“Se busca abuelo para estar con mi hija de 6 años”: Un llamativo cartel en las calles de GetxoPor Juan Bosco Martín Algarra
21/09/2016 - 23:33
Una madre soltera coloca un cartel en donde pide un abuelo o abuela que quiera estar un día por semana con su hija de 6 años.
“Me gustaría que las cosas fueran de otro modo, pero fue idea de mi hija”, explica en una conversación con lainformacion.com.
“Se busca abuelo o abuela que quiera estar unas horas un día por semana con una niña de 6 años”. Así comienza un cartel que una madre soltera ha colocado por las calles de Getxo (Bilbao).
Aunque su nombre y su teléfono están al acceso de cualquier vecino de esta localidad vizcaína, nos pide que ocultar su teléfono y que usemos la identifiquemos con otro nombre, por ejemplo Ana, porque no quiere una publicidad excesiva de su idea. O más bien, de la idea de su hija.
De momento, ya ha llamado un candidato. Ana nos explica la sorprendente iniciativa con toda sencillez.
“Fue ella la que me pidió que pusiéramos carteles por el barrio”, explica. “Mi padre murió de cáncer hace dos años y madre está gravemente enferma de Parkinson. No está en condiciones de cuidar a su nieta”.
De hecho, recientemente la madre de Ana sufrió una aparatosa caída, que le ha provocado un desprendimiento de retina y la rotura de una muñeca. Ana está totalmente entregada al cuidado de su hija pequeña y de su madre enferma. Ahora se encuentra en paro, aunque espera que sea por poco tiempo. Licenciada en Bellas Artes, ha trabajado como fotógrafa, diseñadora gráfica, restauradora y un sinfín de ocupaciones más que por ahora ha tenido que aparcar para dedicarse a las dos personas que más quiere en este mundo. Le faltan brazos y tiempo. Y a su hija le falta alguien más:
“Quiero ser una niña normal, con un abuelo, como tienen mis amigos del colegio… ¡cómprame uno en internet!”, le espetó hace poco.
Ana se rió con la ocurrencia.
-“¡Pero, hija: eso no se puede hacer”
-Pues vayamos a un club de abuelos.
Ana buscó por el barrio alguna asociación de jubilados en el barrio. No hubo suerte. Y entonces su hija se lo propuso directamente: “¿Y por qué no hacemos carteles y los pegamos con celo?
Aunque al principio le sorprendió, fue tal la insistencia de la niña que la madre finalmente accedió. “Venga, mamá, hoy hace un día bueno, vamos a ponerlos”. Y ambas salieron a la calle con sus carteles bajo el brazo.
"Sí, no es broma, busco un abuelo"
Algunas personas se les quedaban mirando, pero la niña les decía con toda claridad: “Sí, no es broma, estoy buscando una abuela para estar conmigo”.
Al día siguiente de la pegada de carteles, Ana recibió una llamada. Un vecino del municipio se ofrecía como abuelo. “Fui a conocerlo y dio la casualidad de que teníamos amistades comunes. Naturalmente, me informé sobre él y tengo suficientes referencias como para concluir que es una persona totalmente confiable”.
¿Y no le da algo de miedo?, le preguntamos. “Me gustaría que las cosas fueran de otro modo. Hace cincuenta años no había estos problemas, pero la sociedad ahora es como es. Creo que si existiera algún tipo de recurso público que pudiera acercar a niños y ancianos sería muy bueno para ambas partes”, reflexiona Ana.
Añade que esta iniciativa no solo beneficia a su hija, sino también a las personas mayores. “Está comprobado que los nietos revitalizan a los abuelos. Con tan solo leerles un cuento, los mayores mejoran emocional y físicamente, porque se activan muchos procesos en el cuerpo”.
¿Y qué hará cuando el ‘abuelo adoptivo’ le empiece a comprar chuches a su nieta? “Bueno, tendré que dejar algunas cosas claras. Mejor la lleve a pasear y que le lea cuentos, ja, ja”.