanco ha estado entrando y saliendo de la cárcel desde principios de los años 90, lo que no le ha impedido mantener intactos sus métodos para meter cocaína procedente de Colombia a través de las costas gallegas. Desde los chivatos en la policía a las lanchas fabricadas a medida, pasando por un sistema que tenía siempre controlado al helicóptero de Aduanas. La jueza Carmen Lamela le ha enviado este miércoles a prisión provisional acusado de liderar, otra vez, una organización dedicada al "transporte, importación y distribución" de cocaína y al blanqueo de capitales.

Junto a Sito  Miñanco han sido trasladado a la cárcel  una veintena de los integrantes de su organización, que la jueza describe como "debidamente estructurada". En su cumbre, José Ramón Prado Burgallo, al que además de como  Sito Miñanco se referían con los motes de Mario y Míster. Era uno de los métodos para aumentar la seguridad de la compañía dedicada al narcotráfico: el uso de alias que se utilizaban siempre, nunca el nombre real.

El auto de prisión de la jueza Lamela, al que ha tenido acceso eldiario.es, bien podría haberse firmado tras la primera detención del narco gallego. Los métodos que describe para introducir la cocaína de forma segura en la costa gallega son los que su organización ha usado durante las últimas décadas, a pesar de las estancias de su jefe en prisión.

La organización contaba con una importante logística entre la que destaca un astillero en Cambados de nombre "O Facho". Su gerente en el año 2000, José Benito Padín Viéites, tuvo que declarar en la Audiencia Nacional por su relación con Sito Miñanco. Primero dijo que no le conocía de nada y luego le contó al juez que era empleado suyo. Una  crónica periodística de esa época sobre el poder que mantenían los clanes gallegos de la droga menciona que todo el mundo en Cambados sabía que el astillero pertenecía al narco.

La jueza señala que ese negocio servía a la organización para fabricar las embarcaciones a medida que trasladaban la droga desde los "barcos nodriza" en alta mar a un lugar próximo a la costa. La cocaína era trasvasada entonces "a otra embarcación que llamara menos la atención, como puede ser una embarcación tipo pesquero" para que fuese descargada "sin levantar sospechas".

La organización tenía diversos métodos para intentar que esos traslados de droga no fuesen interceptados por la Policía o la Guardia Civil. Si durante sus primeros años, el narco gallego controlaba las lanchas del Servicio de Vigilancia Aduanera, ahora hacía lo mismo con el helicóptero de este cuerpo, dice la jueza Lamela. Sabía las horas a las que salía a patrullar por la costa.

También como en sus años dorados, el narco ha contado para sus últimos negocios con la ayuda de soplones en los cuerpos policiales. Esos infiltrados le facilitaban información sobre operaciones contra su organización o contra él mismo. A esto la organización sumaba, para garantizar las entregas de droga, a numerosas personas distribuidas por toda la costa, "preparadas en los diferentes puntos por donde tenían la intención de "alijar" o introducir el estupefaciente" para controlar y detectar presencia policial.

Entre las medidas de seguridad con las que contaba la organización, además de los alias, estaba la contratación de especialistas telecomunicaciones para instalar servicios de comunicación en las lanchas y para proveer a los miembros de la organización de "terminales telefónicos con aplicaciones que encriptan sus comunicaciones", sostiene la jueza.

El auto de Lamela contiene pocas novedades sobre la descripción de los métodos de Sito Miñanco. Tan solo menciona que, cómo vía para diversificar sus negocios optó por una alternativa a la entrada de droga a través de la costa gallega: financió importaciones de estupefacientes a través de un contenedor marítimo, "aprovechando la infraestructura de empresas que se dedican a la actividad comercial de importación-exportación de mercancía procedente de Sudamérica a Europa". En concreto, la mercancía viajaba desde Holanda hasta nuestro país.

La jueza recuerda en el auto de prisión que durante la investigación se incautaron 3.800 kilos de cocaína en un mercante con tripulación turca que viajaba desde Colombia. De esa cantidad, 700 kilos eran para la organización de Sito Miñanco. A eso había que sumar los 616 kilos del contenedor que iba a viajar desde Holanda y 78 kilos de marihuana incautados en Madrid -que iban a viajar a Hamburgo-.

Además, los agentes han localizado importantes cantidades de dinero en efectivo y el empleo de dinero "de procedencia ilícita" para comprar inmuebles. La organización también usaba empresas en Algeciras -un concesionario- y en Marbella -un taller de Mercedes- para "para re-introducir dinero de sus actividades ilícitas, falseando facturas a nombre de terceros y usando testaferros que figuran en los contratos de compra venta de los vehículos".

Además, los agentes detuvieron en el Aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid a varios miembros de la organización del narco gallego cuando estaban a punto de coger un avión a Colombia. Entre sus pertenencias encontraron 889.470 euros en efectivo. Uno de los subordinados de Sito Miñanco, de origen colombiano, había organizado ese viaje con ayuda de su hija, que se dedicó a reclutar "mulas" que portasen el dinero escondido en sus maletas.

El capo gallego fue condenado a 20 años tras la primera detención y a 16 años en 2004. Durante su segunda estancia en prisión los investigadores detectaron otra trama de blanqueo de capitales por valor de 10 millones de euros, una causa en la que se enfrenta a seis años de prisión. La jueza Lamela señala en el auto que este nuevo caso, con sus paralelismos con la primera investigación de los años 90, puede depararle la misma condena: dos décadas de cárcel.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #255 en: 10 de Febrero de 2018, 08:44:01 am »


Los 'narcos' ganan a los agentes: así se 'mexicaniza' el Campo de Gibraltar

Guardia Civil y Policía Nacional reclaman 700 agentes más, piden pluses por especial peligrosidad como con ETA en el País Vasco y alertan de la impunidad de los delincuentes

Isabel Morillo. Sevilla


10.02.2018 – 05:00 H. - Actualizado: 7 H.

