Hablan los agentes de la Guardia Urbana de Badalona: "La Jefatura actúa como una mafia sindical"
Más de una decena de funcionarios explican a Metrópoli sus experiencias de "acoso laboral" dentro del cuerpo y señalan a su intendente, Valentín Anadón
Angela Vázquez
ÁNGELA VÁZQUEZ
10/05/2022 00:00H
ACTUALIZADO: 10/05/2022 07:28 H.
Los agentes de la Guardia Urbana de Badalona rompen su silencio. Tras años de servicio en un ambiente laboral "hostil", con miedo a contar la verdad, varios funcionarios del cuerpo han dado un paso más allá para poner en conocimiento de Metrópoli multitud de experiencias personales, todas ellas con una característica en común: acoso y derribo por parte de la mayoría de mandos de la Jefatura a aquellos que no son afines o que no claudican con sus ideas.
Algunos testimonios muestran su nombre porque creen que ya no tienen "nada que perder". Otros prefieren mantenerse en el anonimato por temor a represalias. Varios agentes consultados por este medio ya no trabajan en Badalona, pero aseguran que "los tentáculos" de los altos cargos del cuerpo son "muy largos".
EL SIP-FEPOL, EL SINDICATO "DEL JEFE"
El sindicato mayoritario de policía en la Guardia Urbana de Badalona es el SIP-FEPOL, un conglomerado de otros sindicatos antes denominado SFP-FEPOL. A raíz de esta unión, aparece en escena uno de los principales señalados por las decenas de fuentes consultadas por este medio, que además ostenta la posición de delegado de FEPOL: Valentín Anadón, un liberado sindical durante 20 años que comenzó su andadura en UGT y pasó de ser cabo en los Mossos d'Esquadra a intendente en Badalona. Un "salto cualitativo en tiempo récord, una proeza", señalan fuentes del sindicato CSIF.
A partir de la llegada de Anadón en 2019, se intensificaron las situaciones propias de una "banda organizada", según definen algunos de los entrevistados. Las acusaciones contra él son graves. Desde presiones para afiliarse al sindicato "de la Jefatura" hasta "amiguismos" o favores. Así resumen la situación las personas consultadas para este artículo. Algunos agentes incluso han visto peligrar su carrera a lo largo de los años por ser apartados de sus unidades. Otros han tenido que trasladarse de municipio para progresar laboralmente. ¿Por qué? Las mismas personas que encabezan el sindicato son las que dirigen la Guardia Urbana y tienen la potestad para adscribir o no a los agentes a las diferentes unidades. "O eres de los suyos o estás contra ellos, no hay término medio". "La Jefatura actúa como una auténtica mafia sindical", afirman.
EL CASO DEL AGENTE CARLOS
Carlos S. comenzó su carrera en la Guardia Urbana de Badalona en el año 2008. Definido por sus compañeros como "uno de los mejores agentes de la unidad de atestados", Carlos pasó de sentir pasión por su trabajo a sufrir ansiedad y ataques de pánico. Incluso fue relegado a otra unidad por orden directa del intendente Anadón, al poco de que éste llegara a la Guardia Urbana de Badalona en 2019.
El enfrentamiento entre Carlos y Anadón comenzó con una detención y con la negación del arrestado a ser asistido médicamente, en 2020. "Por costumbre, se debe llevar al hospital al detenido, pero no significa que sea obligatorio y menos si él mismo dice expresamente que no quiere", explica a Metrópoli el agente. Mientras Carlos debatía con el inspector Óscar Parada, con quien mantenía una buena relación, Anadón, según el agente, entró en la conversación y de manera muy "déspota" y "tajante" le dijo que tenía que llevar al detenido al hospital. "Alegó que él tenía la carrera de Derecho y se conocía las leyes". Lo que desconocía Anadón era que Carlos también había estudiado Derecho y sabía perfectamente los derechos de los arrestados.
APARTADO DE LA UNIDAD
Pasado el fin de semana, el lunes siguiente, Carlos recibió la desagradable sorpresa por boca de sus compañeros, los del primer turno de la mañana: "Me habían expulsado de Atestados". Anadón había emitido una orden de servicio contra él, apartando al agente a la Unidad de Refuerzo al Servicio, la popularmente conocida como "unidad de castigo" por la falta de compañeros o la reducción de sueldo, entre otras cuestiones.
