El comisario Villarejo anuncia que va a empezar a 'cantar' y a colaborar con la Fiscalía
Tras pinchar en hueso con los políticos, amenaza ahora a los grandes del Ibex 35, para ver si lo sacan de la cárcel
El comisario Villarejo anuncia que va a empezar a ‘cantar’ y a colaborar con la Fiscalía
Manuel Trujillo
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10 Ago 2019 - 10:00 CEST
Hace un calor como para destetar ‘hijos de p***‘ en el ardiente páramo castellano donde está enclavada la cárcel de Estremera y el excomisario José Manuel Villarejo, que lleva allí encerrado casi dos años, no para de sudar.
Y de maquinar. La última ocurrencia ha consistido en enviar un emisario -colega suyo en el talego y de permiso en Madrid este fin de semana- con una lista de diez nombres, para irles llamando por teléfono uno a uno e informarles que está ‘abrasado’ y va a empezar a ‘cantar’.
En la lista figuran desde el exjuez Garzón a un personaje del CNI, pasando por un exdiputado del PP a un periodista y a todos les comunican lo mismo: «En octubre empiezo a colaborar con la Fiscalía».
Lo abracadabrante del mensaje es que va acompañado con reflexiones sobre el futuro de España y que es necesario hacer algo, porque como suelte todo, se hunde el país, empezando por los principales partidos políticos
Esta claro además de transpirar con angustia, el antaño omniscente policía Villarejo, en prisión sin fianza y acusado de 14 delitos -tres de cohecho, ocho de revelación de secretos, uno de falsedad documental, otro de organización criminal y un último de blanqueo de capitales-, no para de darle al magín.
Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, el comisario Villarejo y Dolores Delgado.
Y de escribir. Ya le mandó una carta a Pedro Sánchez, asegurando fanfarrón que le iba ‘a tirar abajo el tenderete’, como no lo soltaran.
Ha remitido misivas a los jueces, a los fiscales y hasta a la prensa, siempre montando mucha bulla, acojonando a bastantes y creando titulares, pero sin sacar nada en limpio para él o los acusados en su proceso..
Y este viernes, 9 de agosto de 2019, en una vuelta de tuerca más, les ha escrito a los grandes del Ibex 35, a ver si por ahí, le dan cuartelillo.
El comisario José Villarejo.
En su último nuevo comunicado, además de clamar contra la supuesta “injusticia” que en su opinión se perpetra contra él en la investigación del caso Tándem, Villarejo advierte que si se se insiste en “tirar de la manta”, se puede causar un daño grave a la reputación de empresas como Repsol, Indra, Caixabank, Iberdrola, Santander, Grupo Planeta, Mutua Madrileña, Telefónica, además del que ya se ha realizado sobre el BBVA.
Francisco González (BBVA).
En su reflexión, se pregunta el exccomisario:
“¿De verdad compensa que una entidad bancaria, después de estar perdiendo millones de euros en Bolsa y con el barro llegándole de momento a las rodillas, se haya puesto en riesgo a ojos de las más importantes instituciones nacionales e internacionales por el simple capricho de quienes inventaron un espionaje que nunca existió?”.
Todo ello en un caso que ya es una pieza aparte dentro del sumario y que ha provocado que el juez inculpe a varios directivos del banco y la propia entidad como persona jurídica.
José Manuel Villarejo, Rafael Redondo, Carlos Salamanca, Enrique García Castaño y Antonio Bonilla.
Villarejo tacha de “invenciones” todo lo que se está investigando en la Audiencia Nacional y advierte:
“Espero ser resarcido por los daños enormes que se están produciendo a mi persona y a mi familia (despiadadamente golpeada), cuando se conozca la verdad que late tras esta burda mascarada”.
Asegura que, si las investigaciones siguen el curso que lleva, pueden llegar a poner en la picota a las compañías mencionadas:
“Y a tantas otras que puedan sufrir el mismo destino para alegría de la competencia extranjera y de esa extrema izquierda que atribuye al Ibex 35 un peligro mayor que al hombre del saco”.
El general Sanz Roldán (CNI).
El excomisario carga las tintas contra su gran enemigo, el general Javier Sanz Roldán, exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), y se pregunta:
“¿A Sanz Roldán y a todos los acólitos de tamaño menudo que medraban a su alrededor les ha valido la pena haber matado moscas a cañonazos al organizar esta patraña, una de las tantas que han intentado? ¿No había operaciones, alejadas del odio gratuito y de la geografía de la venganza, que hubiesen servido de verdad para beneficiar a España, a nuestro país y a nuestro sistema?”.
Llega a acusar al anterior responsable del CNI de haberse quedado con un sinfín de dosieres (23-F, el 11M, Filesa, las negociaciones con ETA-PM, la extradición de Roldán, el caso Sogecable, el chantaje a Pedrojota por sus vídeos pornográficos con la guineana Exuperancia Rapú, el espionaje al Conde de Godó y al clan Pujol, las gestiones sobre el GAL, etc.) con el objeto de obstruir a la justicia y ocultar o destruir una “prolija documentación, incluidas microcintas con nula relevancia penal dada su antigüedad pero de muy significativo interés histórico que, aunque estaban en mi poder, eran y son patrimonio de todos los españoles”, señala en su nota, difundida por su abogado.
“¿Cómo es imaginable que, quienes considerándose integrantes de una casta judicial superior, puedan destruir todo lo que les compromete y/o incrimina en sumarios por pedofilia desaparecidos, en dossiers que incluían contactos y vinculaciones con el mundo de la droga y en tantos otros expedientes que ahora ocultan?”.
Dolores Delgado, Baltasar Garzón y el excomisario Villarejo.
Intentando desesperadamente emborronar el panorama y quitarse ‘muertos’ de encima, el comisario implica incluso al ministro del Interior en funciones, Fernando Grande Marlaska, porque no persiguió cuando era juez “el pago a un miembro del GAL con un velero lleno de cocaína”.
Sacude incluso a la ministra de Defensa:
“Es acaso concebible en un Estado de derecho merecedor de tal nombre que una conducta tan grave como que ‘una juez amiga’ sea la delatora de que se había pinchado un teléfono en el sumario Lezo no sea perseguida por temor a las represalias de la aún poderosa Margarita Robles”.
El excomisario, que insiste en que la verdadera razón de su cautiverio es obligarle a confesar y a hacerlo: «en los términos que le vienen exigiendo”.
El comisario José Villarejo y el periodista Javier Ayuso.
Anuncia altisonante Villarejo que no conseguirán derrotarle:
“Porque a diferencia de quienes me persiguen, mi moral permanece cada día más alta y mi conciencia más fuerte. Ni la tortura psicológica podrá conmigo. Ni la denigración tendrá el resultado de quebrar mi voluntad. Nadie me verá postrado ni arrodillado. Mi defensa, a mi avanzada edad, es ya la causa de mi vida. Y la prepararé antes o después desde mi propia casa, con los míos”.
Para cerrar el comunicado, el expolicía advierte sobre el negocio que se está haciendo con la venta a algún “despacho de abogados” y “periódicos afines” de las grabaciones que se publican.
Como colofón, con tanta habilidad como caradura intenta envolverse en la bandera española y explotar la ‘vena patriótica?: