Retomamos. En cuanto a los datos, la verdad es que los que hay están sesgados (no entiendo por qué). Si nos vamos a la página del INE
http://www.ine.es/jaxi/tabla.do?path=/t18/a052/a1998/l0/&file=j10051.px&type=pcaxis&L=0 encontramos que los datos que se ofrecen de reclusos en situación de penados y en situación preventiva, no pueden ser filtrados por nacionalidades. En el anuario estadístico del Ministerio del Interior
http://www.interior.gob.es/anuarios-estadisticos-12/anuario-estadistico-2010-901, tampoco es posible establecer ese estudio, así que hay que hacer las comparaciones a mano. La población reclusa condenada a pena de prisión se mantiene más o menos igual que en años anteriores 74%. La prisión preventiva aumenta y se sitúa en el 24,3%. Según datos del Congreso Penitenciario Internacional, el 40% de los reclusos extranjeros está en situación preventiva, contrastando con el 23,6% de la población total. Esto quiere decir que aproximadamente el 52% de los reclusos preventivos son extranjeros, cuando no llegan al 25% de la población reclusa total. Así, si lo que interesa es vender que los extranjeros representan un problema de seguridad pública, simplemente hay que ofrecer la primera parte de los datos, porque si se ofrecen todos, el problema resulta no serlo.
Ahora el quid de la cuestión. Si los datos no ofrecen los resultados que cabría esperar en base a experiencias personales, habrá que concluir que lo que pesa sobre todo y ante todo es el prejuicio. Entonces a la pregunta de si nuestra sociedad se está convirtiendo en xenófoba y racista la respuesta es, sí. No obstante, aunque los resultados fuesen comparables a los que tenían en Francia sobre los españoles emigrados durante el franquismo, ¿es entendible un comportamiento xenófobo o racista? Yo creo que no. La mayoría de los seres humanos tiene una capacidad de raciocinio que les permite cierta capacidad crítica. Mucho más compleja que elegir qué galletas mojan en la leche, es cierto, pero está ahí y no pueden catalogarse de delincuentes a los habitantes de ningún país (menos aún, de todos los países que no sean el propio)por el simple hecho de que sus compatriotas delinquen.
Salud y suerte.