Autor Tema: Barrios marginales  (Leído 190481 veces)

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1380 en: 05 de Marzo de 2017, 11:02:50 am »
La Cañada Real, a día de hoy, no tiene solución alguna, por una parte son muchas las administraciones que se tienen que poner de acuerdo, por otra son los propios residentes los que no se quieren ir . . . así que habrá Cañada para décadas . . . hasta que los núcleos urbanos próximos necesiten de esos terrenos para seguir creciendo permanecerán ahí.

"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1381 en: 27 de Marzo de 2017, 06:35:42 am »


Mazazo policial al búnker de los «reyes de la droga» de la Cañada Real


 El clan de los Mellis había heredado la clientela de sus rivales tras el golpe a las mafias de las cundas


Carlos Hidalgo  /  - carloshidalgo_ Madrid

27/03/2017 00:54h - Actualizado: 27/03/2017 00:54h.

La Policía Nacional ha desmantelado el principal punto de droga de la Cañada Real, dirigido por el clan de los Mellis, al que pertenecen miembros de las dos familias más poderosas del narcotráfico de la capital:los Fernández Fernández y los Bruno. En la operación, a cuyos detalles ha tenido ABC, se ha detenido a cinco personas, aunque los investigadores no descartan más arrestos, habida cuenta de que algunos de los presuntos implicados en el negocio consiguieron zafarse de la presencia de los agentes.

Las pesquisas de la comisaría de Villa de Vallecas, se iniciaron a raíz de la operación Transporter, que arrancó en octubre pasado y culminó este 20 de enero, en la que la Policía intervino 97 cundas o «taxis de la droga». A raíz de ese importante golpe, el búnker ahora desmantelado vio incrementada su clientela: los Mellis comenzaron a recibir a los toxicómanos que antes eran conducidos a otros puntos de venta.

Concretamente, se trata de la parcela número 3 del camino de Pozuelo del hipermercado de la droga. Los investigadores intensificaron la vigilancia en ese lugar, del que veían un ir y venir incesante de drogadictos, cada uno con su mercancía. También funcionaba como fumadero.


Durante las pesquisas, se da la circunstancia de que uno de los compradores sufrió una descarga eléctrica, debido al lamentable estado en que se encontraba la instalación, que se abastecía de un enganche ilegal. A punto estuvo de perder la vida.

Así, se precipitó la explotación de la llamada operación Grapa, en la que han resultado arrestadas cinco personas: Rosario Bruno Fernández, de 27 años; Lucía Fernández Jiménez, de 33;Cristina Fernández Fernández, de 19;Vicente Hernández Romero, de 29, y Vicente Heredia Fernández, de 36. Todos, a excepción de Cristina, cuentan con antecedentes policiales, precisaron fuentes del caso. Están imputados por los presuntos delitos de pertenencia a grupo criminal, tráfico de drogas y lesiones graves.

Asimismo, en la entrada y registro, firmada por el juzgado de Instrucción número 25 de Madrid, se les han incautado 9.760,70 euros; efectos para la manipulación y venta de estupefacientes; dos balanzas de precisión; cinco dosis de cocaína; cuatro de heroína, y otras tantas de cannabis.

En febrero de 2012, parte del clan de los Mellis ya fue arrestado. Las puertas y ventanas del búnker estaban blindadas, para que a los traficantes les diera tiempo a deshacerse del alijo. Días antes, los delincuentes se enfrentaron a tiros a los «Fene» en un ajuste de cuentas. La Policía detuvo al conocido como «Pollo» por disparar contra Antonio Fernández Molina.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1382 en: 02 de Mayo de 2017, 11:16:54 am »


Un delincuente intenta matar a tiros a dos policías en Los Pajaritos

Un agente resulta herido al recibir un culatazo en la cabeza
El otro golpeó el brazo del pistolero para desviar el disparo
Policías nacionales en la calle Perdiz, donde se cometió el último homicidio en Sevilla.
Policías nacionales en la calle Perdiz, donde se cometió el último homicidio en Sevilla. / ANTONIO PIZARRO

FERNANDO PÉREZ ÁVILA
02 Mayo, 2017 - 02:35h

Un delincuente intentó matar ayer a dos policías nacionales que lo perseguían en Los Pajaritos. El sospechoso llegó a disparar a los agentes, si bien uno de ellos consiguió repeler la agresión golpeándole antes el brazo y desviando así la trayectoria del tiro. Salvó así la vida de su compañero. La bala impactó en la pared sin que ninguno de los dos policías resultaran heridos por arma de fuego. Uno de ellos sí sufrió una lesión importante en la cabeza, ya que el delincuente le asestó un fuerte golpe con la culata del arma que llevaba.


Los hechos ocurrieron sobre las dos de la madrugada de ayer en la calle Tordo. Los agentes iban siguiendo al presunto autor del disparo, un delincuente de 33 años identificado como R. C. R. J., muy conocido en Los Pajaritos porque formó parte de varias bandas de atracadores que surgieron hace años de esta zona de la ciudad. Tiene numerosos antecedentes por distintos delitos, como robo de vehículos, lesiones, robos con violencia, y también se le relaciona con el tráfico de drogas y la venta ilegal de armas. De hecho, los policías lo perseguían porque iba cargado con una mochila en la que ocultaba estupefacientes y armas. Uno de los agentes lo vio correr con la mochila y se bajó del coche y lo siguió a pie, mientras que el otro seguía los movimientos del sospechoso y su compañero con el vehículo.

En un momento de la persecución, el delincuente se deshizo de la mochila y se introdujo en un portal de la calle Tordo. Allí esperó a los policías que lo perseguían. Al primero que entró le asestó un fuerte golpe con la culata de una pistola en la cabeza, que le provocó una herida grave y lo dejó inconsciente. Luego lo encañonó y, cuando se disponía a abrir fuego, el segundo policía entró en el portal y logró darle un golpe en el brazo, desviando así el tiro. El sospechoso llegó a disparar, pero la bala no alcanzó a los agentes. Los policías redujeron al delincuente, lo desarmaron y detuvieron.

El agente que resultó herido fue trasladado al hospital Virgen del Rocío, donde estuvo ingresado durante todo el día de ayer. Tuvieron que coserle la herida de la cabeza con ocho grapas y también padece molestias en la maníbula y en el cuello. El subdelegado del Gobierno en Sevilla, Ricardo Gil-Toresano, se ha puesto en contacto con los sindicatos policiales y le ha deseado al herido una pronta recuperación. Se ha comprometido a proponerles para una condecoración por un servicio heroico.

La agresión se produjo en un momento en el que había muy pocos agentes de la Policía Nacional en Sevilla, la mayoría de ellos concentrados en el real de la Feria. Para el resto de la ciudad quedaban muy pocos patrulleros. Algunas fuentes apuntan a que durante la mayor parte de la noche sólo hubo un patrullero disponible para atender los servicios que entraban por el 091. La situación de la plantilla de la Policía Nacional en Sevilla sigue siendo crítica, con un importante déficit de agentes.

El detenido permanece en las dependencias policiales, a la espera de pasar a disposición judicial en las próximas horas. Numerosos policías consultados ayer por este periódico expresaron su malestar porque este individuo, con numerosos delitos en su historial y considerado muy peligroso, continuara en libertad y no se encontrara en prisión en este momento.

La agresión a los policías se produjo unos días después de una nueva intervención policial contra el tráfico de drogas en Los Pajaritos. En esta ocasión fue arrestado un hombre de 47 años que llevaba una bolsa con cocaína. También hubo una persecución por las calles del barrio, que acabó con la detención del sospechoso en la calle Mirlo. Este hombre se colocó en mitad de la calle para impedir el paso de un coche de la Policía, facilitando así la huida de una persona que iba con él, probablemente también cargada de droga.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1383 en: 09 de Mayo de 2017, 08:47:26 am »

Absueltas 60 familias del poblado de Las Sabinas de Guadarrama acusadas de robar luz


    8 may. 2017 14:12

Desestima las peticiones de la Fiscalía e Iberdrola por entender que los inspectores entraron a las chabolas sin una orden judicial.

Más de 60 familias asentadas en el poblado chabolista de Las Sabinas, enclavado junto al río Guadarrama, entre los municipios de Móstoles y Arroyomolinos, han sido absueltas de un delito de defraudación de energía, para quienes la Fiscalía e Iberdrola pedían más de 100.000 euros en multas.

La sentencia del juzgado de instrucción número 2 de Móstoles, a la que ha tenido acceso Efe, desestima las peticiones de multas e indemnizaciones que tanto la Fiscalía como Iberdrola pedían para estas familias que viven en este asentamiento ilegal por entender que los inspectores entraron a las chabolas sin una orden judicial.

Los hechos se remontan al 21 junio de 2016, cuando la compañía eléctrica, habiendo comprobado el día anterior los enganches ilegales de varias de las casas, cortó el suministro eléctrico a 96 familias del asentamiento -a la altura del kilómetro 25 de la autovía de Extremadura(A-5)-, denunciando además a varias de ellas por este motivo.

Iberdrola sospechaba que en el poblado podían estar enganchando sus casas a una torre de electricidad que da suministro a unas instalaciones del Canal de Isabel II, por lo que contrató a unos inspectores de la empresa 'Marsan Ingenieros', quienes instalaron unos amperiómetros en los patios de las viviendas para investigarlo.

