Autor Tema: Pongamos que hablo de Madrid  (Leído 103824 veces)

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #380 en: 14 de Marzo de 2015, 18:20:47 pm »

El lago que Felipe II mandó secar para levantar la Plaza Mayor de Madrid

m. r. domingo @ABC_Madrid  / madrid 

Día 14/03/2015 - 12.34h
 
Este célebre enclave de la capital se ubicaba, en sus inicios, en el extrarradio. Los monarcas acudían a cazar patos, después fue un mercado e incluso el escenario de ejecuciones públicas

Auto de fe celebrado en la Plaza Mayor en 1680 en presencia de Carlos II. Óleo de Francisco Rizi conservado en el Museo del Prado

Cuesta imaginar que a finales del siglo XVI la laguna de Luján copara el espacio sobre el que hoy se levanta la célebre Plaza Mayor de Madrid. Más inverosímil parece que este enclave de la capital estuviera ubicado en el extrarradio de la incipiente Villa, cuando ahora lo visualizamos abarrotado de turistas y a un paso del kilómetro 0 de las carreteras españolas. La plaza –al principio denominada «del arrabal» por crecer en extramuros– fue ideada como una reforma del Rey Felipe II y llevada a cabo por sus sucesores: Felipe III y Carlos II. Situada junto a la popular Puerta del Sol, ha rivalizado en protagonismo urbano y social con ella por ser un punto comercial y de reunión.

Cuando todavía era un pequeño lago, los monarcas solían acudir a practicar la caza sobre los patos incautos que revoloteaban en el lodo. Junto a ella, y ya desde los tiempos de los Reyes Católicos, se comenzaban a colocar pequeños tenderetes en donde se vendía comida. Un lugar casi siempre embarrado que Gómez de Mora –arquitecto oficial de Felipe III– reconvirtió en unos de los lugares centrales tras designarla ciudad capital en tiempos de Felipe II. Para ello utilizó un modelo que ya se había probado en Valladolid y que, en el fondo, respondía al modelo de foro romano de plaza porticada.

La plaza del Arrabal poseía un carácter desordenado de mercado de diversas mercancías y alimentos. En 1565 el corregidor Francisco de Sotomayor escribe una «Memoria de las Obras de Madrid» y describe la necesidad de reformar el espacio de la Plaza con ampliaciones debido al aspecto avejentado de algunas casas. En su informe menciona una casa dedicada a la panadería y otra a la carnicería. La Plaza es famosa por la celebración de las primeras procesiones del Corpus Christi.

Según la periodista Isabel Gea Ortigas, especializada en temas de Madrid, durante la Inquisición se celebraron en esta plaza los autos de fe. A los reos a los que el tribunal condenaba a la pena capital y eran decapitados por hacha o cuchillo se les ponía mirando frente a la Casa de la Panadería. A los de garrote vil, frente a la Carnicería. En 1805, las ejecuciones se trasladaron a la plaza de la Cebada, aunque en este emplazamiento permanecieron pocos años, ya que durante la dominación francesa, entre 1808 y 1814, volvieron a la Plaza Mayor.
 
Los tres incendios sufridos en los edificios del perímetro de la plaza en los años 1631 (Juan Gómez de Mora), 1672 (Tomás Román) y 1790 (Juan de Villanueva) fueron transformando su aspecto inicial a causa de la obra y el rediseño de diversos arquitectos. A lo largo de su historia, la transformación arquitectónica debida a las reformas realizadas permite afirmar que posee ejemplos de clasicismo, barroquismo, romanticismo, historicismo, etc. A lo largo de toda su historia, el poder político y estatal se vio identificado con este espacio público. Y en la actualidad es uno de los iconos de Madrid. No hay turista que no retrate la Plaza Mayor.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #381 en: 16 de Marzo de 2015, 19:04:59 pm »
!!!AGUA VA!!!




El primer madrileño que tuvo agua corriente

Una exposición reivindica la figura de Lucio del Valle, el ingeniero que culminó el Canal de Isabel II

RAY SÁNCHEZ Madrid 
Actualizado: 16/03/2015 00:17 horas 


Imagen del grifo más antiguo de Madrid, en la calle Valverde. E. M.

El agua que consumimos en Madrid llega tras un kilométrico viaje que nace en las cuencas serranas. La capital se bebe el lejano río Lozoya con absoluta cotidianidad, pero en 1858 parecía un milagro.

El 24 de junio de aquel año, la reina Isabel II inauguraba el canal del Lozoya, con el que bajaba a la villa el agua embalsada en la pionera presa del Pontón de la Oliva, ubicado cerca del pueblo de Patones, a 70 kilómetros de la ciudad. «Se abrieron las llaves de esta fuente en medio del asombro general y de un rumor de alegría», escribieron los cronistas que presenciaron el espectáculo acuático en la fuente de San Bernardo, la primera en la que brotó agua del canal.

Hasta entonces, Madrid saciaba la sed con aguadores, fuentes públicas y los 'viajes de agua' de herencia árabe que la canalizaban desde diferentes acuíferos hasta la ciudad. La enorme y complicada obra del canal dedicado a la reina culminó gracias al ingeniero Lucio del Valle, que también fue el primer madrileño en tener agua corriente en su casa de la calle Valverde, donde todavía se conserva un grifo que instaló en el sótano del edificio.

«Era una fuente de vecindad», aclara César Díaz-Aguado, descendiente del ingeniero y comisario de la exposición dedicada a la figura de Lucio del Valle en la sala La Arquería de Nuevos Ministerios. Allí se pueden ver, hasta el próximo viernes, algunas joyas fotográficas de la colección de Lucio del Valle, como un daguerrotipo (uno de los más antiguos de España) de su trabajo en la construcción de la carretera de Valencia en 1850 y las imágenes que encargó a Charles Clifford para inmortalizar las obras del Canal de Isabel II, en la que se utilizaron máquinas de vapor y palomas mensajeras que comunicaban con la capital.

También, una valiosa instantánea del mismo fotógrafo galés que muestra cómo era la Puerta del Sol antes de la reforma de 1862, diseñada por el propio ingeniero, que dibujó la céntrica plaza tal como sigue siendo en nuestros días.

«Creo que debería tener más reconocimiento de Madrid, se lo merece por todo lo que ha hecho por la ciudad. La comunicó con Valencia salvando la dificultad del río Cabriel, reformó la Puerta del Sol y trajo el agua. Y lo hizo con capacidad para abastecer a más de las 250.000 personas que vivían entonces en Madrid, lo que permitió el crecimiento posterior de la capital», defiende Miguel Ángel Carrillo, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid.

Calle Valverde

Carrillo ha reivindicado la figura de Lucio del Valle (cuando se cumple el bicentenario de su nacimiento) en la reciente Semana de la Ingeniería de Caminos de Madrid con la exposición y la inauguración de una placa conmemorativa en la calle Valverde, justo allí donde se instaló el primer grifo de agua corriente de la ciudad. «El agua del canal tenía un recorrido hacia la Puerta del Sol, donde había una fuente, y el trazado pasaba por su casa, así que hizo una acometida directa a vivienda. Se aprovecharía de las circunstancias», admite el decano Miguel Ángel Carrillo.

Un privilegio que Lucio del Valle, que también era arquitecto, se ganó a pie de obra, donde dirigía a los cientos de obreros y presos (solicitaba mano de obra a los centros penitenciarios para acometer sus proyectos) que construyeron los acueductos que diseñó para el Canal de Isabel II, como el de la Sima o el de Las Cuevas, «una palmera de piedra» según José Echegaray, «el non plus ultra de la sencillez y de la elegancia», en palabras del Nobel de literatura, que fue testigo de su construcción.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #382 en: 19 de Marzo de 2015, 15:31:05 pm »

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #383 en: 19 de Marzo de 2015, 20:32:44 pm »
 . . .  en los tiempos del Tráfico Nocturno una plaza mayor así hubiera sido el sueño de alguno . . .  :carcaj

"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #384 en: 25 de Marzo de 2015, 08:09:13 am »
La terrorífica «calle del perro», la zona de la Gran Vía por la que nadie quería pasar
ignacio s. calleja.@iserranoc / madrid
Día 25/03/2015 - 00.51h
Un enorme mastín custodiaba la casa del noble pensador Enrique de Villena, acusado de hereje y apresado por la Santa Inquisición en el siglo XV

La moderna y cosmopolita Gran Vía que hoy conocemos nació en 1910. Su pasado más lejano, en cambio, esconde los vestigios y supersticiones propios de la época en la que se sitúa este relato. Cerca de la plaza de Callao, en el siglo XV, una callejuela oscura y estrecha se elevó en la Villa de Madrid como uno de los lugares a evitar, conocida coloquialmente como «la calle del perro».

