Que para mí es igual el paso de semana santa, que cuando te reunes con los colegas en una parrillada y pones el himno, igual, con lo cual, no lo veo mal.
Pues ese es el quid de la cuestión. Que PARA TI es igual una religión que una parrillada. El problema es que no se legisla para servir intereses particulares sino generales y, por lo tanto, debe definirse muy bien que cuando la fe se institucionaliza deja de circunscribirse a la esfera privada, se convierte en religión, ya no es una parrillada y, por lo tanto, los símbolos que puedas utilizar ya no estarán expuestos sólo ante un grupo de comensales sino ante una sociedad entera.
Te lo explico de otra manera. Dado que para tí es lo mismo una parrillada que un paso de semana santa, tienes la opción de celbrar esta en tu casa con unos costaleros que, al ritmo de saetas, lleven a hombros un costillar de vaca adobado. Evidentemente el Vaticano no podrá obligarte a que respetes una determinada liturgia pero si estás frente a una comunidad de creyentes, en una iglesia, tendrás que acatar la norma que rija el uso de los símbolos liturgicos y, por mucho que te empeñes, el cura no usará un pimiento morrón para que puedas comulgar. No aceptará tu discurso de que para tí y tus amigos, que estais de acuerdo en ello, la carne y el pimiento son de uso perfectamente adecuado. Habrá una comunidad de fieles que te pidan respeto para el uso de los símbolos. Ni que decir tiene de que no podrás utilizar el vino para hacer sangría, ni la sagrada forma para jugar a la rana.
Salud y suerte.