Así es «Got», el primer toro bravo clonado
El investigador Vicente Torrent (i), el ganadero Javier Azpeleta (c), y el veterinario Julio César Ruiz, junto a «Got», el primer toro de lidia clonado / EFE
Nace el primer toro bravo clonado
JUDITH DE JORGE | MADRIDActualizado Miércoles , 19-05-10 a las 15 : 33
Por fin conocemos el aspecto de «Got» («Vaso» en catalán), el primer toro bravo clonado, que nació la madrugada de ayer en una granja de la localidad palentina de Melgar de Yuso. El ejemplar, de 25 kilos, es la fotocopia exacta de su padre, «Vasito», un estupendo semental de la prestigiosa ganadería de Alfonso Guardiola en Cádiz, propietario del hierro de María Luisa Domínguez Pérez de Vargas (encaste Pedrajas). Su madre es una vaca frisona de la zona, «Leonís», que hizo de voluntarioso vientre de alquiler en favor de la ciencia. En las próximas horas se espera que nazca un segundo becerro clonado de otra frisona, también una réplica exacta por parte de padre, al que llamarán «Glass». Y lo más interesante, este verano, si todo va bien, nacerá el tercer hermano, pero éste de una vaca brava de la finca gaditana de Javier Guardiola Domínguez. Este benjamín, que crecerá en una dehesa, es la auténtica promesa que puede saltar a los ruedos.
Un equipo de la Fundación Valenciana de Investigación Veterinaria liderado por Vicente Torrent es el responsable de que «Got» haya llegado al mundo «sanísimo, precioso y negro como una mina de carbón», como adelantaba el propio Torrente a ABC.es. El nacimiento de este becerro, que a simple vista no difiere de ninguno otro de su especie, ha costado tres años de trabajo y una inversión de 28.000 euros. El procedimiento comenzó con la obtención de medio centímetro cuadrado de piel de «Vasito». Una de sus células fue introducida en el interior de un óvulo de una vaca para consumo humano. Cuando se desarrollaron los embriones, se implantaron en varias madres vacunas de alquiler. Tres vientres admitieron la gestación de los clones. Dos de ellas son vacas frisonas propiedad del ganadero palentino Javier Azpeleta y la otra, que parirá en agosto, una vaca brava que ahora pasta en la finca gaditana de Javier Guardiola Domínguez.
Agresividad para la lidia
El primero en nacer ha sido «Got», la madrugada del martes dos días después de que se le indujera el parto. «Ha sido un sueño largamente perseguido», asegura Torrent, cuyo equipo ha conseguido un logro que también ansiaba el ganadero Victoriano del Río, por ahora sin éxito por razones administrativas, con su toro «Alcalde». En este caso, la clonación asegura una réplica genética, pero su desarrollo dependerá en gran medida del entorno en el que crezca.
«Leonís», madre de «Got», junto a «Ángela», futura madre del segundo clon, «Glass» / EFEEsa es la razón por la que se ha clonado el semental de lidia en vacas de diferentes razas (mansas y brava) que pastan en entornos distintos, para observar cómo evolucionan los clones. Es probable que tanto «Got» como «Glass», que crecerán entre vallas -el primero permanecerá unas doce semanas en los establos de Melgar de Yuso-, no obtengan la agresividad y el embiste necesarios para la lidia, mientras el que el futuro hijo de la vaca brava se desarrollará libre en una dehesa, por lo que tendrá todas las características necesarias para saltar a los ruedos.
La obtención de toros clonados podrá tener implicaciones en el toreo. En un esfuerzo con conseguir animales más nobles, ¿se llenarán los ruedos de astados iguales unos a otros?. «Sería muy interesante ver cómo seis toreros diferentes torean seis toros iguales», afirmaba Torrent.
El objetivo final de los científicos es crear un «banco de tejidos para clonar cualquier mamífero en peligro de extinción», explica Torrent. Después de conseguir la clonación del toro bravo, el gran objetivo del equipo de la fundación veterinaria es clonar el lince ibérico, un proyecto más difícil y para el que, de momento, «no hay fecha».