Tratamiento Policial de los delitos contra la Seguridad Vial

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Autor: D. Miguel Ángel Paredes Porro, Subinspector del Cuerpo Policía Local de Mérida.

Teléfonos de contacto: 699222874 / 924330138

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Obra registrada en el Registro Territorial de la Propiedad Intelectual ME-153-2009, 25/11/2009

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Presentación del Autor:

A nadie se le escapa que la prosperidad de una comunidad viene fuertemente determinada por sus gestores en sentido lato, por su movilidad, por la seguridad de sus desplazamientos, por un sistema de responsabilidad eficiente, por perfiles solventes de una calidad de vida de sus vecinos y por un sistema que garantice la alícuota parte de responsabilidad de los infractores.

En el abordaje integral de los “Delitos contra la Seguridad Vial” se produce una profunda y al mismo tiempo necesaria reforma para dar respuesta a la preocupación social por el creciente aumento de la accidentalidad y las consecuencias de índole social, mediática, sanitaria, económica, judicial, policial y sobre todo familiar que acarrean las víctimas de la siniestralidad vial en nuestro país cuya respuesta no se ha hecho esperar en esa reducción de la accidentalidad.

De lo anterior se infiere que, previa la competencia exclusiva del Estado por disposición del artículo 149.1.21 de la Constitución Española en materia de tráfico y circulación de vehículos a motor, de la Comisión no Permanente de Seguridad Vial y Prevención de Accidentes de Tráfico del Congreso de los Diputados, del Consejo Superior de tráfico y seguridad de la circulación vial y de la sociedad civil en general, se hayan acentuado la inclusión de tipos delictivos penales así como el establecimiento de procedimientos ágiles en el orden administrativo como el novedoso procedimiento sancionador en materia de tráfico por Ley 18/2009, de 23 de noviembre y en el penal configurándose así la piedra angular de sustento a la Ley Orgánica 15/2007, de 30 de noviembre, que modifica el Código Penal en materia de seguridad vial.

Así las cosas, el manual que hojea en sus manos fruto de una trayectoria profesional dedicada a la ardua tarea de servicio a los demás en la que he intentado conjugar la experiencia con la formación, los consejos con las recomendaciones y la lógica con la abundante normativa actual que no en vano execra, algunas veces, nuestra ingente labor de celo profesional, trata de aunar los criterios válidos que los operadores jurídicos competentes establecen para una efectiva persecución de los ilícitos contra la seguridad vial estableciendo el modus operandi correcto en la confección de los atestados ya que la labor policial no acaba con el trabajo de investigación sobre el hecho concreto investigado, sino que hay que convalidarlo -por los órganos jurisdiccionales competentes- al objeto de que en el acto del juicio oral tenga la eficacia probatoria necesaria con todas las garantías legales que nos permita obtener una sentencia condenatoria por lo que toda la pericia policial, tanto formal como de contenido material, será poca si tenemos en cuenta el bien jurídico tutelado.

El compendio se estructura en tres partes bien diferenciadas, la primera engloba tres epígrafes que tratan de justificar su nacimiento y extensión esto es, una profunda pero, a su vez, necesaria reforma, las cuestiones comunes previas comisivas de los tipos penales y aspectos policiales y procesales imbuidos en los delitos contra la seguridad vial; la segunda, compuesta de ocho capítulos, justifican los tipos de los artículos 379 al 385 del Código Penal y la tercera; de seis capítulos, traza un arco que realza cuestiones conexas imprescindibles para la operativa policial como la intervención con menores, víctimas, el atestado policial, posición de las Fiscalías e infracciones administrativas inherentes culminando con cinco Anexos relacionados.

Es pretensión del breviario una referencia de consulta al objeto de dinamizar el colectivo operador en los delitos contra la Seguridad Vial en el que todos sus miembros, sin excepción, desafíen su actividad diaria en la confianza de que obran con el respaldo legal necesario, con la articulación de servicios suficientes y la vertebración de los medios a su alcance para lograr sus objetivos y desechar cualquier temor que les pueda infundir o generar inhibición ya que la esencia de un servicio público se incardina en la satisfacción de sus necesidades con respuestas expeditivas, convincentes e inequívocas que comporten la proximidad, el auxilio, la prevención y la ayuda, corolario de las normas reguladoras de los delitos contra la Seguridad Vial.

Compañero ahí tienes, no sé si con acierto o no, la presente Guía con el objeto de que la utilices como cónyuge de viaje y de fatiga y si en algún momento tuvieras que hojearla, ojala no, recuerda que quien te ha hecho consultarla, nuestros clientes, nos están enseñando a enseñar, nos están formando, pues no olvides nunca que detrás de una consulta, una pregunta, una intervención o un simple guiño, se esconde el atavío de una persona, nuestro espejo social.