La jueza aclara en la sentencia que los patios "forman parte de la morada o domicilio de los denunciados" y que, de este modo, para entrar en ellos "era preciso o bien una resolución judicial motivada (que no se solicitó en este caso) o bien la autorización de los respectivos titulares".

De esta manera, el juzgado entiende que los inspectores de 'Marsan Ingenieros' entraron sin orden judicial -pese a hacerlo acompañados por agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana y del Pacprona (Guardia Civil)- y sin informar a los vecinos de que, entre otras cosas, tenían derecho a no declarar contra sí mismos.

Por ello, y "sustentándose la investigación penal en una prueba ilícitamente obtenida", la jueza ha decidido finalmente dictar una sentencia absolutoria para las más de sesenta personas acusadas del delito de defraudación de energía, por el cual la Fiscalía pedía más de 140.000 euros -Iberdrola elevaba la cifra a más de 360.000 euros-.

La Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Móstoles llevan años buscando una solución para desmantelar este asentamiento ilegal y realojar a los habitantes que cumplan una serie de requisitos -cosa en la que no se han puesto aún de acuerdo-, bien sea en el propio municipio o en otras localidades colindantes.

En noviembre de 2013, ambas instituciones llegaron a un principio de acuerdo -con una inversión prevista de ocho millones de euros- para el desmantelamiento del núcleo chabolista -el objetivo era concluir el realojamiento a finales de 2017-, pero, después de varios anuncios, el realojo aún no ha comenzado.

La intención es que, una vez realojados los vecinos y desaparecidas todas las casas, se recupere el entorno natural, situado en el Parque Regional del Curso Medio del río Guadarrama, y se impida que se asienten nuevas familias.



 
 

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1384 en: 18 de Mayo de 2017, 07:29:17 am »
Las administraciones firman el plan para solucionar los problemas de la Cañada Real

        CARLOS FRÍAS CRUZ
 
    17 may. 2017 16:23

El pacto tiene como objetivo ordenar la zona y garantizar los derechos de sus habitantes

El acuerdo alcanzado da un plazo de dos años para abordar el asunto de las nuevas viviendas

Los políticos, de mano de representantes vecinales y organizaciones del ámbito civil, han firmado el plan para terminar con los problemas que arrastra la Cañada Real Galiana. Los ayuntamientos de Madrid, Coslada y Rivas Vaciamadrid, junto a todos los grupos parlamentarios de la Asamblea de Madrid y a la presidenta de la Comunidad, Cristina Cifuentes, han estampado su firma mañana en el Pacto Regional para el área con el objetivo de ordenar la zona y garantizar los derechos de sus habitantes.

La intervención en la Cañada Real se hará sobre una extensión superior a 14 kilómetros. En el sexto sector de la zona viven cerca de 150 familias y está afectado por problemas medioambientales que hacen inviable su habitabilidad. Este tramo de la Cañada también es el más afectado por el tráfico y el consumo de drogas. El Ayuntamiento de la capital considera primordial la reubicación de estas personas a través del consistorio y la Agencia de la Vivienda Social de la Comunidad.

El pacto firmado tiene la premisa de garantizar el derecho a la vivienda a todos los habitantes de la Cañada que cumplan requisitos previos, como estas censados antes de diciembre de 2011. Para quienes no estuviesen inscritos en los registros municipales en esa fecha los agentes políticos se han comprometido a estudiar la posible celebración de un convenio que encuentre una solución residencial. El acuerdo alcanzado da un plazo de dos años para abordar el asunto de las nuevas viviendas.

La delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Concepción Dancausa, también ha estado presente en representación del Ejecutivo de Mariano Rajoy. Dancausa ha asegurado que llevará el documento firmado al ministerio del Interior, órgano competente para poder ejecutarlo.

Cristina Cifuentes ha dejado claro que el pacto al que han llegado las distintas administraciones no está sujeto a "cambios políticos" y que será de obligado cumplimiento. La alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, ha afirmado que las instituciones ya no pueden alcanzar ciertos objetivos sin "la participación de la ciudadanía". Un hombre ha recriminado gritando a la regidora de la capital que no se acordase de las asociaciones de vecino de la Cañada Real, tras lo que se ha levantado de su asiento y ha intentado marcharse de la sala, aunque finalmente ha renunciado a ello.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1385 en: 31 de Mayo de 2017, 10:52:16 am »

El Gobierno impugna el convenio entre las policías de Madrid y Rivas «por ser ilegal»


El Estado recuerda que los agentes no pueden actuar fuera de sus límites municipales

CARLOS HIDALGO
31/05/2017 00:35h - Actualizado: 31/05/2017 00:35h
La Delegación del Gobierno va a impugnar el convenio por el cual la Policía Municipal de Madrid puede actuar, en el ámbito de la Cañada Real, en el término de Rivas, y viceversa. Se trata de un acuerdo firmado entre ambos Ayuntamientos y que la Abogacía del Estado concluye que «es contrario a la Ley». El asunto deberá dirimirse en un juzgado de lo Contencioso-Administrativo y, en el relato de los hechos, se solicita, mientras se llega a una resolución, la suspensión del contenido del pacto como medida cautelar.

El 16 de febrero, el Ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, presidido por Pedro del Cura (IU), anunció a bombo y platillo un convenio entre su Policía Local y la Municipal de Madrid (Ayuntamiento dirigido por Manuela Carmena, de Ahora Madrid, la marca municipal de Podemos): con el pretexto de «combatir con mayor eficiencia y actuar con más eficacia» las infracciones de la legalidad urbanística, medioambiental y sanitaria en la Cañada Real, los agentes de la capital podrían actuar en el término ripense, y estos en Madrid.

Se da la circunstancia de que estos dos gobiernos locales son los que más problemas han puesto a la hora de firmar el Pacto entre Delegación del Gobierno, Comunidad y consistorios afectados para acabar de una vez por todas con el macroasentamiento marginal en la zona.

Informe desfavorable

El anuncio se hizo a espaldas del organismo gubernamental que dirige Concepción Dancausa, que, además, desconocía. Por eso, al día siguiente, solicitó un informe al Ministerio del Interior para comprobar si se ajustaba a la legislación vigente. El 23 de febrero, se recibía la contestación: el convenio es contrario al artículo 51.3 de la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

El documento ministerial concluía que la situación «especial y extraordinaria» que esgrimen Carmena y Del Cura, amparándose supuestamente en la ley autonómica de Coordinación de Policías Locales, choca con lo que establece el texto orgánico: ese «trasvase» de agentes entre municipios solo puede darse en «una situación de emergencia». Es más, la ley estatal prevé otras formas de colaboración entre Cuerpos que no sea trabajar fuera de su demarcación.


El 27 de febrero, Rivas  celebró su Junta de Seguridad. En ella, el consejero técnico de la Delegación del Gobierno mostró su contrariedad por la ocultación del convenio a su organismo, que, además, «excede las competencias municipales».
Análisis de la Abogacía del Estado

En esa reunión, el propio teniente coronel de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid incidió en que «no se puede firmar un convenio entre municipios sobre asuntos de la competencia estatal». No hay lugar para sistemas paralelos y recuerda que la Policía Local es colaboradora de las Fuerzas del Estado.
Con todo, el 5 de abril, Madrid y Rivas firmaban el protocolo de marras, sobre el que Interior volvió a referirse de manera negativa. Así, la Delegación del Gobierno encargó su análisis a la Abogacía del Estado, que ha concluido que hay razones legales para su impugnación.
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RELACIONADA

Firma histórica del pacto entre todos los partidos para acabar con la Cañada Real
Se presentará en los juzgados en los próximos días. El tribunal de lo Contencioso-Administrativo, en el caso probable de que acepte el recurso, deberá también decretar si procede la suspensión del acuerdo.
Es precisamente eso lo que ocurrió con el caso de la reducción de 37,5 a 35 horas de la jornada laboral para empleados y funcionarios municipales; en ese caso, la ley entiende que  los consistorios no pueden establecer horarios para este tipo de trabajadores, que suponen, además, un agravio comparativo para otros adscritos a organismos estatales

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1386 en: 31 de Mayo de 2017, 15:49:25 pm »
Estaba cantado . . . era abrir un melón que nunca lo iban a permitir . . .

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1387 en: 14 de Julio de 2017, 07:15:50 am »

Cañada Real: así se formó durante más de 40 años el mayor asentamiento irregular de España

Un pacto de todos los partidos madrileños busca una solución al enmarañado paisaje de clases medias, humildes trabajadores inmigrantes, especuladores y la más absoluta marginalidad

J. A. Aunión

Madrid 12 JUL 2017 - 08:58 CEST   

Era julio de 1978. Tal vez agosto. Lo que es seguro es que acababan de recoger la cosecha cuando Gregorio Montes se hizo con unas estacas y unos cables y delimitó con ellos una finca en mitad del campo, junto al camino, a 14 kilómetros de la Puerta del Sol de Madrid y a 3,5 del centro de Coslada. Había que esperar; si en una semana no venía nadie a reclamarla, ya era suya. Así, como en una de esas películas de la conquista del oeste, había ido poblándose, gota a gota desde los años sesenta, la Cañada Real Galiana. Y así siguió haciéndolo después.

