Desmontando el mito de la droga caníbal: “Vuelve locos a los periodistas, no a los consumidores”La detección de un par de casos en Baleares en los que dos turistas británicos fueron detenidos por intentar atacar a personas ha disparado las alarmas. Ante esta psicosis, expertos advierten de la necesidad de tener en cuenta otros factores que acompañan al consumo de MDPV y de que sus verdaderos efectos distan mucho de lo que difunden los medios. Por supuesto, el canibalismo no es uno de ellos.
Violencia descomunal, fuerza sobrehumana, comportamientos caníbales, instintos suicidas, paranoia extrema… Las descripciones de los efectos de la metilendioxipirovalerona (MDPV) que se leen y se oyen desde hace un tiempo son tan espeluznantes que sobrepasan a los de cualquier otra droga conocida. Aterrador… si fuera cierto. La detección de un par de casos en Baleares en los que dos turistas británicos que habían consumido sustancias estupefacientes fueron detenidos por intentar atacar a turistas y personal sanitario ha disparado las alarmas. Sin embargo, aunque no hay certeza de que los jóvenes hubieran consumido MDPV, ya se habla de la aparición en España de la llamada ‘droga caníbal’. Los mensajes lanzados desde los medios de comunicación han alimentado una leyenda que no hace otra cosa que desvirtuar la realidad y popularizar una sustancia hasta ahora de consumo minoritario, según expertos y autoridades. Una psicosis que tratan de relativizar, puesto que ni los efectos de los que se hablan son tales, ni su consumo es preocupante.
¿Acaso una droga puede provocar impulsos caníbales a quien la consume? Energy Control, el colectivo asociado a la ONG Asociación, Bienestar y Desarrollo (ABD) que ofrece información, asesoramiento y formación sobre drogas para disminuir los riesgos de su consumo, niega tajantemente las informaciones aparecidas sobre la ‘droga caníbal’ y recomiendan no hacer valoraciones basadas en impresiones, sino en análisis. Según el colectivo, todas las drogas estimulantes pueden provocar episodios de agresividad o violencia si hay sobredosis o predisposición de las personas, y en ningún caso se puede señalar el consumo de MDPV como “causa necesaria o suficiente”. “En demasiadas ocasiones se asocia este tipo de conductas al uso de dichas sustancias sin tener en cuenta otros factores, y muchas veces se publican las informaciones sin esperar a los exámenes toxicológicos”, explica a Vozpópuli Conchi Rodríguez, responsable de Energy Control Baleares.
Lo que califican de bulo informativo ha asociado el consumo de MDPV a episodios violentos y ha generado una alarma social en torno a esta droga, cuyos efectos no son en ocasiones los descritos
No hay que irse a sustancias ilegales para encontrar conductas agresivas, señala Rodríguez. “El alcohol mismo, al que se le da especial promoción en las islas, es uno de los principales responsables de problemas de tipo conductual”. En Gran Bretaña, desde donde cada año miles de jóvenes parten hacia las costas españolas atraídos por el ‘turismo del desparrame’, la MDPV es bien conocida, sin embargo “no se han referido casos de canibalismo”. Es más, Energy Control asegura que no existe ningún caso de ataques caníbales documentados en los escritos científicos sobre la MDPV. Hablan de un bulo informativo que hace mucho daño a todo el trabajo que se realiza en torno a la prevención y el consumo responsable y que además ayuda a publicitarla. “El bautizo de esta sustancia como droga caníbal es infundado. En todo caso, esta es la droga que vuelve locos a los periodistas, no a los consumidores”, asegura el periodista experto en drogas Alejo Alberdi. “¿Dónde están los análisis?”, se pregunta.
Es cierto que a raíz de los episodios violentos protagonizados durante días por pacientes atendidos por intoxicación en Ibiza, la Unidad Antidroga de la Guardia Civil de la isla inició la búsqueda de una partida de MDPV. Sin embargo, fuentes de la Guardia Civil consultadas por este diario también consideran que se ha hecho una bola de un tema que “da mucho juego” y aseguran que aunque se han detectado ciertos movimientos, no ha habido “ni mucho menos” un incremento del consumo de esta droga, ínfimo en España. “No dejan de ser ‘x’ dosis. No se han encontrado maletas, ni contenedores, ni hay gente haciendo cola”. Además, apuntan las mismas fuentes, si un análisis confirma la presencia de esa sustancia, no se puede demostrar que provoque esos efectos. El laboratorio de Son Espases ha confirmado un caso por intoxicación de esta sustancia en Mallorca y ha detectado también metilona, una variante de la ‘droga caníbal’, en un paciente de Ibiza. Pero ésta no era la única droga que habían consumido.
