Un vecino de Cartaya denuncia a alto mando de la Policía por “hacer uso de su autoridad” para hacerle la “vida imposible”
14/08/2014 21:10
Un vecino de Cartaya, Juan Luis Pereira García, y su esposa, Mónica Revuelta Cortés, interpusieron el pasado 10 de agosto una denuncia ante la jefatura de la Policía Local de Cartaya contra un alto mando de ésta (L.D.P.) por el “acoso que viene padeciendo” y por “hacer uso de su autoridad como jefe del Cuerpo de la Policía Local de Cartaya, poniendo a disposición a los miembros del Cuerpo y utilizando información por su cargo” para hacerle “la vida imposible a mi familia y a mí, impidiendo llevar con normalidad la vida de mi familia y mía”, de quien también se da la circunstancia de ser su vecino en la calle Gerión de la ciudad costera.
Así se recoge en la denuncia, a la que ha tenido acceso VIVA, en la que los denunciantes afirman que vienen sufriendo esta situación desde “hace aproximadamente 12 años, ya que “todo comenzó los primeros días en que ocuparon su vivienda (enero 2001)”.
Desde entonces, afirma igualmente Juan Luis Pereira en la denuncia, ha sido objeto hasta de “chantajes” por parte de L.D.P., y de numerosas acciones de “acoso”, siempre “haciendo uso de su posición profesional” y de su “uniforme”.
En este sentido relata que, por ejemplo, el primer desencuentro se produjo en los primeros días en que ocuparon su vivienda de la calle Gerión, número 12 (la del alto cargo policial denunciado es el número 10 de la misma calle, según recoge la denuncia), cuando L.D.P. “vestido con el uniforme de jefe de la Policía Local llamó a mi puerta y me advirtió que no encendiera la chimenea ya que su mujer padecía asma y le molestaba el humo. Dado que “llegaban nuevos al lugar y por temor al uniforme accedieron a lo solicitado” hasta que se percataron, con “sorpresa” de que L.D.P. “se dedicaba a llevar a cabo barbacoas en el patio interior de su domicilio”.
Según relata también el denunciante en su testimonio, el asunto llegó al extremo de que, por ejemplo, “entorno a 2003 y coincidiendo con el nacimiento de nuestra hija, venía habitualmente a nuestro domicilio vestido de uniforme a ordenarles que callaran a la niña porque al perecer les molestaba mucho”. A lo que alega que “nosotros reconocemos que nuestra niña en aquella época era un tanto llorona pero que esta circunstancia formaba parte de los normal de un bebé de meses de vida y que quedaba fuera de nuestra potestad el controlar el llanto de un bebé”.
Según también refleja la denuncia, en otra ocasión, concretamente en 2004, L.D.P. “comenzó a hacernos visitas a nuestro domicilio de manera habitual y sistemática vestido con el uniforme de jefe del Cuerpo de la Policía Local para advertirnos que no podíamos tener tantas visitas de nuestros familiares en nuestra propia vivienda ya que eso era denunciable ante el Juzgado de Guardia porque las visitas legalmente venían en los estatutos municipales y no podían superar el cuarto de hora”.
Igualmente el denunciante atestigua que la mujer de L.D.P. “se dirigió a mi esposa y le ordenó” en 2002 “de mala manera y con muy malos modos” que quitara la música de un “transistor de mano pequeño” mientras realizaba el raspado y pintado de la fachada exterior del domicilio conyugal de la calle Gerión, 12, y que “si no lo hacía avisaría a su marido para que vinieran a denunciarla”, a lo que añade que “efectivamente al lugar llegaron de manera inmediata dos policías locales a decirle que apagara el transistor, que su jefe se lo había ordenado. Esta circunstancia se dio en varias ocasiones durante toda la tarde hasta que al final tuve que quitar la música”.
“Las compañías de televisión y de teléfono, dado el gasto de reparaciones, mano de obra y desplazamientos, desistieron de prestarnos el servicio” asegura el denunciante, ya que tras contratar en 2004 el canal local de televisión por cable, “cada vez que L.D.P. llegaba de trabajar vestido de uniforme, me rompía los cables que pasaban por su fachada argumentando que por su fachada no pasaba ningún cable, igualmente nos ocurría con el cableado de teléfono”. Esta situación, prosigue la denuncia, “se repitió durante muchos meses sin saber quién podía ser,, hasta que un día lo presenciamos y a partir de ahí lo siguió haciendo hasta en nuestra misma presencia”.
En el verano de 2004, reza la denuncia “y como ha sido habitual desde que empezamos a vivir en nuestra vivienda, L.D.P. se dedica a llamarnos al orden vestido con el uniforme de jefe de la Policía Local cada vez que llegaba de trabajar a las 15.00 horas de la tarde por llevar a cabo el valdeo (limpieza) con agua potable y limpia de mi fachada para refrescar y limpiar de polvo dada las altas temperaturas de la citada época del año”. Un asunto por el que incluso “amenazó con pegar dos ostias a mi esposa, motivo por que yo me tuve que meter en medio y calmar los ánimos, teniendo que meternos al interior de nuestra vivienda y cerrando la puerta”.
Incluso asegura José Luis Pereira en la denuncia que fue objeto en una ocasión de “chantaje” cuando en el verano de 2011, para evitar problemas con el vecino por el asunto de la chimenea, construyó una nueva y “a partir de ahí -prosigue- de nuevo comenzó el conflicto con L.D.P. que, vestido de uniforme y en presencia de un técnico de Obras del Ayuntamiento” le propuso: “si me firmas ante notario en un plazo no superior a 20 días la propiedad a mi favor de la medianera de tu vivienda, a mi dejará de molestarle el tema de la chimenea, en caso contrario te denunciaré y haré todo lo posible para quitártela”.
Por otra parte asegura en la propia denuncia que “a raíz de todos estos acontecimientos, lo hemos intentado denunciar en el Juzgado de Paz y en la Guardia Civil, aunque nunca prosperó porque en todos estos organismos me dijeron que primero hablara con el alcalde ya que se trataba de un problema con el jefe de la Policía Local, y éste es el máximo responsable en el Ayuntamiento”. No obstante asegura que en 2013 “fuimos a hablar con el alcalde (Sr. Juan Polo), y éste nos dijo que lo hablaría con él, que le ordenaría que de uniforme no fuera más a nuestra casa bajo ningún concepto, aunque no podía garantizar que no tomara represalias de paisano”.
Finalmente asegura que en el mismo día de la denuncia ha recibido la presencia de una pareja de la Policía Local en sui domicilio por el volumen de la música, “aunque los propios agentes reconocen en el lugar que la misma no molesta en absoluto, aunque sí me toman los datos para realizar la orden de servicio”. Al respecto, concluye el denunciante “también puedo manifestar que pude oír como L.D.P. realizaba la llamada telefónica ordenando a la policía que se personara en mi domicilio para que quitara la música, en caso contrario, que me pusiera la correspondiente denuncia”.