En realidad, eso no es lo extraordinario de esta historia; otros barrios, hoy perfectamente legales, también nacieron en su día a partir de viviendas levantadas a las bravas. Lo que es más difícil de explicar es por qué no se arregló la situación de la Cañada mucho antes de convertirse en el asentamiento irregular (con toda probabilidad) más grande de España. Antes de que miles de vecinos generaran un entramado urbano y social consentido por las administraciones durante décadas. Antes de que se transformara en el monumental enredo que es hoy, con clases medias en auténticos chalés de lujo, bolsas de pobreza extrema en infraviviendas, colonias de trabajadores inmigrantes y especuladores que hacen negocio aprovechando la confusión; con sus bares, talleres, chatarrerías, cuadras de caballos, vertederos ilegales y un hipermercado de venta de droga que, aunque ocupa una pequeña parte de los 14,4 kilómetros de la antigua vía pecuaria, proyecta su oscura imagen sobre todos los demás.
Más de 40 años de Cañada Real|Madrid.

Las primeras estimaciones llegaron a hablar de 40.000 habitantes, sin embargo, las ONG calculan que son 8.000 y el censo oficial los reduce a 7.283 (de ellos, 2.548 menores). Tomando la cifra más modesta, si fuese un municipio, sería más grande que el 65% de los pueblos de Madrid. El embrollo es de tal calibre, que ha sido necesario más de un lustro de intentos para empezar a atisbar una solución. El pasado 17 de mayo firmaron un pacto todos los grupos políticos presentes en la Asamblea de Madrid y en los Ayuntamientos de Coslada, Madrid y Rivas, por los que discurre el asentamiento. Un acuerdo que está apenas dando en estos momentos los primeros pasos de un proceso de regularización que se prevé largo y difícil, visto el historial de la Cañada.
Los pioneros
Cañada Real: así se formó durante más de 40 años el mayor asentamiento irregular de España ampliar foto

Mucho antes de todo eso, en la primera mitad de los años ochenta, la Consejería de Vivienda de la Comunidad hizo un plano detallado de sus construcciones. Estuvo colgado durante años en una de las paredes de sus oficinas. “Recuerdo que ya había edificios de dos plantas con estructuras metálicas, había bares, algún prostíbulo… Entonces era un caso de urbanizaciones ilegales, no tenía nada que ver con los problemas de chabolismo marginal y drogas”, explica por teléfono Eduardo Mangada, que fue el primer consejero de urbanismo de la región con los Gobiernos socialistas de Joaquín Leguina, entre 1983 y 1991.

De hecho, las urbanizaciones ilegales, levantadas en terrenos no urbanizables, eran un problema tan extendido en toda la región, que el Gobierno aprobó en 1985 una ley para intentar regularizarlas. El asentamiento de la Cañada, sin embargo, se quedó fuera. “No pudimos incluirlo. Primero, porque los terrenos pertenecían todavía al Estado [como todas las vías pecuarias] y, segundo, porque afectaba a varios Ayuntamientos. Además, tampoco vimos ninguna organización vecinal clara que nos pudiera servir como interlocutor. Lo dejamos por imposible; teníamos otras urgencias”, confiesa Mangada.

Entonces, la pequeña zona que está más al norte, completamente consolidada dentro del casco urbano de Coslada, era la más poblada. El asentamiento había comenzado en ese tramo en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado con familias recién llegadas a la capital en busca de trabajo. En 1988 buena parte de los vecinos habían comprado sus parcelas al Estado, según un trabajo de aquel año de la profesora de Arquitectura María Teresa Franchini titulado Una ciudad lineal espontánea. En el resto de la Cañada, la ocupación era todavía muy incipiente; de las 366 viviendas que contabilizó Franchini, la gran mayoría eran segundas residencias, casas de campo con huerto, además de algunas granjas. Solo 71 familias residían de forma permanente, según aquel estudio.
Imagen tomada del estudio de 1988 de María Teresa Franchini titulado ‘Una ciudad lineal espontánea’. ampliar foto
Imagen tomada del estudio de 1988 de María Teresa Franchini titulado ‘Una ciudad lineal espontánea’.

Una de esas familias era la de Gregorio Montes, que había llegado a Madrid desde Córdoba una década antes para trabajar en la Peugeot. Y otra la de Vanessa Valenzuela, que llevaba en la Cañada desde los dos años y allá por 1988 apenas había cumplido los nueve. El camino de tierra o la ausencia de conexiones a la luz, al agua y al alcantarillado —que cada uno remediaba como podía— delataban que su barrio no era exactamente igual que los otros, pero aquello tenía otras ventajas que lo compensaban. “Crecer en la Cañada es lo mejor que he podido hacer, porque estaba en el campo, pero muy cerca de la ciudad”, decía hace unas semanas, cumplidos ya los 37 años. Su hijo, como ella, está creciendo en una zona que, pese al título de irregular, parece a ratos sacada de cualquier urbanización de chalés adosados de la región.

“Ya te digo, el único problema son los servicios, que son un poco precarios. Y es lo que llevamos reclamándole a la administración mucho tiempo”, insiste Valenzuela, actual presidenta de la Asociación de Vecinos de la Cañada Real de Merinas. La profesora Franchini ya mencionaba en su trabajo de 1988 esta asociación, por ser la más antigua y por haber inspirado a las demás. Entonces, ya peleaban por comprar los terrenos y conseguir los servicios de asfaltado, saneamiento y luz que tenían sus vecinos del norte, los de Coslada. Entre otras cosas, porque estaban pagando el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) al Ayuntamiento de Madrid.
Pioneros de la Cañada Real |Madrid.

Estas asociaciones de vecinos han sido durante años un auténtico poder administrativo, coordinando muchas veces la recogida de dinero para contratar abogados o para asfaltar las calles. Hasta el punto de que han llegado a ejercer como una especie de notario en las compraventas de unos terrenos que, en realidad, no se podían comprar ni vender porque no eran suyos. Se hacía (y se ha seguido haciendo después) bajo la forma de cesión de uso a cambio de dinero y se formalizaba con contratos entre particulares.

Ángel García, uno de los portavoces de los residentes del sector 5, compró un terreno hace 11 años, perfectamente consciente de lo que hacía y dónde lo hacía. Arquitecto de profesión, pertenece a una nueva generación que aterrizó en la barriada por contacto con los pioneros. “Yo llegué aquí un poco de rebote, porque la que realmente lleva aquí toda la vida es la familia de mi mujer. Cuando nos casamos, me dijo: a ver si compramos algo… Yo en principio era un poco reacio, pero bueno, al final compramos. Y, como el que juega a la lotería, me jugué 30.000 euros”, dice en el jardín de su imponente chalé que él mismo levantó.
“El culo de Madrid”

Una mañana de mayo de 1994, las máquinas excavadoras comenzaron a derribar chabolas en el poblado del Camino de los Toros, en el barrio de San Blas. El medio centenar de personas que vivían en ellas apenas tuvieron tiempo de recoger sus cosas antes de que el Ayuntamiento de Madrid les trasladase hasta el extremo sur de la Cañada Real, el sector 6, muy cerca de la incineradora de Valdemingómez.

Allí encontraron maderas y materiales que había dejado Cáritas para que pudieran construir sus nuevas casas. La intención inicial del Consistorio, gobernado por José María Álvarez del Manzano (PP), era construir unas viviendas prefabricadas (la obra ya estaba incluso adjudicada), pero la oposición municipal y la Comunidad se interpusieron. De hecho, rechazaban la idea misma del traslado. El concejal del PSOE José María de la Riva criticó que quisieran llevar a los chabolistas, gitanos en su mayoría, “al culo de Madrid”.
Los chabolistas de San Blas, en junio de 1994, un mes después de su llegada a la Cañada.
Los chabolistas de San Blas, en junio de 1994, un mes después de su llegada a la Cañada. SANTOS CIRILO

Cuando llegaron los nuevos vecinos, los habitantes que ya ocupaban el sector 6, algunos desde los años setenta exactamente igual que los del norte, organizaron protestas y llegaron a cortar la autovía de Valencia para reclamar la legalización de sus terrenos y el acceso que se les negaba al agua y a la luz. "No protestamos contra los gitanos, sino por la forma en que se ha procedido al realojo por parte del Ayuntamiento", le dijo entonces a EL PAÍS Juan José Escribano, erigido como portavoz de los que habían salido a protestar.

En casi cualquier historia que se cuente sobre la Cañada aparece en algún momento el nombre de Escribano. Llegó al sector 6, con 18 años, en 1977 y se hizo con unos terrenos por el método habitual, es decir, vallándolos. En uno de ellos montó una granja ilegal de cerdos que le derribaron en 1990. Aquello fue un enorme disgusto, asegura, pero se recuperó, continuó trabajando en la construcción y, años después, emprendió un nuevo negocio: hacer conexiones ilegales de agua a las casas del asentamiento. Asegura que lo decidió tras la llegada de los chabolistas procedentes de San Blas, a los que el Ayuntamiento había colocado una fuente mientras a ellos les denegaban una tras otra las peticiones. “Y empecé con las máquinas a zanjear… Venían los del Canal [de Isabel II], sí, y comprobaban que los materiales fueran buenos, pero eso es lo único que se metían conmigo”.

