A veces me llevo malos ratos. Sobre todo cuando veo ciertas cosas en comisaria.
Hay llamadas que para algunos policias no tienen mayo trascendencia. Pero
? caguen la leche ?, la persona que requiere tienen un problema y recurre a quien cree que se lo va a solucionar. Pongámonos en el pellejo de esa persona.
Otra cosa. Hace muchos a?os me llevé la primera bofetada y nunca me olvidaré de aquello
( la madre que lo parió ).Se recibió una llamada desviada del 091 donde una mujer pedía ayuda, ya que alguien quería entrar por la fuerza en su casa. Los gritos debían de ser aterradores.
Desde la central mandaron a la Unidad de ese distrito, ya que estábamos en pleno relevo . Pero aún así , el sargento de servicio nos montó a cuatro en un coche y salimos pitando desde la base central al lugar en cuestión ( que era un barrio del extraradio ).
Cuando íbamos lanzados al lugar de requerimiento, nos topamos a la Unidad de ese distrito, que circulaba a
? pedo burra ? sin rotativos ni sirena, y parando hasta en los pasos de peatones.
Al llegar a su altura, el sargento les apremió, les preguntó que pasaba y a que se debía que unos que llegan desde un punto muy retirado lleguen al punto de conflicto antes que los propios del distrito.
Ante esto, uno de los patrulleros de la zona dijo:
? Que no paza ná, que no paza ná. Ya verás como era una farsa alarma. ?Al llegar al lugar de requerimiento pudimos comprobar como todo se solucionó meridianamente. No por la acción de la Policía, que llegó tarde, si no por que ante los gritos de aquella se?ora salieron varios vecinos, le hicieron frente al fulano y lo pusieron en fuga.
El chorreo que le cayó al patrullero del
? que no paza ná ? fue cojonudo. Le tenían que haber metido un buen puro, y encima encendido y por el culo.
Pero la mejor moraleja fue cuando el sargento le dijo:
Me caguen mi puta vida ( censuro el nombre del poli, además ya se jubiló ). Ojala le pase algo parecido a tu mujer o a tu hija, que pida ayuda a la Policía y que le toque ir a socorrerla a un mamón como tú, para que veas lo que se siente .En fin, estas son historias de " la puta mili ", que vienen a cuento con el tema, y que gracias a Dios no he vuelto a ver
( Aunque a decir verdad, muchas veces ante ciertas cosas me tapo los ojos y los oidos para no llevarme mal rato, por aquello de que la ignorancia es la base de la felicidad).