"Hay momentos de calma chicha en los que parece que no pasa pero sí pasa y otros en los que se produce un 'boom' informativo y durante dos días están aquí todas las cámaras", cuenta Francisco Mena, presidente de la Federación contra la Droga del Campo de Gibraltar. Ahora es uno de esos momentos en los que toda España mira hacia el sur. El asalto al Hospital de La Línea por 20 encapuchados para llevarse a un 'narco' que acababa de ser detenido y estaba herido disparó todas las alarmas. La Policía viene alertando desde hace mucho tiempo de que el Campo de Gibraltar se estaba convirtiendo en "una pequeña Colombia". Activistas que llevan décadas trabajando en la zona hablan de "mexicanización" por el aumento de la violencia y las cotas de poder que han alcanzado los narcos.

La ecuación de los últimos años ha sido muy peligrosa. Recortes, falta de agentes y medios materiales en las plantillas de la Policía Nacional y la Guardia Civil y más permisividad social. La crisis económica ha devuelto a la zona, una de las más castigadas por el paro, a cifras insoportables, del 40% de desempleo, de hasta el 80% para los más jóvenes. Ahora, la otra amenaza es el Brexit. El círculo vicioso es muy dañino. Decir que toda la comarca se dedica al narcotráfico es mentira y además una injusticia, insiste Mena; redunda en una mala imagen que deteriora aún más la zona y sus servicios públicos. "Si los funcionarios, si los maestros, los médicos o los agentes no quieren ya venir y cuesta cubrir las plazas, con esta imagen aún menos", agrega.

20 años, una casa y un Porsche: el gran negocio del hachís en La Línea
Agustín Rivera. La Línea (Cádiz)
La Guardia Civil y la Policía se encuentran desbordadas en la costa gaditana por culpa del narcotráfico. Un plan especial para la zona ayudaría a buscar una solución "muy complicada"

Sin embargo, no oculta que hay algo de verdad. "La mayoría de la gente es honrada pero mira para otro lado. Piensa que la droga pasa por aquí pero el 80% termina en otros puntos de Europa o en otras ciudades españolas. No es droga que vaya a venderse a sus hijos. El deterioro social es muy importante", añade Mena. El narcotráfico emplea a mucha gente, lancheros, alijadores, el que descarga, el que conduce el camión... y hasta quien tiene un radar privado y da servicios como una subcontrata. Dinero fácil en una zona sin oportunidades.
Como los años de plomo de ETA

Con datos oficiales, la plataforma Por tu Seguridad por la de todos, que integra a las coordinadoras antidroga, sindicatos policiales y asociaciones de la Guardia Civil, cifra en 700 los agentes que se necesitan en el Campo de Gibraltar para reforzar las plantillas de las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado, Vigilancia Aduanera, Policía Local y Policía Portuaria. Llevan mucho tiempo reclamando que el Campo de Gibraltar se declare zona de especial peligrosidad como en los peores años de ETA se declaró al País Vasco. Los agentes no quieren venir a esta zona, cobran lo mismo, trabajan mucho más y corren mil veces más riesgo. Piden el traslado en cuanto pasan dos años. No hay arraigo.

"Harían falta otros 500 agentes para toda la provincia, unos 250 o 300 solo para la comandancia de Algeciras"

La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) advierte del daño que han hecho los recortes y que se congelaran las tasas de reposición al 10%. Los catálogos de puestos de trabajo, denuncian, no están actualizados, tienen más de 15 años. "La plantilla es de 1.100 agentes para la provincia de Cádiz y solo el 60% está destinado a seguridad ciudadana. No solo es el narcotráfico es también la inmigración ilegal. Harían falta otros 500 agentes para toda la provincia, unos 250 o 300 solo para la comandancia de Algeciras", explica José Encinas, secretario provincial de la AUGC en Cádiz.

Tras la muerte de un Policía Local de La Línea en una persecución en junio de 2017, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, ordenó destinar 150 agentes de la Policía Nacional de refuerzo en la zona. "A los pocos meses, en septiembre, se fueron a Cataluña y no han vuelto", recalca Mena.

Nada es nuevo en el Campo de Gibraltar. En el informe de la Fiscalía Antidroga de la zona de 2016 aparecía escrito: "Se viene detectando el incremento de los actos violentos ligados al narcotráfico". Llevan mejores armas, hay más ajustes de cuentas entre bandas y una nueva modalidad, 'los paleros', especialistas en suplantar a la Policía para robarse entre narcos. Quienes trabajan sobre el terreno advierten de que hubo un punto de inflexión cuando en la descarga de un alijo en una playa de La Línea por primera vez al aparecer la Policía no huyeron sino que apedrearon a los agentes. Ocurrió en abril de 2017.

Representantes de cuerpos policiales y asociaciones antidroga concentrados en Algeciras. (EFE)
Representantes de cuerpos policiales y asociaciones antidroga concentrados en Algeciras. (EFE)


Última moda: las embestidas

Ahora la moda son las embestidas. "La sensación de impunidad se acentúa cada día mucho más", explica Encinas, secretario provincial de la AUGC en Cádiz. "Cuando vamos a interceptar un vehículo cargado de droga aparece un vehículo lanzadera que directamente nos embiste y nos corta el paso. Con total violencia. Les da todo igual. La última vez fue hace dos días en La Línea", dice refiriéndose al miércoles de esta misma semana. "En esta ocasión fue un accidente en el que los agentes sufrieron heridas leves pero tengo un compañero que se llevó cuatro años de baja con una pierna destrozada", cuenta.