Entre finales de los ochenta y mediados de los noventa el agua y la luz llegaron en forma de enganches precarios a la mayor parte de los seis sectores. Solo Escribano y su cuadrilla conectaron, según calcula él mismo, unas 700 viviendas; teniendo en cuenta que hay contabilizadas 2.537 edificaciones en todo el territorio. Él cobraba 150.00 pesetas (900 euros) por cada enganche de agua y 300.000 (1.500 euros) por el de luz. Y, aunque sostiene que el trabajo era tan costoso que a veces no cubría gastos, lo cierto es que cuando terminó había reunido suficiente dinero como para montar un club de alterne.
Juan José Escribano, vecino del sector 6, explica su experiencia como empresario de club de alterne. Foto: SAMUEL SÁNCHEZ

Como la granja de cerdos, el prostíbulo se lo acabaron cerrando. Y también de forma injusta, se queja. Pero él continuó con sus negocios en Cañada, como el de un vertedero ilegal que le reportó, según cálculos policiales, casi un millón de euros antes de incendiarse y arder durante semanas en el verano de 2015 (en este caso, asegura que se lo quemaron por venganza). Después abrió un bar llamado Las Rumanas junto a su casa, muy cerca de la autovía de Valencia, que ya no luce cartel a la entrada porque sobre él pesa una orden de cierre.

En la Cañada hay todo tipo de negocios —desde chatarrerías a granjas, talleres o cuadras— que son ilegales o, al menos, irregulares porque están en terrenos ocupados. Pero el caso de Escribano es distinto, pues desde las Administraciones le ponen como un ejemplo claro de las personas que han especulado, se han aprovechado de los huecos (socavones) legales en los que ha vivido la zona y de sus propios vecinos. Igual que los abogados que les sacaron dinero prometiendo regularizaciones imposibles, los que levantaron edificios de viviendas que alquilan a inmigrantes desavisados o los que se lucraron vendiendo y troceando terrenos que no eran suyos.
Un terreno comprado en la Cañada.

Es cierto que centenares de familias marginales respondieron al efecto llamada al que contribuyó el propio Ayuntamiento con el realojo dirigido del año 94, trasladando allí su vida y sus chabolas. Pero gran parte de los que llegaron durante el gran boom poblacional de la Cañada en los años noventa y 2000 (españoles, tanto payos como gitanos, pero sobre todo extranjeros, marroquíes, rumanos, búlgaros, ecuatorianos….) lo hicieron pagando por los terrenos mediante aquel antiguo método de la cesión. Algunos, conscientes de que aquello no era legal. Pero muchos otros, engañados o, al menos, muy desorientados.

Y eso sigue ocurriendo hoy, asegura Pedro del Cura (IU), alcalde de Rivas-Vaciamadrid, cuyo casco urbano está completamente pegado a varios sectores de la Cañada, sobre el todo al 5. Cuando se menciona este Ayuntamiento, muchos vecinos del barrio irregular endurecen el gesto y se ponen en guardia. Consideran a Rivas su archienemigo, el verdadero malo de esta película porque siempre se ha opuesto a una regularización generalizada, recordando que hay muchas viviendas imposibles de legalizar y que entre las situaciones de miseria se cuelan muchos caraduras.

La casa de Abdul

Cuenta Vanessa Valenzuela, la mujer de 37 años que ha crecido en el sector 2 y hoy preside la asociación vecinal, que antes, cuando decía que vivía en la Cañada, nadie sabía qué era eso. “Era como decir que vivías en Marte”. Hasta 2007, con la explosión mediática del asentamiento que siguió a la batalla campal entre la policía y los vecinos que querían parar el derribo de la casa de un joven marroquí llamado Abdul y su familia.

Todas las miradas se volvieron entonces a la Cañada. Y se encontraron con esa realidad completamente ya enredada y en la que sobresalía, sobre todo lo demás, la parte más marginal de chabolas y pobreza extrema. Y, con luz propia, la droga, con sus terribles imágenes de yonquis que deambulan en busca de un chute y de las famosas cundas (los vehículos que les transportan desde la ciudad).

Hacía tiempo que una parte del sector 6 se estaba utilizando como almacén de cargamentos de droga, pero a raíz del desmantelamiento en la primera mitad de los años 2000 de los núcleos chabolistas en los que se vendía (como la Celsa o las Barranquillas), el negocio del menudeo se trasladó allí. La Delegación de Gobierno llegó a calcular una venta de unas 12.000 dosis diarias.

Ante semejante panorama, se aceleró la llegada de organizaciones sociales.
Las organizaciones sociales de la Cañada.  Susana Camacho, de la Fundación Secretariado Gitano. Foto: SAMUEL SÁNCHEZ

Poco antes del derribo de la casa de Abdul, había llegado a la Parroquia de Santo Domingo de la Calzada el padre Agustín Rodríguez. “La parroquia está justamente en medio del enclave de la droga y uno tenía la sensación de que toda la Cañada era así. También es verdad que no tardas mucho en descubrir que eso no era cierto”. Explica el padre Agustín cómo, poco a poco, fue descubriendo esas otras realidades de la Cañada, a los pioneros, las oleadas de inmigrantes y a los pobres más pobres que se han ido conformando como un auténtico pueblo, con sus bondades y sus miserias, sus fiestas, sus espacios vecinales de actividades, sus parques y sus bares, con su parroquia y sus dos mezquitas. Con su deseo de existir.

Una existencia que se consintió durante décadas en las que no solo se les había dejado tranquilos, sino que se les empadronó, se les cobró el IBI e incluso se les llegó a indemnizar cuando las obras del AVE o de la M-50 tuvieron que atravesar sus parcelas, Hasta que a mediados de la década del 2000 el Ayuntamiento de Madrid inició (con Alberto Ruiz Gallardón, del PP, como alcalde) expedientes masivos de derribo. Algunos dicen que aquello empezó cuando las expansiones urbanísticas de la capital llegaron hasta las puertas de la barriada, con el ensanche de Vallecas y, sobre todo, con los desarrollos de El Cañaveral, los Ahijones y los Berrocales. “Yo no puedo decir si fue así. Lo que es cierto es que coincide en el tiempo”, apunta Agustín Rodríguez.

En cualquier caso, la estrategia se topó con la resistencia y la contestación social que se pudo ver en la casa de Abdul. A lo que se unió la apertura de una batalla judicial de final incierto para la Administración y sobre la que aún tiene que pronunciarse el Tribunal Europeo de Derechos Humanos. Así que pronto comenzaron los intentos de legalizar la barriada, con la Ley de la Cañada Real de 2011 (oficialmente dejó de ser una vía pecuaria) y el Acuerdo Marco de 2014. Con algún proyecto bastante exótico de por medio, como el que presentó en enero de 2013 Ignacio Gonzalez, sucesor de Aguirre en la presidencia regional, que proponía convertir la Cañada en una urbanización de chalés adosados.
Un proyecto de chalés en la Cañada.

Pero las cosas eran harto más complicadas de lo que parecía, no solo por las competencias troceadas entre administraciones y departamentos (urbanismo, servicios sociales, seguridad...), sino por problemas prácticos de difícil resolución (por ejemplo, que ningún técnico va respaldar la legalización de una casa bajo una enorme torre de alta tensión, sobre las vías del AVE o un gasoducto). Ahora, sin embargo, las esperanzas de solución han reverdecido con la firma en mayo pasado el Pacto por la Cañada Real. ¿Por qué? Porque esta vez todo el mundo se ha subido al carro. Es decir, que no se trata de un acuerdo entre Gobiernos, sino que lo han firmado todos los grupos políticos presentes en la Asamblea de Madrid y en los Plenos de los Ayuntamientos de Coslada, Madrid y Rivas.
Quién se queda y quién se va

El Comisionado de la Comunidad de Madrid para la Cañada, José Antonio Martínez Páramo —con la ayuda del Comisionado de Ayuntamiento de Madrid, Pedro Navarrete, y las 12 entidades sociales que trabajan en la zona—, trata de coordinar el laberinto administrativo de competencias y poner en marcha el acuerdo. Aparte de un plan de choque con 1,5 millones de euros para mejorar los servicios de asfaltado, luz y agua, el pacto prevé regularizar la mayor parte del sector 1 —una vez que Coslada apruebe algunos cambios normativos necesarios—, y desmantelar el conflictivo sector 6, ubicado todo él dentro del Parque Natural del Sureste. En el resto de zonas, de la 2 a la 5, habrá que estudiar, dicen, caso por caso.
Los sectores de la Cañada.  El Comisionado del Ayuntamiento de Madrid para la Cañada Real. Foto: SAMUEL SÁNCHEZ

El punto de partida es el realojo o la expropiación con indemnizaciones para los dueños de las viviendas que haya que tirar, siempre que lleven viviendo allí desde antes de 2011, cuando se aprobó la Ley de la Cañada. Los que se queden en sus casas deberán pagar el suelo para poder convertirse en propietarios legales. Pero a partir de ahí, las cosas están todavía muy abiertas, con lo que se prevén enconadas discusiones sobre quién se queda y quién se va, cuánto valen los terrenos, qué pasa con los que no puedan pagarlos y a cuánto ascenderán las indemnizaciones, qué mecanismos se fijan para impedir después la especulación, dónde serán los realojos (dentro o fuera de Cañada, en casas o en viviendas en altura) o qué pasará con todos los negocios ilegales (se ha planteado la posibilidad de trasladar algunos al sector 6).

