A la búsqueda del paciente cero
Italia se paraliza ante el coronavirus: "¿Convertimos el país en una leprosería?"La gravedad de la situación también ha quedado reflejada en la decisión de la OMS de enviar un equipo al país transalpino, según ha informado el director en Europa de la institución
Foto: Personas usan máscaras protectoras mientras compran en un supermercado en Casalpusterlengo, Italia. (EFE)
Irene Savio. Roma
24/02/2020 05:00
"No hay peligro de desabastecimiento de productos. Los suministros seguirán llegando. Los supermercados permanecerán abiertos". Las palabras del jefe de la policía de Lodi (norte), Marcello Cardona, eran este domingo un símbolo de la sensación de angustia e incertidumbre que se vive en Italia dos días después de que las autoridades revelaran que se han registrado decenas de nuevos casos de coronavirus en el país. La incógnita, todavía no despejada, es cómo Italia ha llegado a ser el país europeo con el mayor número de contagios de este nuevo virus.
Los números, de hecho, justifican —al menos en parte— la desazón de los ciudadanos. Desde que el viernes pasado se revelara el gran número de contagiados, la situación se ha ido agravando. En total, de acuerdo con el último balance difundido el domingo, Italia ha detectado 151 personas positivas al coronavirus, de las cuales una ya se habría recuperado y tres son ancianos que murieron este fin de semana. Ninguno, según los primeros informes, habría estado en China o habría tenido contacto con ciudadanos procedentes de los principales focos de contagio de ese país.
En concreto, la última fallecida ha sido una anciana italiana de Cremona (norte), que padecía otras complicaciones respiratorias y murió durante la tarde del domingo. El resto de los contagiados se concentra en las ricas regiones norteñas de Lombardía (112) y Véneto (24), aunque también se han registrado casos en el Lacio (2), Piamonte (6) y Emilia Romaña (9), según la última actualización divulgada por la Protección Civil italiana.
Ante la emergencia, el Gobierno nacional y las administraciones regionales no han dudado en tomar medidas drásticas. El Consejo de Ministros italiano, que se reunió el sábado de urgencia, declaró la cuarentena forzosa y restringió la movilidad en 11 municipios del norte del país, considerados los principales focos de contagio, y donde ya este domingo la sensación era la de estar en pueblos fantasma con las calles prácticamente desiertas y casi sin rastro de las 50.000 personas que allí viven. Además de eso, Roma también dictaminó una serie de medidas que han dado a las regiones la facultad de tomar las decisiones necesarias para intentar contener la expansión del brote a otras áreas.
Con ello, las regiones de Lombardía, Friuli Venecia Julia, Piamonte y Liguria suspendieron gran parte de las actividades en escuelas y centros universitarios. En Venecia, se canceló el famoso carnaval, mientras que, en Milán, el célebre teatro de La Scala postergó "por precaución" el estreno de la obra 'El turco en Italia', de Gioachino Rossini. Incluso fueron anuladas las misas en las iglesias de Lombardía y Véneto, mientras que las asociaciones de periodistas italianas han invitado a los reporteros desplazados en las zonas afectadas a comunicar esta información a sus médicos.
Las autoridades de la turística isla de Ischia fueron aún más extremas. Mediante una ordenanza, prohibieron el desembarco —hasta el 9 de marzo— de personas residentes en Véneto y Lombardía, así como de ciudadanos chinos y otras personas que hayan estado en los últimos 14 días en el país asiático. De igual manera, han sido tomadas medidas con el objetivo de evitar que el contagio se extienda a otros países; por ejemplo, el ministerio italiano de Educación suspendió todos los viajes al exterior de los alumnos italianos. Aun así, las fronteras italianas no han sido de momento cerradas, como llegó a pedir el ultraderechista Matteo Salvini, líder de la Liga.
En este clima, incluso el deporte y la moda han resultado afectados. El domingo se suspendieron cuatro partidos de la serie A del campeonato italiano (los encuentros Inter-Sampdoria, Atalanta-Sassuolo, Verona-Cagliari y Torino-Parma), mientras que la casa de moda Armani decidió realizar a puerta cerrada —vía 'streaming'— su desfile de la semana de la moda de Milán. Una decisión que también tomaron las diseñadoras Atsushi Nakashima y Alexandra Moura, después de que también la embajada de Estados Unidos decidiese emitir una alerta para sus ciudadanos en el país.
La gravedad de la situación también ha quedado reflejada en la decisión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de enviar un equipo a Italia, según ha informado el director en Europa de la institución, el belga Hans Kluge. "Es normal que la OMS quiera saber qué está pasando. Estas medidas pueden parecer muy duras, pero están pensadas para tutelar la salud de los ciudadanos y limitar la transmisión de la enfermedad", ha reflexionado Giovanni Rezza, director del departamento de Enfermedades Contagiosas del Instituto Superior de la Salud de Italia. El problema es que el brote en Italia parece “un misterio”, llegó a decir el sábado Kluge.
Trifulca científica
Con todo, las autoridades italianas también han intentado tranquilizar a la población. "El pánico no sirve", dijo el primer ministro, Giuseppe Conte. "¿Qué queremos hacer con Italia, convertirla en una leprosería?", añadió Conte. El primer ministro italiano tiene previsto en los próximos días presentar un plan para hacer frente al daño económico provocado por la situación. "Hay que mantener la calma. Estamos intentando restringir la movilidad en los sitios en los que hay mayor riesgo de contagio”, ha añadido el presidente de Lombardía, Attilio Fontana.
El alarmismo también ha desatado una ácida guerra en la comunidad científica. "Creo que todo esto es una locura. Estamos hablando de una infección algo más seria que una gripe como [si fuera] una letal epidemia. No es así. Miren los números", ha dicho Maria Rita Gismondo, jefa de los laboratorios del hospital Sacco de Milán, donde en los últimos días se han analizado varios casos de presuntos coronavirus. "Todo esto nos hará mucho daño, sobre todo desde un punto de vista económico", ha añadido Gismondo.
"No es una gripe", ha insistido, por su parte, Roberto Burioni, otro virólogo que en los pasados días acusó a las autoridades italianas de no haber forzado a toda persona procedente de China a someterse a la cuarentena. “Italia ha detectado más casos porque los está buscando”, ha afirmado Ilaria Capua, experta en virología del centro One Health of Excellence de la Universidad de Florida, en Estados Unidos. "Por eso, diría que no deberíamos ni llorar ni festejar", añadió.
Aun así, incluso las autoridades han expresado cierto desconsuelo. "Este es el peor problema que ha enfrentado Véneto", ha dicho Luca Zaia, gobernador de Véneto, tras recordar que en su carrera profesional tuvo que hacer frente a varias catástrofes. El problema, continuó Zaia, es que todavía las autoridades tienen dudas sobre quién habría sido el paciente cero, tras descartarse un hombre de negocios que en un primer momento fue señalado como el principal sospechoso.
Por eso, "ahora estamos aún más preocupados, porque si no podemos encontrar al paciente cero, significará que el virus está aún más extendido de lo que pensábamos", añadió el gobernador.