La Junta ordena a los agentes de San Telmo vestir de gala
Desde ayer los agentes de policía que custodian el sevillano palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, visten uniforme de gala. Y ese cambio de atuendo se debe a una orden expresa dada por el Gobierno de José Antonio Griñán a través de la Consejería de Presidencia. La instrucción fue emitida de forma verbal por la Secretaría General Técnica de esta consejería al jefe de la unidad adscrita, la conocida como «policía autónoma», para que los funcionarios cambiaran su uniforme de trabajo por el de gala. El cambio supone sustituir su ropa habitual: gabardina, guerrera y jersey por unas chaquetas algo más vistosas y unas gorras distintas. E igualmente que no llevan porra, aunque sí pistola.
En cualquier caso aunque a la vista los agentes aparezcan más arreglados, el cambio no sentado bien a los afectados que, a través del Sindicato Unificado de Policía, han denunciado que no están conformes. Según el sindicato policial porque no es operativo y porque, según dicen no se ajusta a la normativa del propio Ministerio del Interior. Así el SUP se remite al Real Decreto 1484/1987 que regula esta cuestión para recordar que, aunque el cuerpo nacional de policía existen los uniformes de gala y los de trabajo, el de gala se vestirá «en actos oficiales y públicos que así lo exijan» o en «aquellos actos sociales cuya significación o realce lo aconsejen».
Además, según el secretario regional del SUP, Manuel Espino, ya en 2004 el sindicato en una reunión con el anterior comisario jefe de la unidad adscrita abordaron el tema y solicitaron el uniforme ordinario del Cuerpo Nacional de Policía. Por ello se decidió anular la utilización del de gala que ahora han vuelto a imponer. «No es de recibo que cada vez que haya un cambio en la jefatura de la unidad o en la Dirección General de Política Interior o en la Secretaría General Técnica de la Consejería de la Presidencia tengamos que volver a retomar estas cuestiones», dice el SUP.
El sindicato cree que la orden verbal constituye una «desviación de poder» y exige a la Dirección General de Política Interior que cumpla la norma vigente. «Si quieren dar mejor imagen, que compren floreros», denunció Espino.