Los vecinos, por su parte, aunque tendrán voz y voto a través de los organismos de representación, se mueven entre el recelo, la desconfianza y el rechazo frontal en buena parte del sector 6. Estos últimos reclaman al menos una oportunidad de quedarse, como el resto. Y los demás tienen miedo de ser aplastados por la maquinaria burocrática. El texto del pacto hace un cálculo inicial en el que el 75% de las viviendas sufren afecciones urbanísticas, ambientales y acústicas irresolubles.

Agustín, el párroco de Santo Domingo de la Calzada, está, a pesar de todo, muy esperanzado con el proceso que se abre ahora. Y eso que se considera un afectado más por el desmantelamiento previsto de la zona más conflictiva. Pero habla de legalidad, de paciencia en un camino que será muy largo y de todo lo que se puede aprender sobre la resolución de problemas si consiguen arreglarse en un sitio tan enredado, tan conflictivo. Aunque no puede evitar acordarse de “los que no han sobrevivido a la Cañada, los que han visto perder sus casas, que se han ido con una mano delante y otra detrás”.

Fátima Machado, gitana viguesa de 42 años, llegó al sector 3 de la Cañada en 2011 con sus seis hijos y montó su chabola sobre el túnel de las vías del AVE, junto a algunos familiares que ya se habían asentado allí. Aunque desde 2013 se paralizaron la mayoría de derribos en la Cañada (salvo los de las casas que se usan como punto de venta de droga), los jueces sí han autorizado algunos. A Fátima, a petición del Ayuntamiento de Rivas, le tocó el pasado noviembre.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1388 en: 18 de Julio de 2017, 10:02:29 am »

La Policía toma la barriada de Los Milagros en El Puerto por una reyerta entre dos clanes



Dos detenidos y varias armas intervenidas, como resultado de un importante dispositivo que ha necesitado de una treintena de agentes

MARÍA ALMAGRO El Puerto
17/07/2017 23:13h - Actualizado: 17/07/2017 23:15h.

Una treintena de agentes de la Policía Nacional sitiaban en la tarde de este lunes la barriada de Los Milagros en El Puerto como medida de contención ante el riesgo de que se produjeran graves altercados entre dos clanes rivales. El importante operativo se desplegó después de que durante el día hubiera una pelea entre diferentes miembros de estas familias, una disputa que viene de lejos y que pudo terminar de manera trágica de no ser por la intervención policial.

Aunque al parecer las rencillas vienen de lejos entre estos dos clanes, ha sido este lunes cuando estos ‘asuntos pendientes’ han podido ir a más. Pasadas las tres y media de la tarde se daba aviso a la Policía de que se estaban produciendo graves incidentes en la barriada. Algunas llamadas alertaron incluso de que se habían escuchado disparos de escopeta. En el barrio, entre las calles Virgen de la Oliva y Nuestra Señora de Regla se arremolinaban los vecinos. Se oían gritos, insultos, amenazas e incluso se pudieron ver algunos amagos de agresión. La tensión iba en aumento.

Casi cuando se alcanzaban las cuatro de la tarde llegaron las fuerzas policiales. Tres radiopatrullas de Policía Nacional apoyados por dos vehículos de Policía Local. Los agentes entraron al bloque número cuatro de la calle Nuestra Señora de Regla. Allí se habían parapetado los miembros de uno de los clanes implicados en la pelea. Por las ventanas se podía ver como algunos de ellos seguían profiriendo amenazas a los que les esperaban en la calle. “¡Esos cartuchos te los vas a comer!”, gritaban.

Pasados unos minutos, cuando todo parecía que se había tranquilizado, uno de los implicados que permanecía en el interior salió repentinamente del portal, pegó un salto sobre el techo de uno de los coches que estaban estacionados en la vía y armado con un cuchillo jamonero intentó apuñalar a otra persona que estaba fuera. Ante esta situación, los agentes actuaron con rapidez. De inmediato pudieron reducirlo tirándolo al suelo y allí mismo le esposaron quedando detenido. Fue entonces cuando la tensión de nuevo fue a más. Un hermano intentó impedir el arresto de su familiar arremetiendo también contra los agentes por lo que también fue detenido.

En ese momento los policías se vieron rodeados por numerosas personas que les recriminaban que se los llevaran arrestados e incluso les llegaron a tirar diferentes objetos desde las ventanas. Pero, a pesar de los momentos de nerviosismo vividos, finalmente los agentes pudieron terminar la intervención sin que ninguno de ellos ni de los presentes fuera agredido. La rapidez en la actuación fue crucial.

Pero ante el cariz que había tomado la situación, horas después se decidió hacer un operativo de control y contención en la zona. Para ello fue necesario el apoyo de una treintena de agentes, entre radiopatrullas y la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de El Puerto que contó con un refuerzo de Jerez. Llegaron también zetas procedentes de Rota, además de la colaboración de algunos agentes de la Policía Local de El Puerto.

Tras una nueva inspección en la zona, policías de la UPR pudieron localizar dos palos de grandes dimensiones que utilizan habitualmente estos clanes en sus reyertas y también una daga, además del cuchillo intervenido al detenido. Al parecer, tras lo sucedido, se sospecha que habían llegado miembros de estos clanes desde otros puntos de la provincia como desde Algeciras y La Línea. La situación finalmente fue controlada y, al cierre de esta edición, no se produjeron nuevos incidentes.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1389 en: 28 de Julio de 2017, 09:51:14 am »
Detenido tras atrincherarse con un revólver en Su Eminencia

La Policía Nacional envió a un negociador y a los Goes para reducir y arrestar al individuo armado

J. MUÑOZ - F. PÉREZ ÁVILA
28 Julio, 2017 - 00:57h

Un hombre fue detenido anoche por la Policía Nacional después de atrincherarse durante más de tres horas en la calle Vasco de Gama de la barriada de Su Eminencia armado con un revolver con el que asustó a algunos vecinos, lo que provocó que la zona quedase acordonada todo ese tiempo.

El suceso se produjo en torno a las 21:10, hora en que la Policía recibió una llamada en la que se alertaba de que se había visto a un hombre empuñando un arma de fuego en esta barriada.


EL SOSPECHOSO RECLAMÓ AL NEGOCIADOR DE LA POLICÍA ALGO DE COCAÍNA Y UNA BEBIDA ENERGÉTICA


La Policía Nacional trasladó de inmediato al lugar de la llamada varias patrullas, que procedieron entonces a perseguir al sospechoso, que se atrincheró en la calle Vasco de Gama. También acudieron varias dotaciones de la Policía Local de Sevilla.

La Policía Nacional activó en ese momento el protocolo de actuación previsto en estos casos, acordonando la zona y cortando al tráfico la calle Vasco de Gama. También se trasladó a la zona un negociador para entablar contacto con el individuo para tratar de convencerle de que depusiera su actitud y entregara el arma. En las conversaciones con el negociador, el sospechoso, que no paraba de deambular a un lado y a otro de la calle, llegó incluso a pedir que le facilitaran cocaína y una bebida energética, en concreto un Redbull.

Según las mismas fuentes, al cierre de esta edición no se había podido determinar si el arma que empuñaba el sospechoso era real o de fogueo, aunque no se habría producido ningún disparo.

Al lugar del suceso también se trasladaron efectivos de los Grupos de Operaciones Especiales de Seguridad (Goes), que son los que en un momento de descuido del individuo lograron reducirlo en torno a las 00.20, poniendo de esta forma fin a más de tres horas de tensión en la barriada de Su Eminencia.

La actuación del individuo armado generó una gran preocupación y escenas de pánico entre los vecinos de esta barriada, que pudieron ver además el importante despliegue policial llevado a cabo en la zona para lograr reducir al sospechoso, cuya identidad no había trascendido al cierre de esta edición.

Otras fuentes consultadas por este periódico apuntan a que el individuo, antes de atrincherarse en la calle Vasco de Gama, habría intentado quitarse la vida precipitándose al vacío desde un edificio. Según estas mismas fuentes, se habría parapetado con el arma de fuego tras haber fracasado en ese intento de suicidio.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1391 en: 18 de Septiembre de 2017, 12:58:22 pm »


Dos heridos en un tiroteo en el barrio de La Coma en Paterna



Imagen del hombre herido en el tiroteo. / LP

Una veintena de patrullas de la Policía Nacional y Policía Local han acudido con urgencia para auxiliar a las víctimas


JAVIER MARTÍNEZValencia
Lunes, 18 septiembre 2017, 12:27
Dos hombres han resultado heridos esta mañana en un tiroteo en el barrio de La Coma en Paterna. Una veintena de patrullas de la Policía Nacional y Policía Local han acudido con urgencia para auxiliar a las víctimas y detener a los implicados. Uno de los heridos ha acudido al centro de salud de Valterna. Este individuo ha recibido un disparo y su vida no corre peligro. La Policía Nacional lo ha detenido después de que recibiera atención médica. Los sangrientos hechos han ocurrido minutos antes de las diez de la mañana en la plaza Benicarló, donde ya se registró otro tiroteo el año pasado, concretamente el 27 de octubre de 2016. Un ajuste de cuentas entre dos clanes de etnia gitana ha desencadenado el enfrentamiento armado, según las primeras investigaciones. Los testigos han salido corriendo cuando han escuchado los disparos y se han vivido momentos de gran tensión y nerviosismo en un colegio, donde han cerrado las puertas para proteger a los niños. Varios padres han recogido a sus hijos del centro escolar tras enterarse de los graves hechos, pero la situación ha estado controlada en todo momento y los menores no ha corrido ningún peligro, según la directora del colegio público.


