La vida arruinada de Mario tras grabarse tirando neveras: “No soy un asesino, pido perdón”
El joven, de 25 años, se enfrenta a 45.000 euros de multa y el centro comercial que lo contrató hace 3 meses a una sanción de hasta 300.000 euros.
4 agosto, 2019 02:11
Jorge García Badía
Mario había dejado atrás ocho largos meses en la cola del paro tras ser contratado en el Centro Comercial Almanzora de Olula del Río (Almería). Las condiciones de trabajo estaban claras y eran bien sencillas de cumplir: 900 euros mensuales a cambio de desempeñar funciones de repartidor de productos por las mañanas, mientras que por las tardes debía cargar y descargar palés como mozo de almacén. Sin embargo, este joven, de 25 años, fue despedido de manera fulminante durante su periodo de prueba porque a su jefe y a la Guardia Civil le llegaron unos vídeos en los que aparece lanzando electrodomésticos por la ladera de una montaña. "Estoy muy arrepentido de esto porque ha conllevado la perdida de mi trabajo y se han acentuado mis problemas de ansiedad”, rompe su silencio Mario a EL ESPAÑOL. “Lo único que quiero es que pase ya el boom que se le está dando a esto, por mi familia, por mi novia y por último por mí”.
El joven tiene motivos más que sobrados para estar padeciendo en estos momentos episodios de ansiedad porque a raíz de las mencionadas grabaciones que se han hecho virales, la Benemérita ha levantado un acta por una presunta vulneración de la ley de residuos y suelos contaminados. Mario se enfrenta a una multa cuyo valor oscilará entre 900 y 45.000 euros y el Centro Comercial Almanzora a otra sanción de 3.000 a 300.000 euros. “No se trataba de un paraje protegido, pero los enseres que se lanzaron eran residuos”, resumen fuentes del Instituto Armado sobre los motivos por los que la Delegación Territorial de Desarrollo Sostenible de Almería deberá decidir el importe final de la sanción administrativa.
La cuantiosa multa que se atisba en el horizonte no es el único quebradero de cabeza de este chico y del gerente del citado establecimiento, puesto que las diligencias de la Guardia Civil también han sido notificadas a los juzgados para esclarecer si existen responsabilidades penales por un supuesto delito contra el medio ambiente. “Solo quiero mostrar mi arrepentimiento y que la gente no se quede solo con esa imagen mía, como si fuese un asesino”, insiste este almeriense sobre los motivos por los que ha accedido a atender a este diario: disculparse públicamente y tratar de limpiar su imagen.
Hasta ahora Mario solo era un veinteañero más de este pueblo de 6.216 habitantes, que está situado al norte de la provincia y en el que el sector del mármol es uno de los motores de la economía local. De hecho, este joven trabajó para varias empresas del mármol y una firma dedicada a las encimeras de silestone después de acabar sus estudios de Educación Secundaria Obligatoria en el instituto Rosa Navarro. Entre los aficionados al mundo del motor de la zona este chico es conocido porque está modificando un Citroen Saxo para participar en carreras y tiempo atrás fue piloto en competiciones regionales de motocross.
“Me gusta mucho el tema de la mecánica”, subraya. “La afición de las motos me viene desde chico, nací con la sangre motera por mi padre”. Sin embargo, en Olula del Río nadie habla de las piruetas que era capaz de hacer en los circuitos a lomos de su Kawasaki, Mario se ha convertido por méritos propios en la comidilla de su pueblo y de todo un país por su reprochable método de reciclar electrodomésticos usados.
“Me tachan peor que los asesinos, políticos, ladrones…”, se lamenta consciente del doble error que ha cometido: lanzar residuos monte abajo y encima grabarlo en vídeo. Este diario ha podido comprobar que no es la primera vez que este aficionado al mundo de los rallies y seguidor del piloto italiano Valentino Rossi inmortaliza sus hazañas, puesto que en el canal Youtube, el 22 de enero de 2016, subió un vídeo en el que aparece conduciendo una scooter de competición por la calle Nueva, en dirección prohibida, a todo trapo, sin casco y haciendo un caballito solo para alardear del tubo de escape Polini y los 80 centímetros cúbicos de cilindrada que tiene la moto.
