Autor Tema: ELECCIONES  (Leído 1202723 veces)

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16160 en: 22 de Octubre de 2022, 18:03:35 pm »
Quién no aprende de su historia...

Entrevista José Soto Chica: "Roma cayó porque la riqueza estaba en muy pocas manos que creían que no necesitaban un Estado fuerte"

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16161 en: 24 de Octubre de 2022, 08:50:56 am »


Izquierda Unida explora con Compromís y Más Madrid un pacto en las autonómicas


Tanto Joan Baldoví como Mónica García están al tanto de esos movimientos aunque, por ahora, todos los contactos se han producido de manera más o menos informal, según fuentes al tanto de las conversaciones
— Los partidos de izquierda se rearman antes de pasar página de Unidas Podemos
Irene Montero y Alberto Garzón en una sesión de control en el Congreso
Irene Montero y Alberto Garzón en una sesión de control en el Congreso EDUARDO PARRA
José Enrique Monrosi

22 de octubre de 2022 23:14 h
Actualizado el 23/10/2022 11:33 h
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Las elecciones autonómicas y municipales de mayo del año que viene van a configurar, entre otras muchas cosas, el nuevo mapa político de la izquierda española. Y en plena reconstrucción de un espacio heterogéneo por definición se empiezan a producir algunos movimientos tácticos que pueden servir de pista de lo que está por venir. Con la puesta en marcha de la plataforma Sumar por parte de Yolanda Díaz de fondo, la fórmula de coalición entre Izquierda Unida y Podemos está en el aire en muchos territorios. Y los de Alberto Garzón han empezado a moverse para explorar alianzas que estén más en consonancia con el proyecto que pretende impulsar la vicepresidenta que con el que en su día lideró Pablo Iglesias, ahora pendiente de refundación.

En esa línea, Izquierda Unida ya le ha hecho llegar tanto a Compromís como a Más Madrid su interés por sentarse a negociar candidaturas que vayan de la mano en Valencia y en Madrid para las autonómicas y municipales, en sintonía con la intención de “ensanchar el espacio” que defiende Yolanda Díaz de cara a las generales. Tanto Joan Baldoví como Mónica García están al tanto de esos movimientos aunque, por ahora, todos los contactos se han producido de manera más o menos informal, según fuentes al tanto de las conversaciones.

“Nuestra línea de trabajo sigue siendo la de concretar alianzas que permitan ensanchar el espacio político de la izquierda y no estrecharlo”, plantea el secretario de organización de IU, Ismael González, que añade que “explorar acuerdos con otras formaciones más allá de la fórmula de Unidas Podemos va en la línea del trabajo que se está abordando para el proyecto de Sumar”. Oficialmente, Izquierda Unida prefiere mantener la discreción sobre esos contactos con Compromís y Más País, aunque fuentes de la coalición de izquierdas confirman que se han producido a distintos niveles y que se concretarán más en las próximas semanas con el único objetivo de presentar candidaturas más competitivas que aspiren a conformar gobiernos progresistas.

En cualquier caso, los contextos de Valencia y Madrid son muy distintos. En la Comunidad Valenciana las izquierdas gobiernan la Generalitat con un tripartito formado por PSPV, Compromís y Unidas Podemos. Fuentes de Compromís admiten ser conocedoras desde hace tiempo de la voluntad de Izquierda Unida por sentarse a hablar de una candidatura conjunta, algo que en las últimas semanas les habría sido trasladado de manera “insistente”.

En la formación valenciana son cautelosos sobre los visos de viabilidad que le otorgan a ese acuerdo, aunque en ningún caso desechan la posibilidad abiertamente y subrayan que existen “mecanismos internos” que permiten la incorporación a sus listas de candidatos independientes o de otras formaciones. Lo que sí aclaran los de Baldoví es que ese hipotético pacto no se ejecutaría bajo otras siglas u otra fórmula distinta a la de una candidatura de Compromís, una marca que consideran ampliamente reconocida y valorada por el electorado progresista valenciano desde hace años. Según varios responsables políticos al corriente de las conversaciones, esa condición no supondría impedimento para IU.

A la espera de que se concreten nuevos encuentros de trabajo entre ambas organizaciones, las direcciones de los partidos evalúan de puertas hacia adentro los alicientes electorales de un posible acuerdo. Por un lado, hay quien valora que las anteriores elecciones en la Comunidad Valenciana demostraron que “hay sitio” para tres listas de izquierdas que luego se ponen de acuerdo para gobernar. Aunque hay quien también da la voz de alerta sobre el riesgo real que señalan las encuestas de que una candidatura al uso de Unidas Podemos (Podemos con IU) pueda quedar por debajo del 5% requerido para entrar en las Cortes y lastrar, de paso, la reedición de un Ejecutivo progresista.

Desde Izquierda Unida insisten en dejar claro que su movimiento “no va en detrimento” de un acuerdo con Podemos, aunque todas las partes coinciden en la imposibilidad de que el hipotético pacto con Compromís incluya a los de Ione Belarra, enfrentados desde hace años con los de Joan Baldoví y con la candidatura del vicepresident valenciano Héctor Illueca ya en marcha. Desde el entorno de Baldoví, donde no terminan de cerrar la puerta a un entendimiento con IU que sí califican de “complicado”, descartan que ese acercamiento se pueda dar también con Podemos.

Puerta cerrada en Madrid
En Madrid los contactos entre Izquierda Unida y el partido de Mónica García han sido más esporádicos que en Valencia. Las encuestas a la Comunidad que gobierna Isabel Díaz Ayuso también reflejan el riesgo de que una candidatura de Unidas Podemos quede esta vez por debajo del 5% y, por tanto, fuera de la Asamblea. En ese contexto, tanto la dirección autonómica como la federal de los de Alberto Garzón exploran desde hace tiempo las posibilidades de un acuerdo con Más Madrid que, no obstante, ellos mismos admiten como muy complicado por la respuesta que han recibido del principal partido de la oposición madrileña.

“Tenemos el máximo respeto por las estrategias que toman otras formaciones, del mismo modo que pedimos respeto para la nuestra”, apuntan fuentes del partido liderado por Mónica García, que añaden: “No vamos a desviarnos un centímetro ni a perder un minuto en otra cosa que no sea ofrecer a los madrileños un gobierno de cambio. Más Madrid es hoy la fuerza líder de la oposición y alternativa al PP de Ayuso y Almeida. Hemos construido un proyecto político propio, verde, feminista, de justicia social y que mira al futuro. Y con fuerzas aliadas como Verdes Equo, que es con quien volveremos a reeditar la alianza electoral”, comentan cerrando la puerta a cualquier otro experimento.

Desde Podemos reciben con frialdad los movimientos de sus socios de IU y se vuelcan en acelerar las candidaturas municipales y autonómicas al margen de cualquier otro proceso. Desde la dirección de los de Belarra apuntan públicamente a que su apuesta es llegar a un acuerdo “con el nuevo partido de Yolanda Díaz” de cara a las generales para ser “socios electorales”, pero recalcan que, como la vicepresidenta ha decidido no participar en las autonómicas y municipales, “será Podemos quien dé el paso al frente como partido referente de todo ese espacio de izquierdas”. Nadie descarta, al menos por el momento, que en el caso de no concretarse ninguna alianza en Valencia y Madrid entre IU, Compromís y Más Madrid, se pueda volver a reeditar la fórmula de Unidas Podemos. Aunque hay quien apunta a que el entendimiento, en esta ocasión, “no será nada fácil”.

En Izquierda Unida se muestran respetuosos con la postura de Podemos, destacando que “los tiempos de cada organización son diferentes y legítimos”. El secretario de organización de IU sí pone en valor que su formación “aporta una base sólida a SUMAR y a un proceso unitario en el conjunto del estado, con miles de concejales y cientos de alcaldes, y por eso queremos dotar de arraigo territorial al espacio y demostrar que lo que estamos haciendo en el gobierno lo hacemos y lo seguiremos haciendo en miles de municipios”, concluye.

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16162 en: 24 de Octubre de 2022, 14:02:48 pm »
IU quiere soltar el lastre de Podemos. . .

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Desconectado 47ronin

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16163 en: 25 de Octubre de 2022, 08:08:18 am »
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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16164 en: 25 de Octubre de 2022, 10:44:20 am »

¿Se desinfla Vox?