En la calle, siempre observada y analizada de soslayo, con una prudencia miedosa, un enorme mastín de color negro custodiaba la entrada a una casa, lúgubre y misteriosa, considerada por los vecinos como una ventana al infierno. Era el hogar del defenestrado Enrique de Villena, hijo de Pedro de Aragón y Juana de Castilla y, otrora, Maestre de Calatrava. Villena, docto en letras, medicina y astrología, nunca alcanzó la posición que su linaje y sus conocimientos adivinaban. Fue repudiado en la corte y señalado como un hechicero, un «medium» atrapado entre dos mundos.

La estimación demoníaca de su casa y del perro guardián, del que se decía que en sus ojos y fauces se hallaba el Mal, remitía, por un lado, a la atribución de que allí se practicaban ciencias ocultas y el animal aseguraba el acceso. Por otro, a una leyenda que situaba a Enrique de Villena como discípulo del Diablo en una cueva de Salamanca, donde él y otros alumnos eran instruidos en lecciones de magia negra, adivinación y nigromancia. Ambas supersticiones, evidentemente, eran fruto de la ignorancia y del miedo calculado y administrado a la plebe, que permeabilizó la decisión de la Santa Inquisición de estigmatizar al autor como un hereje.

Objetivo de la Inquisición

Villena, creador de numerosos escritos y estudios, fue perseguido y condenado por la Inquisición. Su valiosa obra, centrada en el análisis del Hombre, fue quemada junto al acopio de libros en árabe, griego o hebreo, entre otros, que había hecho a lo largo de su vida. Prohibido por la Iglesia, su legado quedó arrasado mientras él, enfermo, fue internado en un penal.

Fallecido en Madrid en 1434 por unas fuertes fiebres, hay constancia, a pesar del esmero de sus captores, de varios de sus trabajos. Destacan Los 12 trabajos de Hércules, donde trata todos los niveles sociales de la época, y el Tratado sobre la lepra y la peste.


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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #385 en: 26 de Marzo de 2015, 07:57:11 am »
El desconocido presidente del Gobierno y alcalde de Madrid que da nombre a la «calle del PSOE»
vídeo: alfonso f. moreno / texto: M. r. domingo @ABC_Madrid / madrid
Día 26/03/2015 - 01.59h
Valentín Ferraz es, además de la famosa vía donde se ubica la sede del partido que fundó Pablo Iglesias, un refutado militar aragonés de la corte isabelina que combatió en Perú

Aragonés, liberal, militar condecorado, presidente del Gobierno, alcalde de la capital en 1855 y senador vitalicio. Todos estos títulos corresponden a una misma persona cuyo apellido copa cientos de titulares pero, más allá de albergar la sede nacional del PSOE, es incluso para muchos madrileños un completo desconocido. La calle de Valentín Ferraz y Barrau (Anciles, Huesca, 14 de febrero de 1792 – El Escorial, Madrid, 31 de agosto de 1866) es el eje del barrio de Argüelles. Cubre un trayecto que va desde la Plaza de España –denominada en su momento Plaza de San Marcial– hasta la intersección con el paseo de Moret. Corre paralela al Paseo del Pintor Rosales.

Se sabe tan poco de Ferraz que incluso su fecha de nacimiento está mal indicada en la web de La Moncloa y tampoco figura su segundo apellido. Según la biografía del general recogida por Fernando García-Mercadal y Fernando Martínez de Baños en el libro «Valentín Ferraz, un militar altoaragonés en la corte isabelina (1792-1866)», nació en 1792 en el seno de una familia noble de un pueblo del valle de Benasque.

Con apenas 16 años su tío, Antonio Cornel y Ferraz –ministro de Guerra– le introdujo en la carrera militar. En 1816, ya como oficial de Caballería, fue enviado a Perú. El gran desempeño, liderazgo y eficacia de Ferraz le convirtió, tras nueve años en el continente americano, en uno de los mejores militares de España. El general Baldomero Espartero –Príncipe de Vergara– dijo que «había muy pocos como él en la Península» y que no se excedía en nada si le tildaba como «uno de los mejores de Europa». Elogios así le valieron la más preciada de las condecoraciones militares españolas: la Laureada de San Fernando. Por su carácter proactivo se le llegó a conocer con el sobrenombre de «Regenerador de la Caballería española».

Cuando regresó a España, en 1825, el propio Baldomero Espartero se encargó de impulsar su carrera política y profesional hasta las más altas instituciones de Estado: fue teniente general de los Ejércitos, diputado y senador del Reino por la provincia de Huesca, alcalde de Madrid, ministro de Guerra en cuatro ocasiones y presidente del Consejo de Ministros en las últimas semanas de la regencia de María Cristina de Borbón.

La calle surge en 1856 cuando se derriban las vallas de la montaña de Príncipe Pío se prolonga hasta el parque del Oeste. Inicialmente se denomina calle de San Marcial y finalmente se cambia en honor del que era alcalde de Madrid: Valentín Ferraz, tan solo un año antes de su muerte. Uno de sus retos durante su época de regidor de la capital–solo duró año y medio en el cargo– fue ordenar la expansión de la ciudad. Precisamente por ello se le homenajeó con el nombre de una de las calles que en esa época encarnó el desarrollo de Madrid.
El desconocido presidente del Gobierno y alcalde de Madrid que da nombre a la «calle del PSOE»
abc
Las casas derrumbadas por las bombas en la Guerra Civil

La calle sufrió, ya en plena Guerra Civil, una fuerte devastación por coincidir con en la defensa de Madrid con el frente de la Ciudad Universitaria. En diciembre de 1987, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) traslada su sede al número 70 de esta calle, lugar donde murió en 1925 el fundador de la organización, Pablo Iglesias.

Entre otros vecinos ilustres de la calle Ferraz se encuentra la poetisa Gertrudis Gómez de Avellaneda, el escultor Eduardo Barrón, el poeta Carlos Miranda, el fotógrafo Juan Gyenes y el industrial Eduardo Barreiros. En ese mismo edificio había residido anteriormente, en 1892, el compositor italiano Giacomo Puccini cuando viajó a Madrid para dirigir su ópera «Edgar» en el Teatro Real. En el número 25 tuvo su primera sede la famosa Fábrica Gal de jabones.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #386 en: 29 de Marzo de 2015, 12:17:17 pm »

El «Sherlock Holmes» madrileño que acabó con el famoso ladrón «Fantômas»


Adrián DElgado abc_madrid / MADRID

Día 29/03/2015 - 03.43h

Madrid fue escenario, a principios del siglo XX, de una de las historias policíacas con mayor repercusión mundial, la del sagaz inspector Fernández-Luna y el escurridizo caco Eduardo Arcos




ABC
 .
De izquierda a derecha, Eduardo Arcos, alias «Fantômas», su amante y cómplice Eleonora Fior Avanti y el comisario Ramón Fernández-Luna

«Fantômas» era el caco más escurridizo que había pisado Madrid hasta aquel verano de 1916. Era septiembre y Eduardo Arcos Puch, el verdadero nombre del ladrón más buscado en Europa, se escapó del Juzgado de Guardia. Sobre él pesaban órdenes de búsqueda de medio planeta: Nueva York, París, Londres... Eddy, como se hacía llamar en los sofisticados círculos en los que se relacionaba, no era un ladrón cualquiera. Era el «rey de los ladrones» de guante blanco especializado en desvalijar –sin dejar rastro– habitaciones de hotel. Jamás empuñó un arma. Su mejor habilidad era ocultar su verdadera identidad y un instrumento de cerrajería que trajo de cabeza a los agentes. Un genio del escapismo que, sin embargo, no pudo superar la sagacidad del comisario jefe de la Brigada de Investigación Criminal de Madrid, Ramón Fernández-Luna.

El policía, a quien ya se le conocía como el «Sherlock Holmes» madrileño, llevaba algún tiempo tras la pista de «Fantômas». El apodo «le fantôme» –fantasma– que le puso la prensa francesa, derivó en ese sobrenombre en España. No era el único, Eduardo Arcos tenía una docena de identidades: el Aviador –era piloto acrobático–, Marquesito, Teddy, El Piloto... Además, hablaba inglés, francés, italiano, alemán e, incluso, catalán por su origen mallorquín. Era un seductor «terrible» para las damas de la época a las que engatusaba con una poderosa labia.