Finalmente quiero significar que si en algún momento, situación o circunstancia, alguien ha encontrado refugio en este manual me halaga, sintiendo el objetivo cumplido, ya que los que hacemos de nuestro modus vivendi un servicio social el proceso formativo dura, incluso, las veinticuatro horas siguientes a morir y qué duda cabe que morir, sin paliativos, luchando día a día por ser mejores servidores públicos, es arriesgarse a vivir. ¡Arriésgate y lucha! ferviente servidor, obtendrás tu recompensa.

Opinión de:

D. Pere navarro olivella, Director General de Tráfico.
Ilmo. Sr. D. Pedro Fernández Mora, Magistrado-Juez.

Actualmente, en nuestro país, los accidentes de circulación son una de las principales causas de muertes y lesiones -sin contar con las desgracias familiares derivadas- sobre todo entre los jóvenes. Es evidente pues que se precisa un impulso por parte de los legisladores en la adopción de normas concretas y eficientes que palien en lo posible tal lacra, normas que posteriormente habrán de encontrar una aplicación práctica desde el punto de vista policial, judicial, asistencial y educacional.

Esa apuesta necesaria se está jugando de forma firme hoy día mediante el dictado de resoluciones abundantes en la materia, tanto administrativas como penales, principalmente dirigidas a conseguir en esencia un mayor respeto y educación de todos a la hora de ponernos en disposición de conducir un vehículo, lo que ha conseguido disminuir la siniestralidad en porcentajes ciertamente esperanzadores.

Nuestro Código Penal alude a los delitos contra la seguridad vial en los artículos 379 a 385, esto es, en apenas siete preceptos. Sin embargo, ese articulado en apariencia conciso y claro, se viene a desarrollar en multitud de disposiciones cuya localización no es del todo sencilla, además, la aplicación práctica de los preceptos arroja múltiples dudas, dificultades y detalles que conviene conocer por todo aquél que en mayor o menor medida tiene encomendadas funciones de garantía o tutela de dichas normas.

Desde ese punto de partida es clara la necesidad para todo operador policial y jurídico de contar con un material que en la medida de lo posible venga a facilitar el hallazgo de ese abanico de resoluciones administrativas, judiciales, casos prácticos, etc., en un único lugar que proporcione claridad en su estudio y comprensión.En esta obra su autor consigue ese nada sencillo propósito, aunando no sólo disposiciones o sentencias, sino analizando de forma detallada los problemas prácticos que ofrece día a día la seguridad vial y ofreciendo un material indispensable para agentes de policía y resto de personas que se relacionen con la materia y pretendan un conocimiento global y preciso de esta cuestión lo que sin duda es reflejo de la experiencia y preparación de su autor y de un trabajo arduo y minucioso de recopilación y análisis.

En mi opinión esta obra está llamada a convertirse en instrumento indispensable para dar una respuesta efectiva y eficiente -policial y judicialmente- a un problema tan actual como doloroso en ocasiones cual es el ya mencionado de la seguridad del tráfico.
Por ello, por el esfuerzo, dedicación y profesionalidad en la exposición de esta materia mi más sincera felicitación al autor por un trabajo realmente completo y magistralmente efectuado.

Opinión de:

D. Diego yebra Rovira, Fiscal Delegado de Seguridad Vial de Badajoz.

Tradicionalmente se ha luchado contra la inseguridad vial desde tres frentes, el vehículo las infraestructuras y el conductor. Diferentes estudios achacaban a los dos primeros un porcentaje inferior al 20% del total de los siniestros viales, por lo que se difería a los conductores la responsabilidad en más del 80%.

Una vez que, a finales del siglo XX, las infraestructuras y los vehículos alcanzaron cotas óptimas de seguridad -siempre mejorables y por ello no se detiene la evolución de la técnica en esos campos- diferentes sectores entendieron que la lucha en el siglo XXI se debía dirigir hacia los conductores. En consecuencia, a nivel Europeo se han endurecido las políticas preventivas y retributivas contra estos; todos los países han incrementado las respuestas administrativas y sobre todo penales contra las infracciones viarias y sus responsables (establecimiento del carnet por puntos, reformas del Código Penal, de la Ley de Seguridad Vial y del Reglamento General de Conductores). Medidas legislativas de gran dureza que han tenido una repercusión clara e inmediata, la reducción del número de fallecidos y heridos graves a niveles de los años 60, y por ello se han alcanzado los objetivos propuestos en el Libro Blanco de 12-9-2001 y en los Programas de
Acción Europeos de Seguridad Vial.