"Estamos hartos de pedir que esas embestidas no se castiguen como un choque fortuito sino como un atentado contra la autoridad con todos los agravantes posibles", insiste el presidente de la Federación Antidroga. "Necesitamos muchas condenas ejemplarizantes", enfatiza.

Si se atiende a las estadísticas de la última memoria de la Fiscalía General del Estado, en 2016 se incautaron 361.754 kilos de las drogas más importantes, el 40% en Cádiz y Algeciras, 14% en Málaga y 12% en Almería. 324.379 kilos fueron de hachís, que junto a la marihuana, suponen el 95% de los alijos interceptados. En ese mismo ejercicio, los procedimientos por tráfico de drogas bajaron un 10,56% en la Fiscalía Antidroga de Cádiz-Ceuta, con 1.338 procedimientos frente a los 2.954 de 2012. Nadie duda de que no es un dato a celebrar. La bajada de las actuaciones de la Fiscalía está directamente relacionada con los recortes en las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Cádiz ha dejado ya muy atrás a Galicia. Esta misma semana el famoso narco gallego Sito Miñancos era detenido en Algeciras. Su base de operaciones, según la Policía Nacional, se había trasladado a Marbella.

Guadarranque: viaje a la maldita barrera anti narcos por la que entra el hachís a Europa
Agustín Rivera. Los Barrios (Cádiz)
Esta es la historia de un fracaso: los traficantes la han saboteado tres veces en apenas seis meses. No hay fecha para arreglarla y los vecinos y la Guardia Civil dicen que sirve de poco

Andalucía cuenta con mil policías nacionales y mil guardias civiles menos, un 6% de bajada, desde 2011, según la Junta de Andalucía. La Unión Federal de Policía (UFP) cursó en 2017 hasta 69 peticiones de medios y personal y van siete en este año. Las medidas para salvar la comarca están recogidas en un documento de la plataforma por la seguridad en la zona. 700 agentes, más medios materiales, la implantación de Unidades de Prevención y Reacción (UPR) en La Línea, condenas contundentes y ejemplarizantes, un juzgado especializado en narcotráfico, ampliación de la plantilla de fiscales, una nueva comisaría en La Línea, eliminación de las 'narcolanchas' y medidas sociales y de empleo, en manos de la Junta de Andalucía.
Blanqueo de capitales

El presidente de la Federación contra la Droga, que fundó hace más de 20 años el exdefensor del pueblo andaluz, José Chamizo, señala lo importante que sería el refuerzo de Vigilancia Aduanera, de la Agencia Tributaria, para luchar contra el blanqueo de capitales. Hay cabecillas que son detenidos, pasan por la cárcel un par de años y cuando salen siguen teniendo todo su patrimonio. Personas sin oficio que tienen grandes propiedades, coches de lujo y un tren de vida asombroso y nadie hace nada. También subraya la importancia de un juzgado especializado en el punto más caliente del narcotráfico de Europa. Los casos recaen en los juzgados ordinarios de lo penal, que están saturados, instrucciones en ocasiones plagadas de fallos que llevan a la nulidad de pruebas clave, de escuchas telefónicas importantes. Todo ayuda a que cada vez los delincuentes sean más peligrosos, más poderosos.

Una de las embarcaciones requisadas en la zona. (EFE)
Una de las embarcaciones requisadas en la zona. (EFE)

El Ministerio del Interior asegura ahora tras el último 'boom' que ultima una norma para eliminar las 'narcolanchas', embarcaciones muy específicas, de gran cilindrada, que solo se usan para transportar drogas. Se haría a través de la Ley de Represión del Narcotráfico. Gibraltar ya lo hizo en los 90 para frenar el contrabando de tabaco, prohibió en lo que considera sus aguas la circulación de estas planeadoras. España sigue sin hacerlo casi dos décadas más tarde.

"En dos días se irán las cámaras, el Campo de Gibraltar desaparecerá de nuevo de la actualidad y aquí seguiremos, con los mismos problemas, con las administraciones en el 'y tú más'", lamenta Mena. "La Unión Europea, Marruecos, todos deberían de aliarse para frenar el contrabando", agrega. "¿Qué va a ser lo próximo?, que se presenten encapuchados en un cuartel de la Guardia Civil o en la comisaría y se lleven al último 'narco' detenido. ¿De verdad? Eso es ya lo único que nos queda por ver", lamenta Encinas, de la AUGC de Cádiz. Las alarmas llevan años sonando. Quizás el Medellín de Pablo Escobar dentro de poco se quede corto para hablar de un fenómeno que ya trasciende la comarca del Campo de Gibraltar y se extiende a otras localidad como Rota, Sanlúcar de Barrameda o el Puerto de Santamaría.

¿Dónde están los 300 millones para empleo?

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, visitó el viernes al alcalde de La Línea, Juan Franco (110x100 La Línea) y reclamó que no se estigmatice a la comarca ni a sus habitantes. "La inmensa mayoría es gente honesta, que trabaja muchísimo", subrayó, "y hay un grupo que quiere echarle un pulso al Estado". Desde 2011 se han perdido 2.000 policías nacionales y guardias civiles en Andalucía, señaló, más de 350 en Cádiz a fecha de octubre, "en enero serían muchos más".

Díaz defendió una inversión directa por parte de la Junta de Andalucía de 40 millones de euros en La Línea en 2017, sin contar los 68 millones de euros destinados al hospital. "Uno de cada cuatro empleos tiene relación con el Peñón de Gibraltar", advirtió sobre los efectos del Brexit.

La Junta exige al Gobierno que mueva ficha. Entre las inversiones pendientes señalan los 300 millones de euros prometidos por el Ministerio de Empleo para una ITI en la zona, un plan especial de empleo. La Junta exige la conexión ferroviaria Algeciras-Bobadilla para relanzar la zona, la carretera Algeciras-Vejer e inversiones urgentes en los puertos de Algeciras y Tarifa.


