Miedo?
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Conrado, 'el emperador' de Badalona que lleva a la Guardia Urbana "al desastre
Fernández ostenta el único cargo de superintendente de toda Catalunya
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Angela Vázquez
ÁNGELA VÁZQUEZ
31/12/2022 00:00H
Agentes que van a trabajar con "miedo" y "desgana". Bajas masivas. Represalias internas. Apertura de expedientes por hechos sucedidos hace años. Más que un cuerpo de policía, la Guardia Urbana de Badalona es protagonista estos últimos meses por situaciones que se acercan al género cinematográfico del drama.
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Lo nunca visto sucedió hace aproximadamente solo unas semanas: la comisaría quedó desierta y la ciudadanía, sin respuestas a las peticiones de ayuda. Más de 70 agentes cogieron la baja médica y no fueron a trabajar. Badalona sin policía local, con el triple de Mossos d'Esquadra (o eso aseguró el gobierno municipal) para equilibrar la balanza. ¿Quién debe pagar por este descontrol? A día de hoy lo hacen los policías que conforman la plantilla. Han sido pocos los que se han dirigido a las altas esferas a pedir explicaciones, ya sea por falta de organización o por temor. Algunas conversaciones sin importancia con el regidor de seguridad, Christian Carneado, y ningún acuerdo con el alcalde, Rubén Guijarro. Por el contrario, muchos gritos, petardos y jaleo a las puertas del Ayuntamiento durante las últimas sesiones plenarias. Sin embargo, hay una figura que pasa desapercibida y que es la máxima responsable de la situación de la Guardia Urbana, según señalan los diversos afectados: la del "emperador" Conrado Fernández, como lo llaman los agentes, el superintendente jefe del cuerpo desde hace 20 años.
Manifestación de la Guardia Urbana del pasado 25 de octubre en la Plaza de la Vila de Badalona / ÁNGELA VÁZQUEZ
Manifestación de la Guardia Urbana del pasado 25 de octubre en la Plaza de la Vila de Badalona / ÁNGELA VÁZQUEZ
ÚNICO SUPERINTENDENTE EN CATALUNYA
La existencia del cargo ya sorprende. Lejos de ser el cuerpo policial con más efectivos de la provincia -al contrario, faltan agentes por la ratio que le corresponde-, el jefe de la policía de Badalona ostenta el único cargo de superintendente de todo el territorio catalán. Ni siquiera la Guardia Urbana de Barcelona, con 3.300 agentes, tiene esta figura. Una posición que está por encima, incluso, del intendente mayor, puesto que en Badalona ostenta Félix Martínez.
Conrado se adhirió al cuerpo de policía en los años 80 como cualquier agente. Sin embargo, su ascenso fue meteórico: Fernández pasó de agente a cabo y, de ahí, dio el salto a intendente. Algo que llamó la atención en su día y lo sigue haciendo ahora, puesto que lo normal sería pasar antes por ser sargento, subinspector e inspector, en este orden y tal como establece la escala de rangos, explican varios agentes de Badalona a este medio. Con todo, su recorrido en la Guardia Urbana no ha estado exento de polémicas: desde una multa desaparecida que le conllevó una denuncia, hasta el ostracismo durante unos años cuando el PP de Xavier García Albiol estaba al frente del gobierno municipal, para acabar, finalmente, siendo investigado por Fiscalía por el cobro irregular de unas horas extra. Unos hechos probados sazonados con una buena dosis de rumores: un affair intercontinental con sicarios por el medio y una "amistad importante" con la comunidad china.
APARTADO Y RESCATADO
La huella de Conrado Fernández también se encuentra en L'Hospitalet de Llobregat. A finales de los 90, antes de llegar a jefe de la policía de Badalona, ocupó el cargo de intendente en el municipio. Una experiencia que los más veteranos de la Guardia Urbana de L'Hospitalet califican a Metrópoli de "desastrosa": "Su gestión fue nefasta", aseguran las fuentes consultadas de manera tajante.
