La Guardia Civil prueba seis vehículos de gama alta para vigilar el tráfico
Mercedes C220 con radares para cazar a los más rebeldes del volante
Los coches más usados son motores turbodiésel de los modelos Citroën C5, Fiat Croma, Peugeot 407 y Alfa Romeo.
1 Marzo 10 - Madrid - R. Ruiz
La Policía de Italia, Estados Unidos, Australia, Korea o Reino Unido patrulla con Ferraris, Lamborghini, Dodge Viper, Porsche Shelby y hasta Buggati Veyron. La española no trabaja con tantos lujos, aunque desde hace dos años la Guardia Civil de Tráfico viene probando el resultado que pueden dar coches de alta gama, como el Mercedes C220. Dispone de seis vehículos de estas características que se van rotando por toda España y están provistos de radares.
El objetivo de estos vehículos es dar caza a los rebeldes de la velocidad, «cubrir huecos» y «trabajar en las mejores condiciones posibles», dice un portavoz de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil. Porque lo que está claro es que nadie se espera que un Mercedes apostado en una carretera pueda ser un coche de la Benemérita «armado» con un potente radar.
El precio de un Mercedes básico, sin incluir el sistema de radar, puede alcanzar los 34.000 euros. La Guardia Civil asegura que son sólo 3.000 euros más de diferencia con respecto a otras marcas tradicionales de gama media que componen la flota del Instituto Armado. Los más usados ahora en la carretera son vehículos turbodiésel de los modelos Citroën C5, Fiat Croma, Peugeot 407, Alfa Romeo, Renault Megane o Fiat Bravo. Todos ellos se adquieren tras un concurso público que establece unas condiciones determinadas de caballaje y cilindrada. Los utilitarios no se emplean para patrullar «porque duran poco y son ruinosos», explican las mismas fuentes.
Vida media
Hay que tener en cuenta que un vehículo dedicado a la vigilancia tiene una vida media de poco más de tres años. En este tiempo «un coche patrulla puede recorrer entre 300.000 y 400.000 kilómetros. «Es a partir de ese momento cuando se revisan las condiciones en que puede circular ese vehículo y se plantea la posibilidad de sustituirlo», añade el portavoz de la Agrupación de Tráfico. Ahora están a prueba los Mercedes para comprobar si compensa el gasto.
La Guardia Civil tiene en servicio 143 coches radares camuflados, aunque debería haber 174 en funcionamiento. Los que faltan están a la espera de los certificados de homologación necesarios para entrar en funcionamiento ya que, en caso de detectarse algún defecto, la multa no sería válida. Además, se prevé incorporar otros doce más nuevos. Los radares también están instalados en doce coches patrulla pintados de verde y blanco.
Harley en Valencia
En cuanto a las motocicletas, la Guardia Civil exige que tengan una cilindrada de 850 centímetros cúbicos, ABS y sistema de control de tracción. Hasta ahora, las dos marcas con una mayor presencia en los concursos públicos para la adjudicación de vehículos del Instituto Armado son BMW y Honda. La mítica Harley sólo puede verse en Valencia, donde la Policía Local dispone de seis unidades cedidas por Harley para los grandes eventos, una marca a la que los policías de EE UU y República Dominicana están más que acostumbrados.
Singular es el caso de Arona, en Canarias, donde la Unidad de Playas de la Policía local utiliza motos eléctricas y contribuye así a la movilidad sostenible. Entre las ventajas de este tipo de moto figura el hecho de que son silenciosas, no contaminan y suponen un ahorro energético del 90% respecto a las motocicletas de combustión. Tienen baterías que se recargan en un enchufe normal y pueden recorrer hasta cien kilómetros a una velocidad máxima de 110 km/h. Otro tipo de motocicleta es la que usan los agentes de la Guardia Civil dedicados a la protección de la naturaleza (Seprona), más adaptadas al mundo rural. Las más utilizadas son la Yamaha XT600, aunque también se emplean la Suzuki D-400, Yamaha TTR 250, la Honda XR 250R, o la GAS GAS de trial.