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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #256 en: 19 de Febrero de 2018, 11:29:33 am »

Tres encapuchados roban a punta de pistola una embarcación del depósito judicial de Conil (Cádiz)

   
CONIL DE LA FRONTERA (CÁDIZ), 19 Feb. (EUROPA PRESS) -

La Guardia Civil ha abierto una investigación por el robo a punta de pistola, en la madrugada de este lunes, de una embarcación neumática en el depósito judicial de Conil de la Frontera (Cádiz) por parte de varios encapuchados.

Según han indicado a Europa Press fuentes de la Guardia Civil, se trata de una embarcación neumática de 12 metros de eslora con tres motores de 350 caballos cada uno.

La Guardia Civil mantiene abierta una investigación para esclarecer los hechos ocurrido y la detención de los presuntos autores del robo, que, en principio, se trataría de tres personas encapuchadas.

   
GUARDIA CIVIL  ROBOS

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #257 en: 26 de Febrero de 2018, 11:28:39 am »
Cuando tocan a la ‘familia’: así amedrentaron a la UDYCO de Ceuta tras sus golpes antidroga


Carmen Echarri | 25/02/2018 | Noticias, Sucesos y Seguridad, Tribunales y justicia | 1 |

La investigación de la UDYCO sobre la quema de propiedades particulares de sus agentes, protegida hasta ahora por la figura del secreto de sumario, evidencia la relación de esos daños con autores intelectuales que quisieron desmembrar y romper esta unidad policial


Un kiosco regentado por una familiar directa de un componente de la UDYCO atacado hasta en tres ocasiones (a la tercera fue la vencida y terminaron calcinándolo). Dos coches de agentes quemados. Más intentos de causar daños entre unos casos y otros.

En junio del año pasado, la Policía Nacional lograba detener a cinco personas presuntamente implicadas en delitos de conspiración, coacciones, represalias y organización criminal. Todo ello con el trasfondo del tráfico de drogas.

Ellos eran los supuestos brazos ejecutores de una acción bien pensada y premeditada por quienes habían sido objeto de investigaciones, por quienes vieron mermada su capacidad de traficar con hachís a gran escala al ser protagonistas de las operaciones realizadas por esta unidad. Es lo que sospecha la propia UDYCO y lo que ha dejado reflejado en los informes presentados en sede judicial a cuyo contenido ha tenido acceso este periódico una vez ha sido levantado el secreto de sumario.

Se tocó a ‘la familia’ y esta respondió con ataques que tuvieron como finalidad desmembrar la unidad policial. Las quemas ocurridas se encuadraron en lo que se viene a considerar como un atentado, bien lejos del mero vandalismo que de forma permanente afecta a nuestra ciudad y que obedece a multitud de factores.

En el caso de marras, la UDYCO concluyó que “los posibles autores intelectuales de estos hechos se encuentran relacionados con la desarticulación de una organización criminal dedicada al tráfico de hachís, en la que se procedió a la detención de 23 personas y al decomiso de más de cinco toneladas de droga”.

Las cantidades económicas derivadas de las expediciones de droga eran elevadas. El daño fue inmediato. Hablan de la Monte. “Esta operación supuso un grave impacto en las redes del narcotráfico ya que fue desarticulado un modus operandi que estaba generando muchísimas ganancias económicas a los traficantes”, se concreta en uno de los informes policiales trasladados al Juzgado.


“Venganza” contra la UDYCO

La respuesta no tardó en llegar. La víctima principal era la UDYCO por ser la autora de los golpes que habían mermado el negocio del narcotráfico. La cultura del fuego está asentada en los delincuentes que actúan según un esquema piramidal propio de la mafia: si tocan a uno de sus miembros responden en bloque para cortar de raíz a quienes son molestos.

Las investigaciones desarrolladas por la Policía y protegidas hasta ahora por el secreto de sumario han permitido hilar los indicios para dar con una estructura de respuesta delictiva que pretendía no solo romper la unidad sino causar temor en los familiares más próximos a sus componentes.

Con permiso judicial se intervinieron conversaciones telefónicas a los ya investigados en las que figuraban expresiones como “venganza” o “acabo de llegar de hacer una misión”, como parte de la mensajería intercambiada entre investigados poco antes o después de producirse los daños en las propiedades.

A la mensajería se añadió el hallazgo de fotografías alusivas al ámbito de la droga o a las armas, como por ejemplo imágenes de uno de los investigados portando armamento o a bordo de una semirrígida rodeado de fardos que con toda seguridad contenían hachís.

Son los últimos eslabones de una cadena, los que representan los ejecutores de los delitos, aunque la clave de esta investigación ha radicado en ir más allá, en llegar hasta quienes la Policía ha considerado autores intelectuales de las quemas, para lo que han contado con el respaldo judicial.

En su investigación la UDYCO recalca cómo tras producirse las quemas se hacían grabaciones de estos atentados para dejar constancia del ‘trabajo cumplido’. Vídeos de corta duración y fotografías tomadas al momento de estas quemas fueron recuperadas de teléfonos intervenidos.

Incluso durante una inspección ocular en el escenario de un incendio los agentes interceptaron a un joven grabando la zona y grabándoles a ellos. Confesó haber recibido 10 euros por hacer esa grabación.

“La acción de grabar el vehículo siniestrado se debe a que al ser un encargo, el autor del incendio debe justificar su acto al inductor para poder cobrar el trabajo”, concluyen los investigadores en el informe trasladado al juzgado.

“Resulta llamativo” la recuperación de vídeos “cortos o fotografías casi al instante de haberse cometido el hecho delictivo. Son grabaciones hechas bajo una apariencia de ocultación, descartando la de cualquier videoaficionado. La persona que hace estas fotos o las grabaciones se encuentra en connivencia con el presunto autor”, añade.

