El primer gran error de los sindicatos UGT y CCOO (si es que no lo hacen a sabiendas y actuando de manera absolutamente hipócrita) es erigirse como portavoces de todos los trabajadores, cuando en realidad, y tal vez por inconsciencia, la inmensa mayoría de los trabajadores no están afiliados a ningún sindicato, con lo que nadie les representa ni da voz.
Pero que no tengan voz, porque decidan no afiliarse o porque alguno ni sepa lo que significa, no convierte a UGT y CCOO en portavoces de los trabajadores y esto es lo que hace que apenas tengan credibilidad o respaldo.
Lo que necesita el obrero es un sindicato independiente, despolitizado y sobre todo, mayoritariamente respaldado. Pero para eso haría falta contribuir con los 100 euros que mencionaba Ronin, e intentar la casi imposible tarea de bajar de sus poltronas a los profesionales del sindicalismo cuyas arcas se llenan mas, cuanto mas peliagudo es un conflicto laboral y ellos con su silencio o connivencia otorgan...