Cuando yo estudiaba el bachiller tenia un profesor que nos decia: "no se pueden sumar peras con manzanas, o transformamos todo en peras o transformamos todo en manzanas", se referia a que para poder operar en cualquier ciencia exacta lo primero que hay que hacer es igualar las magnitudes con las que trabajamos, en este tema creo que pasa lo mismo, no se puede, desde concepciones morales, todas ellas muy repetables puesto que la moral es una cuestión puramente personal y cada uno tiene la suya basada en su educación y en sus creencias, pretender hacer un analisis de una legislación en materia de interrupción del embarazo, ya que el principio básico de cualquier ley es general, por lo tanto, cualquier ley debe de regular los comportamiento generales, independientemente de cual sea la moral de los ciudadanos a los que va dirigida, por esto no se puede hacer una crítica desde la moralidad sobre la injusticia o la justicia de la norma y no se pueden hacer juicios morales donde la ley ya ha entrado a regular, haciendo caer una culpa, basada en una determinada moralidad, sobre la mujer que adopta la decisión de interrumpir su embarazo. Por todo esto, y desde mi respeto hacía todas las ideologías religiosas y hacia todas las morales que emanan de ellas, yo lo que digo es que se respete también la decisión de una ley de plazos para la interrupción del embarazo, que quien no este de acuerdo con esta práctica que no la utilice, pero que si una mujer toma esa decisión, seguramente muy dolorosa e importante en su vida, no se la culpe por ello desde cocepciones morales que quedan al margen de la letra de la ley. Hace ya tiempo que en las sociedades occidentales se ha superado que las normas jurídicas se basen en dogmas religiosos, no así en otras culturas donde quien ostenta el poder religioso copa todo el poder ya que de ahí emana tanto el poder politico como el judicial, pero eso no es así ya en Espa?a, afortunadamente, tenemos una Constitución que nos proclama como estado laico y aconfesional con su correspondiente separación de poderes, entonces, quien tiene la capacidad para legislar que lo haga, y que lo haga al margen de los poderes religiosos, sean de la religión que sean, ya que las normas son únicas e iguales para todos, por eso, discutir aspectos o posiciones basadas en concepciones laicas y cientificas y pretender colocarlas en el mismo plano que las concepciones morales religiosas es simplemente imposible, es como lo de sumar peras y manzanas, por eso, no cabe ni acuerdo ni discusión posible. Son mundos diferentes con parametros e ideas distintas, donde no cabe que una ley religiosa regule un mundo laico, ya que esas normas pertenecen a la esfera de lo intimo y las normas generales admiten la objeción de conciencia para evitar el conflicto. Que haya una ley de plazos no obliga a nadie a interrumpir el embarazo, ofrece una posibilidad de hacerlo a quien no le suponga un conflicto moral y permite no acogerse a esa decisión y seguir con su embarazo adelante a quien su moral no le permita interrumpirlo. Ambas decisiones son correctas y respetables.