El periplo se alargó unos tres meses más sin que ningún mando superior accediese a entrevistarse con él, hasta que el agente decidió presentar un escrito al Ayuntamiento de Badalona denunciando su injusta situación. En ese momento, los mandos accedieron a reunirse con él. Antes de iniciar el encuentro en la que estarían presentes Anadón, Parada y Aguirre -su cabo-, todos afiliados a SIP-FEPOL, le hicieron dejar el móvil fuera de la sala. Anadón aseguró en ese encuentro que Carlos había cometido un "delito de vejaciones" y que desde Jefatura podían "iniciar diligencias penales". El agente salió de aquella sala con un ataque de ansiedad que lo obligó a coger la baja seis meses.
SENTENCIA FAVORABLE
Finalmente, y con la ayuda del sindicato policial SPLCME, Carlos S. denunció la expulsión injustificada y sin haber sido previamente comunicada. El recurso solicitaba la anulación de la orden de servicio impugnada y la reincorporación del agente al servicio de Atestados, "con la percepción de los haberes dejados de percibir que le fueron retirados".
Se habían vulnerado, según la denuncia, el artículo 54 de la Ley 30/1992, el artículo 81.2 del RDL 5/2015 y el derecho a la no discriminación, artículo 14. La sentencia del Juzgado de los Contencioso Administrativo número 6 de Barcelona, a fecha 1 de abril, ha sido favorable para Carlos porque "está claro que no contiene de forma suficientemente los motivos en base a los cuales se adopta la decisión de cambiar al recurrente de su puesto de trabajo", tal y como reza la sentencia a la que ha tenido acceso Metrópoli.
"SÉ QUE TARDE O TEMPRANO ME SUSPENDERÁN"
Oriol P., sargento de la Guardia Urbana con 20 años de experiencia en el sector, asegura a este medio que la "persecución" hacia él se acentuó con la llegada de Anadón. El policía relata que hubo una época en la que, "mientras todos los mandos estaban al frente de unidades operativas, a mí me asignaron la tarea de recoger, ordenar, limpiar y hacer el inventario de uno de los almacenes de emergencia". Una tarea que correspondería a la Unidad de Recursos Materiales, no a la de Patrullas, que era donde él estaba asignado.
El sargento explica que le han hecho informar en multitud de ocasiones por "cosas sin sentido", de forma reiterada con el único fin de ponerlo "al límite, ver si me contradecía entre un informe y otro para así tener la excusa y abrirme un expediente”. Recuerda la vez en la que lo hicieron informar por realizar un control de tráfico y, "posteriormente, me prohibieron volver a hacerlos”. O cuando un Subinspector le hizo cambiar la asignación de los agentes a las patrullas "porque a él no le parecía bien, sin argumentar ningún motivo lógico”. Oriol lo tiene muy claro: "Sé que tarde o temprano me expedientarán y me suspenderán de empleo y sueldo”.
DENUNCIA ANTE RIESGOS LABORALES
El policía, hastiado, quiso informar primero del acoso que sufría al Jefe de la Guardia Urbana, Conrado Fernández. "Solicité que pusiera fin a la persecución laboral hacia mi persona", apunta Oriol. Pero, un tiempo después, fue el intendente Anadón el que lo requirió para que lo informase sobre el hecho denunciado. "¿A quién le entra en la cabeza que el presunto acosador haga informar al acosado?".
Ante este desalentador escenario, el testimonio narra que recopiló todos los informes y pruebas y presentó una denuncia ante el Departamento de Riesgos Laborales del Ayuntamiento. Posteriormente se cogió la baja. “Sé que los citaron a ellos y a varios mandos más”. Sin embargo, actualmente la instrucción del expediente informativo está parado. “En Badalona somos varios miembros de la plantilla que sufrimos acoso laboral, el personal no quiere hablar por miedo a represalias. Estoy seguro que, cuando se publique este artículo, las presiones hacia todos los agentes que estamos poniendo en conocimiento los hechos a este medio, se agravarán", apunta Oriol.