El comisario Fernández-Luna empezó investigarle por un tema que nada tenía que ver con sus robos. «Fantômas» había montado en Madrid junto a su bella amante, Leonor Flor Avanti, una casa ilegal de juego. Sin embargo, el «Sherlock Holmes» madrileño estaba convencido de tener delante al ladrón de guante blanco que todos querían cazar. Esa caza se produjo en el tercer piso, del número 3 de la calle Apodaca de Madrid. El edificio aún existe hoy.

De madrugada, Fernández-Luna, y los agentes Heredia, Blasco, Lacalle y Zorrilla, le detuvieron en la habitación que tenía alquilada. Eduardo Arcos estaba plácidamente dormido y no opuso resistencia. «No tienen pruebas contra mí», presumía tranquilo. La Policía, según consta en la hemeroteca de ABC, se incauto de nueve maletas entre las que se encontraban cuatro trajes con los que cometía sus robos. También diversos útiles de cerrajería como el «huistilí» con el que abría las puertas sin dejar huella ni forzar cerraduras. Y... una calavera.
 
La calavera de «Fantômas»

«Merece consignarse uno de los objetos hallados: una calavera auténtica, que se encuentra en una caja de peluche», relata la crónica de ABC sobre la detención del ladrón. «Parece que era utilizada por Eduardo para sus conquistas amorosas, uniéndola a historias que relataba y con las que lograba interesar a las mujeres», explicaba la noticia. Tras su detención, el jefe de la Brigada de Investigación Criminal de Madrid mandó su foto a Zaragoza, Barcelona, Valencia, San Sebastián y comenzaron a llover sobre medio centenar de acusaciones, en las que le identificaban como el autor de multitud de robos.

El «Sherlock Holmes» madrileño hundió la carrera del experimentado ladrón de guante blanco en España. La Primera Guerra Mundial tampoco se lo puso fácil a «Fantômas» en Europa. Ante semejante panorama, Eduardo Arcos explotó sus habilidades para trabajar como espía al servicio de Inglaterra. Ya en la Segunda Guerra Mundial, su facilidad para infiltrarse en todo tipo de ambientes le permitió obtener listas completas de los nazis que operaban en España.

El inspector Fernández-Luna

Ramón Fernández-Luna introdujo en la Brigada de Investigación Criminal en Madrid nuevas formas de resolver casos. Sus métodos, considerados poco ortodoxos para la época, le permitieron resolver casos tan conocidos como el caso del Capitán Sánchez –llevado a la pequeña pantalla en los ochenta en la serie «La huella del Crimen»– o el crimen de El Federal. También resolvió con éxito el robo de dieciocho piezas del Tesoro del Delfín del Museo del Prado. Tras su éxito, reconocido a nivel nacional, sus tendencias políticas acabaron con su carrera con la llegada de la dictadura de Primo de Rivera en 1923. Fundó el Instituto Fernández-Luna, una de las primeras agencias de detectives de Madrid. Falleció en 1929.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #387 en: 30 de Marzo de 2015, 10:47:25 am »
Adiós a Cuatro Vientos



Getafe le arranca a Madrid la mayor colección de aviones de España

La Fundación Infante de Orleans se trasladará a los nuevos hangares de Airbus
F. Javier Barroso Madrid 27 MAR 2015 - 21:56 CET


Carlos Valle, dentro del Dragon Rapide, en Cuatro Vientos. / alberto ferreras


Diez años. Eso es lo que se ha necesitado para que la mayor colección de aviones históricos de España, propiedad de la Fundación Infante de Orleans, pueda recalar en Getafe. Lejos queda ya el proyecto firmado en 2005 por el entonces alcalde getafense, el socialista Pedro Castro, que quedó arrinconado en un cajón. La ampliación del parque empresarial de La Carpetania y la correspondiente expansión de la empresa Airbus han permitido acabar con la agónica situación que viven ahora las 42 aeronaves de la fundación en el aeropuerto de Cuatro Vientos, en Madrid, y la apertura del Museo de la Aviación. “Estamos muy contentos porque con este proyecto definitivamente salvamos la colección para el futuro”, señala el presidente de este colectivo, Carlos Valle.

La Fundación Infante de Orleans (FIO) se constituyó en 1989 para acoger la sección de aviones históricos del Aeroclub José Luis Aresti. Su objetivo siempre ha sido contar con la mayor colección de aeronaves de España, con la cualidad de que todos ellos están en condiciones de volar. En la actualidad cuenta con 42 ejemplares de 32 modelos diferentes. Entre ellos, destacan el Dragon Rapide, uno similar al utilizado por Francisco Franco durante los prolegómenos de la Guerra Civil Española. Fue adquirido a Gran Bretaña y en actualidad hay unos cinco ejemplares. La colección también incluye el Miles Falcon Six, modelo que utilizó Ignacio Pombo para hacer el trayecto Santander-México en 1935.
La Carpetania

La ampliación del parque empresarial de La Carpetania supondrá una superficie de cerca de cuatro millones de metros cuadrados, situados en una parcela próxima a la autovía de Toledo (A-42).

La segunda fase permitirá la ampliación de la compañía Airbus y la implantación de otras empresas auxiliares, lo que fomentará la economía y el empleo en el municipio. En concreto, se prevén la creación de 9.000 puestos de trabajo en los próximos cuatro años.

El Gobierno regional invertirá en la localidad dentro del Plan Activa 230 millones de euros. Incluye la segunda fase de La Carpetania y la mejora de los accesos a TecnoGetafe y Metrosur.

La Fundación se instaló en los hangares de la base aérea de Cuatro Vientos, pero con el paso del tiempo este espacio se ha quedado totalmente obsoleto. Los aviones se hacinan y no hay espacio suficiente para garantizar su buen estado y mantenimiento por parte del personal de la fundación.
En 2005 se firmó un convenio entre la FIO y el Ayuntamiento de Getafe, una larga tradición aeronáutica. Si Cuatro Vientos fue el primer aeródromo y abrió en marzo de 1911, justo dos meses después lo hacía la base getafense. De hecho, allí aterrizó el ganador y único aviador que logró terminar la primera carrera aérea entre París y Madrid.

El convenio firmado entre el alcalde Pedro Castro y el presidente de la FIO, Carlos Valle, recogía el traslado de los aviones de la fundación al nuevo museo que iba a construir la ciudad. Corría el año 2005, cuando los Ayuntamientos gozaban de buena salud económica. Pero detrás acechaba la crisis y las consecuencias que esta trajo. Y Getafe no fue una excepción. El proyecto del futuro museo se le encargó al arquitecto y premio Pritzker (el nobel de esta especialidad) Norman Foster. Costó dos millones de euros que quedaron enterrados en el cajón de asuntos pendientes. “Foster se lo tomó muy en serio y lo hizo él de forma personal, como gran amante de los temas aeronáuticos. Además, no era el primer museo de estas características que hacía en su carrera profesional”, recuerda Valle.

La llegada de la crisis hacia 2009 hizo que el proyecto del museo se quedara solo en eso, en proyecto. El convenio resultaba inviable por la falta de presupuesto. Con ello volvieron los problemas para la FIO, que veía como se le escapaba una de sus mejores posibilidades para afianzar su futuro, según reconoce Valle.

Exhibición de la Fundación Infante de Orleans el pasado diciembre. / uly martín

La entrada de Juan Soler, al frente de la alcaldía en 2011, dio un nuevo impulso al proyecto. Desde el primer momento, se mostró muy a favor de que Getafe se hiciera con la preciada colección para que quedara clara su trayectoria ligada a la aviación. No en vano había acogido durante años la pionera Construcción Aeronáuticas (CASA).

Las negociaciones con la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento permitieron desbloquear la ampliación del parque tecnológico de La Carpetania. Esto suponía la ampliación de las actuales instalaciones de EADS-Airbus. La empresa aeronáutica vio entonces la oportunidad de copiar los modelos de Toulouse (Francia) y Manching (Baviera, Alemania). La compañía dispone en sendas ciudades de museos de la aviación. “Ninguna de las dos es tan buena como la nuestra, ya que todos nuestros aviones están en condiciones de volar”, reconoce con orgullo el presidente de la FIO.

La institución cuenta con 42 aeronaves listas para volar

El convenio recoge que EADS-Airbus se encargará de construir en la ampliación de su fábrica un museo en el que entren de manera holgada todos los aviones de la fundación. Estará abierto al público, que podrá visitarlo y conocer lo más representativo de la historia de la aviación española. Por su parte, el Ayuntamiento de Getafe, como patrono de la fundación desde hace años, adecuará los accesos y las condiciones para que se implante el museo. También dará a la institución los fondos necesarios para su actividad, como restaurar aeronaves históricas, mantener las piezas del museo o ampliar el archivo histórico de la aviación española, según fuentes municipales.

