Pues, franciscodeasís, yo tuve que hacer eso una vez, con una camada de mi perra anyerior que nadie quería y a la que ella no podía criar porque se quedaba sin calcio, y creo que no he llorado más en toda mi vida. Y encima el hecho sucedió poco después de las seis de la ma?ana, cuando llegaban los de nocturno al cuartel y todos me decían que lo hiciera así o asá pero nadie se ofreció a hacerlo. Solo me decían no llores, no llores, y yo no podía parar de llorar.
No quiero ni acordarme.