Somos unos mierdas y tenemos lo que nos merecemos.
Lo del voto a CGT no es tan descabellado jeje.
ok, afíliate y le dices al que te curse la solicitud que se pase el art 28 de sus estatutos por el ojals
compi, te lo digo desde el cariño, que sabes que siempre que me encuentro contigo el abrazo, por mi parte, lo tienes de la forma más sincera
CGT no quiere policías en sus filas....y a pesar de que sus siglas contiene que es un sindicato de trabajadores... su discurso es antisistema y por lo tanto choca de lleno con nuestra profesión.
Y asi lo manifestan abiertamente:
http://www.cgt.info/aytomadrid/spip.php?article89&var_recherche=policia¿POLIS,SÍ; O POLIS,NO?
Creo que no, a no ser colaboraciones coyunturales en Admón. Pública
Martes 30 de septiembre de 2008, por Anarkirias de Tartessos
De vez en cuando se nos vuelve a suscitar la vieja pregunta, ya desde dentro de nuestras propias filas como desde el exterior. Si somos un sindicato de trabajadores por qué coño no admitimos la afiliación de una parte de trabajadores, aquellos que forman parte de la policía, el ejército u otras ramas de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, sobre todo cuando, en nuestro caso, todos formamos parte del ámbito de lo Público.
Desde mi punto de vista, es decir, individual, parcial, particular, creo que es porque somos un sindicato anarcosindicalista, es decir, una de las formas del sindicalismo revolucionario y, por tanto, parte de la izquierda alternativa y transformadora, o sea, sindicato, sí, pero, también, algo más que un sindicato, ya que, al tener un proyecto social y político propio no tenemos porqué atenernos y, de hecho, no lo hacemos al plano estrictamente demarcado por las relaciones laborales, incidiendo en otros campos como el cultural, el social, el juvenil, inmigración, feminismo, movimiento okupa y otros muchos que sería interminable enumerar. De la C.G.T. y sus militantes nacen y se desarrollan innumerables iniciativas que van desde el ecologismo al movimiento vecinal, desde editoriales alternativas a grupos experimentales en proyectos de vida y sociedad. Y es desde esta perspectiva –que ninguno deberíamos perder- desde la que nace la incompatibilidad. Nada tengo en contra de compartir inquietudes, reivindicaciones y luchas comunes con sindicatos policiales en tanto que nos une ser trabajadores de lo público, pero de ahí a tenerlos como compañeros de organización hay todo un abismo.
Sé que llegado el hipotético y ansiado momento del hecho revolucionario, el policía y el soldado van a responder a la voz de sus amos: el capital y el estado. Y los voy a tener enfrente, como enemigos; no a mi lado, como compañeros. Porque esa es su obligación profesional (profesión escogida): la de defender el sistema, ese mismo sistema que , como miembro de una organización anticapitalista y antisistémica, yo combato.
Salud.