Llegar a la autoría intelectual de los delitos es sin duda la gran obsesión de cualquier investigador. En este y en otros casos de envergadura, las fuerzas se invierten en dar con quienes alimentan la comisión de estas acciones.

En el caso de marras, la UDYCO vinculó rápidamente estos atentados con la respuesta de los grupos presuntamente vinculados al tráfico de drogas que desarticuló. Ninguno de los detenidos por estos daños había sido siquiera sometido a investigación de esta unidad o detenido.

¿Cómo entender una acción vengativa salvo que esta hubiera sido encargada por otros objetivos reales de la acción policial? Fruto de las investigaciones se pudo saber que mantenían un control directo sobre los agentes, que conocían datos sobre sus propiedades particulares o incluso otros cercanos a su núcleo familiar y movimientos.

“La gravedad de los hechos supera el daño material sobre el patrimonio”
“Los ataques buscan, mediante la coacción, amedrentar el trabajo de los policías, ya que buscan la presión familiar para que el agente deje la unidad investigadora y por tanto facilitar así la actividad del tráfico de drogas”, advirtieron los investigadores.

Por eso resultaba importante contar con el respaldo judicial para continuar con las investigaciones que podían llevar a avanzar en los pasos. “La gravedad de los hechos supera el daño material por incendio sobre el patrimonio de agentes o de sus familias… buscan la venganza para deshacer la unidad investigadora para poder mantener el tráfico de drogas”.

La UDYCO no tiene dudas, y así lo refleja en su informe contenido en las Diligencias Previas 183/16 seguidas en el Juzgado número 1. Estos daños fueron la respuesta a las operaciones Mytruck y Monte, de verano de 2015, que terminaron con la detención de varias personas y el decomiso, en total, de más de diez toneladas de hachís. “Se detuvo a personas muy reconocidas y vinculadas al mundo del narcotráfico que no habían sido detenidas con anterioridad o en ningún momento se pudo lograr su procesamiento.

Con esta situación o sensación de impunidad, que mantenían todos ellos, tuvieron que hacer frente a una detención y posterior ingreso en prisión, lo que provocó una situación de indignación anormal en los detenidos”, expone.

Es en ese marco en donde las investigaciones alcanzan ese grado en el que la acción y el encargo intelectual se dan la mano, investigándose a ese círculo “familiarizado con el delito que no duda en emplear la violencia ante cualquier amenaza contra ‘la familia’, como así se hacen llamar, que provenga del exterior, incluyendo la Policía, tomando un carácter o tinte mafioso”.

Para la UDYCO no hay duda de que las quemas a propiedades vinculados con sus agentes fue la respuesta del círculo próximo a los investigados, que buscaba así “vengar” a sus amigos, ya que “podría haber puesto en riesgo el negocio del tráfico de drogas en el que tendrían participación algunos de ellos”.

En los informes policiales se recogen conversaciones, motes, anécdotas e imágenes que vienen a perfilar “ese cariz mafioso” que “tomaban algunas de sus conversaciones”.

Hablan entre sí como miembros de ‘la familia’, se refieren a su jefe como ‘el comandante’ y tras producirse las detenciones de implicados en la última de las operaciones elevaron el tono de sus mensajes incluyendo amenazas físicas y verbales contra todo aquel que opinara en redes sociales o en grupos contra sus amigos, llegando a revisar perfiles para conocer, con nombres y apellidos, quiénes eran los que hacían esos comentarios.

“En esos tintes mafiosos resulta llamativo la utilización del daño físico”
Antes de los arrestos tampoco variaban mucho de actitud, recogiéndose más intercambios de mensajería al mismo nivel. El hecho de que uno de los agentes atacado fuera el que realizó el seguimiento clave para la identificación de varios de los detenidos en la Operación Monte es relevante para la UDYCO.

“Ese ataque puede tener una doble intencionalidad. La venganza por haber atacado a los miembros de ‘la familia’ o que con el achante del agente, que podría dar lugar a su retirada de la unidad investigadora, hacer que desapareciera la amenaza a su organización criminal, pudiendo así continuar con la actividad delictiva del tráfico de drogas, que sería el objetivo verdadero de sus integrantes, la continuidad en el delito y el consiguiente beneficio económico”.

“En esos tintes mafiosos resulta llamativo o resalta la utilización del daño físico sin ningún miramiento, e incluso llevado a la muerte, en la que Ceuta no es testigo excepcional de estos hechos sino que tristemente se han vivido en los últimos 25 años”.

“El incendio”, añade la UDYCO, “no es delito de daño en sí, sino el objetivo final para llevar a cabo la venganza, excluyéndose cualquier acto de vandalismo ya que se han producido en tres ocasiones y además en esas madrugadas que se han producido los hechos, no hubo ninguna actuación por parte de Bomberos, lo que confirma el dolo y excluye la causalidad de un acto vandálico”, concluye.

La judicialización de este caso terminará sentando a los presuntos implicados en el banquillo en una situación concreta que no es ajena a otros episodios que, de forma cíclica, han sufrido las fuerzas y cuerpos de seguridad en el ejercicio de sus funciones.

Lo vivió a finales de los años 90 y principios de 2000 la Guardia Civil, con quemas constantes de vehículos particulares de agentes y amedrentamientos a sus familias, en un periodo en el que el narcotráfico, el tráfico de mercancía a bordo de planeadoras y la exposición del poder fruto de la acción delictiva era algo tan inmoral como demasiado común.


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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #258 en: 27 de Febrero de 2018, 08:08:02 am »

El misterio del regreso de la heroína


Mientras la Policía da la voz de alarma y algunos barrios viven castigados por esta droga, los datos y los expertos afirman que no ha aumentado el consumo. ¿Por qué, cíclicamente, la heroína amenaza con volver?