MIGUEL URBÁN 22 OCTUBRE

La irrupción de Vox en el panorama institucional español, a partir de su entrada en el parlamento andaluz a finales del 2018, supuso la vuelta de la ultraderecha española a las instituciones desde que en 1982 Fuerza Nueva perdiera su representación. Los fracasos electorales que han acompañado a la ultraderecha hasta la entrada de VOX en el parlamento de Andalucía no nos deben confundir sobre su importancia, ni deben llevarnos a menospreciar la influencia social, la permeabilidad, la constancia del discurso ni capacidad de movilización de la ultraderecha —en sentido amplio— en el Estado español, a lo largo de estos últimos cuarenta años.

Como indica Ferrán Gallego, el fracaso electoral de la ultraderecha “no significa, desde luego, que los valores propios de la extrema derecha no se encuentren en zonas diversas de nuestro arco institucional, ni que una base electoral que en otros países da cuerpo a esas formaciones no haya tomado caminos distintos en nuestro país”[1]. Debemos hablar por tanto de una presencia social y política que carece  de representación propia en las instituciones. Una situación que ha enmascarado una realidad que ha permanecido soterrada en nuestra sociedad: la permanencia de un franquismo sociológico neoconservador y xenófobo que, sin expresión política dentro de los parámetros estrictos de la extrema derecha, se había diluido, hasta ahora, en el interior de un Partido Popular acogedor.

Como fuerza política independiente del PP, Vox ha conseguido representar la declinación hispana de la ola reaccionaria global que, al igual que Bolsonaro, Trump u Orban, se encuadraría en torno al neoliberalismo autoritario, una corriente que es heredera del neoliberalismo anglosajón y que se basa en combinar una defensa a ultranza del libre mercado y del capitalismo sin frenos, con valores morales reaccionarios y con una concepción profundamente autoritaria de la política. Es, así, la suma de tres vectores. En primer lugar, posiciones ultra neoliberales en lo económico: desregulación, imperio de la meritocracia, odio larvado al pobre, recortes fiscales, desmantelamiento del Estado social e individualismo extremo. Por otra parte, posiciones reaccionarias en lo moral, neoconservadoras y antifeministas, muy vinculadas con la nueva derecha cristiana. Y  por último, una concepción profundamente autoritaria de la política, con un cuestionamiento explícito de la democracia liberal en lo que se ha venido a llamar iliberalismo.

Ahora bien, si podemos afirmar que Vox es la declinación española de un fenómeno reaccionario y autoritario que se ha asentado globalmente, al mismo tiempo, no es menos cierto que Vox tiene características peculiares que dependen de la historia y el contexto político español. En cierta medida, Vox representa, por un lado, a ese franquismo sociológico que durante tantos años había convivido en el seno del PP y que no tenía expresión política propia desde la transición. Por otro lado, también representa a los sectores más neoconservadores agrupados hasta ahora en una especie de Tea party a la española, que ha pasado de hacer lobby al PP a encontrar un espacio político propio con Vox.

A diferencia de la mayoría de sus homólogos europeos, Vox es una escisión de la derecha española y no un fenómeno nuevo que nace en sus márgenes, como es el caso respecto al Frente Nacional o a la Liga Norte. De hecho, Vox fue liderada inicialmente por los dos cargos públicos más conocidos del PP involucrados en la ruptura, Alejo Vidal Quadras, eurodiputado y expresidente del PP catalán, y Santiago Abascal, exdiputado del PP del País Vasco y expresidente de la Fundación para la Defensa de la Nación Española [DENAES]. En este sentido, es fundamental apuntar que Vox no es la primera escisión del PP por su derecha, pero sí la primera que consigue tener éxito.

Vox como expresión derecha de la crisis de régimen
Una parte fundamental que explica el éxito de Vox es haber aparecido en un ambiente favorable tanto a  nivel internacional como nacional. En el primer caso, este se concretaría en el auge electoral de una ola reaccionaria global, marcado por el Brexit y las victorias de Trump y Bolsonaro. En el segundo, es necesario resaltar el propio contexto español, caracterizado por la crisis de régimen del 78 con el consiguiente cuestionamiento de muchos de sus consensos, no solo por la izquierda, sino también por la derecha. En este sentido cabe destacar  la competencia electoral inusitada desde la transición con respecto al bipartidismo; la pérdida del gobierno de Rajoy y la ruptura de la hegemonía del PP en la derecha española; así como la quiebra de la lógica de voto útil. De hecho, podemos decir que Vox es la expresión derecha de la crisis de régimen no solo en cuanto al bipartidismo, sino que gran parte de sus propuestas suponen una ruptura con el marco político, social y territorial establecido en la constitución. Es una expresión de la radicalización de un sector de la derecha que busca una opción partidaria que defienda una solución reaccionaria y centralizadora, sin ambages, a la crisis del régimen del 78.

d¡Desde 2015, cada nuevo proceso electoral ha puesto de manifiesto las crecientes dificultades para recomponer este bipartidismo, desde el cual hemos llegado a un cierto bloquismo, a partir del cual no podemos hablar ya de gobiernos del PP y del PSOE, sino del bloque de la derecha o la izquierda. Los gobiernos de coalición que a nivel autonómico habían sido raras excepciones, se convierten ahora en la opción más factible de gobernanza tanto a nivel regional como estatal. Se trata de un nuevo marco político donde la disputa por la hegemonía electoral de cada bloque no es la única fuente de inestabilidades, sino que también lo es el peso determinante de las fuerzas autonomistas y soberanistas en un número creciente de territorios. Un reflejo más de la crisis profunda del Estado de las autonomías, que es uno de los elementos constitutivos esenciales del régimen del 78 y que se conforma como un elemento que complica aún más una gobernabilidad parlamentaria que depende de estos apoyos.

Las pulsiones descentralizadoras y soberanistas que crecen social y electoralmente en cada vez más territorios del estado español son también, como decíamos, parte ineludible de la crisis de régimen. De la misma manera que ocurre ante estas pulsiones descentralizadoras y federalizantes, se ha construido también una reacción recentralizadora que niega la existencia de la plurinacionalidad y expresa la neurosis identitaria de un españolismo cada vez más agresivo, que ha encontrado en Vox el sujeto político que mejor encarna esta reacción. No en vano, ha sido Vox el que más lejos y consecuentemente ha llegado en sus propuestas de recentralización, al pedir el desmantelamiento del régimen de las autonomías y/o la ilegalización de los partidos soberanistas e independentistas, lo que supondría una ruptura en clave constituyente del régimen del 78, pero por la derecha.

El declive de Ciudadanos
En las elecciones generales de abril del 2019 Vox no solo consiguió entrar en el parlamento español, confirmando los buenos resultados de las elecciones autonómicas andaluzas. También Ciudadanos crece y consigue arrebatar a Unidas Podemos la tercera plaza en el congreso español, haciéndose con un 15% de los votos y 57 diputados. El buen resultado en las generales de abril fue el preludio de unas elecciones autonómicas en donde la formación naranja certificó su mayor ascenso electoral, pasando a ser una fuerza determinante en la pugna entre el PSOE y el PP para hacerse con numerosos ayuntamientos y gobiernos autonómicos.  En todas las ocasiones, Ciudadanos se decanta por convertirse en la muleta del PP, confirmando el giro definitivo de la supuesta formación liberal hacia la derecha. Llega incluso a aceptar el apoyo implícito y explícito de la extrema derecha de Vox para la conformación de muchos gobiernos con el PP, lo que le supondrá duras críticas por parte de su grupo parlamentario europeo al romper el llamado cordón sanitario a la extrema derecha. Así, Macron llegó a amenazar a Ciudadanos con romper su cooperación política por los acuerdos con Vox.

La repetición electoral de las elecciones generales de noviembre del 2019 no solo supuso el primer gobierno progresista de coalición desde la II República, sino que despejó considerablemente el campo de disputa de la derecha. Ciudadanos obtenía una abultada derrota electoral perdiendo 47 escaños y más de tres millones de votos, pasando de ser tercera a sexta fuerza, sumando tan solo 10 diputados.  De este modo, será Vox quien ocupará el puesto de tercera fuerza, convirtiendo a  Ciudadanos en un zombi político a la espera de su defunción final, después de desaparecer sistemáticamente en las diferentes elecciones autonómicas posteriores a las generales del 10N. De esta forma, la competencia por el lado derecho del tablero político volvía a ser cosa de dos partidos.

