Sánchez y Díaz cierran el pacto de Gobierno con reducción de jornada laboral y reforma fiscal
Los líderes de PSOE y Sumar oficializarán el acuerdo en un acto a las 12.30 horas este martes. Incluye una propuesta para reformar la financiación autonómica, incrementar el SMI o volver a intentar la derogación de la ley mordaza
Foto: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en su reunión al inicio de la ronda de contactos que impulsó el candidato del PSOE. (Europa Press/Carlos Luján)
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, en su reunión al inicio de la ronda de contactos que impulsó el candidato del PSOE. (Europa Press/Carlos Luján)
Por Alejandro López de Miguel Carlos Rocha
24/10/2023 - 05:00 Actualizado: 24/10/2023 - 07:57
PSOE y Sumar han cerrado este martes un nuevo acuerdo de coalición que desembocaría, si logran los apoyos necesarios en el Congreso, en el segundo Gobierno de coalición de la democracia. Las conversaciones, que comenzaron prácticamente el día después de las elecciones, se intensificaron al arranque de octubre. Las partes redoblaron esfuerzos a finales de la pasada semana y se aceleraron este lunes, con el desembarco de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, y con las conversaciones en marcha hasta bien entrada la noche. Al filo de las 8.00 horas, los dos partidos anunciaban fumata blanca, si bien Sánchez y Díaz se guardan el grueso de los detalles para darlos a conocer en un acto a las 12.30 horas.
El pacto incluye la reducción de la jornada laboral "sin reducción salarial" -el principal caballo de batalla de Díaz-, así como nuevas medidas para "regular el despido"; una reforma fiscal "que haga que la banca y las grandes energéticas contribuyan al gasto público", o el compromiso de reformar la financiación territorial, entre otras materias. También acuerdan revisar al alza los objetivos de la Ley de Cambio Climático -una cuestión obligatoria para 2023, según la propia norma-, ampliar los permisos retribuidos por nacimiento, o desarrollar la ley de vivienda aprobada en la anterior legislatura, aunque en este punto tampoco dan más detalles. Continuar subiendo el SMI o volver a intentar la derogación de la ley mordaza son también objetivos destacados por ambas partes.
Foto: Yolanda Díaz e Ione Belarra. (EFE/ Villar López)
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Durante la tarde del lunes, ya existía un esbozo de rúbrica política que no se concretó oficialmente hasta cerca de las 8.00 del martes, según las fuentes consultadas, con Sánchez y Díaz acaparando los focos. Distintos dirigentes precisaban el lunes que los mimbres ya estaban puestos, a falta de la redacción concreta y de aclarar cómo se aterriza la reducción de la jornada laboral, que Yolanda Díaz aspiraba a incluir, y finalmente estará dentro. Es un acuerdo programático que marcará el guion que después seguirá la coalición en su acción política. Sánchez contará así con 152 escaños a favor de su investidura, los 121 del PSOE y los 31 de Sumar, incluyendo los cinco de Podemos, que ya tildaban el acuerdo de "insatisfactorio" antes de que los negociadores lo dieran por zanjado. Para asegurarse la elección, necesita cruzar el Rubicón de los 171 escaños que suman PP, Vox y Unión del Pueblo Navarro, que han adelantado su rechazo a la reelección del candidato socialista y a una coalición con el partido de Díaz. Están a punto de alcanzar el primer hito, pero tienen poco más de un mes para completar los que faltan. Y Podemos, dentro de la coalición de Díaz, ha empezado a cuestionar el pacto cuando todavía ninguna de las partes lo daba siquiera por cerrado, considerándolo "insuficiente", poco "ambicioso".