“Con este proyecto tenemos garantizado el futuro de la fundación a largo plazo. Contaremos por fin con un espacio digno para esta colección, que es de las mejores de Europa y que tiene piezas únicas”, resume Carlos Valle. Eso sí, el traslado no será inmediato. Se plantea a medio plazo. Si todo funciona como está previsto, en dos años las 42 aeronaves y las que se puedan adquirir en un futuro volarán con destino a Getafe.

Los aviones se hacinan ahora en el aeropuerto de Cuatro Vientos

El alcalde Juan Soler reconoce que la nueva ubicación del museo supone reforzar a la ciudad de Getafe como “un referente en la aeronáutica internacional”, a la vez que se amplía su oferta cultural a nivel turístico cultural e histórico.

Se alejarán también de esta forma los fantasmas del cierre del aeropuerto de Cuatro Vientos. Es un fantasma que siempre está planeando por las quejas de los vecinos y los peligros que suponen para los edificios que lo rodean. La apertura de un aeródromo en El Álamo podría acelerar incluso su desmantelamiento. “Lo que está claro es que la colección no puede permanecer más tiempo en Cuatro Vientos. La situación es bastante penosa porque no entran los aviones y cada vez se ve menos claro el futuro del aeropuerto”, concluye Valle, no sin cierta pena.

Getafe suena, por tanto, cada vez como la nueva pista de aterrizaje para los aviones de la FIO.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #388 en: 06 de Abril de 2015, 13:48:11 pm »


El ministro extranjero de Carlos III que prohibió el juego y llevar capas largas y sombreros

s.l.@abc_madrid / madrid

Día 05/04/2015 -

El marqués de Esquilache emprendió en 1766 una serie de reformas que, supuestamente encaminadas a europeizar a Madrid, desembocaron en violentos alzamientos populares

Es posible que el nombre de Leopoldo de Gregorio no le diga nada, pero seguramente Esquilache y el famoso motín homónimo hagan lo contrario. El apellido en cuestión es la castellanización del italiano Squillace, político al servicio de Carlos III cuyas medidas, en 1766, desembocaron en unas revueltas populares que provocaron su salida de España.

Ejemplo del despotismo de la época, el marqués de Esquilache, natural de Mesina, emprendió una serie de reformas encaminadas, supuestamente, a europeizar la ciudad de Madrid. Estas se centraban, por ejemplo, en prohibir los juegos de azar o vestir con capas largas y sombreros de ala ancha. El decreto emitido, unido a la precariedad alimenticia, incendiaron el ánimo de los madrileños, que terminaron por rebelarse contra su rey y el propio Esquilache. Al parecer, el veto remitía a la inseguridad extendida en las calles de la capital. Con el fin de evitar que se escondiesen armas, se establecieron grupos de vigilancia encargados de acortar las capas y modificar los sombreros, dándoles forma de tricornio para que nadie pudiese ocultar su rostro.

Estas iniciativas, que también establecían una reforma urbana referida a la limpieza de las calles y la mejora del alcantarillado y el alumbrado, impulsaron la rebelión. Así surge el Motín, en el que una multitud exaltada asaltó la casa de Esquilache y tomó las puertas del Palacio Real. Aunque este no se encontraba allí, el inmueble fue saqueado y la violencia fue en aumento. Las autoridades tuvieron que intervenir para restablecer el orden a costa de 40 vidas. 

La protesta, en cambio, sí surgió el efecto deseado en Carlos III, que destituyó al considerado «ministro extranjero» y derogó el polémico decreto. Aún así, el rey tuvo tiempo para utilizar tal levantamiento como excusa para intereses personales, representados en los jesuítas en dicho contexto.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #389 en: 10 de Abril de 2015, 06:49:00 am »
Los viandantes confunden la grabación de una película porno con una protesta antitaurina

Quien estuviera paseando este jueves por la tarde cerca de la plaza de toros de Las Ventas se ha encontrado una escena muy curiosa: dos mujeres desnudas en plena calle... y tocándose.



Una imagen de lo ocurrido este jueves en Las Ventas - Foto Twitter/@JI_Gonzalez

Los vecinos de Madrid que paseaban este jueves por la tarde cerca de Las Ventas se han encontrado con una curiosa escena. Los viandantes han podido ver a dos mujeres desnudas en plena calle frente a la madrileña plaza de toros. Al principio, muchos creían que se trataba de una protesta antitaurina... Así lo reflejaba un usuario en Twitter:


Pero cuando las dos mujeres han empezado a tocarse el asombro ha ido en aumento y las dudas, poco a poco, se han ido disipando. Los hechos estaban claros: se trata de la grabación de una película porno, que utiliza como plató distintos emplazamientos públicos. Un actor porno también se explicaba así sobre lo ocurrido este jueves en Las Ventas:



Al parecer, el domingo 29 de marzo las mismas actrices estuvieron exhibiéndose frente a las taquillas del estadio Santiago Bernabéu. Una de ellas es Zenda Sexy, una joven madrileña de 23 años.

Muchos se preguntaban si esta práctica está permitida o se puede sancionar, pero un actor porno, el mismo que confirmaba que se trataba de una escena porno y no de una protesta, explicaba en Twitter que "sí se puede" hacer "teniendo el debido permiso y donde no haya colegios, parques... y por un tiempo determinado".

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #390 en: 13 de Abril de 2015, 15:32:58 pm »
Madrid/Turismo


Las «manías» de los turistas que vienen a Madrid


maría isabel serrano@misabelserrano / madrid

Día 13/04/2015 - 10.39h
 
Los franceses buscan museos y arte; los italianos, paella y tapeo; los estadounidenses, los que más se gastan

Cada año vienen más y se dejan más dinero. Se van con buen sabor de boca y quieren repetir. Madrid está de moda. De eso no hay duda a la vista de las últimas cifras oficiales del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio. El año 2014 batió récord de entrada de turistas tanto en la capital como en la región y se llegó a los 10,2 millones de almas que se gastaron 5,5 millones de euros en hospedaje, comida, ocio, cultura y compras. Los visitantes más numerosos son franceses e italianos. Los estadounidenses, los que más gasto hacen: una media de 2.365 euros por persona, el 13% más que en 2013.

Estos datos y muchos otros proceden de la última Encuesta de Movimientos Turísticos en Fronteras (Frontur), del citado ministerio. Los ha recogido, con gran alegría, la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura que dirige Ana Isabel Mariño. Según el informe de 2014, al que ha tenido acceso ABC, eligen Madrid esos 10,2 millones de turistas, básicamente de diez nacionalidades distintas. El aumento de visitantes, respecto al año anterior, ha sido del 7,5%. Y, también, gastaron más: esos casi 5,5 millones de euros, toda una marca en territorio madrileño, que deja una media de casi 1.250 euros por turista internacional.

Cabe destacar, sin embargo, que el visitante más «espléndido» es el estadounidense. Ellos son los turistas extranjeros no europeos que más vinieron a Madrid. En 2014 nos visitaron 299.512 (8% más que en 2013). Encabezan el ranking de gasto: se dejaron más de 708 millones de euros –lo que supuso un aumento del 22,2%– y con un gasto medio de 2.365 euros.

El estadounidense es un turista que, según el Gobierno regional madrileño, que «busca dinámicas activas en donde se incluya un poco de todo». Y ahí entran desde una visita panorámica en autobús, una visita a algún museo, al Palacio Real. También les gusta ir de tapas, de compras, conocer restaurantes y discotecas.
 
En un «top ten» de los turistas que más llegan a la comunidad madrileña, los primeros estarían, por número, los franceses. En 2014 fueron 626.137, un 6,2% más que el año anterior. Los guías coinciden en que el francés muestra su «charme» de forma espontánea. Son, se dice, los más cultos y los que mejor conocen la historia de España. Quieren ir al Prado, al Thyssen y al Reina Sofía. También a Aranjuez, Alcalá de Henares y San Lorenzo de El Escorial. Se gastaron en la región 400 millones de euros, un crecimiento del 6,9% respecto al año anterior.

El segundo puesto de ese «top ten» lo ocupan los italianos. Nos visitaron 490.036, un 7% más que el año 2013. Su perfil es muy diferente al del francés. Tan mediterráneos como nosotros, a los italianos les encanta el Palacio Real y la plaza de toros de Las Ventas, así como los paseos por el casco viejo. No se van sin comer paella y disfrutar del tapeo. Por media de edad, es el turista más joven que llega a Madrid. Se gastaron 335 millones, un 14,1% más.

