OCHO MESES DE INVESTIGACIÓN
Detenido un policía nacional de Zaragoza por el crimen de un vecino en Nicasio Pérez
El juez le deja en libertad con cargos 48 horas después de su arresto en la capital aragonesa
La investigación sobre el crimen de la calle Nicasio Pérez, ocurrido a mediados del mes de noviembre, dio un giro inesperado durante el pasado fin de semana. Las pesquisas llevadas a cabo durante los últimos ocho meses desembocaron este domingo en la detención de un policía nacional destinado en Zaragoza como presunto autor de la muerte a puñaladas del vecino del barrio de San Juan por motivos, según todos los indicios, de carácter sentimental.
El agente, una vez arrestado por sus compañeros en la capital aragonesa, fue trasladado a Valladolid para prestar declaración en la Comisaría de la calle Gerona antes de pasar a disposición del juez de guardia, que acordó dejarle en libertad con cargos, según confirmaron ayer fuentes de la investigación. El motivo de esta decisión radica, al parecer, en la ausencia de pruebas físicas contra el sospechoso dado que nunca se encontró el arma homicida –un cuchillo de grandes dimensiones–, huellas o la riñonera de la víctima que el autor del crimen se llevó, en apariencia, para simular un robo fortuito.
Esta última hipótesis fue descartada o, como mínimo, aparcada unos meses después.
Las fuentes consultadas apuntan, eso sí, a que la investigación y los indicios recabados hasta la fecha por los agentes apuntan al sospechoso como posible autor material. El caso, sin embargo, continúa abierto a la espera de que surjan nuevas pruebas. El juez, entre tanto, acordó dejar en libertad al agente, que está destinado en la Comisaría de Delicias de Zaragoza, al considerar que no existe riesgo de fuga.
Una relación del pasado
Los policías encargados del caso barajaron desde un primer momento la hipótesis de un robo que salió mal y sus posteriores pesquisas les pusieron sobre la pista de un posible crimen vinculado a una relación del pasado con una expareja del ahora detenido de por medio sin que hayan transcendido más detalles sobre este extremo. Lo cierto es que ese, al parecer, fue el detonante que pudo provocar que víctima y sospechoso se conocieran y que tuvieran algún tipo de encontronazo previo días antes de los hechos ocurridos el pasado 21 de noviembre.
Con esa hipótesis de trabajo se produjo la identificación del único detenido hasta la fecha por este crimen, un veterano agente de más de 50 años, una edad similar a la del fallecido, R. A. S., que contaba con 54 años.
La víctima, que residía en la misma calle Nicasio Pérez en la que perdió la vida, salió a primera hora de la mañana de aquel 21 de noviembre rumbo a su coche, estacionado en las inmediaciones de San Juan. Eran las 8:05 horas. Justo al llegar a la altura de su Toyota Yaris fue abordado por un hombre encapuchado y armado con un cuchillo, mantuvieron una breve discusión y, según confirmó después la autopsia, no pudo pudiera defenderse.
Todos los indicios, al menos entonces, apuntaban a un robo. Los testigos señalaron después que escucharon a la víctima gritar un «toma, cógelo, llévatelo», en alusión a la riñonera en la que llevaba la cartera, antes de lanzar una lacónica petición de «socorro». El agresor cortó la cinta de la bolsa, que solo contenía 30 euros –la víctima sufrió dos cortes en el estómago–, y asestó dos certeras puñaladas en el pecho. La primera penetró por debajo del corazón y la segunda, mortal de necesidad, alcanzó este órgano.
Persecución infructuosa
El vecino de Nicasio Pérez cayó desplomado y el agresor, que llevaba el rostro cubierto por una braga y una capucha, emprendió la huida a pie. Un agente de paisano que se encontraba en las inmediaciones presenció parte de la secuencia e inició una persecución infructuosa al perderle unas calles más allá. Las grabaciones de los bancos cercanos forman parte de las pruebas recopiladas hasta ahora por los agentes.
El arma homicida nunca pudo recuperarse y tampoco la riñonera que contenía los 30 euros que, en un principio, hicieron que las investigaciones apuntaran a un robo.
El caso continúa abierto a la espera del hallazgo de nuevas pruebas o testimonios que sostengan una posible acusación contra el único sospechoso, por ahora, que ha pasado por los calabozos policiales. La última palabra sobre el crimen de Nicasio Pérez la tendrá el juez.