El Gobierno estudia convertir a la Policía Canaria en cuerpo de guardacostas
Hace exactamente una semana, la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado daba luz verde a la proposición de ley sobre la delimitación de las Aguas Canarias, lo que implica que la comunidad autónoma pasará a ejercer en breve ciertas competencias sobre el mar adyacente tales como el control de la pesca, la conservación del medio ambiente, la investigación científica y técnica o los espacios naturales protegidos.
Para garantizar la legalidad, seguridad y correcto ejercicio de dichas competencias, el Gobierno de Canarias está estudiando la posibilidad de destinar el grueso de la pantilla de la Policía Canaria al consecuente servicio costero y marítimo, reorientando así su cometido original hacia un cuerpo de guardacostas que seguiría el modelo de la Guardia Costera de los Estados Unidos (U.S. Coast Guard, en inglés). De hecho, algunos agentes canarios se han desplazado recientemente hasta los Cayos de Florida, donde han realizado diversas prácticas a bordo de patrulleras estadounidenses.
El proyecto, que será dado conocer a primeros de enero, contempla la puesta en funcionamiento casi inmediata de cuatro patrulleras de fabricación francesa, que serían entregadas en mayo, y de un avión CASA CN-235, de fabricación nacional y que es el mismo modelo que utiliza tanto la Guardia Civil como el Ejército del Aire. Durante este tiempo, los policías recibirán formación complementaria en Derecho del Mar, así como fundamentos de navegación, corrientes marinas y adiestramiento específico para misiones en un entorno marítimo, incluyendo un curso intensivo en piscina y playa para dos agentes que no saben nadar.
En declaraciones a Canarias Actual, una fuente cercana a la Dirección General de Emergencias del Gobierno de Canarias, ha indicado que “la ocasión la pintan calva” refiriéndose a la nueva ley de Aguas Canarias. “Teníamos un grave problema –prosigue– con la Policía Canaria ya que sus competencias se solapaban bien con las de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (Policía Nacional, Guardia Civil y Unidad Militar de Emergencias, principalmente), bien con las de las policías locales, bomberos e, incluso, brigadas contraincendios”.
Preguntado acerca de la viabilidad práctica y jurídica del proyecto, nos señala que “no nos engañemos. El Cuerpo General de la Policía Canaria se creó un poco por imitación, ya que Cataluña y el País Vasco tenían la suya y nosotros no íbamos a ser menos, pero el hecho de no ser un cuerpo sustitutivo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y el ninguneo que venimos padeciendo desde el Ministerio del Interior nos obliga a aprovechar el nuevo estatus jurídico de las aguas canarias para llevar a cabo esta reorientación”.
Finalmente, apunta que “se trata de hacer algo novedoso para una autonomía en España, ya que nuestra policía tiene que ser tan singular como lo es nuestro territorio [...]. El mar ha de ser el escenario natural de la Policía Canaria a partir de ahora”.
CONFUSIÓN EN EL CUERPO
Las reacciones a esta reconversión no se han hecho esperar. Josué Marrero, agente de la Policía Canaria y representante sindical, en conversación telefónica con Canarias Actual se ha mostrado indignado con la idea: “Esto es de locos. Nos dan una formación y ahora quieren cambiar totalmente nuestro cometido, justo ahora que ya se nos empezaba a ver por las calles”.
Marrero se queja del poco respeto que recibe el cuerpo por parte de la ciudadanía, cuya responsabilidad carga sobre el hombro de los responsables de seguridad del ejecutivo autonómico por no haber explicado lo suficientemente bien qué era la Policía Canaria y para qué servía. “Mucha gente –indica– se queja de que se nos ve, que no se nos puede llamar porque no tenemos ni teléfono, etc. Además, si no nos respetan ahora (nos llaman ‘la Guanchancha‘ y esas cosas), ¿cómo nos van a respetar cuando vayamos en bañador?”. Por último apunta con ironía que “lo verdaderamente interesante será ver quién ocupará el puesto de almirante general de la flota, si Ruano o Paulino”.