Este vídeo generó 3.183 visualizaciones, pero no tuvo los millones de reproducciones ni las consecuencias legales de sus imágenes tirando una nevera y una lavadora por un barranco. La lección sobre los resultados que pueden tener ciertas conductas y su difusión por las redes sociales la está aprendiendo este joven a las bravas, no solo por la investigación de la Benemérita, sino también por las críticas y los chascarrillos de los que está siendo objeto.
Basta con darse un paseo por las calles del pueblo o consultar a organizaciones medio ambientales para comprobar la reprimenda diaria a la que se enfrenta por el gesto incívico que protagonizó. “Agradecemos al tal Mario la ocurrencia de grabarse tirando un frigorífico y luego subirlo a las redes, de ese modo tenemos como sociedad, la oportunidad de mirarnos en ese gesto irresponsable y carente de conciencia ambiental, un gesto que debe ser muy cotidiano en esta provincia a la vista del estado lamentable de nuestras ramblas y nuestros campos”, reflexiona Encarnación Samblas, coordinadora de Ecologistas en Acción en Almería.
Entre los vecinos de Olula del Río circulan todo tipo de opiniones sobre lo sucedido. Algunos menosprecian al joven: “Es un chico alocado”. Otros se indignan con su conducta: “Menuda torpeza, comete un delito y se graba, pero a quién se le ocurre eso”. Y también están los que directamente se tronchan con el lío que se ha montado: “¡El Mario se ha hecho famoso!”.
Se ha marchado una temporada del pueblo
El joven asegura a EL ESPAÑOL que tanto a él como a sus padres les ha superado la presión social y mediática que se está viviendo en el pueblo con un continuo e inédito trasiego de televisiones: “Hemos decido marcharnos a casa de un familiar durante un tiempo”. Durante su exilio voluntario no dejan de sumar visualizaciones sus vídeos. El primero, según la Guardia Civil, data de mediados de julio cuando lanzó una nevera vieja a un barranco que está pegado a la carretera comarcal que conecta el municipio de Tahal con el de Chercos. Esta grabación de 17 segundos dejó imágenes y comentarios que son el mejor ejemplo de lo que no hay que hacer nunca con la gestión de residuos de aparatos eléctricos. En escena aparece Mario tirando el electrodoméstico por una ladera, en plena jornada de trabajo, mientras que la persona que le está grabando se cachondea y se jacta de cómo cae el frigorífico: “¡Vamos a reciclarla!, “¡Va haciendo rally!”, “¡Dios cuántas vuelta de campana ha dado eso!”, “¡Ay cómo estás de la cabeza!”.
El viernes 26 de julio repitió semejante ‘gesta’. Las instrucciones que recibió Mario del gerente del Centro Comercial Almanzora no dejaban lugar a dudas: ir a casa de una clienta a entregarle una lavadora nueva que había adquirido y retirar de la vivienda la lavadora vieja. En el camino de vuelta, este repartidor volvió a detener la furgoneta de su empresa en la carretera comarcal de Tahal y a solo diez metros de distancia de donde tiró la nevera, esta vez lanzó al vacío una lavadora. “¡Dios, Dios, Dios!”, grita el cámara mientras graba la tropelía ambiental: diez segundos que podrían salirle muy caros a Mario y a su jefe.
-¿Por qué motivo lanzaste la nevera y la lavadora por un barranco?
-Fue un error arrojar los dos electrodomésticos, supuse que era una escombrera porque había más desechos.
-¿Confundiste ese paraje con una escombrera?
-Exacto. Había más desechos y el día que fui con el Seprona lo confirmaron.
-¿Fue la empresa la que te dijo que lo tirases todo en aquella escombrera?
-No. En ningún momento.
-Al margen de la lavadora y la nevera, ¿has tirado durante tu jornada de trabajo más electrodomésticos o cualquier otro enser en esa zona o en algún otro paraje almeriense?
-No, jamás.