Orgullo facha
En un mitin de las elecciones generales del 2019, Abascal aseguró que una de las medallas que lleva con orgullo en la pechera es la de ser facha. Lo que hasta ahora había sido en un estigma o un descalificativo, Vox lo ha sabido resignificar en una especie de orgullo de ser facha, exaltando a una base social fundamentalmente juvenil y masculina, cansada del formalismo político de la etapa de Rajoy, a la que Vox catalogó como la derechita cobarde. Frente a ella (PP y Ciudadanos) el partido ultraderechista se construye en la confrontación directa con los consensos sociales: aborto, derechos LGTBI, memoria histórica, etc.. a los que cataloga como consensos progres.

Siempre se ha supuesto que la política, y sobre todo la posibilidad de gobernar, se conquistaba desde el llamado centro ideológico, atrayendo a las mayorías moderadas a partir de la aceptación de los consensos institucionales y culturales. Sin embargo, la estrategia política neocon de Vox tiene una forma de funcionar bien diferente. Si los consensos no son los suyos, no tiende puentes, sino que los destruye. No se modera, sino que busca la polarización utilizando la provocación. De lo que se trata es de imponer sus valores, no de negociarlos. De disputar la hegemonía de la derecha desde los postulados neocons de guerra cultural abierta contra la izquierda.

El desarrollo de las llamadas guerras culturales ha sido una de las características de la ola reaccionaria global, especialmente desde el ascenso de Trump a la Casa Blanca. Se trata de una estrategia que pretende condicionar no solo de qué se debate, sino también los propios términos del debate. Como escribe Thomas Frank, las guerras culturales son la forma que utiliza la extrema derecha para dar “la vuelta a la lucha de clases: todos los conflictos que antes se inscribían en el contexto de estructuras políticas, sociales y económicas ahora se codifican como conflictos culturales (cultural wars)” [2]. Es decir, una guerra de clase, pero desplazada, que instrumentaliza malestares en clave de disputa cultural o moral. Un terreno en el que Vox sabe moverse bien, lo cual se refleja claramente en buena parte de su propuesta política, dirigida a marcar la agenda y la narrativa a partir de este tipo de disputas

Lo cierto es que desde la emergencia de Vox, la extrema derecha no solo ha conseguido mantener una línea electoral ascendente, sino también condicionar gran parte de las temáticas y de las gramáticas del debate público. Todo ello en gran parte gracias a la utilización de la “provocación como táctica política, con tres objetivos principales. El primero, gozar de una presencia constante en medios de comunicación. En segundo lugar, marcar la agenda política y condicionar el debate público. Y por último, dar la batalla cultural a la izquierda. Con ello se pretende indignar a los sectores progresistas y descolocar a la derecha” [3]. De tal forma, el marco político que construye Vox es el de la amenaza permanente de la nación (independentistas, migrantes, feministas, etc.) que exige ponerse en pie de guerra en defensa de la “España viva”. es el marco de una cultura política que no habla de convivencia, sino de enfrentamiento y guerra. Un sentimiento que ha apelado a una parte importante de la sociedad española que no solo ha votado a Vox, sino que se ha movilizado socialmente más allá de la afiliación o no al partido ultraderechista. Un auténtico orgullo facha que está detrás de gran parte de su éxito electoral.


Desconectado 47ronin

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16165 en: 25 de Octubre de 2022, 10:44:31 am »
La pandemia y la defensa de la libertad
A diferencia de una parte de la extrema derecha a nivel internacional, que se ha mostrado como negacionista de la pandemia y de la covid19, Vox se ha mantenido en una posición más ambigua que abiertamente negacionista. Ha difundido bulos sobre la supuesta conspiración china en relación al origen y difusión de la pandemia, pero no ha llegado a negarla; ha apoyado implícitamente las movilizaciones negacionistas pero nunca ha participado directamente como partido. Ha hecho más inciso en una supuesta defensa de la libertad individual contra las medidas del confinamiento sanitario, llegando a recurrir, en el constitucional, el estado de alarma propuesto por el gobierno y votado en las cortes. Esta defensa es quizás la posición que mejor ha podido conectar con amplios sectores sociales, permeando fuera de la base tradicional de la extrema derecha.

Aunque, paradójicamente, quien más ha sabido rentabilizar esta posición ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, que ha conseguido convertirse en la antagonista de las políticas sanitarias restrictivas de derechos del gobierno de Pedro Sánchez. Como buena discípula del neoliberalismo autoritario de Hayek, ha defendido la libertad individual y el libre funcionamiento de la economía.

Esta posición no solo le ha granjeado muchos apoyos entre una sociedad cansada de las restricciones, especialmente la juventud, sino que también la ha convertido de facto en la líder de la oposición al gobierno de Sánchez, hasta el punto de eclipsar no solo a la extrema derecha, sino incluso al entonces secretario general del PP, Pablo Casado, que quedó totalmente eclipsado por el efecto Ayuso. De hecho, aprovechando esta creciente popularidad, la presidenta de la Comunidad de Madrid disolvió su gobierno de coalición con Ciudadanos, aduciendo falta de confianza en su socio, y convocó unas elecciones que no solo pillaron a propios y extraños totalmente de improvisto, sino que además consiguieron dirigir la atención hacia un falso debate entre comunismo[4] o libertad, que aludía implícitamente a los modelos antagónicos de gestión de la crisis sanitaria que se habían dado a nivel estatal y regional. Esta estrategia no solo liquidó a Ciudadanos del gobierno y también a su representación en la Asamblea de Madrid, sino que dejó fuera de juego a la extrema derecha frenando su ascenso electoral.

Las elecciones en la Comunidad de Madrid fueron en cierta manera un plebiscito sobre la gestión de Ayuso de la pandemia en su oposición frontal al gobierno de Sánchez y su modelo más restrictivo. La contundente victoria no solo fue un espaldarazo a su modelo de gestión neoliberal del sálvese quien pueda. También encumbró a la líder del PP madrileño como la única capaz de recuperar los votos que hasta ahora se habían ido a Cs y, también y sobre todo, a Vox, reunificando el voto de las derechas en torno a su figura. Una victoria que también cuestionaba directamente el liderazgo de Casado al frente del PP.

Las elecciones en Castilla y León
En plena ola del ayusismo, Casado se ve abocado a forzar elecciones en Castilla y León para intentar contrarrestar la creciente influencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid con una nueva victoria del PP. Así, el presidente castellano-leonés, Alfonso Fernández Mañueco, convocó elecciones para el 13F con la excusa de la traición"de Ciudadanos. Pero el resultado distó mucho de los cálculos de la calle Génova (sede estatal del PP), Mañueco no tuvo las manos libres para poder gobernar en solitario, y Pablo Casado tampoco logró ese triunfo contundente que necesitaba para afianzar su liderazgo y despegarse de las alargadas sombras de Isabel Díaz Ayuso y Santiago Abascal.

Por el contrario, la figura de Casado perdió el poco crédito interno que le quedaba  con una victoria pírrica que dejaba el gobierno de Castilla y León en manos de la entrada de Vox, por primera vez, en un ejecutivo autonómico. De hecho, el principal beneficiado del adelanto electoral fue la formación ultraderechista, que en menos de tres años pasó de un único escaño a trece diputados, convirtiéndose en la tercera opción más votada por detrás de PP y PSOE. Este buen resultado no solo le valió la entrada en un gobierno autonómico, dando una vuelta de 180 grados a su estrategia de no entrar en gobiernos en minoría con el PP, sino que también volvió a situar a Vox en la disputa por la hegemonía de la derecha después del pobre resultado en las elecciones madrileñas.

Crisis del PP, muerte de casado y el encumbramiento de Feijo
La agónica victoria del PP en Castilla y León dejó herido de muerte el liderazgo de Casado, que fracasó en su intento por emular la versión trumpista de Ayuso para contrarrestar la influencia de Vox en una parte creciente de su electorado. El acto final de su defunción política fue el intento suicida de acabar con la creciente influencia de Ayuso denunciando un presunto caso de corrupción y tráfico de influencias, en donde el hermano de la presidenta de la Comunidad de Madrid habría cobrado una cuantiosa suma de dinero como comisión por una venta de mascarillas en pleno auge de la pandemia. Las revelaciones en los medios de comunicación sobre los supuestos tratos de favor y corruptelas de Ayuso y familia desataron la mayor crisis interna de la historia del PP, que pudo haber llegado a convertirse en un auténtico cisma.

