La participación de las elecciones generales es la segunda más alta de la democracia
La participación se eleva al 41,45% y supera en 4,6 puntos a la registrada en 2016. En Cataluña se ha batido el récord, con un ascenso de 11 puntos
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Madrid 28 ABR 2019 - 14:42 CEST
Varios electores votan en el colegio madrileño Nuestra Señora la Virgen del Pilar, en Madrid.
Varios electores votan en el colegio madrileño Nuestra Señora la Virgen del Pilar, en Madrid. SAMUEL SANCHEZ EL PAÍS
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La participación en las elecciones generales de este domingo es del 41,45% con el 98% de las mesas escrutadas. Son 4,6 puntos más que la participación registrada en las últimas elecciones. La participación en las elecciones generales del 26 de junio de 2016, a las 14.00, fue del 36,87%. El dato de participación es el segundo más alto de la democracia, tras el registrado en 1993.
Estas cifras solo incluyen el voto en urna y el voto por correo registrado en España y no el censo de los residentes ausentes, aquellos electores que viven en el extranjero. La mayor movilización se vio en las elecciones de 1993, cuando Felipe González ganó sus cuartas elecciones por escasa diferencia ante el PP de José María Aznar. Entonces la participación fue del 41,83% a las 14.00 horas.
La movilización en las elecciones generales celebradas en España en los casi 40 años transcurridos de 1977 a 2016 ha oscilado considerablemente. La participación mínima fue del 66,5%, en 2016, frente a una máxima del 80%, en 1982. Estas son las cifras que aporta el Ministerio del Interior una vez contabilizado el censo y el voto de españoles en el exterior, lo que corrige a la baja la participación total. La movilización en España ha seguido una tendencia descendente. La caída se ha acentuado especialmente en las últimas tres elecciones generales (2016, 2015, 2011), en las que no se alcanzó una participación del 70%.
Históricamente, los especialistas asociaban una alta participación, del 75% y superior, con las elecciones de cambio. Las llamadas elecciones de continuidad estuvieron marcadas por tasas bajas de participación. Esta tendencia se rompió en 2011, cuando se produjo un gran cambio político (ganó el PP por mayoría absoluta), pero la participación fue muy baja. Desde entonces no se ha podido asociar el cambio a la alta movilización de los electores.
Particularmente elevada ha sido la participación en Cataluña, donde a las 14.00 se había acercado a las urnas el 43,5% de los electores, un récord histórico de movilización, y 11 puntos más que en 2016.
Los territorios menos participativos son Ceuta y Melilla, que desde 1989 siempre tienen las dos tasas más altas de abstención en elecciones generales, aunque también hay tasas bajas de participación en las comunidades insulares.