Nacho Carretero
Madrid / Barcelona 26 FEB 2018 - 12:42 CET   
Un adicto, sentado en el suelo en Barcelona. GIANLUCA BATTISTA EPV

En San Diego, un barrio de Madrid que parece anclado en los 80, el dueño del bar Clarisol señala algo oculto bajo el mostrador: “Esto es insoportable. Solo en esta manzana hay cuatro pisos en los que se vende heroína. Me amenazan a diario y he tenido que traerme la escopeta de caza. Aquí la tengo”. En el corazón del Raval, el viejo barrio chino de Barcelona, Emili cuenta que en su peluquería —situada bajo un edificio que ya se conoce como “el portaviones de la droga”— no hay un día que no entre un heroinómano buscando dinero para comprar una dosis en alguno de los 70 narcopisos de la zona: “La semana pasada me robaron mis dos perros. Y otro día entró un joven con un cuchillo clavado en la espalda. Ni se había enterado de que lo llevaba, se lo tuve que decir yo”.

Desde hace meses, los medios de comunicación informan de forma recurrente de un supuesto repunte en el consumo de heroína en España y de la desesperación de los vecinos ante una plaga que creían extinguida. Y, sin embargo, no hay datos que lo avalen. Solo indicios. Muy preocupantes, pero solo indicios.

La heroína se ha convertido en un enigma. Los vecinos están preocupados y la policía admite que cada vez llegan alijos más grandes procedentes de Afganistán —donde el pasado año se batió un nuevo récord en la producción de opio—, pero las estadísticas insisten en zanjar el debate. Los datos oficiales descartan que el consumo de heroína haya aumentado en los últimos años en España.

La Encuesta sobre Alcohol y Drogas, elaborada por el Ministerio de Sanidad, señala que la heroína se mantiene estable: en el año 1995 un 0,8% de la población había consumido esta sustancia alguna vez en la vida. Diez años después, en 2005, el porcentaje fue del 0,7% y en 2015, el 0,6%. “Se trata de números residuales. Apenas ha habido alteración en el consumo de heroína en los últimos 20 años”, explica Ignacio Calderón, gerente de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD).

Tampoco parece existir un repunte en el resto de Europa. Según Andrew Cunningham, portavoz del Observatorio Europeo para las Drogas y la Adicción (EMCDDA según sus siglas en inglés), los datos que maneja el organismo europeo no registran ningún aumento significativo del consumo en ningún país de la Unión. Ni siquiera en aquellos donde, últimamente, se ha puesto el foco mediático por un supuesto crecimiento del consumo, como son Reino Unido o Portugal. Si acaso, lo que los datos indican es que la heroína no ha vuelto porque nunca se fue.

“El daño que causó la heroína mantiene en alerta a la sociedad y cualquier noticia que insinúe un repunte dispara las alarmas. Pero no existe tal repunte”

Entonces, ¿por qué existe de nuevo la percepción de que se está produciendo un repunte de la heroína? Según David Pere Martínez, psicólogo social y coordinador de la Unitat Polítiques de Drogues de la Universitat Autònoma de Barcelona, el fantasma del regreso de la heroína aparece de forma cíclica, “pero nunca sustentado por los datos”. Dice que en parte se debe “al miedo atávico” que la sociedad española tiene a una droga de tan dramático recuerdo: “El daño que causó mantiene en alerta a la sociedad y cualquier noticia en este sentido dispara las alarmas”. Ignacio Calderón, el gerente de la Fundación de Ayuda a la Drogadicción, coincide en el argumento: “La heroína es la droga por excelencia, la que representa todos los males”.

Los vecinos del Raval no creen que se trate de un problema virtual precisamente, e invitan a una especie de narcotour por unas calles que se han convertido en un parque temático de la degradación. Se calcula que funcionan unos 70 narcopisos, inmuebles ocupados en los que se vende y se consume heroína. Su presencia ha convertido la zona sur del barrio es un desfile de drogodependientes. Nada más llegar a la calle Roig, un joven dormido en un portal murmura algo incomprensible bajo un gorro de lana. “Siempre hay alguien durmiendo. Un día salí de mi portal y había seis colchones en fila en plena calle con adictos durmiendo sobre ellos”, cuenta Carlos González, portavoz de la asociación RPR (las iniciales de las calles Robadors, Picalquers y Roig) del Raval.

 Carlos vive junto al número 22 de la calle Roig, un bloque de tres alturas bautizado como “el portaviones de la droga”. “Hasta hace unos días, en este bloque había tres narcopisos y una sala para inyectarse”, detalla Carlos. “La Policía nos dijo que por aquí pasaban 200 personas cada hora y media. Veíamos entrar de todo, desde drogodependientes a turistas pasando por ejecutivos de traje. Hace unas semanas me encontré en mi portal a dos niñas pequeñas. Las había dejado esperando su padre mientras iba a comprar heroína”.