Esta guerra interna irrumpió en un momento dulce para Vox después del aumento electoral en Castilla y León, lo que le permitió presentarse como la única oposición creíble frente al gobierno PSOE-UP tras la descomposición de  Ciudadanos y la división interna creciente en las filas del PP con respecto a qué táctica adoptar ante ese partido. Algunos medios llegaron a publicar supuestas encuestas de intención de voto que auguraban un sorpasso de la ultraderecha al PP, en el caso de que Casado siguiera a la cabeza de esta formación en las siguientes elecciones generales.

Las presiones internas dentro del PP terminaron por desangrar a Casado, que en cosa de unos días se fue quedando sin ningún apoyo en su ejecutiva y grupo parlamentario, viéndose obligado a dejar la secretaría general y a convocar un congreso para entronar, como nuevo líder del PP, al presidente gallego Alberto Núñez Feijóo. A pesar de que Ayuso fue señalada por corrupción directamente por el secretario general de su partido, su popularidad no solo no disminuyó sino que incluso aumentó consiguiendo finalmente convertirse en la presidenta del PP madrileño.

Las elecciones andaluzas y el pinchazo de Macarena
La campaña electoral de Vox en 2018 fue titulada como la Reconquista de España desde Andalucía, dando la sorpresa e iniciando un ciclo electoral que les convirtió, en menos de un año, en la tercera fuerza política del Congreso de los Diputados, además de permitirles una implantación política en prácticamente todo el conjunto del Estado Español. Casi cuatro años después, una vez más, Andalucía se convirtió en ese torneo de pretemporada que inicia el ciclo electoral para los grandes partidos estatales y que concluirá en las elecciones generales del próximo año. Pero en ese momento Vox deja de ser un debutante dispuesto a dar la sorpresa, sino que, por el contrario, el partido ultraderechista busca, ante el buen resultado castellano leonés y la debacle de Ciudadanos, ocupar su espacio y quedarse cerca del empate con el Partido Popular, reeditando el gobierno de derechas en Andalucía, pero con Macarena Olona ocupando el puesto de Marín[5].

Los resultados de Vox no fueron los esperados. Mejoró por poco los de las elecciones del 2018, pero se quedó lejos, no solo en cuanto a sus propias expectativas, sino también porque por primera vez estuvo por debajo de lo que proyectaban las propias encuestas, y por debajo del resultado de las elecciones generales del 10N. Lo más significativo es que Vox pasó de hegemonizar la precampaña a desfigurarse en la campaña, mostrándose incapaz de marcar la agenda y los temas del debate por primera vez en mucho tiempo. Más allá del resultado final (mayoría absoluta del PP y debacle de los partidos de la coalición de gobierno estatal) lo más importante es que la extrema derecha salió derrotada políticamente de estas elecciones, que no fueron el paseo triunfal que pronosticaban desde meses antes, cuando decidieron presentar a Macarena Olona, portavoz de la formación en el Congreso y una de sus principales figuras públicas. Así, si las elecciones andaluzas pretendían ser la plataforma de impulso para la candidatura de Abascal a la presidencia del gobierno en su disputa con el PP, realmente han representado más un lastre, mostrando un desgaste electoral del fenómeno Vox que puede hacer presagiar su estancamiento.

El Macarenazo y las disputas internas
Sin embargo, el mal resultado andaluz no hacía presagiar una crisis tan aguda como la que vive actualmente Vox. Al poco de las elecciones, Olona anunció, entre fuertes disputas internas por el control del partido ultraderechista en Andalucía, que dejaba la política por razones médicas. En una carta expresaba que “la salud no entiende de compromisos” y “que ahora debe afrontar un importante reto personal, por prescripción médica, incompatible con la exposición mediática y la entrega que Andalucía merece y exigiría como portavoz y líder del partido en la comunidad” [6]. Las supuestas razones médicas simplemente eran una cortina de humo para encubrir las peleas internas dentro de Vox, especialmente entre Ortega Smith, secretario general y responsable de organización, y la propia Olona, que llegó a reconocer que fue candidata a las andaluzas a regañadientes: "Fui una candidata paracaidista que tenía una empresa que creo que era imposible". Es aquí donde se tiene que situar el inicio del enfrentamiento entre Olona y la dirección del partido, especialmente el secretario general, Javier Ortega-Smith, al que culpa de haberla echado del Congreso [7].

Las excusas de la supuesta enfermedad duraron menos que el verano y al inicio del curso político se reactivó la guerra en la formación ultraderechista. Así lo han demostrado las continuas apariciones públicas de Olona en medios de comunicación a lo largo de septiembre, en las que ha coqueteado incluso con la posibilidad de “dar un paso al frente” con un nuevo proyecto político si la formación que lidera Santiago Abascal “deja de ser alternativa”. Una posibilidad que gana enteros cada día que pasa y que cuenta con el respaldo no solo de militantes críticos con la dirección nacional, sino también con el apoyo de formaciones ultracatólicas como Hazte Oír. Organización que ha pasado de ferviente defensor y amigo de Vox, a romper con Santiago Abascal por no haber actuado con suficiente fuerza para obligar al PP a derogar las leyes LGTBI de la Comunidad de Madrid a cambio de su apoyo a los presupuestos autonómicos.

Esta situación llevó a la dirección nacional de Vox a pasar de la indiferencia con Olona a sentenciar definitivamente su ruptura con ella. El encargado de escenificarlo fue el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, que en rueda de prensa declaró que: "este es el final del camino, le deseamos lo mejor en el ámbito político y siempre nos tendrá a su disposición en el ámbito personal"[8]. Una supuesta ruptura amable que terminaba acusando a Olona de dejarse utilizar "para hacer daño al proyecto de Vox".

La reorganización de Vox y la caída de Ortega Smith
La ruptura con Macarena Olona ha sido la primera gran crisis interna de Vox desde que irrumpió en la política española, justo en un momento en el que las encuestas registran su tendencia a la baja. Y es que la crisis en Vox se venía cocinando a fuego lento y solo hizo falta un traspiés electoral, el fracaso en Andalucía, para hacerla visible.

El ruido generado por Olona en el último tiempo ha impactado en Bambú, sede de Vox, provocando un creciente malestar interno. Pero la exportavoz parlamentaria y ex candidata a la Junta de Andalucía no es el único problema de Abascal: la disciplina interna que había forjado gracias a la mano dura del responsable de organización y secretario general Ortega Smith se está resquebrajando. A menos de un año de las elecciones municipales, afloran los conflictos en los territorios. El más grave, por sus posibles consecuencias jurídicas, es el de la provincia de Badajoz, donde un juzgado investiga la denuncia de cuatro militantes a uno de los miembros de la dirección provincial, recién dimitido, por espiar a afiliados del partido a través de las bases de datos de la Dirección General de la Policía.

Finalmente, la gestión de la crisis con Olona y el cuestionamiento de Ortega Smith entre una parte de las bases y de un buen puñado de dirigentes territoriales, ha motivado una reorganización interna de la dirección del partido dirigida a suturar la crisis interna. El hasta ahora todopoderoso secretario general y responsable de organización Ortega Smith ha sido apartado de sus funciones para dedicarse por entero a la carrera electoral por el ayuntamiento de Madrid, lo que en la práctica ha supuesto apartarlo del núcleo duro del partido. Ortega ha sido sustituido por el diputado catalán, Ignacio Garriga, hombre de confianza de Jorge Buxadé, neofalangista y que no deja de aumentar su poder interno.

¿Hacia una recomposición de la pata derecha del Bipartidismo?
Con esta reorganización que pretende devolver la paz interna al partido, Abascal solo ha conseguido aplazar un problema que será mucho mayor en cuanto los resultados en las próximas municipales no sean los esperados. Todo ello ante la espada de Damocles que supone la competencia electoral de una nueva formación liderada por Olona y el crecimiento electoral del PP de Feijóo, que anuncia una cierta recomposición de la pata derecha del bipartidismo.