Los movimientos que se han detectado sobre MDPV no dejan de ser hallazgos de pequeñas dosis y no se puede decir que se haya incrementado su consumo, según fuentes de la Guardia Civil
La bomba mediática explotó con el caso del hombre que “devoró” el 75% del rostro de un indigente en Miami. El ataque se atribuyó al uso de MDPV, pero en la autopsia del agresor, abatido a tiros por la Policía, solo se encontró presencia de marihuana. Pese a todo, la mayoría de los medios aún hoy dan por hecho que la metilendioxipirovalerona despertó en el agresor instintos caníbales. “O los medios no conocen realmente lo que pasó o han querido sacrificar la verdad por el impacto”, critica Alberdi. Ésta no es la historia de una droga en España, dice, “es el manejo de este tipo de sucesos por los medios, una cosa que se llama pánico moral”.
Los verdaderos efectos de la MDPV
La MDPV no aparece ahora en España y si bien tiene presencia desde 2010, es mucho más conocida en Europa, pero no hay ni un solo caso de ataques caníbales documentados
¿Qué hay de verdad en torno a la MDPV? Al igual que ocurre con la idea de su difusión, muchas de las creencias sobre sus efectos y la duración de éstos son falsas. La metilendioxipirovalerona fue desarrollada en 1969 y detectada por primera vez en 2004 y, pese a las voces que alertan sobre su reciente aparición, en España tiene presencia desde 2010, si bien su adquisición es minoritaria y apenas aparece en las encuestas de consumo, según Energy Control. Se trata de una sustancia estimulante muy similar a las anfetamínicas, por lo que sus efectos son los propios de este tipo de productos, tanto los placenteros (euforia, sensación de bienestar, sentimiento de cercanía con las personas de su alrededor) como las sensaciones negativas (taquicardias, dolor de cabeza, tensión muscular, pérdida del apetito, y en función de las dosis, también ataques de pánico o de tipo psicótico).
En su intervención en la cadena COPE, el director general de Proyecto Hombre, Francisco Recio, recalcó que, como siempre que se trata de una droga alucinógena, la voluntad de la persona se puede perder en ocasiones, como consecuencia de un desbarajuste neurológico. Aunque la entrevista pretendía ir en otra dirección, de las palabras de Recio lo que se desprende es que éste no es más ni menos que otros estimulantes similares. Se habla de que sus efectos se prolongan hasta una semana, incluso con dosis bajas, algo que niegan desde Energy Control.
¿Quién consume MDPV?
Es una sustancia estimulante similar a las anfetamínicas cuyos efectos también son parecidos. Existen otros 30 productos análogos
Como apunta Claudio Vidal, de la delegación de EC Andalucía, la MDPV se ha vendido con nombres comerciales como Ivory wave (ola de marfil), cielo de vainilla o relámpago blanco, presentado con un formato como sales de baño no apto para consumo humano para no tener que someterla a testados. Aunque químicamente está emparentada con la cocaína o anfetamina, su consumo en dosis elevadas puede resultar más peligroso. En España no es ilegal, pero como la MDPV hay otras 30 sustancias análogas, ya que cada año surgen decenas de nuevos productos fruto de la investigación farmacológica. España, no obstante, hace años que no incorpora nuevas sustancias a la lista de productos psicotrópicos sometidos a fiscalización internacional, la cual va actualizando según las decisiones del Comité de Naciones Unidas.
El principal problema, según apunta Vidal, es que, a diferencia de la cocaína o el cannabis, con una larga tradición investigadora, estas sustancias nuevas no están testadas en humanos y el desconocimiento es un riesgo en sí mismo. Bajo esos nombres comerciales a veces hay diferentes formulaciones, por lo que existe el riesgo de que nunca se sabe qué se está tomando. Se encuentra fácilmente si se sabe dónde buscar, pero nunca con la garantía de obtener lo que se quiere. Por esa incertidumbre desaconsejan su consumo.
Tal y como explican a Vozpópuli, el perfil del usuario de la MDPV es alguien que quiere vivir una experiencia y va a propósito a buscarla. Se adquiere principalmente a través de internet y mientras haya un solo país en el que no sea ilegal, será relativamente fácil de conseguir si se sabe cómo. Según Alejo Alberdi, se puede comprar a entre 30 y 40 euros el gramo, “un precio bastante barato comparado con otros estimulantes”. Lo que nunca hay que olvidar es que “hay que distinguir entre lo que busca la gente y lo que se puede presentar”.