Los terceros, con 370.903 almas, son los ingleses. Nos visitaron 370.903 (un 2,5% más que el año anterior) y, a la vista de los datos de la Consejería de Empleo, Turismo y Cultura, viajan tanto por motivos de ocio como por motivos profesionales. No se suelen perder ni una sola feria o congreso. Para los ingleses Madrid es «un destino importante» para las escapadas de fin de semana o «city breaks». Como buenos aficionados al fútbol, procuran no perderse una visita al estadio Bernabéu. Sería injusto no dejar sentado que ellos también acuden para empaparse de cultura y casi siempre pasan por el Prado y llegan hasta Ciudades Patrimonio o Patrimonio Histórico Artístico.

El turismo que más ha crecido es el alemán. Ya se sitúan los cuartos. Vinieron 342.840, un 25% más que un año antes. Es un visitante «exigente y culto» que disfruta en el Madrid de losAustrias y el Mercado de San Miguel. Eligen hoteles céntricos para moverse por la ciudad. Se gastaron 277,5 millones, un 15,5% más que en 2013.

En quinta posición se colocan los turistas portugueses. Nos visitaron 323.935, un 12,9% más. Les atraen la cultura, la gastronomía y las compras pero está creciendo en turismo de negocios. La de ARCO es una de sus ferias favoritas. Ellos se gastaron, en 2014, más de 145 millones.

Dentro de los turistas no europeos, y detrás de los de EE.UU., Madrid es el destino preferido de muchos brasileños: 186.940 visitas en 2014. Muy aficionados a las compras, se dejan ver por Las Rozas Village y por tiendas como las del Real Madrid. ¡Cómo no!.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #391 en: 14 de Abril de 2015, 07:51:15 am »
Madrid / curiosidades de madrid
Las orgías de Ava Gardner y las otras anécdotas del primer maitre del hotel Ritz
silvia nieto @ABC_Madrid / madrid
Día 14/04/2015 - 01.24h

La institución recopila 105 años de memoria de la capital. Mariano Toledo, antiguo primer maitre y ahora jubilado, rescata las experiencias y anécdotas vividas allí
Las orgías de Ava Gardner y las otras anécdotas del primer maitre del hotel Ritz
s.n.

Un nombre que levanta los párpados y empuja la sonrisa de aquellos que le conocen. Con el rostro risueño, la musculatura tensa de los conserjes de un hotel de lujo desaparece. Sus trajes sacados de principios del siglo pasado, con botones dorados y gorra de visera, dejan de ser un uniforme para convertirse en un disfraz.

— Disculpe, ¿ha llegado ya Mariano Toledo?

— ¡Claro! Pasa por aquí.

Allí está. El antiguo primer maitre, máximo puesto de responsabilidad en el hotel, viste americana azul y corbata a rayas. Habla con desenfado y sus gestos sugieren un carácter cercano. Con la soltura de quien camina por su casa, saluda a antiguos colegas, que no pierden la ocasión para manifestar su aprecio.

— El mejor jefe que se puede tener, ¿eh?

El salón principal del Hotel Ritz recuerda al escenario de una película ambientada en el París decimonónico. Los estucos abrigan las paredes y las lámparas, repartidas a lo largo de la estancia, despliegan una luz tenue. Mariano explica que en el pasado el techo estuvo cubierto por cristales de colores. El sol se filtraba a través de ellos y reproducía el efecto fantástico de una vidriera gótica. Sin embargo, su infancia transcurrió en un paisaje muy distinto al de la capital francesa. Originario de Gerindote, un pueblo manchego, nació en 1953. A principios de los años 70 llegó a Madrid. Gracias a Emiliano, un conocido de su tierra natal y por entonces cocinero del hotel, hizo la entrevista para trabajar en la institución. Hoy admite que debe su vida a esa decisión.

El Hotel Ritz es parte de la historia de Madrid y Mariano miembro destacado de su memoria. La capital vivió su construcción, motivada por Alfonso XIII, como un gran acontecimiento. Al monarca le preocupaba la ausencia de un recinto de lujo en la ciudad española, necesitada de un lugar digno de alojar a la nobleza europea de la época. Las obras comenzaron en 1908 y finalizaron en 1910. El 3 de octubre de ese año, el diario ABC narró la inauguración con detalle. Como explicó el periódico, la Familia Real aprovechó para tomar té y recorrer «todas las habitaciones, salones, dormitorios y cocinas», admirada por «el lujo y el confort derrochados».

Las orgías de Ava Gardner y las otras anécdotas del primer maitre del hotel Ritz
Alfonso XIII (a la derecha) durante un acto celebrado en el Hotel Ritz en 1917 Foto: Julio Duque
Desde entonces, las paredes del Ritz albergan las vivencias de los huéspedes que forjaron su historia con un silencio pudoroso, alimentado por la discreción de los empleados y las anécdotas. Felipe Serrano, un antiguo camarero, confesó algunas de ellas en su libro Hotel Ritz. Un siglo de historia de Madrid. Frank Sinatra, una de las voces clave para los Estados Unidos del siglo XX, exigía un piano blanco en su habitación. Ava Gardner también tenía sus excentricidades. La actrizfue expulsada del hotel por sus desmanes con el alcohol y el sexo.

Mariano es un tipo prudente y respeta el pacto de confidencialidad a pesar de su jubilación. Cuando una de las camareras se aproxima, vestida con chaleco y corbata, pide un par de cafés y pastas. Al fondo, la música fluye desde un piano de cola negro y envuelve la conversación.

Tomamos asiento junto a la estatua de Diana, la diosa romana de la caza que preside el salón. El antiguo maitre se apoya sobre los reposabrazos de una butaca acolchada y empieza charlar, con una mirada que vaga por los muros como si fueran las pantallas de su memoria. La efigie nos observa de soslayo, indiferente. Sus ojos helados vieron pasar por la estancia a actores, políticos y otros personajes que marcaron el transcurso del siglo pasado.
Hospital de campaña durante la Guerra

«Cuando llegué tenía 17 años y empecé como aprendiz», arranca Mariano. Recuerda bien a los empleados con los que se codeó en esa primera etapa. En especial a los camareros más mayores, que comenzaron a trabajar antes de la Guerra Civil que estalló en 1936. «Me contaron que durante el conflicto este saloncito sirvió de hospital», explica. Durante aquellos años, Madrid se convirtió en un bastión de resistencia republicana frente a las embestidas de las tropas de Franco. «Había gente de los dos bandos, pero preferían no hablar de política», prosigue, sin entrar en detalles.

Mientras recuerda, un miembro del servicio deposita un par de cafés y una bandeja con pastas sobre la mesa. Con calma, con las manos al ritmo de sus palabras, Mariano toma un sobre de sacarina que vuelca sobre una taza fina, quizá de porcelana. Da un poco de miedo sujetarla. Los azucarillos se acumulan en un recipiente cercano.

Los empleados del Ritz formaban una gran familia, jerarquizada por puestos de responsabilidad y comprometida con la calidad del servicio. «Esto era una escuela de hostelería», señala el antiguo maitre, que sonríe cuando rememora sus primeros errores como aprendiz. Como ese día que llevó un desayuno al lugar equivocado: «Me pidieron que fuera al correo, que era el lugar del hotel donde comíamos los miembros del servicio, pero me confundí y fui al Palacio de Correos de la Plaza de Cibeles».

Mariano admite que nunca fue un tipo tímido y por eso le fue bien. Como en todo oficio que se precie, reconoce que tuvo un buen maestro: Illana, el camarero «dandi». Su voz se entristece al recordar su final. Alcohólico, fue retirado de su puesto y relegado al papel de guarda en una de las entradas del hotel. Años más tarde, murió. Pero su pericia marcó la vida del futuro maitre.

— Siempre iba impecable, muy bien vestido. Cuando llegaba Madame Marquet, una de las dueñas del hotel, servía él. Y también a Franco.

Muchos nombres célebres figuran en el Libro de Oro del Ritz, el listado que enumera a las personalidades famosas que se hospedaron entre sus paredes a lo largo de sus 105 años de historia. Algunos de ellos asoman en los recuerdos de Mariano. Marcello Mastroianni, el célebre actor italiano, «era un dandi». Ava Gardner una mujer «bellísima». Y el que fuera presidente del Gobierno y motor de la transición a la democracia, Adolfo Suárez, un tipo muy «normal». Sus ojos brillan al recordarle. Con una sonrisa, narra lo que le dijo una noche, durante una recepción.