 A las afueras de Barcelona, los vecinos del barrio de La Mina también conviven desde hace años con la heroína. Aquí funciona un centro de reducción de daños llamado El Local y dependiente de la Generalitat. Cada día, un centenar de drogodependientes acude para inyectarse heroína bajo vigilancia sanitaria. Noemí González, la coordinadora del centro, explica que en La Mina se vende heroína desde hace décadas y que la función de El Local es ofrecer “higiene, asesoramiento y material sanitario para evitar enfermedades, sobredosis y conflictos vecinales”. A las 10 de la mañana del jueves, un numeroso grupo de adictos entra en la instalación con las dosis recién compradas, se sienta en unas mesas de aluminio y, con un kit esterilizado ofrecido por el centro se inyecta la droga, en algunos casos con la asistencia de un enfermero. Después, todo el material es depositado en un cubo de deshechos sanitarios. “Nosotros tampoco hemos notado que aquí haya más consumidores”, explica Noemí, “el número se mantiene estable desde hace años. Lo que sucede es que, al tener condiciones sanitarias mucho mejores, la degradación de la salud es mucho más lenta”. Vienen muchos más hombres que mujeres y el perfil sigue siendo el de personas en situación de marginalidad, aunque con mucha más consciencia e información con respecto a su adicción de la que se disponía años atrás.
Imagen de esta semana en la calle Picalquers, en el barcelonés barrio de El Raval.
Imagen de esta semana en la calle Picalquers, en el barcelonés barrio de El Raval. Gianluca Battista

Desde el punto de vista policial, la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional se encarga del combate a gran escala. Los agentes que desde hace años luchan contra el tráfico de heroína —con notable éxito, pese a la escasa colaboración de Holanda, el país que sigue siendo el centro logístico de esta sustancia— disponen de datos que no invitan al optimismo. Además del efecto contagio —el consumo de droga es una moda, y las modas suelen llegar de Estados Unidos, donde en 2016 murieron 35.000 personas por sobredosis y en 2017 la cifra ascendió hasta los 60.000—, hay otros factores muy preocupantes.

Para empezar, la producción de opio en Afganistán alcanzó en 2017 un nuevo récord: más de 9.000 toneladas. La proporción para que el opio se convierta en heroína es 10-1-1-1. Por cada 10 kilos de opio se obtiene un kilo de morfina, que para convertirse en un kilo de heroína necesita ser tratada con un litro de anhídrido acético. Esto quiere decir que, en 2017, Afganistán produjo el opio suficiente para abastecer el mercado mundial con unas 900 toneladas de heroína de gran pureza. De esa heroína, cuyo precio alcanza los 27.000 euros el kilo, se pueden obtener hasta ocho o 10 kilos de heroína adulterada.

“Si tenemos en cuenta”, explica un alto mando de la lucha contra la droga, “que España es un país de destino, que la heroína llega para ser distribuida de forma inmediata, y que las aprehensiones de los últimos años son cada vez mayores, la conclusión no puede ser otra: el consumo está aumentado”. Hasta hace unos años, la policía se solía incautar de alijos pequeños, de entre uno y cuatro kilos. Las últimas aprehensiones practicadas por las distintas secciones antidroga de la Policía Nacional han sido de 26, 60, otros 60 y 32, sin contar los 330 kilos interceptados el pasado mes de noviembre en el puerto de Barcelona. “Si se tiene en cuenta además”, explica el veterano agente, “que cada vez llega más droga y que, pese a ello, los precios no bajan, está claro que hay mayor consumo”. El enigma sigue sin resolverse. ¿Quién consume esa droga? ¿Los viejos heroinómanos —apuntalados en un sistema de salud eficaz que en EE UU no existe— o nuevos consumidores aún no detectados por los radares oficiales? Hay una pista que llega desde Bilbao.

"Si tenemos en cuenta -dice la Policía- que España es un país de destino y que las aprehensiones de los últimos años son cada vez mayores, la conclusión no puede ser otra: el consumo está aumentado”

 La labor de contención de los pequeños traficantes corresponde en muchas ocasiones a las policías locales. El jefe de la Inspección Antidroga de la Policía Municipal asegura que el consumo de heroína sigue estable de unos años para acá. “No sube, pero tampoco baja”, explica, “lo que sí ha cambiado radicalmente con respecto a los años noventa es la forma de consumo y el perfil de los adictos. Entonces se consumía inyectada y muchas veces compartiendo la jeringuilla, lo que provocó una gran mortandad [debido al contagio del virus VIH y de hepatitis]. Ahora se consume sobre todo fumada, que en realidad es inhalada. Depositan la dosis de droga en un trozo de papel de plata que calientan con un mechero e inhalan el humo que desprende. El efecto llega inmediatamente al cerebro”.

El mando policial aporta un dato importante: “Está cambiado el perfil del consumidor”. Ya no se trata sólo de aquel yonqui típico, cadavérico, sin dientes, tirado en un portal junto a los restos de la última dosis. “No sé cuántos adictos a la heroína hay en Bilbao y su zona de influencia”, asegura el jefe de la Inspección Antidroga, “pero si hubiese 10.000, solo 25 o 30 responden a aquel perfil de los 80 y 90, jóvenes que llegaron a la heroína a través de otras drogas y que no supieron, hasta que ya era irremediable, los efectos de una droga que se llevó por delante a una generación.

El nuevo consumidor es una persona de más edad, con trabajo y que hasta cierto punto sabe lo que está tomando”. En palabras del jefe policial de Bilbao, la situación es preocupante, pero no alarmante. Al hecho de que la alerta social sea menor contribuye que aquellos delitos relacionados habitualmente con el consumo de heroína —asaltos a punta de navaja, hurtos en el interior de vehículos, atracos a farmacias…— no hayan aumentado.

Desde los distintos cuerpos policiales que luchan contra el tráfico de estupefacientes se observa el panorama con mucha preocupación. Los agentes más veteranos, tipos duros, curtidos en mil batallas contra los más malos de cada casa, aquellos que no necesitan ensuciarse las manos para llenar de veneno las calles, temen que lo peor esté por venir. Dicen que, si no se toma conciencia real del problema, las calles de las principales ciudades pueden volver a vivir el infierno de la heroína. La advertencia ya se ha escuchado antes, casi cada año, pese a que los datos siguen mostrando que el consumo continúa estable, con porcentajes muy bajos. “Pero la amenaza existe”, reiteran, y añaden: “Que esa amenaza se haga realidad o no depende de una cuestión: ¿nos la vamos a tomar en serio?”.
"Llevo 30 años consumiendo y no puedo dejarlo"

“En mi caso empecé tarde. A los 17 años probé la heroína. Digo tarde porque resistí varios años sin hacerlo: con 14 todos mis colegas se estaban metiendo ya”. Pedro no es su nombre real. Tampoco su rostro se revela. Nació y creció en el madrileño barrio de Usera.

