Bronca telemática para aprobar los presupuestos de Almeida
Los ataques cruzados y la invocación del artículo 65.3 enturbiaron el pleno en el que los carmenistas dieron el 'sí'
Más Madrid, PSOE y Vox se aliaron en sus críticas al acuerdo firmado 48 horas antes con los «tránsfugas» de Recupera Madrid
Cris de Quiroga
MADRID Actualizado:30/12/2021 00:26h
Almeida aprueba los presupuestos de 2022 gracias a los tres votos de los carmenistas
Las claves del pacto presupuestario en Madrid: ni rebaja fiscal de Almeida ni gravar más a los grandes propietarios
Ataques y acusaciones cruzadas, dos recesos y un artículo 65.3 invocado en un intento fútil por ganar tiempo. José Luis Martínez-Almeida aprobó este miércoles sus presupuestos de 2022 en un bronco pleno donde volaron los dardos de una bancada a otra, y de la pantalla de concejales telemáticos a la bancada, 48 horas después de que PP y Ciudadanos rubricaran un acuerdo con los carmenistas del Grupo Mixto. Uno de ellos, Luis Cueto, sobrino político de la exalcaldesa Manuela Carmena, arrancó así su intervención: «Hasta julio de este año, la política madrileña era previsible y cansina». Y tanto.
Los cuatro concejales que rompieron con el Más Madrid de Rita Maestre el pasado marzo, y crearon su propio grupo bajo el
nombre de Recupera Madrid, han alterado las reglas del juego en el Palacio de Cibeles. Lo hicieron a partir de este verano, para salvar la ordenanza de Movilidad y el nuevo Madrid Central de Martínez-Almeida, y sacudieron el tablero aún más hace dos semanas, cuando Vox rechazó cualquier negociación tras poco más de una hora sentado a la mesa. «Que se cierre la puerta y sea 'no' es una falta de respeto personal e institucional», lanzó en el pleno la delegada de Hacienda, Engracia Hidalgo (PP), al partido que fue su socio de investidura en 2019.
La amistad entre el tripartito de derechas se resquebrajó. Los presupuestos y las ordenanzas fiscales salieron adelante con los votos justos en una corporación de 57 concejales: los 26 de PP y Ciudadanos más los tres 'síes' de los carmenistas. El cuarto, Felipe Llamas, ex jefe de gabinete de Carmena, abandonó el acuerdo (y a la política) el lunes por la noche, apenas unas horas después de su anuncio y tras varias jornadas de conversaciones contrarreloj. «Crearon un Grupo Mixto ilegal, que es tan poco grupo que uno se ha ido y en año y medio no serán ninguno porque no representan a nadie», dijo desde la televisión Rita Maestre, portavoz de Más Madrid.
El colofón a estos 20 días plagados de giros de guion (ni previsibles ni cansinos) empezó a las 9.30 de la mañana, la hora a la que se convocó el Pleno extraordinario para que Martínez-Almeida despidiera 2021 con un plan de ingresos y gastos bajo el brazo. El micrófono se encendió: «No puedo votar», se quejó la edil de Vox Arantzazu Cabello; le faltaban documentos de varias enmiendas. El concejal de Más Madrid Miguel Montejo se sumó a la protesta: «Ruego un deceso para saber qué demonios estamos votando». La sesión se retomó una hora más tarde.
Hidalgo (PP) inauguró el largo debate elogiando unos presupuestos confeccionados «para consolidar la recuperación económica y social tras la pandemia». La «primera vez» que cuentan con 1.000 millones de euros en gasto social y 1.000 millones en inversiones para infraestructuras y crecimiento económico. «Si nosotros hubiésemos prorrogado los presupuestos, todas esas inversiones no habrían sido posibles», justificó la delegada. En concreto, habrían sido 418 millones menos para las arcas municipales de los 5.481 millones presupuestados, un 8,2% más que en 2021.
La irrupción del 65.3
El enésimo requiebro de las últimas semanas fue la irrupción del artículo 65.3 del reglamento plenario, que cualquier concejal puede invocar para posponer una votación en caso de que eche en falta documentación. La edil Cabello (Vox) seguía sin encontrar dos enmiendas. Nueva sorpresa. Montejo (Más Madrid) la secundó para requerir informes sobre el IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles) pactado —el punto de la discordia del acuerdo— que «podría ser un fraude de ley».
El acuerdo final, ultimado la madrugada del domingo, arrancó concesiones de ambas partes. Martínez-Almeida renunció a su rebaja fiscal de 60 millones de euros a través de la reducción de tres centésimas del IBI. Recupera Madrid desistió de gravar más a los grandes propietarios de la ciudad. El resultado es un tipo de IBI congelado, al 0,456% actual, y subvenciones a los 600.000 propietarios de la ciudad que poseen un único inmueble de menos de 300.000 euros. Esta ayuda individual se calcula con la diferencia entre el tipo general del impuesto y el 0,4%.
En vez de los 60 millones de ahorro prometidos por el alcalde, la medida se queda en 34 millones. «Hemos cambiado la política fiscal, pero no hemos subido a un euro a los madrileños», precisó Hidalgo, al frente de las intensas negociaciones. También contestó a Más Madrid: «Cuando instrumentalicemos el IBI, como se ha hecho con el IBI social, tendremos esos informes de intervención y de asesoría jurídica». La votación del artículo 65.3, con los únicos votos a favor de Más Madrid y Vox, no prosperó.
Después llegó el turno de las enmiendas a los presupuestos. «¿Qué estamos votando?», inquirió Montejo en más de una ocasión. La pregunta se repitió varias veces, como la retahíla confusa de números de enmiendas y su veredicto («a favor», «abstención», «en contra»). «Espere, más despacio», pedía el presidente del pleno, Borja Fanjul (PP). «¿Estas son las enmiendas del Grupo Mixto? Ah, no, entonces en contra», contestaba el edil Cueto.
El proyecto resultante incluye la treintena de enmiendas puestas sobre la mesa por los carmenistas, que han defendido desde el principio su mano tendida al Gobierno bicéfalo. «En el juego del poder ningún gobierno acepta enmiendas de los que van a votar en contra», aseveró Cueto, «estamos aquí y valemos para algo». «No hay ni un solo proyecto nuevo, es un presupuesto vacío», replicó Rita Maestre, «el acuerdo final no modifica ni un 0,01% del texto».
Mientras los (ahora) tres ediles se han colgado la medalla por «sacar» a Vox de la ecuación, Martínez-Almeida se ha encumbrado por su postura de consenso. «Ojalá tengamos siempre la capacidad de negociar», declaró. Vox no le dio tregua. «Me duele ver a un alcalde que se ha puesto de rodillas con lo peor de la extrema izquierda», espetó el portavoz de la formación, Javier Ortega Smith.
Las descalificaciones fueron la máxima. Vox repitió la «traición a los madrileños» del alcalde; el alcalde culpó a Vox de unirse a la izquierda; la izquierda (PSOE y Más Madrid) se encendió contra el «trilerismo político» y los «tránsfugas» del Grupo Mixto; y el Grupo Mixto criticó a la «izquierda ombliguista» y se dio una palmadita en la espalda por «sacar a Vox». Para unos «comunistas» y para otros de «extrema derecha», Madrid tendrá presupuestos en Año Nuevo.