Tras su cuestionado trabajo en la segunda ciudad más poblada de Catalunya, Conrado volvió a Badalona con el ascenso bajo el brazo: pasó a ser superintendente. "Una plaza hecha para él que el PSC le crea", denuncian diversas fuentes policiales. Desde el 1983 hasta el 2011, tres alcaldes socialistas gobernaron en el municipio: Joan Blanch, Maite Arqué y Jordi Serra. El ostracismo citado se produjo cuando Albiol se puso al frente del consistorio, después del mandato de Serra. "A Conrado lo envían al Departamento de Interior de la Generalitat para realizar una especie de proyecto. La cuestión era sacarlo de jefatura porque era socialista y anti PP". Lo explica a este medio M.B., escolta y chófer en aquel momento del regidor de Seguridad Ciudadana, Miguel Jurado. Sin embargo, la decisión no se sostuvo durante mucho tiempo, ya que en la misma legislatura del PP, Conrado regresó al municipio badalonés.
El superintendente Conrado, con el ex alcalde Àlex Pastor y más agentes de la Guardia Urbana / AJUNTAMENT BADALONA
El superintendente Conrado, con el ex alcalde Àlex Pastor y más agentes de la Guardia Urbana / AJUNTAMENT BADALONA
COCHE OFICIAL
Es justo cuando se produjo el "destierro" que los conflictos entre M.B. y Fernández comenzaron. "Cuando lo apartaron de Badalona, me encargaron ir a por el coche oficial, un Peugeot 308, que él usaba incluso para asuntos personales que nada tenían que ver con el trabajo", narra el agente, ya jubilado. "Cuando fui a casa de Conrado para coger las llaves, tal y como me ordenaron desde el Ayuntamiento, me amenazó. Me dijo que aquello se lo pagaría con sangre", son las palabras que, según M.B., el jefe de la Guardia Urbana le dirigió.
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A partir de ahí, M.B. se vio inmerso, según él, en una especie de periplo que parecía no tener fin. Achaca a Conrado una carta anónima que llegó al Ayuntamiento en la que se denunciaba que el ex escolta había coaccionado a diversos empresarios de Badalona para conseguir dinero. Algo que el supuesto implicado ha negado siempre rotundamente y que justifica a día de hoy: "Cada año se hacía una fiesta de la Guardia Urbana para la que se pedía financiación de algunos negocios locales para sufragar los gastos de la fiesta infantil, era algo habitual. Se abrió una investigación que duró más de un año, todo por poco más de 2.000 euros", lamenta el agente retirado, a quien la Oficina Antifrau absolvió.
"MACHAQUE"
"Cuando Conrado vuelve a la jefatura, empieza el machaque", afirma el agente jubilado. "Me persiguieron, me pincharon el teléfono. La Policía Nacional me investigó por tráfico de influencias, aunque aquello se archivó. Más tarde, me denunciaron por acoso laboral y mobbing personal y profesional. El año pasado, los mossos me detuvieron". Una detención, esta última, que le comportó la apertura de un expediente el 4 de junio de 2016 y el cese en la policía.
En este punto, entró en juego la Plataforma Sindical Unitaria (PSU). "Me voy al sindicato y presentamos una denuncia contra el Ayuntamiento", explica M.B. . El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) le dio la razón al ex escolta, "pero Conrado y en aquel entonces el alcalde, Àlex Pastor, lo elevaron al Tribunal Supremo". ¿Qué se sabe actualmente de este tema? Por el momento, "está en el aire".
UN SUPUESTO "AFFAIR" CON UNA JOVEN
Sin embargo, la guerra contra Conrado todavía no ha terminado. El agente jubilado se encuentra actualmente pendiente de juicio porque el superintendente lo denunció en el año 2020 por "daños y perjuicios". El motivo fue un rumor que todos los integrantes de la Guardia Urbana de Badalona comentan por los pasillos de la comisaría. "Conrado tuvo un affair a espaldas de su mujer con una chica latinoamericana de 18 años. Le prometió que la traería a España, pero la dejó tirada", explica M.B. .
Según especularon entonces diversos agentes, unos sicarios sudamericanos se presentaron en Badalona para ocuparse del asunto. "Dicen que él tuvo que acudir a los mossos para realizar una transacción de dinero a estos sicarios: 80.000 euros". Una historia que comentan, incluso, algunos políticos con cargo en el consistorio. Toda la historia la puso el ex agente en conocimiento del vecindario de Conrado, en el municipio de Vilassar de Mar donde reside el emperador. "Como venganza, repartí folletos por toda su urbanización donde explicaba toda esta historia".
