SPP
UN AGRAVIO MÁS. UNA DISCRIMINACIÓN EVIDENTE
Circular Nacional Informativa nº. 91/2010
El reto que, desde la perspectiva de la seguridad, suponía la visita del Papa Benedicto XVI a dos ciudades españolas ha sido superado de forma absolutamente satisfactoria por las Fuerzas de Seguridad del Estado
Sin duda, la parte más importante del dispositivo que ha garantizado la seguridad del Papa ha sido organizado por el Cuerpo Nacional de Policía. Es probable, sin embargo, que las imágenes más comúnmente recordadas sean las de diferentes calles de Barcelona repletas de agentes de la Policía de la Generalidad que cubrían el recorrido del papamóvil desde la plaza de la Catedral hasta la Sagrada Familia.
Todos estos policías han sido retribuidos por su Gobierno con una cantidad aproximada de 20 euros por hora de servicio, habiéndose establecido en 13 horas la jornada extraordinaria por la cual se percibe esta cantidad.
Consideramos absolutamente razonable esta retribución extraordinaria, atendiendo a la prestación de un servicio no habitual en un día festivo y que implica una responsabilidad importante para quienes lo ejecutan.
Del mismo modo, no llegamos a entender cómo nuestros compañeros en Santiago de Compostela y en Barcelona no han percibido ningún tipo de compensación económica por su actividad laboral, realizada con la misma eficacia que la de la Policía Autónoma de Cataluña y en forma mucho más eficiente, puesto que se han conseguido los resultados perseguidos mediante la utilización de muchísimos menos recursos humanos.
La protección integral de Su Santidad ha sido una responsabilidad directa del Estado Español pactada directamente con el Estado del Vaticano. El Papa, además del líder espiritual de cientos de millones de personas, es un Jefe de Estado y, por ello, su seguridad en España corresponde a la administración general del Estado.
Es por esto que los cargos superiores y directivos del Ministerio del Interior han estado involucrados en la misma. Es por esto que la supervisión del dispositivo global de seguridad, por ejemplo en Barcelona, correspondió directamente al Comisario General de Seguridad Ciudadana.
Es por esto que nuestros compañeros han participados en diferentes reuniones o juntas de seguridad para coordinar y establecer los últimos detalles relativos a la protección integral del Pontífice. Es por esto que, durante muchos días, sus horarios de trabajo han sido extraordinariamente extendidos, especialmente intensos, particularmente estresantes.
Sin embargo, no han percibido ni un euro extra por su dedicación y compromiso fuera de lo que deberían ser sus jornadas habituales de trabajo.
Si a eso añadimos que, hasta donde podemos conocer, ninguna Autoridad del Estado ha reconocido el esfuerzo del Cuerpo Nacional de Policía en la impecable ejecución del dispositivo de seguridad al que nos venimos refiriendo en este escrito, como sí lo ha hecho el Presidente de la Generalidad de Cataluña en carta dirigida al Comisario Jefe de Mossos d’Esquadra y difundida a todos los integrantes de este colectivo policial, puede entenderse que algunos de nuestros compañeros hablen de “discriminación” y de “agravio” en relación a cómo somos tratados y atendidos por nuestros propios superiores.
El Cuerpo Nacional de Policía es un referente mundial en la organización de dispositivos de seguridad y protección. A pesar de la amenaza terrorista que desde hace 50 años se proyecta sobre nuestro país, es lo cierto que la ejecución de estos dispositivos, desde el más complejo, como el de las olimpiadas de 1992, hasta el más sencillo, se ha realizado siempre de forma absolutamente eficiente. Así va a seguir siendo en los próximos años. Al menos, mientras nuestra organización asuma estas responsabilidades.
Sin embargo, algunas cosas deben cambiar, como el hecho de que debe remunerarse la prestación de servicios extraordinarios, como lo hacen el resto de policías adscritos a otras administraciones públicas. Así vamos a exigirlo en los próximos días ante los responsables de la seguridad pública de nuestro país.
Finalmente, vamos a ver si este cambio puede producirse de forma inminente ya que, para el próximo fin de semana está prevista una reunión de jefes de Gobierno y de Estado de la región euromediterránea en Barcelona. La prestación extraordinaria de servicios ya ha comenzado para muchos de nuestros compañeros, la tensión puede ir aumentando en los próximos días, las prisas comenzarán a apoderarse de algunos que transmitirán órdenes que deberían haberse cumplido antes de ser enunciadas.
Como parece que, a pesar de las preocupantes noticias del G20 y de los indicadores económicos que nos refieren que nuestra economía no se encuentra aún en fase de recuperación, el dinero vuelve a fluir con alegría desde las arcas del Estado hacia la administración autonómica catalana en cumplimiento de lo establecido en el Estatuto de Autonomía, confiemos en que todos aquellos que realicen jornadas laborales más allá de los ordinariamente establecido sean convenientemente compensados.
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Madrid, 12 de noviembre de 2010
EL COMITÉ EJECUTIVO NACIONAL