La policía ha intervenido una escopeta de caza a uno de los hombres heridos en la avenida de Francisco Tomás y Valiente de Paterna. Esta persona ha recibido un disparo en el abdomen y ha sido asistida por un equipo médico del SAMU. Uno de los implicados en el tiroteo vestía ropa militar.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1392 en: 29 de Octubre de 2017, 07:22:15 am »

Los narcos que huyen de la Cañada construyen una urbanización ilegal en Chinchón


Cuatro de los clanes históricos están en la zona de la Vega, de tipo no urbanizable. La Policía atribuye el éxodo a la presión y al deseo de conservar todas sus pertenencias


M. J. Álvarez
@mariajo_abc
29/10/2017 02:05h
Actualizado:
29/10/2017 02:05h


Aabandonar el barco antes de que se hunda. Eso es lo que han hecho tradicionalmente los principales clanes de venta de droga a pequeña y mediana escala de la región. Poner tierra de por medio y asegurar sus trapicheos y sus propiedades para seguir engordando sus arcas, lucrándose de un comercio mortífero. Así, han ido cambiando de emplazamiento a medida que los planes urbanísticos o de realojo de la población marginal obligaban a derribar los asentamientos en los que se habían instalado: La Celsa, La Rosilla, Los Focos, El Salobral, El Cañaveral, Las Barranquillas...


Ahora, lo están haciendo los de grupos radicados en un tramo del sector 6 de la Cañada Real Galiana, situada en el distrito de Villa de Vallecas. Los nombres de los poblados han ido variando, pero el de las familias encargadas de este mercado ilegal apenas lo han hecho. La mayoría se han mantenido y otras nuevas se han incorporado. Porque, como en los viejos oficios, este «negocio» no solo se hereda de padres a hijos sino que se amplía, se extiende y se transforma. El motivo no es otro que el de las pingües y rápidas ganancias que obtienen a bajo coste.

Reubicados en la A-3

El desmantelamiento de la Cañada Real tiene fecha prevista: antes del fin de la legislatura, en 2019, tal y como prevé el plan que se negocia entre el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Por eso hace tiempo que los «señores de la droga», asentados en un tramo del sector 6 de la Cañada, el más próximo al vertedero de Valdemingómez. comenzaron a expandirse hace cuatro años. Eligieron zonas cercanas situadas en la autovía de Valencia (A-3), como el casco urbano de Morata de Tajuña y Chinchón.


La expansión de las «familias de la droga» comenzó hace años y sigue de forma paulatina en municipios como Chinchón y, últimamente, Arromolinos
En el último municipio siguen varias históricas familias –las cuatro más fuertes– con estrechas relaciones entre sí:la de los Gordos, los Bruno, los Saavedra y los Fernández Fernández, diseminadas en la denominada zona de la Vega, en suelo rústico no urbanizable. Y todo ello, en las inmediaciones del kilómetro 13 de la M-313.


Como hicieron en la Cañada, en las parcelas han levantado construcciones de distintas características. No obstante, todos los que manejan el mortífero negocio de las drogas mantienen sus puntos de venta en el «mercado central» de Villa de Vallecas, en los «yanquis» –casetas de obra o «roulottes» muy económicas (cuestan entre los 800 y 2.000 euros)–, en función de sus prestaciones. Su objetivo es evitar los perjuicios derivados de los derribos de los costosos y laberínticos búnkeres tras la detención de los clanes, fruto de la presión policial, otro de los motivos del éxodo. No obstante, todo indica que esta zona es su lugar de residencia, una especie de «urbanización de lujo», alejada de la zona marginal y de la degradación que acompaña a los estupefacientes. Además, su inversión les sirve para blanquear su sucio dinero.


Al margen de Chinchón, algunos traficantes se han instalado en un núcleo chabolista situado en Arroyomolinos, en la cuenca del río, de forma puntual. Ahí comparten territorio con aluniceros, chatarreros y delincuentes de distinto pelaje. Un foco marginal que está creciendo en los últimos tiempos y donde se trafica a pequeña escala. El núcleo que más preocupa a los agentes es el de Chinchón y así lo han explicado a ABC fuentes policiales: «No nos consta venta ni actividad delictiva, no hay trasiego de toxicómanos al estar en un espacio mal comunicado. Es su lugar de residencia, ahí tienen sus preciadas pertenencias y bienes y, de este modo, se aseguran de que se mantendrán intactas, sin el temor de que acaben destruidas entre los escombros tras un golpe policial».


Las nuevas construcciones que se alzan en este municipio también inquietan, y mucho, al Ayuntamiento de la localidad, que está ojo avizor desde que comenzó el éxodo en 2013. No faltan los contactos con el Instituto Armado, la Policía Local y la Delegación del Gobierno, que está al tanto de lo que sucede. En las juntas locales de seguridad siempre se aborda el asunto.

«Están controlados»

«Les tenemos controlados de forma relativa. Ahora hay más edificaciones diseminadas por la zona de la Vega de distinto tipo, prefabricadas o de ladrillo. El núcleo está compuesto por varias clases de asentamientos, algunos con dos o tres casas juntas», indicaron fuentes municipales.


En Villa de Vallecas el comercio sigue en casetas o «roulottes» que cuestan entre los 800 y los 2.000 euros, precios más económicos que los antiguos búnkeres
La mayoría de los habitantes que están empadronados son gitanos españoles, aunque también hay personas del este de Europa. «No sabemos lo que hacen o dejan de hacer en el interior ni nos consta oficialmente que sean puntos de venta de droga. Sí es cierto que la mudanza es por goteo». No obstante, su preocupación principal es si la actividad que realizan está relacionada con el tráfico de drogas. La Policía Local y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) inspeccionan periódicamente esta zona para ver si se levantan más construcciones o se amplían las existentes.


Lo que más inquieta al ayuntamiento chinchonense, además de que pueda ser un mercado de compraventa de drogas, es la propia existencia del asentamiento ilegal. El proceso de eliminación es largo, ya que no se puede derribar de forma rápida. «Iniciamos un expediente de regulación de obra. El tema se trata como una infracción urbanística, dado que se trata de construcciones levantadas en suelo protegido, con la calificación de agrícola». El objetivo, añaden las mismas fuentes, es devolverlo a su estado original :«Pero si en la Cañada Real está constando lo indecible, aquí ni te cuento»..

Freno a la «invasión»

El origen de las edificaciones en la comarca de la Vega es parecido al de la Cañada, había huertos en la franja de tierra y la gente tenía casetas que, poco a poco, convirtieron en casas en suelo rústico. En 2013, las policías locales de la zona y la Guardia Civil lograron neutralizar el crecimiento de estos clanes de la droga, que adquirieron catorce parcelas a la a altura del kilómetro 13 de la M-313, a raíz de la denuncia del Seprona. Los municipios afectados entonces (Chinchón y Morata) paralizaron y precintaron algunas de estas obras con ayuda de los municipales de Aranjuez. La calaña de los «nuevos vecinos», tras medio año de investigación por parte de agentes del Instituto Armado, era para echarse a temblar. Su presencia requería de una acción rápida y la actuación policial frenó su «invasión».


Con todo, la mayoría siguen en la zona, donde tienen montada una especie de «urbanización». Por ello, aunque sea por goteo, prosigue el éxodo a esa zona de sus antiguos vecinos de Villa de Vallecas. Las investigaciones policiales no cesan y sus conclusiones llevan a la misma dirección: la intención no es trasladar ahí un mercado de droga. Más bien, tratan de «invertir» y alejarse de una zona que tiene los días contados. Alberga, según el último censo, a 2.953 personas a lo largo de sus 6,6 kilómetros.

En sus tiempos de esplendor, el asentamiento que ahora está en horas bajas, llegó a tener entre 50 y 55 puntos de venta y 300 comerciantes. Ha llegado a tener un millar de clientes que acudían a diario al poblado a comprar sus dosis de heroína y cocaína para hacerse sus chinos, sus picos, sus rayas... Eso, sin contar con los «machacas», los esclavos de los narcos, que viven permanentemente en el asentamiento a cambio de una dosis que vale cinco euros. Sigue abasteciendo a provincias limítrofes.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1393 en: 09 de Noviembre de 2017, 08:08:20 am »
EN LA BARRIADA DE LAS SEISCIENTAS

Al menos dos personas mueren en un tiroteo en Cartagena (Murcia)

De momento, fuentes policiales solo confirman el fallecimiento de dos personas por arma de fuego, y no han trascendido más detalles del suceso

08.11.2017 – 17:17 H. - Actualizado: 11 H.