El superintendente de la Guardia Urbana de Badalona en una rueda de prensa / RRSS
El superintendente de la Guardia Urbana de Badalona en una rueda de prensa / RRSS
UNA MULTA DESAPARECIDA
En medio de esta odisea, Conrado también se enfrentó a otra denuncia por prevaricación administrativa interpuesta por el sindicato PSU en 2015. Aquel año, el agente E.R. denunció a un conductor que aparcó en una zona acotada en la que se prohibía estacionar temporalmente. Según el mismo agente, el denunciado, un trabajador del Ayuntamiento, se puso en contacto con el regidor de Seguridad Ciudadana, Miguel Jurado. El sargento responsable del turno aquel día fue requerido por el intendente mayor y el superindente para que solicitara al agente denunciante el informe de la actuación y el de la multa, que finalmente desapareció. Pasó por lo menos un mes hasta que el agente implicado descubrió que esa denuncia jamás se había tramitado.
Una denuncia que el Juzgado de Instrucción número 1 admitió a trámite y por la que llamaron a declarar en dos ocasiones al jefe de la Guardia Urbana, que estuvo imputado por este asunto cuatro años. Sin embargo, la demanda se archivó y el emperador quedó libre de cargas.
EL 'CHINATOWN' DE BADALONA
Metrópoli ya se hizo eco en julio de este año de los fuertes lazos que unen a la comunidad china de Badalona -que se asienta en su mayoría en el polígono Badalona Sud- con la Guardia Urbana. En 2017 se produjo un episodio que relacionaba a la comunidad china con el cuerpo policial y que acabó en una comisión de investigación, todo bajo la supervisión del jefe. Ese año, el sindicato PSU denunció el uso privado, en secreto e ilícito de la galería de tiro de las instalaciones. Incluso la Guardia Civil abrió un expediente por el suceso.
La alcaldesa en aquel momento, Dolors Sabater, reconoció que los empresarios chinos habían estado en dicha galería, aunque negó que se hubiesen realizado prácticas. Alegó que el motivo fue una "visita de cortesía". Lo que choca de frente con el informe oficial firmado por los agentes que se encontraban responsables de la instalación ese día, el 9 de marzo. "Solo estuvieron ahí, aparcaron los cochazos de alta gama en la puerta de la galería, bajaron y entraron. Se escucharon tiros durante 40 minutos y luego se fueron. No entraron en ninguna otra dependencia que no fuera la galería de tiro", aseguran fuentes del sindicato.
Exterior de uno de los almacenes del polígono Badalona Sud / ÁNGELA VÁZQUEZ
Exterior de uno de los almacenes del polígono Badalona Sud / ÁNGELA VÁZQUEZ
Sin embargo, y aunque el equipo de gobierno constituyó la comisión de investigación, el incidente quedó en nada y nunca más se supo al respecto.
UN "JUEGO DE TRONOS"
Con toda esta trayectoria a sus espaldas, a Conrado se le agota el tiempo al frente de la policía local. En un par de años se jubilará y todavía está por ver quién ocupará la plaza de superintendente -si es que no se acaba extinguiendo-. Esta decisión, según explican algunos agentes a este digital, está provocando un nerviosismo latente en la escala ejecutiva y superior: "Esto es un juego de tronos". Describen una "pugna" por el poder que se traduce en tensiones y en una organización que brilla por su ausencia. Uno de los nombres que resuenan con fuerza en la comisaría para sustituir a Conrado es el de Valentín Anadón, actual intendente de la Guardia Urbana de Badalona. Los agentes lo describen como su mano derecha y "su esbirro".
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Si algo tienen que decir de su jefe los agentes de la Guardia Urbana de Badalona es que "no se ha dignado a hablar con la plantilla en ningún momento", denuncian, especialmente en estos meses en los que los policías alzan la voz contra sus condiciones laborales y los "abusos", dicen, a los que son sometidos en su día a día. De ahí el sobrenombre con el que se le conoce: "el Emperador".
Conrado Fernández, contactado por Metrópoli, ha declinado dar ninguna entrevista o declaraciones sobre los temas citados en este artículo.
FISCALÍA LO INVESTIGA
Las últimas noticias que rodean al superintendente y también a la escala ejecutiva y superior no auguran nada bueno: en octubre se daba a conocer que Fiscalía había iniciado una fase de investigación que implicaba a diversos gobiernos municipales por el pago de unas horas extras "irregulares", según la interventora municipal. Los distintos alcaldes habrían dado el visto bueno al cobro de las horas realizadas por los agentes en periodo vacacional. Algo que sucede en Badalona desde hace muchos años, con el informe favorable, es decir, con el visto bueno, de Conrado Fernández.