Quizás, la única nota positiva en este último tiempo haya sido la victoria de su aliada, la neofascista de Fratelli de Italia, Giorgia Meloni. Un auténtico balón de oxígeno al que se intentan acercar para ahuyentar los malos augurios de unas encuestas a la baja. Quizás sea la coyuntura internacional de crecimiento de la internacional reaccionaria por Europa la que puede levantar el ánimo del ultraderechismo patrio. Es ilustrativo que Vox esté intentando explotar esta carta y que en el acto de cierre del acto partidario de Viva22, emitieran videos de saludo de la futura presidenta Italiana Meloni, del expresidente norteamericano Trump, del presidente húngaro Orbán, del candidato de extrema derecha del Partido Republicano en Chile en las pasadas elecciones presidenciales, José Antonio Kast, del expresidente colombiano Álvaro Uribe y del senador republicano estadounidense Ted Cruz. Incluso el primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, estuvo presente en el recinto donde se celebraba el acto de cierre de Viva22. Toda una demostración de músculo de una internacional reaccionaria que aunque no deja de crecer, no parece pasar por su mejor momento en España.

Además, no podemos obviar que la próxima cita electoral, las elecciones municipales, son sin duda el peor escenario para Vox. Un partido sin anclaje territorial, con fuertes divisiones internas en los municipios, sin apenas candidatos ni candidatas que se conozcan, con una organización muy centralizada y con una implantación territorial muy pobre. Ni Abascal ni compañía podrán multiplicarse para llegar a todos los municipios, ni la coyuntura internacional tiene mucho peso en este tipo de elecciones. Una organización tan vertical, centralizada y jerárquica se mueve bien en contextos electorales estatales o acotados a un territorio concreto, y sufre mucho en un modelo descentralizado como las municipales.

En cambio, las elecciones municipales pueden ser un magnífico escaparate para la candidatura de Núñez Feijóo a la Moncloa. Tanto el PSOE como el PP son los partidos con una mayor implantación territorial, pero el desgaste del gobierno de coalición seguramente le pasará una importante factura electoral a la izquierda, y el PP será el mayor beneficiado de ello sin apenas competencia municipal por su derecha. Una victoria en las municipales por parte de Feijóo puede ser el preludio de una victoria de la derecha en las elecciones generales de noviembre del próximo año. Si bien Vox no se encuentra en la misma descomposición terminal que Ciudadanos y, a diferencia de la formación naranja, parece tener un suelo electoral más sólido, se encuentra en una difícil situación que no puede hacernos menospreciar su capacidad de recomposición. Más aún en un contexto de crisis sistémica como en el que nos encontramos en donde en estos tiempos condensados de la política, un año pueden ser convertirse en una eternidad.

Miguel Urbán, eurodiputado y miembro de Anticapitalistas, forma parte del Consejo Asesor de viento sur.


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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16166 en: 25 de Octubre de 2022, 14:11:38 pm »
Pero como no se va a desinflar, se desinfla cada vez que el Vicepresidente sin competencias de Castilla y León hace una declaración, se desinfla a cada paso que sus soflamas populistas chocan con la realidad. . . y si Olona tira para adelante. . . hunde a VOX, y Abascal lo sabe. . .

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16167 en: 25 de Octubre de 2022, 17:30:43 pm »
¿Y de Podemos no dicen nada? será que sube...

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16168 en: 26 de Octubre de 2022, 08:31:12 am »


Bildu pone en el foco en la expulsión de la Guardia Civil en plena negociación por los Presupuestos


Con la política de dispersión virtualmente extinta, la formación abertzale aumenta la presión sobre su otra gran reivindicación. En Cataluña se ha reducido la presencia del Instituto Armado un 5% en cuatro años

Bildu pone en el foco en la expulsión de la Guardia Civil en plena negociación por los Presupuestos El coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi
GONZALO ARALUCE
PUBLICADO 26/10/2022 04:45
ACTUALIZADO 26/10/2022 04:50
Expulsar a la Guardia Civil de País Vasco y Navarra. Ese es el objetivo que persigue EH Bildu y que cobra especial relevancia en un contexto de negociación por los Presupuestos Generales del Estado. Más aún después de que su otro gran objetivo, el fin de la política de dispersión de presos de ETA, ya esté virtualmente conseguido, a falta de llevar a 26 terroristas a cárceles próximas a sus lugares de origen. Los cuadros estadísticos revelan que el número de efectivos del Instituto Armado ya se ha mermado en otras regiones sensibles, como Cataluña, desde que Pedro Sánchez es presidente; en el País Vasco también se aprecia un ligero descenso en las cifras.

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Bajo el recurrente lema “Alde Hemendik” ["Que se vayan", en euskera], el partido abertzale ha lanzado relanzado su campaña exigiendo que los miembros del Instituto Armado abandonen País Vasco y Navarra. Los dirigentes de la formación insisten en que la presencia de la Guardia Civil en ambas regiones está fuera de lugar, toda vez que ETA anunció su disolución hace años.

Así, la expulsión de la Guardia Civil pasa a ser la principal reivindicación ante el Gobierno central. La premisa es clara y quedó expuesta en el polémico cartel diseñado por EH Bildu el pasado 12 de octubre, en el que se mostraba a un miembro del Instituto Armado de espaldas con una maleta a su lado. “Bake garaia da” [“Es tiempo de paz”], reza el mensaje que lo acompaña.

El impacto visual se multiplicó al máximo exponente después de que EH Bildu mostrase una imagen en la que se podía ver el cartel colgando de la fachada de un edificio de la céntrica Plaza Circular, en Bilbao. En realidad, era un montaje y el cartel nunca estuvo ahí, aunque sí se colgó en diversos espacios públicos del País Vasco. Asociaciones del Instituto Armado como Jucil, AUGC o APROGC criticaron la “campaña de odio” y exigieron al ministro Fernando Grande-Marlaska que expresase su “condena” por los hechos.

Con todo, EH Bildu insiste en su mensaje. Los portavoces de la formación Bakartxo Ruiz y Unai Urruzuno afirman en una entrevista en Público que la presencia de la Guardia Civil en “Euskal Herria” tiene “menos sentido que nunca”, correspondiendo a una “lógica del pasado” que correspondía a una “política antiterrorista”. Y que “las fuerzas de ocupación” deben abandonar la región.

La reivindicación de EH Bildu coincide con la negociación de los últimos flecos de los Presupuestos Generales del Estado. Y el partido abertzale es una de las piezas con las que Moncloa trata de armar el puzle de sus cuentas.

Guardia Civil en Cataluña y País Vasco
Por su parte, Marlaska ha afirmado en varias ocasiones que la Guardia Civil es un elemento “vertebrador” del Estado y que no va a salir de ninguna comunidad. Así se expresó a partir de la polémica por la cesión de las competencias de Tráfico en Navarra, que deja en el aire el futuro de más de un centenar de agentes que desempeñan estas funciones en la Comunidad Foral. También a partir de las declaraciones de líderes independentistas catalanes que, como EH Bildu, piden la retirada del Instituto Armado.

Sin embargo, los cuadros estadísticos revelan una clara reducción en el número de efectivos en Cataluña, y en menor medida en el País Vasco. En los últimos cuatro años, 265 agentes han abandonado Cataluña respecto a la plantilla de 4.780 que había en 2018. En el caso del País Vasco, las cifras son más o menos estables, con ocho guardias civiles menos en el mismo periodo de tiempo; si bien la pérdida más sustancial se ha registrado en la Policía Nacional, con una reducción de 41 efectivos respecto a los 1.272 que había cuando comenzó a gobernar Pedro Sánchez.

El fin de la política de dispersión
El esfuerzo por echar a la Guardia Civil del País Vasco cobra mayor importancia después de que EH Bildu haya visto consumado su otro gran objetivo de cara al Gobierno central, que es acabar con la política de dispersión penitenciaria para los presos de ETA. “Si para sacar a los 200 presos [de ETA] hay que votar los Presupuestos, pues votamos”, afirmó Arnaldo Otegi en el transcurso de las negociaciones de las anteriores cuentas generales. Y ahora, a finales de 2022, la dispersión ya está virtualmente extinta.