Dos personas han muerto este miércoles por la tarde como resultado de un tiroteo que ha tenido lugar en la barriada cartagenera de Las Seiscientas, según han confirmado a Europa Press fuentes de la Policía Nacional. Los disparos se han producido sobre las 15:50 en la plaza de los Derechos Humanos, en la barriada Virgen de la Caridad, conocida como Las Seiscientas, frente al centro medico El Parchís.

Tiroteo en Cartagena con dos muertos y dos heridos por las balas

Hasta el lugar del suceso se han desplazado agentes de la Policía Local, la Policía Nacional y tres ambulancias, dos de las cuales han trasladado a los heridos, una mujer de 47 años con una herida de bala superficial en el pecho y un hombre de 38 con un disparo en el costado, al hospital Santa Lucía, en la ciudad portuaria murciana.

El juez de guardia y el médico forense han levantado a media tarde los cadáveres, retirados en un furgón de un tanatorio local. Según las primeras pesquisas de la Policía Nacional, que mantiene la zona acordonada, es seguro que se trata de un conflicto familiar originado en una pareja, por el que algunos de los implicados en el suceso se han desplazado en coche a Cartagena desde Alicante.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1394 en: 04 de Diciembre de 2017, 07:12:18 am »

Un hombre de unos 50 años muere acuchillado en la Cañada Real

Los sanitarios del Samur han atendido a otro varón con un corte en una mano
F. Javier Barroso
Madrid 3 DIC 2017 - 23:23 CET   


 Un varón de unos 50 años y cuya identidad no ha sido facilitada ha muerto alrededor de las siete y media de la tarde en la zona de la Cañada Real, situada al este de la capital, a unos 14 kilómetros de la Puerta del Sol, según ha informado una portavoz de Emergencias Madrid.

Los servicios de emergencia han recibido a las 19.30 una llamada de que había un hombre herido en el número 34 de la Cañada Real de Merinas, en el distrito madrileño de Villa de Vallecas. Cuando los sanitarios del Samur-Protección Civil han llegado al lugar, han apreciado que la víctima presentaba una herida por arma blanca en el hemitórax derecho por la que ha perdido gran cantidad de sangre. Los facultativos han intentado reanimarle durante más de media hora, pero dada la gravedad de las lesiones sólo han podido certificar la muerte.

El juez de guardia ha ordenado el levantamiento del cuerpo y su traslado al Instituto Anatómico Forense, en la Ciudad Universitaria, donde está previsto que mañana se le practique la autopsia.

    Imágenes de la intervención en Cañada Real de Merinas https://t.co/JL24caHKXC @SAMUR_PC @policiademadrid
    — Emergencias Madrid (@EmergenciasMad) 3 de diciembre de 2017

Los empleados del Samur también han atendido a otro hombre de la misma edad que presentaba un profundo corte en una mano. Tras ser curado, ha recibido el alta en el lugar y ha quedado a disposición de los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que se han desplazado al lugar. Todavía se desconoce si está relacionado con el homicidio.

Especialistas del Grupo de Homicidios y de Policía Científica han acudido a la zona para recabar datos que permitan esclarecer lo ocurrido y detener al autor. Esta noche se habían registrado detenciones por este hecho, según fuentes policiales.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1395 en: 05 de Diciembre de 2017, 08:05:11 am »

Detenido el supuesto homicida de la Cañada Real

La Policía Nacional investiga qué desencadenó la discusión entre los dos moradores de una chabola

F. Javier Barroso
Madrid 4 DIC 2017 - 22:02 CET   

La Policía Nacional ha detenido a un hombre de origen rumano, de 48 años, acusado de haber matado la tarde del pasado domingo a un compatriota suyo, de unos 50 años, en una chabola de la Cañada Real, en el distrito de Villa de Vallecas. Los agentes de Homicidios estaban ayer a la espera de interrogarlo para determinar qué desencadenó el crimen.

A las 19.30 del pasado domingo, los servicios de emergencia recibieron una llamada de que una persona estaba herida. Cuando llegaron los facultativos del Samur-Protección Civil, hallaron a la víctima con una herida por arma blanca en el hemitórax derecho. Los sanitarios intentaron reanimarle pero al final solo pudieron certificar la muerte. Había perdido gran cantidad de sangre.

Los integrantes del Samur también curaron a un hombre que presentaba un corte en una mano. Recibió el alta en el lugar. Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía lo detuvieron acusado de haber matado a su compañero de chabola. Después le trasladaron a las dependencias de la Jefatura Superior. Supuestamente se inició una discusión entre ellos y, en un momento dado, el presunto autor le asestó una cuchillada en el pecho.

El arrestado tiene 11 antecedentes policiales por diversos delitos, según fuentes de la investigación. Pasará a disposición judicial a lo largo de esta mañana.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1396 en: 28 de Diciembre de 2017, 08:09:04 am »
La Policía califica cuatro barrios españoles como ‘no go zones’

Juan E. Pflüger
España / 27 diciembre, 2017

No es una cosa de Francia, Bélgica o Inglaterra. Las “no go zones” están en España y preocupan mucho a la Policía

Desde que se descontroló la inmigración en Europa, son muchos los barrios junto a grandes ciudades en los que es peligroso para un europeo dejarse ver. Ciudades como Londres, París, Bruselas,… tienen barrios en los que ya hay una mayoría de población islámica y rigen sus propias normas emanadas de la Sharia o Ley Islámica. Hasta ahora, parecía que esto no estaba ocurriendo en España. Pero las cosas llevan un tiempo cambiando y, entre los agentes de las diferentes policías españoles, ya hablan de la existencia de, al menos, cuatro zonas claramente controladas por la comunidad musulmana más radical.

En esas zonas, los no musulmanes son expulasados, las mujeres deben andar tapadas, no existen comercios de comestibles que no cumplan el precepto halal y los niños son educados fuera del sistema escolar que rige en nuestro país. Además, la actuación de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad son casi inexistentes por la imposibilidad de desarrollar operaciones que en otras zonas de nuestro territorio nacional son normales.

Los dos primeros lugares en los que se implantó el territorio “no go zone” furon en las ciudades de Ceuta y Melilla. Allí se encuentran las barriadas de “El Príncipe” y la “Cañada de la Muerte”. Lugares prohibidos a la Policía, pero también a quien no sea identificado como musulmán.

La Cañada de Hidum, conocida como la “Cañada de la Muerte” en Melilla, es una barriada que empezó a gestarse a mediados de los años ochenta con la acumulación de musulmanes. “Entonces facilitaba la convivencia”, asegura a La Gaceta un agente de la Policía Nacional destinado en esa ciudad española del norte de África. “Eran pocos y, al estar concentrados se les podía controlar”, afirma. Pero también explica como esa permisividad que se vivió en Hidum les llevó a que cada vez se desplazaran más musulmanes, muchos de ellos entraron ilegalmente desde Marruecos y, a día de hoy, son un gueto cerrado en el que no pueden entrar no musulmanes, o si entran “corren un grave peligro”.

Algo similar ocurre en la barriada de “El Príncipe”, en Ceuta. Allí hace ya años que las actuaciones de la Policía Municipal se realizan con mucho desplazamiento de agentes y suelen estar protagonizadas por Unidades de Intervención Policial o por el Grupo de Operaciones de la Policía Nacional. El control de estas zonas es ejercido directamente por imanes, líderes de la comunidad religiosa que son a la vez los que imparten la justicia en las zonas. Las fuentes policiales consultadas explican que estos barrios están fuera del control de las autoridades españoles “porque se les ha permitido crecer sin poner freno a una deriva integrista que era clara desde hace por lo menos una década”.

Pero las “no go zones” españolas no se encuentran solamente en las ciudades de Ceuta y Melilla. Existen dos en las proximidades de Madrid y Barcelona. En Madrid se encuentra en la Cañada Real Galiana, en el conocido como sector VI, donde las 150 familias que lo habitan -según el censo, aunque seguro que son más a juzgar por miembros de la Policía Municipal consultados por este diario- son musulmanes con un alto grado de radicalización. El sector VI funciona como un pueblo islámico a media hora del centro de Madrid.

Esa zona de la Cañada Real fue poblandose por musulmanes hace quince años. Ahora no queda ni un solo habitante que no profese esa religión. El último español, de etnia gitana, tuvo que marcharse hace dos años ante la imposibilidad de convivir con sus vecinos. Allí, las autoridades religiosos dictan las normas y solamente existen dos comercios, ambos halal. La radicalización de esa zona preocupa mucho tanto en la Comunidad de Madrid como en el Ayuntamiento.

No es para menos, fuentes policiales han asegurado a La Gaceta que muchos de los detenidos por su vinculación con el yihadismo en España han pasado por el Sector VI de la Cañada o mantienen allí importantes contactos. Desde hace dos meses existe un acuerdo entre Ayuntamiento de Madrid y Comunidad para proceder al desalojo de esa zona de la barriada y su reasentamiento en varios puntos. Se pretende separar a las familias radicalizadas para evitar que sigan funcionando como un gueto en el que se prohibe el paso de no musulmanes.

