Los vecinos del poblado gitano de Puerta de Hierro conviven con el miedo. Los niños "se desvelan en mitad de la noche soñando que una grúa está derribando su casa". En cualquier momento, temen que unos golpes en la puerta les anuncien que deben abandonar su casa porque va a ser derruida. Con esta carga viven unas 57 familias, alrededor de 300 personas, en el poblado, situado en la carretera de la Coruña en el cruce con la M-30.
A las siete de la tarde, la gran mayoría de las familias se preparan para acudir al "culto", una casa que han adecuado para que funcione a modo de iglesia evangelista, religión que profesa la gran mayoría de las familias del poblado.
El bar, un establecimiento que lleva más de cincuenta años siendo el centro de reunión del poblado, agrupa a todos los vecinos que se reunen para jugar a las cartas, el futbolín o ver un partido de fútbol.
El Ayuntamiento de Madrid, a través de la Junta Municipal del distrito de Moncloa-Aravaca, ha ordenado el desalojo de varias de las casas en dos ocasiones tras realizar inspecciones en algunas de las viviendas y decretar que no eran habitables. Los vecinos recuerdan con indignación cómo se realizaron los primeros derrumbes.
"Vinieron a las 7 de la mañana, cuando las madres vestían a sus hijos para ir al colegio", nos cuenta Mercedes, la portavoz y representante del poblado que les ha puesto en contacto con una abogada y que se encarga de acudir a cuantas instituciones haga falta en su nombre para tratar de solucionar su situación.
"Sin avisar a las familias, se presentaron en sus casas pidiéndoles que saliesen porque las iban a derribar, no pudieron más que recoger sus cosas y salir", afirma.
Se derribaron seis viviendas en esa ocasión. "Seis familias quedaron en la calle", asegura. "Ahora esas familias están viviendo en casas de familiares o incluso en la escuela que tenemos aquí", continúa Mercedes. Se refiere al prefabricado que el propio ayuntamiento construyó y que utilizan para que los niños reciban clases de apoyo por las tardes, "con una profesora puesta por el Ayuntamiento", concluye.
El segundo intento de derrumbe, que tuvo lugar el 28 de octubre, tal y como narra Mercedes, "fue más fuerte". "Todos los vecinos salieron de sus casas y montaron una línea que la policía no podía traspasar", relata.
Ella, que ayudó a los vecinos, recuerda los momentos que vivieron: "Utilizamos todos los coches, furgonetas y camiones para taponar la entrada. De repente aparecieron hasta los GEOS y embistieron contra los gitanos mayores, lo que desencadenó una batalla campal porque para ellos las personas mayores son sagradas".
De este modo, consiguieron evitar el derribo y aseguran que "harán lo mismo cada vez que vuelvan". Desde el Ayuntamiento informan que, de momento, no está previsto proceder al desalojo del poblado.
Seis familias en la calle
Una de las reivindicaciones de los vecinos del poblado, a través de su representante, es dar una vivienda a las seis familias que fueron desalojadas ya que, según nos aclara Mercedes, "todas las familias que viven en el poblado están censadas por el Ayuntamiento y poseen una placa del Consorcio de población marginal, lo que les da derecho a una vivienda de la Empresa Municipal de la Vivienda".
El problema, tal y como asegura la portavoz de las familias del poblado, es que "esas seis familias no han recibido su vivienda y el Ayuntamiento, en algunos casos, se niega a darlas".
"Una de las personas a la que derribaron su casa pidió saber dónde estaba la orden judicial y le dijeron que se la darían cuando tiraran la casa. No la tenían, así que el derrumbe era ilegal" cuenta Mercedes, que recuerda que la abogada que gestiona sus demandas está luchando porque a esas seis familias desalojadas se les dé una vivienda. De hecho, "una de las desalojadas ya ha ganado la demanda y ahora le tienen que dar una casa", afirma.
En el poblado buscan los motivos por los que el Ayuntamiento quiere desalojarlos. "Nos pusieron luz, agua y hasta una escuela, estamos todos censados, ¿Por qué nos quieren echar ahora?", se pregunta uno de los vecinos.
"Hemos encontrado censos del poblado desde 1961, todas las personas que viven aquí están censadas y los niños, inscritos en colegios de este mismo distrito", insiste Mercedes, "¡Si hasta viene la ruta del colegio a recogerlos!", exclama.
Los niños, la principal preocupación
Y es que tanto para la portavoz del poblado como para sus propios vecinos, lo más importante es la situación en la que viven los niños de esas 6 familias desalojadas. "Una de las niñas de una familia desalojada esta siendo tratada psicológicamente porque desde el desalojo ha pegado un bajonazo en el colegio", asegura Mercedes. "Además, se desvela por la noche creyendo que van a tirar su casa", concluye.
Entre sus reivindicaciones está que el Ayuntamiento se interese por el estado de los menores de las familias desalojadas. "Hemos llevado el caso incluso al Defensor del menor de la Comunidad, porque estos niños no pueden estar sin un techo en el que vivir", sentencia la portavoz del poblado.
Tres de esas familias se han visto obligadas a vivir en la escuela del poblado, en total 13 personas que han perdido su vivienda a pesar de que, según su portavoz, "tienen su placa del Consorcio de población marginal pero el ayuntamiento no les da una vivienda", afirma indignada.
Los vecinos esperan con impaciencia que su situación se solucione. Muchos de ellos, nacidos "en el barrio", como ellos mismos dicen, no entienden porqué ahora el ayuntamiento quiere echarlos. "Si no nos quieren dejar vivir aquí. Que nos den por lo menos una vivienda", concluyen.
Los GEO
Y también Los SWAT y Delta Force no te digo.......