“La primera vez la inhalé, con un amigo. Fue una experiencia maravillosa, un colocón de paz y placer. La segunda vez ya me pinché”. Era 1988 o 1989, no recuerda exactamente. “Desde entonces nunca la he dejado. No puedo. Ni me lo planteo”.

Sí ha conseguido Pedro controlar la forma de drogarse. “Me inyecto dos veces al día. He conseguido que, con esas dos veces, sea suficiente. Pero como me pase la hora, me vuelvo loco. Me inyecto por las mañanas y cada noche”.

No siempre fue tan sencillo de explicar. Pedro tiene ahora 47 años y recuerda en lo que se convirtió su vida cuando acababa de cumplir 20. “No existía nada en la vida que no fuera el siguiente chute. Me llegué a inyectar en el escroto. Y cada vez necesitas más y todo lo que no sea estar colocado es perder el tempo. Entonces la heroína era mejor, ahora es una mierda”.

Es portador de VIH y hepatitis. Trabaja con un contrato parcial y su salud es precaria. “Estoy muy flaco y tengo problemas en la boca, llagas y esas cosas. ¿Dejarlo? Se te pasa por la cabeza, pero es que no puedo. No me merece la pena el sufrimiento del monazo”.

Pedro opina que la heroína está volviendo a las calles en mayor medida. “Yo sí creo que hay más. Hay más cantidad. No es lo de los años 80, claro, porque hay más controles y eso. Pero yo creo que sí está creciendo”.

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Re: Las drogas ese "submundo"
« Respuesta #259 en: 28 de Febrero de 2018, 15:31:07 pm »

Unos narcos matan a un cabrero cuando buscaban su droga escondida


Se produjo durante un secuestro exprés, los tres retenidos eran vecinos de Manilva, aunque la finca donde se produjeron los hechos está en Casares
J.J. MADUEÑO
@JJMadueno
MÁLAGA
28/02/2018 08:31h
Actualizado:
28/02/2018 08:31h
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El fallecido tenía unos 30 años y era cabrero. Vivía en Manilva, pero pasaba muchas noches con el ganado en la sierra. «Muchos días se quedaba en el campo», explican fuentes municipales, que justifican así que otro joven fuera a llevarle comida, mantas o ropa hasta el lugar de los hechos. Un cortijo en una finca en La Rondana en término municipal de Casares. Las tres víctimas eran vecinos de Manilva. Joaquín, Víctor y Juan habían terminado de cenar en la noche del pasado lunes. Juan de unos 70 años se había acostado y los dos jóvenes estaban todavía despiertos en el cortijo. La noche iba bien, hasta que apareció un grupo de narcos buscando su droga desaparecida.


Llegaron cuatro encapuchados, identificados por las víctimas como de origen magrebí. Ataron a Juan a una silla y le propiciaron un par de golpes, uno de ellos en la cara. A los otros comenzaron a darles una paliza. A Joaquín –el fallecido– comenzaron a pegarle, mientras que le preguntaban: «¿Dónde está la droga?». Buscaban un cargamento de droga escondido en la finca y desaparecido. Le propiciaron un fuerte golpe en la cabeza que le pudo causar la muerte –según fuentes municipales–.

A Víctor también le pegaban, pero consiguió escapar y esconderse en el campo. Joaquín quedó inconsciente por la brutal paliza. Juan pedía ayuda sin poder desatarse y sin que nadie pudiera escucharlo. Al final, fue Víctor, de edad similar a la del fallecido, quien consiguió pedir ayuda sobre las 4.30 horas de la madrugada. Los narcos huyeron del lugar de los hechos, dando a Víctor por perdido, dejando a Juan atado y a Joaquín muerto en el suelo.


Los narcos pegaban a Joaquín mientras preguntaban «¿dónde está la droga?»
La Guardia Civil tiene una investigación abierta sobre lo sucedido. La principal hipótesis es que se trate de un tema de drogas. Los primeros en llegar al cortijo fue la Policía Local de Manilva. No hay causa oficial de la muerte. Pese a que el amigo dijo a los agentes que había recibido una paliza, la Guardia Civil espera al informe forense para dar los motivos oficiales del fallecimiento tras el secuestro.

Joaquín era un joven callado, que «no hablaba por no molestar», y trabajador. Se ocupaba del ganado en el negocio familiar de Juan, que vendía la leche. Víctor era un amigo que les llevaba lo necesario para poder estar en el cortijo, según estas fuentes, que dicen que Juan es un hombre del pueblo «que no está metido en cosas raras». «Se dedica a vender la leche de las cabras y llevan varias generaciones haciéndolo», apuntan.


El fallecido era una joven callado y trabajador, que «no hablaba por no molestar»
Los tres fueron atendidos en el lugar de los hechos por los servicios sanitarios. Se certificó la muerte de Joaquín. Víctor y Juan fueron trasladados al hospital para evaluar sus heridas. Ambos han sido dados de alta y ayer estuvieron en el cuartel de Sabinillas explicando a la Guardia Civil lo que había sucedido.

Los campos de esta zona de Málaga son «guarderías» de droga. Según explican las fuentes consultadas, en la sierra se cobijan los cargamentos esperando a ser distribuidos o recogidos. Se guardan en puntos estratégicos durante varios días hasta que se le busca una salida hacia otra parte de España o Europa. Uno de esos cargamentos desapareció y en su búsqueda los narcos entraron en el cortijo de Juan causando la muerte de Joaquín tras una paliza.