S? que no todos comparireis este texto, pero en algun modo todos nos sentiremos de un modo u otro algo identificados.
Juan Eduardo González González
Solamente sabrás lo que es ser padre, cuando sientas muy hondo el latido de ese pedazo de tu corazón sobre tu pecho, henchido de legítimo orgullo.
Sabrás lo que es ser padre cuando comprendas que el fruto de tu sue?o es ahora una realidad palpitante, ternura en piel viva y mirada inocente ante tu regocijo.
Conocerás la dicha de ser padre cuando entiendas que tu sue?o ya jamás será completo, cuando sepas del llanto de la madrugada, de tus largas ojeras y la satisfacción de ver a tu renuevo tranquilamente dormido, aunque tú no lo puedas hacer.
Únicamente sabrás lo que es hacerse padre cuando radiante pasees a tu hijo en su dorada carriola, le hables aunque sepas que no te entiende aún y lo veas descubriendo asombrado cada peque?a cosa que constituirá su primera lección de filosofía.
Sabrás lo que significa ser padre cuando en la noche corras por esa medicina que necesita para aliviar su fiebre, al llevar la cuenta de sus vacunas y cuando de puntillas te acerques a su cuna a escuchar su respiración, acompasada y feliz.
Cuando por primera vez te diga papá, ría cuando lo lances al aire y no sienta el peligro porque tú le das seguridad con tu sonrisa, cuando le impulses a dar sus primeros pasos, inequívoca se?al de que empieza el camino hacia su destino y corras detrás de su bicicleta donde afanosamente pedalea los primeros caminos y distancias del peregrinar futuro de su vida.
Sabrás la maravilla que posees cuando lo lleves por vez primera a la escuela y veas sus ojos llorosos porque no quiere separarse de tí y sientas el alma adolorida como se te rompe al alejarte dejándolo en medio de otros egoísmos que, sin embargo, le ense?arán a ser compartido.
Cuando te muestre sus primeros garrapateados dibujos, incipiente Picazo que preludia en ellos el afán por la belleza que se esconde en su corazón. Y sobre todo cuando se abrace a tí, tomando tu mano simbolizando con ello la confianza de tu fortaleza, que le dará seguridad en su andar.
Sabrás lo que es ser padre cuando reclame tu tiempo y tu tengas que buscarlo y encontrarlo en donde puedas, cuando lo lleves al circo y a la playa y al paseo cansado pero gratificante, cuando juntos sue?en en las vacaciones en que ambos se pertenecerán por completo, cuando le ense?es a jugar y a llenar rompecabezas y juntos caminen por el parque cualquier tarde esplendorosa de abril.
Comprenderás la maravilla que Dios te concedió, cuando te rete con sus primeras preguntas y de momento no sepas como contestarlas, cuando le ayudes a escribir la carta a los Reyes Magos y esperes la vigilia de la Navidad con el ansia compartida de una nueva ni?ez tuya y descubra en tu abrazo y tu caricia y tu beso incondicional, cuando le amas.
Sabrás lo que es ser padre cuando lo lleves a que toque a Dios por primera vez, le ense?es a rezar y sienta que tu cari?o es algo en lo que puede confiadamente descansar. Y cuando ves que va creciendo y tu lo acompa?as, va avanzando y tu estás a su lado, y se va haciendo adolescente y en ese proceso tu no lo dejas, por duro que sea el ver que poco a poco se desprende de tí, para ir en busca de
sí mismo.
Sabrás lo que es ser padre cuando oigas el reclamo inesperado y su deseo de independencia. El día que deje de acompa?arte, porque sus amigos lo esperan y sientas que tu corazón se estremece, porque el día llegó antes de lo que pensabas y sientas profundamente que así debe ser, porque es el precio que pagarás por el aprendizaje de su vuelo definitivo.
Y finalmente sabrás lo que es ser padre cuando un día tu hijo tenga que partir para estudiar en otro lugar, o a un trabajo distante y la nostalgia consuma las horas que antes feliz disfrutaste en su compa?ía y quizás sea el teléfono o internet que te una a él.
Y sobre todo cuando alguien venga y lo lleve de tu lado para perseguir otro
arcoiris, el de su propia vida, compartida con alguien a quien amará y tu
deberás aceptarlo, porque esa es la ley de la vida y tu hijo te fue solamente prestado por un tiempo.
Entonces sabrás lo que es saberte padre.
Que no estudiaste para ello, pero lo viviste y lo seguirás viviendo. Y el regocijo que eso te proporcionará deberá entonces ser mayor que el dolor que supone el sentir que algo muy tierno se despide de tu alma.
Pero es solo entonces que podrás saber con plenitud, la maravillosa experiencia, regalo de Dios vivo, que es saberse padre.
Un saludo.