— Me preguntó qué íbamos a cenar y yo le respondí que pescado y luego una crema para rebajar. Él me dijo: «Nada, Mariano, ponme un par de huevos fritos con patatas».

Durante la primera mitad de los años 70 el franquismo se extinguía. Los empleados del Ritz, condicionados por el régimen, servían en un acto que celebraba el inicio de la Guerra Civil en los jardines de La Granja, en Segovia. Las cabezas de la dictadura se reunían el 18 de julio, fecha inaugural del conflicto.

— Allí conocí a Lola Flores y a otras personas de la cultura de la época. Recuerdo que un año empezó a llover y tuvimos que recogerlo todo. Un día complicado.

Pero el antiguo empleado permanece ajeno a valoraciones políticas. Para Mariano, aquellas personas mostraban su rostro más familiar con el trato cercano, con independencia de su trayectoria o ideología. Aunque a veces expresa tensión. Como cuando recuerda el ambiente cuartelario que se apropió del hotel tras la muerte de Franco, en noviembre de 1975. Muchos líderes internacionales se alojaron en el Ritz para asistir al funeral. Entre ellos el dictador chileno Augusto Pinochet y el argentino Jorge Rafael Videla: «Paseaban vestidos de militares y había muchas medidas de seguridad».

Después de revisar el precio de los nuevos menús que ofrece el hotel, Mariano sale al exterior. Como quien se preocupa por la reforma de su casa, fija su vista en los andamios que ahora rodean parte del edificio, y comenta la necesidad de obras.

Nos despedimos en la Castellana, frente a la fuente de Neptuno. Su jubilación parece ficticia.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #392 en: 15 de Abril de 2015, 09:33:36 am »

El crimen que acabó con un molinero enterrado en el despacho de un «hotelito»
ADrián Delgado abc_madrid / Madrid
Día 15/04/2015 - 01.30h
En el verano de 1916 Madrid fue testigo de un impactante asesinato que trajo de cabeza a su brigada de investigación criminal. Manuel Ferrero recibió un hachazo por la espalda


Hotelito en el que se cometió el cruel asesinato de Manuel Ferrero. Arriba el agente García Gómez que resolvió el caso. Abajo el autor de la muerte, Nilo Aurelio Sáinz

Manuel Ferrero Gallego llegó a Madrid con el sueño de adquirir el molino de su pueblo, Pozuelo de Tábara (Zamora) y 100.000 pesetas en el bolsillo que le costarían la vida. Ferrero había quedado en la capital con Nilo Aurelio Sáinz, procurador del Sindicato Nacional Agrícola para negociar su compra. Se hospedó en la célebre posada del León de Oro, en la Cava Baja, a la espera de concertar una cita en la que formalizar el traspaso. Ajeno a su destino, Ferrero estuvo en la capital varios días, recibiendo varias visitas en dicha posada.

El día 6 de junio desapareció sin dejar rastro. Salió de su hospedaje sin decir a dónde iba. Había quedado con el señor Nilo Aurelio en un chalecito de la zona de Fuente del Berro para sellar el acuerdo. Un «hotelito» –así se llamaban en la época a estas construcciones– que, unos días antes, había sido alquilado por el procurador bajo el nombre de «Miguel Sáinz». Allí le esperaban éste y su hijo Federico con unas botellas de sidra para brindar por el acuerdo. Ferrero puso encima de la mesa sus 100.000 pesetas y, acto seguido, recibió un potente hachazo por la espalda que traspasó su cráneo. «Hubo que hacer palanca para sacarlo», explicó la policía a ABC, tras el revuelo que causó la noticia.

Unos hechos que tardarían en conocerse hasta el 27 de agosto. Para no levantar sospecha Nilo Aurelio denunció la desaparición del hombre con el que iba a hacer negocios. Tenía todo planeado. Antes de asesinar al futuro molinero, había pedido permiso al dueño del hotelito para sustituir el suelo de madera del despacho donde se cometió el crimen. Puso todas las facilidades para que nadie pudiera sospechar nada. El mismo encargó el suelo y el cemento con el que tapió la fosa excavada en la habitación para ocultar el cadáver.
Enterrado de cabeza

Ferrero fue enterrado boca abajo. Nilo Aurelio Sáinz y su hijo Federico ataron un saco de arpillera en la cabeza del asesinado. Cavaron un hoyo y metieron el cuerpo de cabeza. Esta estaba a un metro, sus pies a solo 40 centímetros. Lo primero que se encontró la Policía fue una bota. Los trabajos duraron todo un día. Los asesinos se empeñaron en tapiar muy bien la sepultura. Los albañiles contratados para sustituir el suelo lo hicieron ajenos a que debajo había un cadáver. «Apisonaron muy bien el terreno antes de que llegaran los operarios», explicaba la crónica de este diario. Eso sí, pidieron a los albañiles que colocaron el pavimento que sellaran bien las juntas. No querían que saliera el mal olor de la descomposición del cuerpo.

Limpiaron la casa, pero no a conciencia. La Policía encontró manchas de sangre en la carbonera donde escondieron el cadáver antes de cavar la fosa. Limpiaron con ácido sulfúrico algunos muebles manchados y rasparon el suelo de madera para intentar eliminar el rastro del cuerpo sin vida de Manuel Ferrero. El hacha fue encontrada, aún con un filo de sangre, en el horno de la cocina.
El error que les delató

Tenían todo planeado, el señor Sáinz denunció la desaparición y limpiaron la casa... ¿Por qué les descubrieron? Por no saber delante de quién estaban hablando. Padre e hijo mantuvieron una conversación «sospechosa» en un tranvía en el que viajaba también el joven policía de la brigada de barrios Francisco García Gómez. Tiró del hilo hasta encontrar la propiedad en la que se había cometido el crimen y averiguó datos aún más sospechosos. Tras conocer la noticia y ver la declaración de la denuncia de desaparición de Nilo Aurelio Sáinz en la prensa, ató cabos.

La brigada de investigación criminal del célebre y sagaz inspector Fernández-Luna hizo el resto. El procurador del Sindicato Nacional Agrario fue detenido en Logroño y su hijo en Miranda de Ebro. Nilo Aurelio fue condenado a pena de muerte. Francisco García Gómez fue ascendido. El hotelito de la calle Lanuza, 18, ya no existe y en su lugar se levanta un bloque moderno de pisos. En su solar quedará para siempre la historia macabra que sacudió Madrid aquel verano de 1916.


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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #393 en: 16 de Abril de 2015, 16:35:14 pm »

La fuente de reyes y bestias que dio nombre a la calle Fuencarral


vídeo: alfonso f. moreno / texto: m. r. domingo @ABC_Madrid  / madrid 

Día 16/04/2015 - 00.50h
 

Todavía resiste, entre modernos edificios, una ejemplo de arquitectura religiosa dieciochesca. Esta vía peatonal repleta de turistas también es recordada por el crimen que narró Galdós en 1888
 

Peatonal, céntrica, abarratoda de tiendas de grandes marcas y turistas con cámaras colgadas al cuello. Estas pinceladas que definen hoy la calle Fuencarral dista mucho de cómo fue en época de Felipe II, cuando empezó a aparecer en los escritos con entidad propia. A comienzos del siglo XVI, antes de que el monarca nombrara a Madrid capital del reino y de que la población creciera extramuros, el norte de la Villa estaba repleto de bosques surcados por arroyos. Sobre estos terrenos, ubicados entre la Puerta de la Red de San Luis y una de las puertas de la Cerca de Felipe II, es donde se originó el Camino de Fuencarral.

En este pueblo, que en 1950 se anexionó a Madrid, se hallaba una fuente donde paraban los carreteros para que abrevasen sus bestias. Como al lugar donde arribaban los carros se denominaba «carra», se comenzó a nombrar este emplazamiento con la fusión de las dos ideas: «Fuente carra». Y de ahí: «Fuencarral». La existencia de fuentes daba lugar a un asentamiento de población. A principios del siglo XX, todavía existía esta fuente a la que se conocía con el nombre de «Fuente del Concejo».

Como de costumbre las narraciones y comentarios históricos trasmitidos de forma más o menos oral aportan diferentes versiones, entre las cuales se encuentra otra teoría que reconoce también por origen el nombre de una fuente llamada del Real, de la que se surtían los Reyes, que con frecuencia pasaban y aun pernoctaban en este lugar, no pudiéndose precisar en la actualidad cual sería aquella fuente. Lo que está claro es que fue una fuente la que propició que se desarrollara alrededor de esta el pueblo de Fuencarral, que hoy es un barrio más de la capital.