-¿Tus padres y tu novia qué te han dicho de todo esto?
Imagen del Centro Comercial Almanzora en el que Mario estaba contratado en periodo de pruebas como repartidor y mozo de almacén.
Imagen del Centro Comercial Almanzora en el que Mario estaba contratado en periodo de pruebas como repartidor y mozo de almacén.
-Para ellos todo esto es una pesadilla.
-Los electrodomésticos que tiraste ladera abajo son residuos, ¿por qué lo grabaste?
-El vídeo se grabó al pensar que era una escombrera y por ver como caía sin querer causar daño ninguno.
-En los dos vídeos apareces tú deshaciéndote de los enseres y te acompaña una persona que se encarga de grabarlo todo. ¿Es un compañero de trabajo?
-No.
-¿Es un amigo que sin estar contratado en tu empresa te acompañaba en tu jornada laboral?
-Sí.
-¿Por qué red social se distribuyeron los vídeos?
-Fue por WhatsApp. Ni yo ni mi amigo lo subimos a ninguna red social, los vídeos se propagaron sin saberlo nosotros.
Mario y su colega pensaron que las imágenes no pasarían más allá de sus amigos, pero ese fue el inicio de una cascada de reenvíos por WhatsApp y al final los vídeos comenzaron a circular sin control por Twitter y por grupos de Facebook, como Beneméritos GC, donde las imágenes generaron una oleada de indignación plasmada en 5.579 comentarios: “Aquí tenéis al 'espabilao' de turno arrojando basura al monte y poniendo su cara y la matrícula a disposición de los compañeros de la Guardia Civil y del Seprona por si quieren pasar a saludarlo”. No se equivocó este internauta en su vaticinio porque el sábado 27 de julio visualizaron los vídeos unos agentes de Medio Ambiente que localizaron al joven y tramitaron una denuncia. A partir de ahí el caso pasó a manos del Seprona que se plantó en el Centro Comercial Almanzora nada ver las imágenes y comprobar que la matrícula de la furgoneta sospechosa era un vehículo de reparto de la citada empresa. "Estoy asustado", admite el gerente del establecimiento, Pedro Ibáñez.
Mario brinda con un amigo.
Mario brinda con un amigo.
La multa podría arruinar al empresario
Este empresario curtido en el mundo de la construcción y que hace diez años optó por invertir en esta superficie comercial se enfrenta a una sanción de hasta 300.000 euros que le podría mandar a la ruina. “Ahora mismo estoy que no coordino”, insiste.
No tiene palabras para calificar las consecuencias de la inspección a la que fue sometida su empresa a raíz de la viralización de los dos vídeos que protagonizó su repartidor. El Instituto Armado levantó un acta contra su negocio en la que afirman que en los últimos diez años supuestamente carece de justificantes de eliminación y entrega de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Los agentes también detectaron durante la inspección que las instalaciones no cuentan con un contenedor para depositar electrodomésticos y que en un patio exterior, entre vegetación seca, había cincuenta lavadoras apiladas sin control alguno, así como veinte frigoríficos almacenados bajo techo. Este diario pudo acceder al almacén de marras y durante su entrevista con Pedro Ibáñez, gerente del Centro Comercial Almanzora, pudo comprobar que a unos metros de la entrada había una nevera vieja.
- Pedro, ¿cómo gestiona usted los electrodomésticos?
-En el centro comercial los tenemos antes de llevarlos a una nave de Albox. Una vez allí, en el momento que hay almacenados unos veinte o treinta electrodomésticos, viene a recogerlos una empresa de Sevilla y los lleva a un centro gestor autorizado.
- ¿Piensa adoptar medidas legales contra Mario?
-Es una persona que no tiene mucho seso, lo hemos despedido y nos ha dolido porque él necesitaba trabajar, pero le hemos tenido que echar no solo por el giro (legal) que ha tomado la situación, sino porque nosotros no tiramos los electrodomésticos, tenemos un gestor.
-¿Qué sintió cuando visualizó los vídeos de su repartidor tirando por un barranco residuos?
