Carmena empieza a estudiar la extensión de las restricciones de tráfico a todo el Centro
Se plantea la creación de una única Área de Prioridad Residencial con un perímetro "reconocible" y "más intuitivo" para evitar multas involuntarias
MARTA BELVERMadrid
03/10/2016 00:43
Los estudios previos a la extensión de las limitaciones del tráfico rodado en el centro de Madrid van a comenzar de forma «inminente». Las diferentes áreas implicadas del Ayuntamiento de la capital (Desarrollo Urbano Sostenible, Medio Ambiente y Movilidad y la Junta del Distrito) mantuvieron el viernes una reunión para sentar las bases de lo que será la futura Área de Prioridad Residencial (APR) única, en la que se englobarán las tres zonas por las que, salvo las excepciones, ya sólo pueden circular los vehículos de los vecinos.
Aunque el calendario de actuaciones no está cerrado, la implantación de las nuevas medidas restrictivas se llevará a cabo después de la aprobación del Plan de Calidad del Aire, previsiblemente en el primer trimestre de 2017, y antes de que acabe la legislatura en mayo de 2019, ya que éste fue uno de los compromisos electorales de la candidatura con la que Manuela Carmena accedió al Palacio de Cibeles. En los presupuestos de este año está incluida una partida inicial de 300.000 euros para la ampliación de los controles de acceso mediante cámaras a los barrios de Justicia y Universidad.
Se unirían así a los existentes tras su puesta en marcha por Alberto Ruiz-Gallardón (PP) en Cortes y Embajadores y, desde el pasado mes de marzo, también a los de la zona de Ópera, que se encuentra a caballo entre Palacio y Sol. En total, el distrito Centro suma una superficie de más de cinco kilómetros cuadrados en los que residen casi 150.000 personas.
«Estamos trabajando en la delimitación de un área central de la ciudad que consiga optimizar los efectos positivos que tienen las APR ya consolidadas y que, al tiempo, mejore el espacio público a través de medidas tendentes a conseguir nuevos objetivos, como son un reparto adecuado del aparcamiento de residentes en superficie (...), una sectorialización de la distribución de mercancías y la racionalización de los accesos a los parkings del interior del área y del servicio del taxi», explicó la directora general de Sostenibilidad y Control Ambiental del Ayuntamiento de Madrid, Paz Valiente, en la última Comisión de Medio Ambiente y Movilidad.
Según el proyecto esbozado por el equipo de Manuela Carmena, la zona de restricciones al tráfico ampliada «tendría un perímetro continuo y estructurante, probablemente coincidente con las rondas y los bulevares» que marcan el contorno del distrito Centro. En él se englobaría a los barrios por donde ya no se puede circular libremente «haciendo que los límites sean fácilmente reconocibles, más intuitivos».
«El modelo actual de gestión de las APR tiene dos grandes problemas: por una parte, el hecho de que existan tres y con un perímetro discontinuo y, por otra, la complejísima gestión que exigen tantas excepciones y tanta casuística», apunta Valiente. «Es uno de los temas que queremos abordar ahora y que en este nuevo planteamiento se resuelva (...) para ayudar a los ciudadanos a no incumplir sin tener intención de hacerlo», añade.
La idea es que la Gran Vía actúe como frontera entre una nueva zona de limitaciones al tráfico situada al norte del distrito y otra en el sur que agruparía a las que ya están funcionando y que se extendería a las calles de los barrios de Sol y Palacio donde aún no hay restricciones. Uno de los aspectos por concretar es precisamente qué se va a hacer con la Gran Vía para tratar de reducir su uso como itinerario para cruzar la ciudad de este a oeste, aunque la delegada de Medio Ambiente y Movilidad, Inés Sabanés, ya ha apuntado que su intención es que se amplíen las aceras para que haya «mucho más espacio peatonal».
Para la aplicación de las nuevas medidas disuasorias del vehículo privado, el Ayuntamiento de Madrid ha contratado una herramienta que simula los cambios en la circulación de la ciudad para analizar su repercusión, tal y como ha avanzado La Razón. El cierre total del Centro a los que no están empadronados en él y la reducción de carriles de su arteria principal serán las primeras pruebas.
Demanda vecinal
No obstante, el ritmo de avance en el proceso de creación de una única APR impacienta a los residentes, que llevan «más de cinco años» reclamándolo, primero al PP y actualmente a Ahora Madrid. «La medida, enmarcada dentro del Plan de Calidad del Aire, tiene como objetivo cumplir los requisitos marcados por la Unión Europea en cuanto a niveles de contaminación y, sin embargo, se está viendo retrasada sin motivo», señalan en la plataforma que aglutina a las asociaciones vecinales del distrito.
Su sospecha es que «el nuevo retraso no justificado para su entrada en vigor se debe a la presión de los comerciantes, en su mayoría hosteleros». Según recuerdan, «ya en agosto de 2015 se recortaron los límites al tráfico previstos en todo el barrio de Palacio a sólo la zona de Ópera, dejando fuera Las Cavas, en La Latina, y Sol».
«Como consecuencia de ello, una vez más las superaciones de NO2 volvieron a rebasar los máximos permitidos, de modo que la normativa europea se vio incumplida por sexto año consecutivo», señalan en la Coordinadora de Vecinos del Centro, que exige que se empiecen a «corregir» los problemas de contaminación convirtiendo todas las plazas de aparcamiento de rotación y larga duración en plazas para residentes.