El acuerdo, que está listo una semana antes de que expire el pazo que se dieron Sánchez y Díaz, se seguía negociando hasta bien entrada la noche. Todo, tras una jornada que Sánchez dedicó a reunirse con representantes de las comunidades islámicas y judías en España, así como con la embajadora de Israel y el legado diplomático de la Autoridad Nacional Palestina. Díaz, por su parte, canceló la única cita de su agenda vespertina en una pista del punto decisivo en el que se encontraban las negociaciones. El principal escollo fueron las medidas laborales, pero fuentes socialistas y de Sumar daban por hecho el pacto a última hora de la noche. Que Díaz se descolgara de una reunión virtual con su homóloga estadounidense por "motivos de agenda" ya daba cuenta de la relevancia de la situación. Las cuestiones abordadas en las conversaciones tienen que ver con las medidas programáticas, y los de Díaz habían puesto el foco en la reducción de la jornada laboral. El siguiente paso será abordar el reparto de carteras, con la complicación añadida de la reducción del gabinete por la que apuesta el PSOE. Fuentes socialistas confiaban a última hora del lunes que este pacto será una suerte de catalizador del proceso de investidura, que ahora entra en una nueva fase.
Foto: Pedro Sánchez y María Jesús Montero, en las dependencias del grupo socialista en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)
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Sánchez inició la ronda de contactos para su investidura con Díaz, pero hay que tener en cuenta que las bases del PSOE tendrán que refrendar cualquier pacto. Los estatutos que salieron del XL Congreso del PSOE, en 2021, obligan a que el partido consulte con la militancia los acuerdos de gobierno en los que participen los socialistas. En 2019, después del acuerdo con Unidas Podemos, el 92% de las bases apoyó la entente, con una participación del 63%.
Sumar, que todavía no está constituido como partido al uso, no ha aclarado si hará una consulta, aunque hay fuerzas dentro de la coalición, como IU, que sí establecen esta obligación entre su militancia. Otras, como Compromís, lo dejan en manos de su ejecutiva. En Podemos tampoco tienen una decisión tomada al respecto, y dependerá del nivel de implicación de los morados en un hipotético Gobierno. Este lunes han dado un paso importante para marcar distancias con los resultados de las conversaciones, en las que nunca se han considerado representados. El PSOE debe consultar a sus bases, mientras que Sumar no aclara cómo lo hará, si es que lo hace Las normas internas de los socialistas no incluyen una consulta de los acuerdos de investidura, por lo que el resto de pactos que el PSOE debe cerrar con sus socios potenciales no tendrá que pasar por este examen. No habrá, salvo sorpresa, un refrendo a unos pactos que previsiblemente incluirán una amnistía a los afectados por el procés o a la alianza entre los socialistas y EH Bildu, que han reforzado sus lazos después de la histórica fotografía de Sánchez con los dirigentes de la coalición abertzale radical. Esta posibilidad solo se dará si, una vez que Sánchez y Díaz han blindado su alianza, los socialistas y sus socios de Sumar van añadiendo a los nacionalistas catalanes, vascos y gallegos al bloque. Ya ensayaron esta mayoría en la elección de Francina Armengol como presidenta del Gobierno y el uso de las lenguas oficiales en el Congreso. Desde Ferraz, el mensaje que se traslada es de optimismo, a pesar del mutismo que guarda la cúpula socialista.
Foto: Yolanda Díaz (c) y Ione Belarra (d). (EFE/Villar López)
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La intención del PSOE, según ha trasladado, es alcanzar un acuerdo de legislatura que permita un Gobierno de largo alcance, por lo que las conversaciones ya incluyen asuntos relacionados con la elaboración de los presupuestos generales del Estado para 2024. Esto es, aseguran, porque las negociaciones incluyen medidas que tendrán reflejo en las cuentas y porque la intención de Sánchez es que la norma pueda estar aprobada para enero. En sus filas hay cierta inquietud por la lentitud de esta investidura, que va asociada a una cuenta atrás que acaba el 27 de noviembre. Ese día se disolverán las Cortes de forma automática si no hay un acuerdo. Pero también hay quien piensa que el “silencio” es “bueno”. Y que ahora empezarán a caer, por goteo, una serie de acuerdos que dejarán para el final a Junts, el partido de Carles Puigdemont. Los neoconvergentes son los únicos que no participaron en la pasada legislatura en los acuerdos que permitieron a PSOE y Sumar desplegar su agenda legislativa, por lo que son el principal escollo para que Sánchez repita en la Moncloa.