"AHORA SOLO QUIERO JUBILARME"
Otro mando, Ángel B., ha querido participar en esta radiografía de la Guardia Urbana de Badalona. Ángel, caracterizado por, según sus compañeros, tener "mucha mano izquierda", lleva 30 años siendo guardia y define al sindicato de la Jefatura como a una "manada de lobos". "Como seas un señalado, te fiscalizan. Y eso es lo de menos. No tienen en cuenta que detrás de esto hay familias", apunta el cabo, que lamenta la situación: "Me encanta mi trabajo, pero ha llegado un punto en el que solo quiero jubilarme".
A Ángel también lo intentaron expedientar por "falta de respeto". Ocurrió cuando quiso sugerir a los mandos superiores que los coches llevaban más de seis meses sin lavarse. "Valentín estaba hablando con otros mandos sobre los vehículos y yo pedí hacer el inciso". Le contestaron que "no era el momento ni el lugar" y "quisieron abrirme el expediente".
Un tercer mando del cuerpo policial también ha querido aportar su versión a esta pieza de manera anónima. Según él, desde que está conformada la "actual cúpula", se cuestiona "todo". "Vives con el miedo constante de que te fiscalicen". El policía también hace referencia a la persecución de la Unidad Omega, una Unidad Especial de Badalona: "Los mandos de la Omega no tenían independencia para trabajar. No se les asignaban servicios relevantes".
"LLEVÁIS MUCHO AL MÉDICO A VUESTROS HIJOS"
Metrópoli también se ha puesto en contacto con tres agentes que se encontraban en la Unidad de Motoristas hasta que Anadón decidió apartarlos, "casualmente" al poco de que él ostentase el cargo de intendente. "Nos dijo que llevábamos mucho al médico a nuestros hijos", apunta uno de los afectados, Ángel M. .
Otro de los agentes, en la misma línea, relata a este medio que el motivo que desde Jefatura alegaron para su cambio de unidad fue, por una parte, una reestructuración del cuerpo que no se llegó a realizar, y por otra, el absentismo. "Me dijeron que yo era de los que más faltaba a trabajar. Cuando pedí que me lo acreditasen de alguna manera, no me dieron ningún documento". Esta misma persona afirma que la decisión vino después de que los tres apartados pusiesen en conocimiento de su superior las deficiencias de la unidad: "Somos los más críticos, quizás eso tuvo algo que ver".
SIN GEL EN LOS COCHES
Emili R., otro agente, denuncia que lo "castigaron" por pedir gel hidro alcohólico durante la pandemia. "Los coches patrulla no tenían", relata Emili, que solicitó el líquido en reiteradas ocasiones y se lo negaron, alegando que no quedaba.
El mismo día, al agente lo apartaron durante casi dos semanas a un puesto sedentario, "por decisión totalmente arbitraria y sin argumentos" de Anadón, "para ver si saltaba". En definitiva, una provocación.
"HEMOS RECIBIDO QUEJAS"
Más declaraciones de otro agente entrevistado. Durante la pandemia, el policía se encontraba haciendo un control en la carretera con otros compañeros. En la actuación, otro policía realizó una denuncia a la conductora de un vehículo. "Aunque yo no estuve presente, mi número de identificación aparecía en la denuncia junto con el de mi compañero, pero no mi firma. A raíz de esto, bajo un seudónimo, alguien me puso a parir por las redes sociales", relata el agente. Un error que provocó que el hombre fuese enormemente criticado y señalado.
A los días, Anadón lo llamó al despacho y le dijo que habían recibido "quejas" sobre él. Aún con el asunto aclarado, el intendente le informó de que no realizaría servicio en la calle. Cuando el afectado pidió a la prefectura de la Guardia Urbana el expediente administrativo en el que se informaba de la supuesta "queja" para emprender las acciones oportunas, la respuesta fue simple: "Nunca hemos recibido ninguna queja, simplemente leímos Twitter".
"HUÍ DE BADALONA"
A pesar de que Juan, nombre ficticio, trabaja desde hace años en la policía local de otro municipio, no quiere revelar su identidad por miedo a represalias. El joven entró a formar parte de la policía del municipio badalonés en 2009, pero decidió irse. "Nunca me afilié a ningún sindicato, pero veía los amiguismos", asegura el hombre. Dice no haber recibido nunca ninguna amenaza explícita, pero "se me pusieron muchas trabas cuando solicité el traslado".