Como contó Vozpópuli, el Ministerio del Interior ha gestionado el acercamiento progresivo de los etarras en dos fases diferenciadas. La primera se centró en sacar a los terroristas que cumplieran condenas en cárceles ubicadas en la mitad sur de la Península. Una vez logrado, se puso en marcha la maquinaria para llevar a todos los condenados a País Vasco y Navarra. En total, Fernando Grande-Marlaska ha dado luz verde a 356 traslados desde que asumió la cartera de Interior.

Actualmente apenas quedan 26 terroristas que aguardan su traslado definitivo a cárceles próximas a sus lugares de origen. Allí les aguarda una política penitenciaria gestionada por el Gobierno vasco, después de que Moncloa aprobase la cesión de las competencias en mayo de 2021. Desde entonces, el ejecutivo regional ha concedido el tercer grado a una treintena de presos etarras. Asociaciones de víctimas como la AVT denuncian que los traslados al País Vasco son la “antesala” de “libertades condicionales”.


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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16169 en: 26 de Octubre de 2022, 09:35:28 am »
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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16170 en: 28 de Octubre de 2022, 08:04:10 am »

Un documento de Interior fecha las próximas elecciones generales en noviembre de 2023


La Dirección General de Política Interior abre concurso para la adquisición de servicios en el recuento para las elecciones a las Cortes Generales, a las municipales de mayo de 2023 y a las europeas de 2024
Un documento de Interior fecha las próximas elecciones generales en noviembre de 2023 Pedro Sánchez votando en las elecciones del 4-M en Madrid. // Europa Press
GONZALO ARALUCE
PUBLICADO 28/10/2022 04:45
ACTUALIZADO 28/10/2022 06:25
La Dirección General de Política Interior, órgano integrado en la Subsecretaría del Interior del Ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska, ha publicado el anuncio de un contrato público para la adquisición de los "servicios necesarios" de "obtención y difusión de los datos del escrutinio de resultados de los procesos electorales", en una licitación valorada en 36 millones de euros.

En los documentos adjuntos, consultados por Vozpópuli, se detallan las fechas de los sufragios que se incluirían en el contrato, entre los que se incluyen las "elecciones a Cortes Generales en noviembre de 2023". Además se especifica que la única empresa que presentó una oferta fue Indra, si bien no entregó toda la documentación necesaria, por lo que Interior se ve en la obligación de abrir un nuevo plazo de licitación.


Teniendo en cuenta que los anteriores comicios fueron en noviembre de 2018 y que el Gobierno insiste en su intención de agotar la legislatura, lo más plausible era manejar noviembre de 2022 como la fecha en la que celebrar nuevas elecciones. La memoria justificativa del contrato publicado por el Ministerio del Interior abunda en esta idea, al que habría que sumar el informe del Congreso que instaba a Moncloa a convocar a los españoles a las urnas antes del 10 de diciembre de 2023.

El Ministerio del Interior detalla en la documentación anexa a la licitación que requiere la contratación de los servicios externos necesarios para "proporcionar la información provisional sobre los resultados de las elecciones a partir de los datos recogidos en las actas de escrutinio de las Mesas Electorales". Así, establece las bases contractuales para la apertura de un "acuerdo marco" de cara a la adquisición de dichos servicios ante las próximas citas electorales que habrá en España.



"En los próximos años se celebrarán en España, al menos, los siguientes procesos electorales de ámbito nacional: Elecciones Municipales en mayo de 2023, Elecciones a Cortes Generales en noviembre de 2023 y Elecciones al Parlamento Europeo en mayo de 2024", detalla la memoria justificativa de la licitación. El Ministerio del Interior reserva una partida máxima de 36,3 millones de euros para la contratación de los servicios detallados: "Para determinar el presupuesto del Acuerdo Marco se ha tenido en cuenta el gasto realizado en anteriores procesos electorales en contratos de similares características".

Indra, en el concurso
Para la adjudicación del contrato de este acuerdo marco, el Ministerio del Interior exige a las empresas la correspondiente "solvencia económica y financiera", en base a las cuentas de los tres ejercicios anuales anteriores, así como la "solvencia técnica o profesional", atendiendo a actividades similares que hayan efectuado en años precedentes. Por último, se tiene en cuenta la propuesta económica de los participantes en el concurso, así como el cumplimiento de una serie de especificaciones técnicas.



La documentación también especifica que la mesa de contratación se reunió el pasado 11 de octubre para abrir todos los sobres con ofertas, aunque sólo concurrió un licitador, Indra
La documentación también detalla que la mesa de contratación se reunió el pasado 11 de octubre para abrir todos los sobres con ofertas, aunque sólo concurrió un licitador, Indra. Sin embargo, se encontraron con que el único archivo adjunto era la "huella electrónica", pero no otros documentos relacionados para la adjudicación. Los representantes de esta empresa afirmaron que sí lo habían hecho, por lo que se les dio un plazo de 24 horas para subsanar el posible error.

Con todo, el Ministerio del Interior no recibió los papeles pendientes de Indra en el plazo establecido: "No constan intentos de presentación de la documentación pendiente en las 24 horas siguientes ni se han producido errores o fallos técnicos que hubiesen podido impedir la presentación de dicha documentación", aseveran desde la Dirección General de Política Interior, en los informes anexos a la licitación.


Ante la ausencia de una oferta en firme, el departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska declara el concurso desierto, así como la "reapertura del plazo de presentación de proposiciones hasta el próximo día 8 de noviembre de 2022".

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16171 en: 03 de Noviembre de 2022, 19:58:48 pm »

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LA ENTREVISTA FINAL
Karra Elejalde: "Siempre creí que no hay mayor tonto que un obrero de derechas, pero entiendo que ahora voten a Vox"
Karra Elejalde.
Karra Elejalde.
IÑAKO DÍAZ-GUERRA | MADRID
03/11/2022 09:14
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Karra Elejalde. Vitoria, 1960. En Vasil, la película que ahora estrena y por la que ha sido premiado en la Seminci, es un tipo monosilábico y hosco. En la realidad es un torbellino de palabras más sabias y coherentes de lo que él cree.

Esta es una película sobre virtudes hoy infravaloradas como la bondad y la empatía.
Sí, pero de un modo no panfletario. Se ve que es una peli dirigida de la mano de una mujer y ellas son más sutiles a la hora de abordar estos temas sociales. Más que un alegato, viene a ser una reflexión sobre cómo somos a la hora de comunicarnos.
Sobre la incomunicación y muchos más problemas vigentes: el egoísmo, la xenofobia, la soledad...
Así es. Yo no empatizo con mi personaje en esta película, pero Avelina [Prat, la directora] es muy exquisita, un regalo de Dios, una mujer que es una maravilla y vino ella a Barcelona para hablar y convencerme. Me quedé con las ganas de preguntarle: "Pero, ¿por qué me has elegido a mí para un personaje tan lacónico, tan monosilábico? ¿Cómo va a empatizar este hombre con nadie? Si es picassiano, casi cubista, ortopédico en la relación con su propia hija". El personaje que vive en la calle tiene una actitud ante la vida de felicidad pura. Sin embargo, el mío, que lo tiene todo, un arquitecto jubilado, es un tío gris e infeliz. Joder, pues sí que es verdad, quizás se nos esté olvidando cómo vivir.