Allí rigen las tradiciones y las normas islámicas, especialmente en lo que se refiere a las mujeres. La mayoría de las niñas padecen la ablación -mutilación genital femenina-, también son frecuentes los matrimonios concertados, incluso a edades tempranas por debajo de la edad legal -con 13 y 14 años- y se impone la vestimenta femenina islámica con las mujeres paseando con todo su cuerpo tapado.

Ahora, las administraciones públicas han desarrollado un plan de realojamiento para evitar que siga creciendo ese núcleo de integrismo. “No lo dirán públicamente”, asegura un agente de la Policía Nacional a este periódico, “lo están camuflando dentro de los planes para evitar la exclusión social”, pero la realidad es que los 18 millones de euros que se van a gastar Ayuntamiento y Comunidad de Madrid en poner fin a ese núcleo de islamismo en los próximos dos años, solo buscan la dispersión de los elementos radicalizados.

En Cataluña la situación es “grave”, según las fuentes consultadas dentro de la Policía Nacional. En primer lugar, porque son muchas las zonas que corren el riesgo de acabar como las anteriormente explicadas; y en segundo lugar porque “la falta de información de los Mossos nos hace que no podamos valorar con la misma fiabilidad la situación que se vive en esa zona de España”.

Allí existen varias áreas donde se aprecia radicalismo, pero especialmente hay dos que preocupan a la Policía. En Santa Coloma de Gramanet hay barrios que están controlados por el islam más radicalizado, pero no son propiamente “no go zones”, al existir presencia policial, aunque no suficiente como para parar costumbres impuestas que chocan con “nuestra legalidad”.

Donde afirman que empieza a haber un problema serio es en el barrio de “La Mina”, en Sant Adriá del Besos, en el límite con el término de Barcelona. Esa barriada fue levantada a finales de los años sesenta para combatir el chabolismo, pero durante los años ochenta fue ocupada por población de etnia gitana. En los últimos años, una parte importante de las casi tres mil viviendas que existen han sido ocupadas por población islámica y hay “tres bloques” en los que la presencia es exclusivamente musulmana. Son unas cien familias que han formado un gueto, “han logrado desalojar a la población gitana” y están implantando sus normas y costumbres. Allí “no entran los Mossos ni la policía local y es una pequeña no go zone”, aseguran fuentes policiales.

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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1397 en: 31 de Enero de 2018, 08:14:20 am »
Apedrean en El Vacie a una patrulla de la Policía Nacional que intentaba evitar un robo

Un agente ha tenido que disparar al aire para evitar una agresión mayor.

Una patrulla de la Policía Nacional del distrito Macarena ha sido apedreada esta tarde, resultando herido leve, en el asentamiento chabolista de El Vacie, en Sevilla capital. Los policías se habían percatado de intento de robo por parte de un joven, que ha resultado ser un menor de edad, en un vehículo que esperaba un semáforo en rojo en los aledaños del cementerio y del tanatorio de la SE-30.

Al intentar evitar el «semaforazo», los agentes de este indicativo han salido a perseguir al joven, que ha huido hacia las infraviviendas situadas cerca del suceso. Cuando la patrulla ha penetrado en el interior del núcleo chabolista persiguiendo al menor ha sido recibida a pedradas y uno de los dos agentes ha tenido que efectuar un disparo al aire para evitar que la agresión que estaban sufriendo fuera a mayores. Uno de los dos policías ha resultado herido por contusiones a causa de las pedradas procedentes de mas chabolas.

Han tenido que actuar varias unidades de intervención y a última hora de la tarde está normalizada la situación. El menor que intentaba robar en el semáforo ha sido detenido.


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Re: Barrios marginales
« Respuesta #1399 en: 14 de Febrero de 2018, 07:31:22 am »

20 detenidos y varias chabolas derribadas en la Cañada Real por robo y despiece de coches
Los agentes, que recuperaron una veintena de vehículos, también registraron viviendas en Alcorcón

F. Javier Barroso
Madrid 14 FEB 2018 - 00:09 CET   

La Policía Nacional detuvo ayer por la mañana a una veintena de personas en la Cañada Real Galiana y en Alcorcón, acusados de robar, despiezar e incendiar coches de todo tipo. Los agentes recuperaron unos 20 vehículos, que fueron trasladados a dependencias policiales para ser analizados y poder devolverlos a sus propietarios. Tras ser vaciadas las infraviviendas, los responsables municipales las derribaron en el acto para evitar que sus moradores las ocuparan de nuevo y continuaran con su actividad delictiva.

Poco después de las diez de la mañana, irrumpían en el Sector VI de la Cañada Real, el más próximo a Getafe, decenas de policías de paisano y uniformados que controlaron más de un kilómetro de longitud de este asentamiento de Villa de Vallecas. Todo hacía apuntar a que se trataba de una nueva operación contra el tráfico de drogas a pequeña y mediana escala, pero la realidad era bien distinta: los agentes de Policía Judicial estaban acabando con un complejo entramado especializado en robos de coches y la venta de repuestos. A la misma hora, la policía también entraba en varias viviendas de Alcorcón, donde tienen su residencia los principales responsables de este entramado delictivo.

Los agentes colocaron varias furgonetas de la Unidad de Intervención Policial (UIP, los antidisturbios) en la rotonda de entrada a la planta de tratamiento de Las Lomas de la Cañada y no dejaron acceder a ningún vehículo.

Los policías entraron en diversas chabolas y fueron sacando a los ocupantes, sin que tuvieran oportunidad de escapar. Sin embargo, uno de ellos intentó huir campo a través, casi desnudo, pese al frío que hizo ayer en la región. Con lo que no contaba era que en el dispositivo también participaron una decena de integrantes de la Unidad de Caballería. Dos policías salieron al galope tras él y lo arrestaron en el acto. En el operativo también participaron unos 200 agentes, incluido el Grupo de Operaciones Especiales de Seguridad (GOES), especializado en la entrada en domicilios. “Hay que tomar todo tipo de precauciones, pese a que no son tan violentos como los que venden la droga más abajo”, explicaron ayer fuentes policiales.

“A mi padre lo han cogido y le han sacado a la fuerza de su casa, pese a que no ha hecho nada. Se han llevado los 2.000 euros que tenía mi madre de la pensión y el coche, que lo había comprado legalmente”, se quejaba una mujer en medio de la Cañada.
Españoles de entre 30 y 55 años

La investigación comenzó hace ya meses y ha permitido terminar con un grupo de españoles, de entre 30 y 55 años, dedicado al robo de coches. Una vez que sustraían el vehículo, lo trasladaban al Sector VI. El automóvil era despiezado en pocas horas. Los recambios más valiosos eran vendidos a receptadores (compradores de material robado a sabiendas), que le daban salida a través de sus negocios.

El chasis y las partes menos valiosas del vehículo eran quemados en las inmediaciones de la Cañada Real para borrar todas las huellas del delito. Pero de esta parte también sacaban rédito los ladrones. La chatarra en la que se convertía el coche era vendida, por lo que también conseguían importantes ingresos.

Los autos recuperados eran de todo tipo, aunque había predominio de algunos utilitarios de gran cilindrada. Entre los vehículos robados hay furgonetas de última generación, cuyo coste superaba los 60.000 euros. Una de ellas estaba dotada con cámaras de seguridad, que grabaron cómo los ladrones la sustraían y toda la operación de desmontaje posterior.

Los agentes recuperaron finalmente una veintena de vehículos. Algunos de ellos fueron trasladados en grúas, dado que ya ni arrancaba el motor. Conforme eran desocupadas las infraviviendas, dos excavadoras municipales las derribaban, por lo que la zona quedó convertida en una pequeña escombrera. El juez instructor ha decretado el secreto de las actuaciones.

Los residentes del Sector VI se quejaron de la forma de actuar de los agentes y mantuvieron que los detenidos tan solo se dedican a la venta de chatarra. “Si alguien se encuentra la transmisión de un coche, no la va a dejar tirada”, añadía un vecino.
"No nos han dejado coger ni la ropa de los niños"

Durante las detenciones se vivieron momentos de mucha tensión en el Sector VI de la Cañada Real. Las familias se quejaban de que la policía irrumpió por la fuerza cuando los niños estaban todavía acostados y que empezó a derribar las infraviviendas de los arrestados.

Algunos familiares, en su mayoría esposas e hijos, se quejaron de que los agentes no les dejaron entrar a sus domicilios para recuperar los objetos de primera necesidad de los moradores, en especial de los más pequeños. “Con el frío que hace, no nos han dejado ni coger la ropa de los niños. Uno de ellos necesita una máquina de oxígeno para respirar por los catarros que cogen a menudo, y se ha quedado ahí dentro. Nos la dejó el hospital. Ahora veremos qué pasa con ella”, se quejaba Ángel, un vecino de esta zona de la Cañada Real. “Mis hijas llevan viviendo aquí entre 12 y 20 años. ¿Qué va a pasar ahora con sus hijos de seis, cuatro y un año, que no tienen ningún sitio para pasar la noche?”, se quejaba este hombre.

Fuentes policiales negaron que se derribaran viviendas en las que residieran menores de edad. Según su versión, se trataba de chabolas en las que se despiezaban los coches y después se quemaban en los alrededores.