Juan estuvo un año intentando irse. "La permuta la tenía que autorizar el superior, en este caso Anadón. El que iba a ser mi jefe en el nuevo municipio lo llamó varias veces para acelerar el asunto, pero nunca le cogió el teléfono". El agente señala que tuvo que irse "lo más lejos posible". "Si no eres del SIP-FEPOL, no asciendes. Esto lo ves desde el día uno, no hay meritocracia".
DESDE DENTRO
El caso de Iván, otro nombre ficticio, permite hacer una radiografía desde dentro porque este agente estuvo afiliado al SIP-FEPOL, conocido popularmente como el sindicato de la Jefatura. Iván, que hace ya un tiempo decidió abandonar el cuerpo de Badalona, ha explicado a Metrópoli los beneficios que él mismo recibía por pertenecer al sindicato "adecuado". "Podía cambiar de unidad, a otras con más beneficios, sin problemas, mientras que el resto de compañeros podían tardar meses o quedarse siempre en la unidad de castigo", dice el agente.
El policía relata cómo estando aún realizando el curso básico de policía en el ISPC, el inspector Parada se puso en contacto con él para afiliarlo, algo que "no debería suceder, porque los mandos tienen que ser neutros". Sin embargo, a pesar de los amplios beneficios, Iván quiso dejar de pertenecer a esa "cúpula" por principios éticos y morales. Pero, ¿cómo? El agente, "secretamente", se afilió a otro sindicato. "Tenía que estar un año en prácticas y me faltaban pocos meses para terminarlas. No quería suspender, así que secretamente me afilié a otro sindicato estando aún en SIP-FEPOL". El miedo a que le arruinasen su futuro era más fuerte.
UN AGENTE "SUBVERSIVO"
El periplo de Iván con la Jefatura comenzó una vez aprobadas las prácticas y comunicó que no iba a seguir asociado al SIP-FEPOL. Desde entonces, Iván fue visto como un agente "subversivo" o lo que es lo mismo, el señalado. Una etiqueta que le persiguió los meses siguientes. "Me ponían a vigilar la puerta del Ayuntamiento, a custodiar detenidos...", explica el agente. Las secuelas de esa época marcaron tanto al agente, que, aunque ya no trabaje en el municipio, prefiere seguir manteniéndose en el anonimato. "Los tentáculos son muy largos".
DISCUSIÓN CON QUIEN NO DEBÍA
Otro testimonio anónimo se suma al relato de Iván en cuanto a las consecuencias de dejar de pertenecer al SIP-FEPOL. Este agente se afilió al sindicato allá por el 2009 y después de ver que "funcionaba como un partido político", se borró y decidió no asociarse a ningún otro. "Se me etiquetó como problemático", cuenta.
El policía tuvo el mismo destino que muchos de sus compañeros: lo apartaron de la Unidad de Atestados, donde era un agente respetado, y lo enviaron a la unidad de castigo. Todo por una discusión con quien no debía: un afiliado al SIP que trató el tema con los altos mandos. Las consecuencias fueron claramente distintas para los dos implicados en la discusión: uno pasó al turno de castigo y el afilado al SIP-FEPOL a Patrullas, "por voluntad propia y sin ningún perjuicio", apunta el damnificado, que asegura sentirse "perseguido": "Siento que toda mi trayectoria no ha servido para nada. Me han ninguneado. Funcionan como una organización criminal con sed de sangre", sentencia el afectado.
¿TRATOS DE FAVOR?
Óscar G., nombre real, explica que se siente "consternado" y "ultrajado" en el cuerpo de policía. El hombre tiene más de 20 años de experiencia como policía y ha trabajado en varios municipios. Nunca ha visto una "desidia" y una "apatía" tales como en Badalona.