¿Te da miedo la sociedad que hemos construido?
Me espanta, pero ahora yo me estoy vengando. He sido siempre un puto inútil con las cosas tecnológicas, las redes sociales y tal. No tengo Facebook, no tengo Twitter y no he tenido WhatsApp hasta que a mi hija se le jodió el móvil y me tuve que poner para poder llamarnos y hablar por ahí. Ves a una familia en un restaurante y están todos mirando el móvil. Yo me acuerdo en el tren, cuando era crío, que me sentaba con mi vieja y ella empezaba a hablar con la de enfrente: "Ya, chica, pues este clima es bueno para la alcachofa". Estas conversaciones con alguien que no conoces de nada las echo de menos: ahora te montas en un tren y cada uno está con su burbuja, con su móvil. Si ya de por sí somos seres humanos tendentes a prejuzgar y a poner barreras, ahora ya es... Tú eres chico, joder. Sabes lo que era ligar antes. El encanto, eso de que te sudaban las manos a la hora de intentar seducir o intimar con una mujer. Y a día de hoy que si Tinder, TikTok, no sé qué. Vaya puta mierda.
No te ves en Tinder, ¿no?
No, no. Y, además, cuando eres un famoso, no puedes poner una foto ahí y que luego ande la gente contándolo. Pero quiero decirte que todo nos aboca a cada vez comunicarnos menos. A mí me gusta hablar, oír la voz de la gente, y los chavales, mis sobrinos, mi hija... todos escriben. ¡Coño, llámame, que esto es un puto teléfono, no una máquina de escribir! En fin, que en un principio me sentía frustrado con los móviles y, cuando preguntaba a mi mujer o mi hija cómo funcionaban, me hacían sentir un gilipollas. Pim, pam, pum, ya está. "Pero, ¿cómo lo has hecho?". Y se piran. "Pero, escucha, ¿cómo se sale de aquí?". Soy muy torpe, pero quizá por eso soy consciente del enganche que lleva la sociedad. Mi venganza de haberme sentido tan torpe es que ahora me doy cuenta de que estáis todo el puto día enganchados del móvil.
Karra Elejalde
Karra Elejalde

Nos hemos vuelto un poco gilipollas.
Creo que sí. Te montas en un tren y va todo el mundo con el puto móvil, nadie se mira con nadie. ¡Si para hablar no hace falta conocerse de toda la vida! Yo me he comunicado hasta con hormigas, ¿sabes? Pero, bueno, no todo el mundo tiene el mismo carácter ni todo el mundo tiene los mismos materiales ni los mismos problemas. Pero verlo desde mi perspectiva es curioso, por eso puedo denunciarlo, por eso me puedo dar cuenta de lo que está sucediendo a nivel global. El que está metido en el ajo no lo sabe. Le parece normal, como a todo el mundo. Me parece muy particular. Y luego hay otra reflexión que hace la película que me interesa mucho.

¿Cuál?
La inmigración de índole socio-económica. Un andaluz, en el estado de las autonomías en que vivimos, no se siente como un inmigrante en Madrid ni un gallego en Barcelona, entonces ¿por qué un búlgaro, que es europeo, sí tiene problemas de integración y burocráticos en España? ¿De verdad existe esta Europa que siempre se dice que estamos reconstruyendo? ¿Hasta qué grado? No puede ser que un europeo se sienta desplazado en la propia Europa.
¿Eres un votante de izquierdas cansado de la actual izquierda?
Es que el modo de hacer política de ahora está basado en el sofismo y en la mentira, en el "calumnia que algo queda", en decir "Mariví es puta". Decir "Mariví es puta" debería estar penado porque luego se demuestra que no es puta, pero ya perdió las elecciones. Le ha pasado a Podemos. Pero también creo que la izquierda está intelectualizando demasiado su mensaje. Tiene que entender, y no quiero llamar bobo a nadie ni mucho menos, a qué nivel sociocultural se está dirigiendo. Si eres un señor que se baja del tractor, que tiene las cuatro reglas y estudios básicos, y te sueltan: "Vamos a abonar políticas de índole social...". Su respuesta va a ser: "¿Qué cojones me está diciendo este tío?".

La izquierda está perdiendo al trabajador.
Exactamente, está perdiendo al pueblo porque no se la entiende. Sin embargo, mira cómo la ultraderecha sabe decir: "Vendrá el moro y se follará a tu mujer, vendrá el moro y te quitará tu trabajo, vendrá el moro y será un delincuente". No se complican, es un mensaje terrible, pero que entiende todo el mundo. Yo siempre he dicho que no hay mayor tonto que un obrero de derechas, pero ahora entiendo que voten a Vox. Si yo soy un potencial votante y no entiendo al tío que me está hablando, estamos jodidos. La izquierda debería bajar la intectualidad de su propuesta, hablar más claro, porque ahora hay mucho engaño y mucha mentira. No quiero hablar de políticos de un signo ni de otro, pero olé los cojones de los políticos de antes. Yo echo en falta incluso a Fraga. A día de hoy los políticos están muy por debajo del nivel exigible ético, moral, personal, de talante y de vestirse por los pies. Hay que darle un repaso al modo de hacer política en este país.
Un tío como tú, tan pegado al suelo, ¿cómo se siente siendo una estrella?
Yo meo y cago como los demás, soy una persona normal. Creo que debería haber premios para todo: premio al mejor chapista. Cuando tú tienes un bollo en el coche y preguntas al del taller: "Oye, ¿pero cómo has sacado este bollo?". Y te dicen: "Coño, es mi profesión". Yo igual: es mi trabajo, me dedico a esto, no hay más. Que le den el Oscar al bombero que más niños ha salvado de morir quemados porque para nosotros ya es felicidad trabajar en algo que nos apasiona. El día tiene 24 horas y si lo divides en tres son ocho, ocho y ocho. Ocho las dormimos, el cuerpo las aprovecha, pero las desperdiciamos vivencialmente, y las otras son ocho horas de prostituirte trabajando para vivir lo mejor posible las ocho restantes. Yo las ocho horas en las que me prostituyo intento ser una puta cara, pero es que además soy igual de feliz que en las ocho que vivo con el producto de mi prostitución. Tengo una suerte enorme, me parece pornográfico pedir más y que encima se nos agasaje.

Pero esto funciona así.
Sí, claro, pero no olvidaré nunca el origen humilde del que vengo, mi condición social y mi conciencia de clase. Eso de ser más popular o más conocido... Todo es mentira, todo es mentira. Esto de la fama me vino por el Koldo de Ocho apellidos vascos. ¿Qué pasa? ¿Que el día anterior a que se estrenara yo era un actor que no merecía la pena y en 24 horas, por ciencia infusa o el arcángel San Gabriel que me incubó, ya era la hostia? Bah, yo no me creo nada. Hazme caso: no hay que creerse nada.
¿Te incomodó ese boom de 'Ocho apellidos vascos'?
Todavía me dicen por la calle: "Oye, me encantó tu peli". "¿Cuál?". "Ocho apellidos vascos". Joder, que he hecho un montón de pelis después. Lo entiendo, fue una película que la vio todo el mundo y la gente, por desgracia, no va tanto al cine. Entonces, Koldo, Karra, Gorka, aita... Me llaman de todo. ¿Qué sucede? Que yo soy una especie de insecto libador, un culo de mal asiento que va de un lado a otro. Intento cubrir el espectro más amplio de registros para tener trabajo y alterno dramas con películas históricas o comedias. Eso me salva un poco. Haces de Unamuno y te cura un poco del Koldo y así constantemente. Te tienes que estar refrescando. Lo mismo que un pintor de paredes tiene que saber pintar de amarillo, de verde, de morado y de rosa, un actor tiene que saber hacer un poco de todo. En eso me refugio, en intentar alternar géneros para no aburrir, para no encasillarme y para tener una pequeña garantía de trabajo, porque cuanto más amplio sea el espectro de más lugares te puede venir la oferta. Me he ido de tema, ¿no? [risas]
Levemente, hablábamos de la fama.
Claro que me incomoda, me ha cambiado la vida. Yo era muy del mundo de la noche, no te engañaré, he sido golfo toda la vida. Entonces, claro, es muy distinto ir por la calle a las doce del mediodía, que la gente mantiene unas forma, que meterte en una discoteca a las dos de la mañana y "Koldo, ven aquí" o "me cago en diez, gilipollas, ¿no te vas a hacer la foto?". Y tú hasta los cojones. Como soy del norte, me encanta comer en una terraza, pero ahora me voy al interior y me siento intentando dar la espalda a la puerta. Me paso la vida escondiéndome. Yo que soy de hablar y comunicarme con todo dios, porque es mi puto carácter, de repente me he encontrado con una doble dosis de esto y es demasiado. Demasiado. No me gusta decir que no a un selfi, pero últimamente la gente se cree que un selfi forma parte del trabajo de un actor. El otro día me piden uno en la cola del AVE con 300 personas y le digo: "Perdona, tío, mejor aquí no, que hay demasiada gente". "Ay, te lo tienes creído". Me dicen mucho que es el precio de la fama, pero ni precio ni fama ni hostias. Yo no tengo que pagar ningún precio por mi fama. De hecho yo nunca he querido ser famoso ni popular; he preferido ser prestigioso por hacer bien mi trabajo y ya está. Yo sería mucho más feliz trabajando en lo mismo que trabajo y que no me conociera nadie. Lo que pasa es que en esta profesión es imposible.
Hablabas antes de Unamuno y de la clase política actual. Me has puesto muy fácil tirar de tópico. ¿Te duele España?
Me da arcadas, pero no me pongas de titular que me da arcadas España. No. Me dan arcadas el mundo, la sociedad, cómo nos planteamos la vida y hacia dónde vamos. La globalización... Aquí hay cuatro fenómenos que mueven las cuerditas de los títeres y estamos totalmente jodidos. No me gusta el mundo en el que vivo. Creo que se podría vivir más armónicamente, creo que el capitalismo no es la solución ni lo es la filosofía del "ancha es Castilla" y el "sálvese quien pueda. Y tampoco me gusta que conceptos como el de la solidaridad se desprecien. No me quiero poner altruista católico, pero todo eso es ahora innombrable. No hables de ser piadoso, solidario, considerado y amable. No, todas esas cosas no están de moda. Están de moda anuncios tipo uno que vi el otro día: "Cultiva el yoísmo". Eso me parece pornográfico. ¿Qué quiere decir eso? Que dejes de pensar en los demás para pensar más en ti mismo. Eso se llama neoliberalismo y no nos va sacar de la mierda. Ya nada nos va a sacar de la mierda. Qué quieres que te diga, no me gusta el mundo. Yo tengo otra manera de entender las cosas.