-Mucha rabia y mucha impotencia. Estoy que lo tiro a él por el mismo barranco por donde tiraba los electrodomésticos.
El establecimiento, situado en la avenida de la Legión Española, cuenta con una plantilla de más de veinte personas que residen en Olula el Río y en otras poblaciones cercanas. Ningún empleado da crédito a lo sucedido. “Llevo dieciocho años trabajando de cara al público, he pasado por varias cadenas y no he visto nada igual: esto se ha ido de madre”, comenta una cajera a EL ESPAÑOL mientras atiende a unos clientes. “Para el propietario esto ha sido un jarro de agua fría, es una persona que no se merece esto porque siempre ayuda a ONGs”.
Nadie en el Centro Comercial Almanzora tiene una mala palabra sobre el que hasta hace poco era repartidor y mozo de almacén: su excompañero Mario. “Era un chico muy agradable y simpático”. Al gerente del establecimiento le ha dolido mucho el despido del joven porque es hijo de su amigo, Ramón, y le había contratado para sacarlo del paro. “Es un muchacho del pueblo y lo metí a trabajar porque su padre y yo somos amigos, su hijo llevaba una temporada sin trabajar, tenía el carné de conducir de segunda y lo puse a repartir”, resume sobre los motivos que le empujaron a contratar a este veinteañero.
Imagen del almacén en el que trabajaba Mario por las tardes y de la furgoneta Mercedes que empleaba para repartir electrodomésticos.
Imagen del almacén en el que trabajaba Mario por las tardes y de la furgoneta Mercedes que empleaba para repartir electrodomésticos.
“Estaba en periodo de pruebas, solo llevaba tres meses aquí”, se repite una y otra vez sin acertar a creerse la situación legal en la que se encuentra inmerso. “Cada día sale algo nuevo de este chico, además de las grabaciones tirando electrodomésticos también me ha llegado un vídeo suyo haciendo derrapes y trompos con la Mercedes de la empresa y encima me he enterado que en los portes le acompañaba un amigo suyo que no estaba contratado”.
Este diario ha tenido acceso a la última grabación que supuestamente estaría protagonizada por el repartidor, en el que maniobra peligrosamente durante 29 segundos por un descampado con la furgoneta del empresario. Una vez más el cámara narra la jugada: “¡‘Jo’ puta vaya polvaredas!”. En el pueblo aseguran que el autor de los tres vídeos es un tal Benji, pero la Guardia Civil no ha podido demostrar su vinculación con las imágenes. Mario puede estar tranquilo porque este último vídeo no le acarreará consecuencias legales ya que la Benemérita confirma a este diario que no abrirá diligencias.
-¿Pedro ha venido Mario por aquí para darle alguna explicación sobre lo sucedido?
-Trató de ponerse en contacto conmigo, llamó para venir a verme, pero el centro comercial está lleno de periodistas y no ha venido. Sé que está muy afectado y que le ha dado un ataque de ansiedad, no me voy a ensañar con él, creo que con despedirle es suficiente.
-En estos tres meses en los que Mario estuvo empleado de repartidor de electrodomésticos y como mozo de almacén, ¿notó usted algún comportamiento extraño o alguna conducta negligente en su puesto de trabajo?
-Es un zagal joven, no notaba nada, de lo contrario cómo lo iba a dejar con la furgoneta si estaba zumbado.
Los electrodomésticos han sido retirados del monte por el propio Mario y han sido trasladados al punto limpio de Albox, pero este gesto que realizó para subsanar su mala conducta no ha contribuido a mitigar las críticas contra su persona que le están llegando a pasar factura a su estado de salud: "Estuve parado durante bastante tiempo lo que me llevó a empezar a sufrir ataques de ansiedad leves y ahora son más intensos y continuos", detalla este almeriense, de 25 años.
Mario, ¿qué piensas hacer cuando todo esto pase?
-Pues aún no lo sé, retomar mi vida con los que quiero y volver a la normalidad ya que me tachan peor que los asesinos, políticos, ladrones... Espero que con esto dejen de acosarme y acepten mi arrepentimiento.