Además de recalcar el déficit en la plantilla, Óscar también explica su situación personal. "Por conciliación familiar y otros asuntos, pedí un cambio de unidad que, en un principio, me concedieron, pero después me denegaron". El requisito del agente para entrar a formar parte de la plantilla de Badalona era el de permanecer en una Unidad en concreto. Algo que desde Jefatura se aprobó, pero terminó por no cumplirse. "Me dijeron que la Guardia Urbana no tenía que preocuparse de mis circunstancias". Óscar presentó un escrito para pedir explicaciones. Su destino fue Refuerzo de Servicio. El momento decisivo fue cuando, a raíz de esto, le preguntaron a qué sindicato pertenecía. "Un intendente me dio a entender que lo más inteligente sería estar afiliado al SIP-FEPOL e incluso me aconsejaron que para lograr el cambio de servicio hablase con uno de los delegados sindicales".
"SE APROVECHAN DE SU SITUACIÓN"
Todas las personas con las que se ha puesto en contacto este medio afirman haber presenciado o ser testigos de "amiguismos" dentro del sindicato de la Jefatura, el SIP-FEPOL. El delegado sindical de la PSU, Alfonso Griñán, lo corrobora: "Mezclan el sindicato con su posición de superioridad. Se aprovechan de su situación". Griñán también destaca el uso de la información de la que hacen gala: "Ellos manejan la información de cuándo vienen los nuevos y la utilizan para contactarles sindicalmente".
Jesús Roncero, otro delegado sindical de la PSU, también ha sufrido recientemente persecución por parte del sindicato "del Jefe". El cuerpo policial estrenó hace unos días ocho nuevos coches. Roncero ha sido "castigado" a permanecer en puestos fijos por orden directa del inspector Óscar Parada, actual delegado del SIP-FEPOL, por darle un golpe leve a uno de los vehículos. "No es habitual, lo normal es que se haga una hoja de avería", defiende Griñán.
ELECCIONES SINDICALES POLÉMICAS
Al principio de la pieza se ha informado que el SIP-FEPOL es el sindicato mayoritario en la Guardia Urbana. Sin embargo, esto nunca ha sido así. El sindicato empezó a crecer en votos con la llegada de Anadón. En 2019 consiguieron 143 votos, por delante del ganador en las elecciones sindicales del 2015 y del 2011, la PSU. El Ayuntamiento de Badalona, requerido por este medio, no ha sabido localizar los resultados electorales anteriores al 2019. Tampoco los sindicatos encuentran esa información.
¿Por qué la popularidad del SIP-FEPOL creció tanto? Algunos de los entrevistados explican, por separado, una misma versión de los hechos. "Una de las promociones de 31 nuevos agentes también se vio forzada a votar al sindicato", explica uno de los policías, refiriéndose a la hornada de 2020. Un testigo directo asegura que, en el momento de entregar la ropa a los nuevos, antes incluso del primer día laboral, Anadón se quitó los galones de policía para "hablarles en calidad de compañero y sindicalista, no como intendente". En esa primera toma de contacto, les entregó la hoja de afiliación al SIP-FEPOL y un documento para delegarles el voto, con lo que "no tuvieron otra elección". Los agentes, que todavía estaban en prácticas, "tenían miedo de suspenderlas". De hecho, el ahora intendente Anadón estuvo imputado en 2011, cuando todavía era mosso, por presuntamente estar implicado en un caso de compra de votos por correo en las elecciones sindicales del cuerpo.
OPOSICIONES "IRREGULARES"
Anadón no ha tenido que enfrentarse solamente a las denuncias de otros sindicatos como USPAC o SPC por unas elecciones sindicales. También ha tenido que responder a la polémica en torno a las oposiciones que lo catapultaron a la categoría de intendente, algo que sorprendió incluso a los aspirantes a esa misma plaza.
El sindicato PSU, también de la Guardia Urbana de Badalona, presentó en 2021 un recurso de apelación contra las irregularidades en el proceso de selección a intendente en el que participó Anadón. La sentencia del TSJC, a la que ha tenido acceso Metrópoli, dice que los implicados son "terceros de buena fe", por lo que ellos no tendrían nada que ver con la supuesta ilegalidad de la Administración. Por tanto, las plazas se mantienen, pero el proceso selectivo se declara "nulo", por lo que las pruebas tendrán que repetirse de nuevo.
Al cierre de este artículo, el intendente Anadón no ha respondido a los requerimientos de este medio sobre las cuestiones que se tratan en este artículo.