La Guardia Civil sorprendió a ?El Chino? antes del 11-M con cuchillos y no lo detuvo
Ahmidan amenazó a los agentes: ?Nos dijo que éramos unos racistas y que nos íbamos a enterar?
Ricardo Coarasa
Rafa Zouhier sigue atento la declaración de uno de los testigos
Madrid- Jamal Ahmidan, alias ?El Chino?, uno de los supuestos autores de los atentados del 11-M, tuvo un encontronazo con una pareja de agentes de la Guardia Civil en la A-1 (Madrid-Burgos) tres meses antes de los atentados. Era el 5 de diciembre de 2003 y el presunto terrorista intentaba arrancar su BMW en un área de servicio a la altura de localidad madrile?a de Buitrago de Lozoya. En el interior del vehículo llevaba tres cuchillos de grandes dimensiones, una maza, un fajo de billetes y dos maletas con ropa robada de ?El Corte Inglés?.
Los dos agentes que le abordaron a las dos de la madrugada (ante los que se identificó con documentación belga falsa) comunicaron después a la Comandancia la posesión de armas blancas para que lo pusiera en conocimiento de la Delegación del Gobierno de Madrid, pero permitieron que Ahmidan, uno de los siete suicidas que murieron en Leganés, siguiera ruta.
Poco convincentes
Los dos miembros de la Benemérita declararon ayer ante el tribunal del 11-M y no se mostraron demasiado convincentes cuando trataron de explicar porqué no se detuvo a ?El Chino? esa noche. A esa hora, arguyó uno de ellos, no había forma de comprobar si esa indumentaria de la que todavía colgaban las alarmas de las etiquetas había sido efectivamente robada. ?Por dos camisas con un chip??, se justificó uno. Tampoco podían verificar si su identidad era correcta. Al no tener la tarjeta de identificación de extranjeros, explicaron, era imposible corroborar ese extremo en la base de datos.
Y eso que no era la primera vez que Jamal Ahmidan se había topado con los funcionarios de la Guardia Civil ese día. Por la ma?ana, uno de los dos agentes desvió el tráfico a la altura del kilómetro 80 para permitir el paso de una comitiva fúnebre. El primer vehículo que se detuvo fue, precisamente, el BMW del supuesto terrorista. Cuando se lo recordaron, Ahmidan, que según ellos se mostró nervioso y chulesco, lo negó en un principio pero terminó por reconocerlo. ?Nos advirtió de que éramos unos racistas y de que nos íbamos a enterar?.
?Nos levantó sospechas?, reconoció un agente. ?El Chino? les contó que venía de Bilbao de ver a su hermana, pero no fue capaz de recordar en qué calle vivía su familiar. ?Le pillamos rápido que no venía de Bilbao?, a?adió.
Los guardias civiles no se pusieron de acuerdo sobre el destino final del vehículo, que fue cargado por una grúa de Buitrago de Lozoya dado que al ser automático no podía arrancarse empujando, como pretendía ?El Chino?. El primero en declarar afirmó que el BMW fue llevado a un domicilio de Lavapiés, mientras que su compa?ero mantuvo que se trasladó a una zona de Vallecas.
Al margen de los agentes, compareció ante el tribunal la telefonista de la cadena de televisión Telemadrid que dos días después del 11-M atendió la llamada del supuesto terrorista que le indicó que en una papelera próxima a la mezquita de la M-30, en Madrid, había una cinta donde se reivindicaban los atentados. ?Me dijo que si no la recogían en diez minutos se la llevarían?. La mujer aseguró que su interlocutor tenía acento árabe?.
Esa aseveración se demostró cualificada cuando precisó que nació en Tetuán. ?Conozco ese acento?, recalcó. La testigo explicó que llamó a la Policía, que se presentó ?al momento?, y al encargado de seguridad de la empresa. ?Me puse muy nerviosa?, reconoció.
El encargado de recoger la cinta de la papelera fue un agente en segunda actividad al que avisaron de Telemadrid porque su hija trabaja en la empresa y sabían que vivía muy cerca de la mezquita de la M-30. ?Decidí acercarme a la papelera y esperé cinco o seis minutos. Viendo que no se presentaba ningún vehículo policial?, optó por recoger la cinta él mismo. ?En el interior había unos vasos de plástico, una coca-cola y un periódico, con el que removí el interior y noté algo?. El testigo contó que tenía asumido que ?podía saltar por los aires?, pero a?adió tajante que ?sabía lo que hacía por la experiencia de muchos a?os?.
Escondida en un guante
Al final, era un guante de ni?o el que escondía en su interior una cinta de vídeo de la marca panasonic con una anotación manuscrita: ?Muy urgente?. La filmación mostraba a un hombre con la cara cubierta que decía ser Abu Dujan Al Afgani, portavoz militar del ala militar de Al Qaida en Europa, y que reivindicaba los atentados del 11-M. Cuando llegaron los agentes de la Policía, explicó, no le recriminaron su actitud. Muy al contrario, fue él quien ?recriminó? a los funcionarios. ?Les dije que no se metieran en la boca del lobo y miraran alrededor por si había algo anormal?, dijo sacando pecho.