Un humilladero en pleno eje comercial
 
Posteriormente, en el XVII Madrid fue creciendo y la puerta de salida por el norte llegó hasta la actual Glorieta de Bilbao. Allí se ubicó la Puerta de la Cerca de Felipe IV llamada de los Pozos de la Nieve. Entre ambas surgió la calle de Fuencarral, alrededor de la cual se fueron levantando los edificios modernos.

Según la tradición desde tiempos muy antiguos en ese camino existió un humilladero donde se veneraba a la virgen, igual que en otros lugares de entrada o salida de la villa donde los caminantes se detenían a rezar.

Todavía resiste en el número 44 esquina con la de Augusto Figueroa, entre edificios y modernos comercios, este ejemplo de arquitectura religiosa dieciochesca. Esta modesta construcción de ladrillo alberga la Capilla de Nuestra Señora de la Soledad.

Crimen de portada

También es conocida la calle por el crimen que lleva su nombre. El día 2 de julio de 1888 por la mañana, los vecinos llaman alarmados a la policía. En el piso segundo izquierda del número 109 (actual 95). la policía descubre el cuerpo de doña Luciana Borcino, viuda de Vázquez Varela boca arriba, cubierta con unos trapos mojados en petróleo y ardiendo en una habitación cerrada. En una habitación adyacente se encuentra un perro bulldog y la sirvienta Higinia Balaguer Ostalé durmiendo bajo el efecto de un narcótico.

El desenlace e indagación de la policía de la época trajo en vilo a la sociedad española de la época dividida en dos bandos. Este crimen mediático fue uno de los primeros de los que se hizo eco la prensa española llegando hasta los estamentos más altos de la política.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #394 en: 18 de Abril de 2015, 08:29:05 am »

Los diez nombres que ha tenido la Plaza Mayor en seis siglos
s. l. / madrid
Día 30/03/2015 - 01.59h

Diferentes gobiernos que se han sucedido han cambiando la placa a este emblemático lugar. Desde 1940 mantiene el nombre que conocemos
Los diez nombres que ha tenido la Plaza Mayor en seis siglos
isabel permuy

Diez nombres ha tenido la Plaza Mayor madrileña desde antes, incluso, que comenzara a construirse en 1617. Cuando más ha cambiado de placa ha sido en el siglo XIX. En sus orígenes se la conocía como la plaza de la Laguna. Antes de que se construyera nada, allí estaba la Laguna de Luján. En el siglo XV se la conocía como plaza del Arrabal. Se la llamaba así por estar fuera del recinto amurallado de la ciudad.

En 1619 ya se construyó por Juan Gómez de Mora como Plaza Mayor, nombre que mantuvo hasta el XIX. Pero fue entonces cuando la inestabilidad política que dominó el siglo afectó a la forma de llamar a esta emblemática plaza. Recibió el nombre de Constitución (en 1812, 1820, 1833, 1840, 1874 y 1876) y Real (1814, 1826, 1835 y 1874). Con la llegada de la I República en 1873 en un mismo año pasó a llamarse plaza de la República, de la República Federal y de la República Democrática Federal. Ya en 1876 volvió a ser plaza de la Constitución. En 1940 recuperó el nombre actual: Plaza Mayor. Así lo cuenta la periodista especializada en temas de Madrid María Isabel Gea Ortigas en diferentes publicaciones.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #395 en: 22 de Abril de 2015, 08:56:01 am »

El espeluznante «monstruo» que apareció tras vaciar el estanque del Retiro

s.l.@abc_madrid / madrid
Día 22/04/2015 - 01.41h
El animal, de doce kilos de peso y más de un metro de longitud, fue hallado hace catorce años, cuando sacaron el agua


Alcanzada la efeméride del octogenario (e inventado) monstruo del Lago Ness, en Escocia, desde estas líneas se reclama el papel homólogo de las aguas de Madrid y sus inquilinos. Con el permiso de las evidentes consideraciones y reservas, lo cierto es que en el estanque del parque del Retiro, elevado como uno de los mayores atractivos de la capital, se encontró una «criatura» que, dado el contexto, bien podría considerarse la versión castiza de «Nessie».

En su caso, sin embargo, fue bautizada con un nombre más español: «Margarita». Se trató de una gigantesca carpa de doce kilos de peso y más de un metro de longitud que fue hallada en 2001, cuando se vació de agua el recinto. Lenta y torpe en sus movimientos, se abría camino bajo las populares barcas del estanque y entre los cerca de 8.000 peces que habitan en el lugar. La mayoría de estos son carpas, con un tamaño hasta cinco veces menor que la Reina del espacio, aunque también hay peces gato o percasoles. Además, viven otros seres como galápagos o cangrejos.
La «ballena» del Manzanares

En cualquier caso, «Margarita» no es el único monstruo del que puede presumir la capital. Por un lado, Leganés está hermanado con Escocia gracias a «Nensi, el monstruo de Leganés», una escultura que descansa en la fuente de una rotonda de entrada al municipio del sur de Madrid. Como él, la ballena del Manzanares. Aunque Francisco de Quevedo escribió en su día que éste no era sino «un arroyo aprendiz de río», lo cierto es que sobre sus aguas, en las que se quiso construir un puerto marítimo, se creyó que habitaba un cetáceo, pues flotó una barrica de vino que un bodeguero lanzó a la voz de «¡Va llena!».


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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #396 en: 23 de Abril de 2015, 08:37:12 am »
El sanguinario contrabandista y legendario militar que dio nombre a la calle Zurbano
Vídeo: alfonso f. moreno / Texto: m. r. domingo @ABC_Madrid / madrid
Día 23/04/2015 - 03.09h
El New York Times compara esta vía con el «Park Avenue de Manhattan» y la considera uno de los doce mejores sitios de Europa para vivir


Martín Zurbano, el militar liberal progresista riojano que dio nombre a la calle

«El Park Avenue de Manhattan». Así define el New York Times a la calle Zurbano para ensalzarla como una de las mejores doce vías de Europa en la que vivir. Las casas palaciegas, hoteles cinco estrellas y los restaurantes de postín que riegan esta zona, además de su conexión con los principales ejes de interés de la capital lograron encandilar al corresponsal del diario norteamericano en España. «Es una de las pocas calles de Madrid donde te sientes como si estuvieras en una gran capital europea», destaca en su reportaje.

Menos señoriales fueron los orígenes del hombre al que le debe el nombre esta calle. Martín Zurbano –conocido como Martín Varea, por la pedanía riojana en la que nació en 1788– fue un agricultor y contrabandista que se labró una fama legendaria como militar liberal progresista. Comenzó su carrera luchando en la Guerra de Independecia contra las tropas de Napoleón en 1808. Después participó en la resistencia liberal contra los Cien Mil Hijos de San Luis, motivo por el que sufrió duras represalias.

Pidió el indulto, que le fue concedido con la condición de que regresara a su trabajo como agricultor. Una cláusula que cumplió hasta que se desató la Guerra Carlista. En verano de 1835 creó una tropa del bando isabelino conocida como el «Batallón de Voluntarios de La Rioja-alavesa». Su peculiar y sangrienta forma de asaltar a los comandos carlistas comenzó a forjar una leyenda fabulosa en torno a su figura.

Duro. Incansable. Pone en jaque a cuanta tropa carlista sale a su paso. Su táctica consiste en asaltar por sorpresa a pequeños grupos y pueblos opositores. Trae la esperanza al bando liberal cuando captura a numerosos oficiales , incluido el general Velastegui. Pronto es ascendido y alabado por el general Espartero. Cuando termina la contienda obtiene el grado de Mariscal de Campo, ya que su participación en la toma de Morella fue clave. También interviene en los sucesos previos al bombardeo de Barcelona de diciembre de 1842. Sitia al ejército sublevado de Prim en Reus y acaba por tomar la ciudad.

Mientras Espartero es regente de España, el renombre de Zurbano entre los altos mandos militares no deja de aumentar. Sin embargo, no goza de tal prestigio entre la tropa. Los soldados cansados de su despotismo deciden abandonarle antes de llegar a Madrid. Su tropa se une a la de Ramón María Narváez y con ello se da por finalizado el gobierno progresista de su protector.