Pero, volviendo la vista atrás y profundizando en la lucha contra la siniestralidad vial, hay un factor que no siempre se ha tenido en cuenta para evitar los muertos, el factor institucional, o sea la implicación comprometida y decidida de todos los organismos públicos y privados que pueden o deben aportar soluciones y medios en la lucha por salvar vidas. Fueron las asociaciones de víctimas quienes hace más de una década generaron el punto de inflexión, diciendo basta ya de impunidad, vamos a luchar contra los terroristas viales, no podemos consentir que dirigir nuestro vehículo por una vía pública sea una lotería con un premio trágico.

Y en respuesta a sus reivindicaciones, todos los agentes implicados en la seguridad vial reaccionaron. Y, una gran muestra de ello, es este compendio que ahora tenemos el honor de presentar; su título es clarificador y elocuente “Tratamiento policial de los delitos contra la seguridad vial”. Evidencia la implicación que se quiere conseguir de los agentes encargados de la Seguridad vial, escrito por un experimentado y formado responsable en la Policía Local, funcionarios que son quienes más cerca se encuentran de cada drama que conlleva un siniestro y los que tienen que dar las primeras soluciones, de atención a la víctima y de persecución del infractor o en su caso delincuente.

No es un manual más, ha sido escrito por alguien que conoce de primera mano los problemas en la instrucción de los atestados y que ha reunido ordenadamente las soluciones que las leyes, y posteriormente los tribunales, han dado a las cuestiones que la práctica genera. No se limita a transcribir normas y sentencias, sino que haciendo un estudio detallado, delito por delito, aporta los datos precisos para que todos los agentes que tengan que instruir un atestado conozcan a primera vista la normativa que se aplica, las diligencias a practicar y que deben constar en el atestado para que se pueda dictar una resolución condenatoria, o en su caso diferir el tanto de culpa a la vía administrativa, y proporciona para cada caso el tratamiento policial, de la Fiscalía y Judicial existente en la actualidad. Todos los operadores jurídicos podemos aprender mucho de lo escrito, al ser una novedosa aportación, y si bien no se puede ocultar que han aparecido otros compendios -citados por el autor- el diferente tratamiento que le da, exponiendo de manera sencilla y al alcance de cualquier ciudadano la configuración de los delitos contra la seguridad vial, hacen de esta obra que sea altamente recomendable.

Y si hasta la fecha la reducción de los accidentes de tráfico en carretera ha sido espectacular, no podemos dejar de ver que hay un enorme y negro lunar, la falta de implicación de los ayuntamientos en la lucha contra la inseguridad vial, por lo que esta vasta obra de un subinspector municipal, debe hacernos pensar que
también en el ámbito local empieza a moverse la conciencia ciudadana para hacer de nuestras ciudades un sitio para pasear y convivir en paz, sin estrés, nunca para guerrear por problemas de circulación.

Enhorabuena al autor y a todos los que nos beneficiaremos de su trabajo, porque sé que nadie nos agradecerá el hecho de que haya un muerto menos en carretera, ya que no sabemos a quien le iba a tocar, pero lo que sí sé, es que una familia menos que lo tenga que recordar y llorar es satisfacción suficiente para mi y para ti con nuestro trabajo continuar.

Opinión de:

D. Francisco Paredes Porro, Inspector del cuerpo policía local Mérida.

Búsqueda sin retorno de inquietantes soluciones para la Seguridad Vial Avatar de un Subinspector único e inigualable. Los seres humanos, por naturaleza, estamos sometidos a un sistémico complejo evolutivo de la razón. Normas, comportamientos y conductas evolucionan a una velocidad de vértigo, la sociedad nos empuja a un laberíntico tobogán que desciende y asciende vertiginosamente camino de un destino incierto.

Miguel Ángel con maestría y profesionalidad ha sabido conjugar y aunar la anterior reflexión; normas, comportamientos, conductas, velocidad, camino, destino... plasmándolo en este valioso documento de investigación judicial, cuya aplicación práctica nos conduce a velar por la Seguridad Vial de todos los ciudadanos.

Tu dedicación, tu experiencia, tu esfuerzo, tu capacidad de investigación, tu sentido de la responsabilidad, tu búsqueda inquieta y constante de servir al prójimo, sacrificando tu tiempo libre, tu salud, tu familia nos demuestra que tu legado "TRATAMIENTO POLICIAL DE LOS DELITOS CONTRA LA SEGURIDAD VIAL" es la herramienta perfecta para que policías, magistrados, fiscales y abogados puedan ejercer sus funciones con absoluta garantía de ayuda, auxilio y justicia que el ciudadano demanda.

Gracias compañero, recibe el abrazo orgulloso de tu hermano que siempre ha creído en tu imparable proyección humana y profesional. Enhorabuena máquina!!!

P.D. "Para ser el mejor hay que estar rodeado de los mejores".


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