. . . yo creo que no es una cuestión de querer o no querer, sino más bien de legalidad o ilegalidad y sobre todo de engaños, de que un sindicato quiera vender un imposible para arañar unos cuantos votos . . . de lo que se trate es de que tengáis los pies bien asentados en el suelo y que no os vendan humo, porque el humo ciega . . . y al final, cuando se disipa, solo quedan lagrimas en los ojos . . .