Tras varios años en el exilio, en 1844 regresa a la Península para apoyar a Espartero en una nueva rebelión. Según pasan las horas se va percatando de que no conduce a nada aquel arrebato. Por ello, decide refugiarse en los montes de Cameros, en La Rioja. Finalmente lo encuentran escondido, según distintas fuentes, en la casa de un fiel amigo, en un corral a las afueras de un pueblo o en una cueva. El 21 de enero de 1845, junto a sus dos hijos, Benito y Feliciano, es fusilado en el muro del Monasterio de Balbuena, en Logroño.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #397 en: 25 de Abril de 2015, 08:05:23 am »

El señorito Anglada, el ladrón de niños que atemorizó a Madrid a principios del siglo XX
Adrián DELGADO abc_madrid / MADRID
Día 25/04/2015 - 02.21h
El inspector Fernández-Luna, conocido como el «Sherlock Holmes madrileño», logró detener a un joven que elegía a sus víctimas en las tortuosas calles del centro de la capital


El «señorito Anglada» posa junto a un agente para el ABC, tras ser detenido el 13 de marzo de 1913

Manuel Domínguez tenía un peligroso don. Sabía ganarse la confianza de los niños en pocos minutos. Su juventud –tenía 18 años– le ayudaban en su tarea. Primero los abordaba en algún rincón de las tortuosas calles del centro de la capital donde las criaturas jugaban ajenas a su mala suerte. Después, les convencía con buenas palabras para que le dejaran participar en el juego. Tras unos instantes, cuando ningún adulto pudiera verles, el conocido como «señorito Anglada», tornaba su sonrisa en una macabra mueca y desvalijaba a sus inocentes víctimas.

El ladrón, de origen cubano, dejaba atemorizados a los niños. Sus descripciones eran tan imprecisas que la policía no lograba dar con él. Durante años campó a sus anchas por la ciudad creando una gran alarma entre las familias. Los bulos multiplicaron el miedo entre los padres e incluso se llegó a comentar que el caco «cazaba» a sus víctimas con un lazo cuando trataban de huir.

Su primera reseña llegó cuando tan solo tenía doce años. ABC llevó a su página de sucesos la fechoría. «El cabo de la Guardia Civil de la Comandancia del Sur, detuvo ayer, y entregó á la Comisaria de la Inclusa, a José Almazán, de doce años, y a Manuel Anglada Domínguez, de la misma edad, porque hace un mes aproximadamente cogieron a un hijo del referido cabo, llamado Francisco, lo metieron en un portal y, después de quitarle la ropa que llevaba puesta, le llenaron la boca de papeles para que no pudiera gritar y luego le maltrataron», informó este diario el 3 de agosto de 1907.
El sagaz inspector Fernández-Luna

Tuvo que pasar un lustro para que el «señorito Anglada» volviera ser detenido, pero no por ello dejó de robar a los niños. Tras su pasos estaba la figura de un brillante inspector de policía, Ramón Fernández-Luna. Era el jefe de la Brigada de Investigación y su sagacidad a la hora de resolver casos le valió el apodo del «Sherlock Holmes madrileño». Enmarzo de 1913, el caco mantuvo en jaque a los agentes durante tres noches.

En la calle del Príncipe, le robó una bufanda a un chico. Después se dirigió a la calle Jardines para vender la prenda a un cochero por «poco dinero». Previamente, había atracado a otros dos menores en la calle de la Abada y a una niña en la calle Segovia. La Policía detuvo a un cartero por estos hechos por su parecido físico con el autor de los robos. «El jefe de investigación dio órdenes terminantes para que los agentes a sus órdenes continuasen las pesquisas en averiguación del paradero del señorito Anglada», informó ABC un día después de su detención.

Esta se produjo después de vender la bufanda que robó en la calle del Príncipe. Tras ello, se fue al teatro Novedades donde actuaba su hermana como corista. Al regresar, a la una y media de la madrugada, fue capturado en la calle Montera por los agentes García Larrús, González Viñas y Martínez Sánchez. Interrogado por los hombres de Fernández-Luna se declaró autor de todos los robos. Aquella noche acabó en los calabozos del juzgado de guardia y su foto, publicada al día siguiente en ABC, puso rostro al «ladrón de niños» de Madrid. Días después, comenzaron a llover las denuncias contra él por robos similares.

Nueve años después otra información publicada en ABC demostraba que, pese a haber encontrado un oficio –el de fotógrafo–, seguía siendo aficionado a robar a los niños. El 6 de marzo de 1922 fue nuevamente detenido, en El Rastro, por robar el gabán a unos menores. Es la última referencia que aparece con su nombre en la hemeroteca.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #398 en: 28 de Abril de 2015, 08:26:34 am »
La calle del Espejo, el bastión de la defensa musulmana que debe su nombre a un error de traducción


I. s. c.@iserranoc / madrid

Día 28/04/2015 - 01.15h
 
A medio camino entre el Palacio Real y la Puerta del Sol, en la vía se conservan restos de la segunda muralla de Madrid, construida en el siglo XII

La calle del Espejo, el bastión de la defensa musulmana que debe su nombre a un error de traducción

A medio camino entre el Palacio Real y la Puerta del Sol, a espaldas de la calle de la Escalinata, encontrará una estrecha y agradable vía, reliquia de la historia de Madrid, que debe su nombre a un error de traducción que se ha mantenido vigente e impasible durante siglos. El origen de la calle del Espejo, que nada tiene que ver con sus reflejos, remite a la época en la que los musulmanes ocupaban la ciudad.

Con el objetivo de avistar los posibles acercamientos del enemigo, cristiano en este caso, los moros edificaron diferentes atalayas en el perímetro construido de Mayrit, que entonces era el nombre de la hoy constituida como capital. Así, en la actual ubicación de la calle se levantó una de éstas gigantescas torres, que en latín se denominaban «specula». Igualmente, por este punto pasaron tanto la primera muralla de Madrid, del siglo IX, como la segunda, levantada en el XII y de la que todavía hoy se conserva una parte; un torreón semicircular sobre el que se ha trabajado posteriormente.

De vuelta a su nombre, la designación del Espejo obedece a una confusión entre «specula» y «speculum». Debido a la antigua posición de la atalaya, en la reconquista cristiana de Madrid se conservó el primer término latín para distinguir la zona, pero fue en la posterior traducción cuando se mezclaron los significados. Aunque espejo en latín es «speculum», un error en la fecha consideró que el significado era «specula», con el consiguiente bautizo de la calle, que quizá debiera llamarse calle de la Atalaya.

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Re:Pongamos que hablo de Madrid
« Respuesta #399 en: 30 de Abril de 2015, 07:59:44 am »

El republicano que escapó de prisión en un ataúd el día antes de que lo fusilaran

carlos hidalgo@carloshidalgo_ / madrid
Día 30/04/2015 - 01.08h
Francisco González Rebollo protagonizó una de las fugas más espectaculares de la prisión de Yeserías y fue uno de los primeros maquis muertos en la posguerra
El republicano que escapó de prisión en un ataúd el día antes de que lo fusilaran


Francisco González Rebollo

Francisco González Rebollo apenas tenía 24 años cuando murió abatido a tiros por la antigua Guardia Civil en los Montes de Toledo. Hasta allí había llegado semanas antes tras protagonizar una de las fugas más peculiares que se recuerdan de la posguerra.

Encarcelado en la antigua Prisión de Yeserías de Madrid, estaba condenado a muerte. Pero el día anterior a su ejecución se las apañó para escapar, metido en un ataúd.

Ayer se cumplieron 75 años de su muerte, junto a otro maquis llamado Julián Muñoz, en una emboscada tras ser delatado por una vendedora a la que había comprado comida unas horas antes. El célebre guerrillero José Manzanero, a cuyo grupo se acababa de unir, recordaba con cariño en sus memorias que a «El Rebollo», como era apodado, lo mataron «por glotón».

Francisco González Rebollo, natural de Freguenal de la Sierra, (Badajoz), era militante del PCE. Fue teniente de Artillería durante la Guerra Civil y formaba parte de la batería que hundió el buque Castillo de Olite durante la sublevación casadista en Cartagena. Al final de la guerra cayó prisionero, cuando su hijo apenas tenía unos meses.

Esa detención también fue de película. Cuando la Guardia Civil irrumpió en su casa de la zona de Atocha, escapó por los tejados, saltando de azotea en azotea, en dirección a la estación.

El Foro por la Memoria de Guadalajara ha localizado su lugar de enterramiento y realizará en breve un homenaje a los dos republicanos. Carmen González, sobrina de Francisco González Rebollo, así como su padre Manuel González, hermano de la víctima, acudieron expresamente desde Sevilla para localizar sus restos. Estaban enterrados extramuros del cementerio de un pequeño pueblo.