La inseguridad deja el centro de la capital y se desplaza al sur
Carabanchel y Puente de Vallecas ya son los dos distritos más peligrosos.
Juntos acaparan más de un tercio de las actuaciones policiales.
Los vecinos denuncian hurtos, atracos, reyertas...
O.FRAILE. 10.10.2011
Del centro a los barrios del sur. Esa parece ser la ruta que ha seguido la inseguridad en la capital este último año. La almendra central siempre se ha considerado como el distrito más peligroso y el que concentraba la mayoría de las actuaciones policiales. Sin embargo, estos últimos meses Carabanchel y Puente de Vallecas le han quitado el puesto, tal y como constatan los datos del Consistorio madrileño, los agentes de la Policía Local y los vecinos.
"En Centro siempre se juntaba todo, pero desde hace unos meses los barrios con más movimiento son Carabanchel y Puente de Vallecas", afirma Francisco Horcajo, agente y secretario del CSIF en la Policía Local.
Echando mano a informes del Ayuntamiento se ve que, mientras la actuaciones relacionadas con las personas (hurtos, broncas, reyertas...) a cargo de la Policía Local han aumentado un 4,7% en toda la ciudad (de 9.509 intervenciones en 2010 a 9.956 en 2011), en Centro estas se han reducido un 41,35%: de 1.256 a 895. Carabanchel (1.786 actuaciones en 2011) y Puente de Vallecas (1.451) son ahora los distritos más peligrosos. En ambos la inseguridad ha aumentado un 17,35% y un 35,23%, respectivamente. Juntos acaparan más de un tercio de todas la acciones policiales (3.237, el 32,5% del total).
Reclamación vecinal
Según el Ayuntamiento de Madrid, esta escalada en el número de intervenciones se debe a la mayor presencia de policías: "Era una reclamación vecinal", explican fuentes del Consistorio. La bajada de la delincuencia en Centro se ve como fruto de las distintas medidas emprendidas para mejorar la seguridad, como las cámaras de vigilancia o la mano dura contra el botellón.
Las cámaras de vigilancia y la mano dura al botellon, razones para la bajada de la delincuencia, según el Ayuntamiento Sin embargo, muchos vecinos no piensan igual. «Nosotros sí notamos más delincuencia», aseguran desde la asociación de vecinos de San Isidro Carabanchel Bajo. "Por aquí pasan los mismos agentes. Hacen lo que pueden, pero no es suficiente. Estos meses a alguien le ha dado por quemar los bancos del parque. Ya llevan diez", afirma Mariano Monjas, portavoz de la asociación los Pinos de San Agustín (Puente de Vallecas). Antonio Martínez, presidente de El Parral Alto del Arenal (Puente de Vallecas), tiene la misma visión: "Hay broncas constantes. Llevamos un año con problemas y la presencia policial es escasa", afirma.
Para Roberto Barbeito, sociólogo, este cambio se debe a que "cada vez más, el centro se está quedando como un punto de recepción turística. Los barrios periféricos, más abandonados, ofrecen también más anonimato y su población es más vulnerable a los actos criminales".
"No hay día que no pase algo"
"Que nadie diga lo contrario, porque es mentira. Aquí llevamos un año en el que no hay día que no pase algo. Ahora está de moda robar colgantes, no sé si será por las tiendas de ‘compro oro’... ", asegura José Juan Redondo, presidente de la asociación de vecinos de Diego Velázquez (Carabanchel). Él y otros residentes del barrio han querido denunciar el clima de inseguridad que viven juntándose en un parque de la zona donde se suelen suceder hurtos. Juan Hernández es uno de ellos. Hace unos días le robaron la cartera en el autobús de la línea 35, que pasa por Carabanchel, "no es la primera vez", asegura. Y es que la parada del bus del barrio parece ser uno de los sitios preferidos de los cacos para cometer sus fechorías. Tomás Velasco también sufrió un hurto hace unos días, en la línea 118, y a la mujer de Luis Barrio le arrancaron la cadena mientras subía a otro. "De la fuerza, cayó al suelo. Ahora tiene que ir con escayola", dice.
Está de moda robar colgantes y collares de oro Peor aún es la suerte de Pablo Delgado. Acababa de dar de baja al seguro de su joyería porque iba a cerrarla en unos pocos días para jubilarse. En ese tiempo, unos ladrones aprovecharon para entrar en su establecimiento y llevarse una manta entera de cadenas y medallas. No pudo recuperar el dinero. "Ni que lo hubieran hecho aposta", se lamenta