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16172 en: 05 de Noviembre de 2022, 15:17:26 pm »
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« Respuesta #16173 en: 05 de Noviembre de 2022, 16:08:06 pm »
Poniendo siempre en cuarentena la cocina del CIS una cosa está clara, el efecto Feijoo se ha terminado, VOX tocó techo y ahora todo lo que le venga será caer, hasta donde caiga ya se verá. . . lo que no me cuadra es que Podemos se mantenga, es raro también, habrá que ver qué pasa con el proyecto de Yolanda Díaz, ahí estará la clave del futuro de la izquierda a la izquierda del PSOE, pero dudo mucho que el actual Podemos, sin el empujón de Yolanda Díaz, sea capaz de mantener esos resultados. . .

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16174 en: 06 de Noviembre de 2022, 02:27:54 am »
Podemos por encima de VOX  :partirse :partirse :partirse.

Tezanos debería de estar en prisión...

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16177 en: 06 de Noviembre de 2022, 14:08:34 pm »
Bla, bla, bla, a Podemos lo mató. . . Pablo Iglesias. . . exactamente igual que a C's lo mató Albert Rivera. . . cada cual es responsable de la muerte de su criatura. . .

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« Respuesta #16178 en: 06 de Noviembre de 2022, 14:21:13 pm »
Bla, bla, bla, a Podemos lo mató. . . Pablo Iglesias. . . exactamente igual que a C's lo mató Albert Rivera. . . cada cual es responsable de la muerte de su criatura. . .

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Re: ELECCIONES
« Respuesta #16179 en: 06 de Noviembre de 2022, 18:40:09 pm »


Pablo Iglesias bombardea el proyecto de la "reaccionaria" Yolanda Díaz


El exvicepresidente segundo del Gobierno y exlíder morado apuesta por confluir con 'Sumar', pero advierte de que su criatura política "debe ser respetada"
Pablo Iglesias bombardea el proyecto de la  El exlíder de Podemos Pablo Iglesias, la secretaria general, Ione Belarra, y la secretaria de acción de gobierno, Irene Montero, este domingo, en Madrid. EFE
JAVIER PORTILLO
PUBLICADO 06/11/2022 14:56
ACTUALIZADO 06/11/2022 15:39
"No hay discurso más reaccionario que el de quien dice que los partidos son el problema". Pablo Iglesias ha reaparecido este domingo con fuerza para bombardear el proyecto de Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos en Moncloa, embarcada en 'Sumar', un proceso al margen de los morados, ha cuestionado siempre la política de "partidiños". Por eso, el dardo del exlíder sirve para advertir que Podemos "debe ser respetada".

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Pablo Iglesias, el arte de manejar un partido sin dirigirlo
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El cierre de la Universidad de otoño, en el que ha participado la izquierda amiga de los morados en Italia (Potere al popolo), Brasil (PSOL), Portugal (Bloco), Chile (Frente Amplio), Argentina (La Cámpora) y Alemania (Die Linke) ha sido una fiesta de auto reivindicación. Podemos intenta subirse a la ola que está llevando gobiernos de izquierda a las principales cancillerías de América Latina. Por primera vez, las capitales de las cinco economías más importantes de Suramérica tienen Ejecutivos de izquierda.


La victoria de Lula da Silva en Brasil o de Gabriel Boric en Chile, que ha dedicado un mensaje a los irreductibles de Podemos durante el acto, es el espejo en el que se mira el partido que quiso asaltar los cielos con la ayuda de "millones" en el 15-M pero que ahora apenas congrega a poco más de 1250 personas para ver a su gran referente, el exvicepresidente segundo y exlíder Pablo Iglesias, en el Teatro Coliseum de Madrid.

Los irreductibles
Si algo queda claro del fin de fiesta de Podemos es que los irreductibles, con Iglesias a la cabeza, están crecidos. El sentir de la dirección morada es que vuelven con el empuje de antaño gracias a la estrategia 'victimista' de denuncia de los ataques de los medios de comunicación. Podemos se ve ganador del envite al periodista Antonio García Ferreras y del resultado del lío andaluz. La coalición Por Andalucía fue un desastre de principio a fin y el análisis del partido es que lo fue porque ni Izquierda Unida ni Más País siguieron su camino.


El partido ya ha lanzado una OPA a quienes se acercan a escuchar a Yolanda Díaz: "Los que se atrevan contra los que siempre han querido mandar, que se vengan con nosotros. Este es el sitio", ha lanzado el coofundador Juan Carlos Monedero. A Podemos nunca le gustó ver reducido su papel en todo lo que gravita a la izquierda del PSOE. Los morados quieren ser autónomos. No quieren ser comparsas subyugadas a los intereses de Díaz, una candidata que no es de Podemos por mucho que sea la mejor opción para presentar en unas elecciones generales.

La guerra que asola a la izquierda y que tiene a Podemos a machetazo limpio con Izquierda Unida por la conformación de listas de cara a las elecciones municipales y autonómicas no puede ser el preludio de nada bueno. Iglesias lo ha dejado meridianamente claro: "¿Quien piensa que a una candidatura de izquierdas le puede ir bien en las generales si a Podemos le va mal en las municipales? Es una estupidez", ha espetado.



Quien quiera liderar todo lo que no representa a los viejos partidos tiene que estar a la altura de los retos
Juan Carlos Monedero
Podemos se considera el alma de la izquierda española. Por eso, las advertencias a la 'dama roja' y teórica líder de n espacio descompuesto se han sucedido. Uno tras otro: "Si alguien piensa en ceder a las ideas para gustar a quien no nos va a votar se equivoca. Quien quiera liderar todo lo que no representa a los viejos partidos tiene que estar a la altura de los retos y respetar a la fuerza de izquierda que más ha hecho por cambiar este país", ha arengado Monedero.

Los morados han tirado de orgullo. Ni van a claudicar ni a entregar su partido, que tanto esfuerzo les ha costado mantener a flote pese a guerras cainitas y purgas sectarias. Monedero, además, ha aprovechado para advertir a Yolanda Díaz que no de a sus votantes por hechos si no hay respeto: "Quien no respete a Podemos, a la comunidad que hemos levantado para conseguir que el Gobierno de España sea el más decente en mucho tiempo, no puede entusiasmar a los que se emocionaron con el proyecto de Podemos y se equivoca. Podemos nació sumando y me habéis escuchado mil veces decir que Podemos debe de ser la nave nodriza de la unión de la izquierda".


En el ejército morado, desatado en el Teatro Coliseu, aún añoran los días en los que Iglesias atizaba sin piedad a "los poderosos". Por eso, Díaz no enamora a la parroquia de Podemos y, de nuevo, ha sido él el gran reclamo del cartel de la Universidad de otoño; el evento anual que congrega a destacados miembros de Podemos y a otros referentes de la izquierda para abordar las grandes problemáticas del día a día. También el incierto futuro para un partido decadente elección tras elección desde su irrupción estelar en 2015.

(Habrá ampliación)