EL CABRERO, CANTAOR DE FLAMENCO
El Cabrero: "Fui a la cárcel en 1982 por un 'me cago en Dios'... y se montó la de Dios"Hace cuatro décadas, el cantante flamenco José Domínguez Muñoz fue condenado a dos meses de prisión por ofensa a los sentimientos religiosos y escándalo público
J. Corbacho
18/02/2020 16:34 - Actualizado: 18/02/2020 17:28
El 20 de octubre de 1982, el cantaor flamenco José Domínguez Muñoz, apodado 'El Cabrero', ingresó en prisión. ¿Su condena? Dos meses entre rejas. ¿Su delito? Cagarse en Dios. O verbalizarlo, más bien. Los hechos habían ocurrido unos meses antes, en el verano de ese año. El artista subía al escenario de la localidad cordobesa de Alcolea. En pleno concierto, su voz se quebró y Domínguez comunicó a su público que no iba a seguir cantando por soleás, fandangos y seguiriyas.
Un grupo de personas se subió a una mesa y comenzó a berrear, una alusión a su condición —además de cantaor— de pastor de un rebaño de más de 250 cabras; de ahí su apodo. Y el artista se retiró del tablao con un: "¡Me cago en Dios! ¿No os dije que no podía?" entre dientes, según narran a este diario fuentes de la familia del artista.
Exaltar a un dictador o hacer un chiste de mal gusto sin ir a la cárcel debería ser posible
La Guardia Civil redactó un atestado y un juzgado le condenó a cinco meses a la sombra, que luego quedarían en dos tras un recurso de sus abogados. "Desde el día en el que 'El Cabrero' pone un pie en la cárcel sevillana, su mujer, Elena, comienza a mover cielo y tierra hasta lograr su indulto", comentan sus familiares. "Ante el juez, la parte acusadora reconoce que era una declaración sin ánimo expreso de ofender pero... Pero entró".
Cuatro décadas después, el delito que mandó a Domínguez a la cárcel sigue vigente en el Código Penal Español. "Incurrirán en la pena de multa de ocho a doce meses los que, para ofender los sentimientos de los miembros de una confesión religiosa, hagan públicamente, de palabra, por escrito o mediante cualquier tipo de documento, escarnio de sus dogmas, creencias, ritos o ceremonias, o vejen, también públicamente, a quienes los profesan o practican", reza el artículo 525.1 del CP.
"A los dos meses de los hechos [antes del juicio], el Ayuntamiento de Alcolea le volvió a contratar para que cantara en el mismo recinto", declaran miembros de la familia del artista. Sobre las tablas de las que se había bajado malhumorado semanas atrás, José intentó disculparse. "Y el público le interrumpió con aplausos".
"De un 'me cago en Dios' a montarse 'la de Dios'". Así lo resumen desde su familia a través de un mensaje en la cuenta de Twitter que difunde la obra del artista. "Lo hemos escrito a raíz del juicio a Willy Toledo", expresan.
En 1982, la prensa se volcó con nuestro caso. Todos los días había artículos, editoriales...", narran. El periodista Federico Jiménez Losantos escribió en las páginas de 'Diario 16' que 'El Cabrero' era "un símbolo político que estos días está entre rejas".
El mismo periódico, casi tan joven como la joven democracia española, dedicaba un editorial al caso: "Ya conocíamos la petición del ultra Blas Piñar para restaurar el Santo Oficio, lo que no sospechábamos era que tal esperpento pudiera darse desde la atmósfera de un despacho de la Administración de Justicia".
Sus lectores también se indignaron: "Y digo yo si el juez, golilla o leguleyo que lo condenó no ha dicho nunca un taco o ha puesto por testigo a alguna figura sagrada para los católicos", comentaba uno. "Solamente el Papa, y en pura teoría, podría pretender el castigo de un blasfemo, sin saber si Dios, en su infinita misericordia, lo ha perdonado", ironizaba otro en una carta.
El Sumo Pontífice —Juan Pablo II, por entonces— no se pronunció. Sí lo hizo uno de sus subalternos. "Nos llegamos a reunir con el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, quien se sumó a la petición de indulto para José y mandó un telegrama a Pío Cabanillas, que era el ministro de Justicia", recuerda su familia. El religioso, que años después llegaría a cardenal, les llegó a comentar que la expresión, tan habitual en el entorno rural, había perdido toda connotación espiritual. "La familia de Amigo venía del campo y nosotros también", añade el entorno de 'El Cabrero'.
Autoridades menos divinas también intercedieron. "Es que se montó 'la de Dios'", repite su familia. El ministro de Cultura francés, Jack Lang, se manifestó a favor de liberar al artista. Un grupo de escritores propusieron al cantaor al Premio Cervantes, al comparar con cierta ironía sus exabruptos con los 'ideputa' que escribió Cervantes en 'El Quijote'. El juez Manuel Rico Lara pidió en las páginas de 'El Correo de Andalucía' que se tuviese en cuenta el "ámbito sociocultural" del hablante para "quitar trascendencia a expresiones que están asumidas por el lenguaje coloquial".
La UCD y la recién nacida CDS de Adolfo Suárez también secundaron la petición de indulto, que llegó a ser respaldada por la oenegé Amnistía Internacional y hasta por funcionarios de la Organización de Naciones Unidas.
Sus letras —"Mientras que haya un hambriento / que no hablen de igualdad / ya se encarga el capital / la monarquía y el clero / que 'haiga' desigualdad", canta 'El Cabrero', libertario y andalucista confeso, en sus Fandangos Republicanos— "habían molestado a muchos", reconoce su familia, aunque se ciñen "a los hechos" y agradecen el apoyo de un lado y de otro que recibió su causa.
A José también le visitaron varios políticos mientras estuvo en la cárcel, como Miguel Ángel Pino, presidente de la Diputación de Sevilla. "Por lo que nos decían, llegamos a pensar que la reforma del Código Penal era cuestión de muy poco tiempo". No fue así. El indulto fue otorgado pero nadie sacó el delito (por entonces, tipificado en el artículo 239) del CP.
Hoy, a los 75 años, 'El Cabrero' ya no concede entrevistas. A pesar de su paso por prisión, nunca ahogó lo jondo de su arte. Y aunque la suya no tardó en convertirse en una de las voces más reconocidas del flamenco patrio, tampoco dejó de pastorear mientras la salud acompañaba. Su próxima gira, que finalizará en 2021, será la última de su carrera, tras casi medio siglo sobre los escenarios.
Y la canción final de su disco recopilatorio —a la venta a partir de marzo— será una versión de la 'Canción del prisionero', del compositor argentino Horacio Guarany, cuyos versos más famosos rezan así: "Le regalé una paloma / al hijo del carcelero / Cuentan que la dejó ir / tan solo por verle el vuelo / ¡Qué hermoso va a ser el mundo / del hijo del carcelero!".