doble drama de la familia de Rosa
El cadáver de la alcantarilla de Pinto es el de la mujer desaparecida en Villaverde
El hermano de la mujer arrojada en una alcantarilla era un «cogotero» que murió de un tiro al intentar robarle 24.000 euros a un policía en Parla
El «crimen de la alcantarilla», como se conoce ya al asesinato de Rosa Dina Velasco Valdizán, cuyo cadáver apareció el lunes en Pinto, es el último capítulo para una familia azotada por las muertes violentas. Su hermano, Luis Samuel, murió en Parla en 2006, tras recibir un tiro en la cara por parte de un policía local al que intentó robar 24.000 euros. Mientras, la investigación por el crimen machista de Rosa continúa adelante, y se sospecha que su pareja podría haber huido a la República Dominicana.
Luis Samuel salió de Perú cuando tenía 17 años. En España, residía en la calle de Eduardo Minguito (Villaverde), junto a su madre y hermanos, todos ya con nacionalidad española, entre quienes se encontraba Rosa Dina, la mujer encontrada en la alcantarilla. Pero su estancia en nuestro país no fue nada apacible. Hasta el 29 de mayo de 2006, cuando, sobre las dos de la tarde, vio cómo un policía local de paisano salía de un BBVA de Parla con una gran cantidad de dinero. Iba acompañado de un compinche, con el que supuestamente había dado más palos como «cogotero»: asaltaba a personas que salían de entidades con reintegros en efectivos para robarles de manera violenta.
El agente portaba 24.000 euros y el ataque le cogió por sorpresa. Luis Samuel era un joven de gran corpulencia e intentó agarrarle por el cuello. Pero el policía sacaba fuerzas de flaqueza y no se dejaba amedrantar. Ya en el suelo, le dieron patadas por medio cuerpo, hasta que el funcionario, según relató, temiendo por su vida, tomó su pistola y disparó varias veces. Uno de los disparos destrozó la cara de Luis Samuel, que quedó tendido en plena calle en medio de un gran charco de sangre.
La versión dada entonces por los testigos corroboraba de alguna manera la del policía. Oyeron cómo uno de los delincuentes le gritaba al otro: «¡Mátalo! ¡Mátalo!».
A tenor del historial delictivo del hermano de Rosa, no se había adaptado bien a nuestro país. Le constaban antecedentes policiales por un intento de homicidio, hurto, robo, tenencia de armas, falsedad documental, robo de vehículo e infracción de la Ley de Extranjería.
Interrogado el hermano
Quien no se buscó la muerte fue su hermana Rosa Dina, nacida en Perú en abril de 1969. La Policía Nacional y la Guardia Civil siguen investigando su muerte, enmarcada dentro de la lacra de la violencia de género. Se sospecha que su novio, presunto autor del crimen, ha escapado a su país de origen, la República Dominicana, y hay una orden internacional de detención contra él.
Los agentes han interrogado a su hermano, por si podría arrojar luz sobre lo sucedido. Le constaba una personación judicial y se presentó voluntariamente. También investigan si el sospechoso contó con algún tipo de ayuda para trasladar el cadáver desde su casa de Pinto a la alcantarilla donde fue hallado un mes después.
Todo apunta a que aquel 25 de enero, cuando Rosa y su novio quedaron para estar juntos, él presuntamente la golpeó en la cabeza. La relación que mantenían desde hacía unos dos años era de ida y vuelta. Luego, solo o con ayuda de algún conocido, trasladó el cadáver a la alcantarilla, donde permaneció hasta que el lunes unos operarios lo hallaron.
Ayer por la mañana se confirmaba la identificación del cuerpo, gracias al cotejo del ADN, puesto que estaba tan descompuesto, que era irreconocible.
El brutal crimen ha sacudido a la opinión pública, también a la prensa peruana. El consejero de Asuntos Sociales, Salvador Victoria, se lamentaba de lo ocurrido en su cuenta de Twitter: «TOdos debemos condenar este crimen machista, y los primeros los hombres. Las mujeres deben saber que la inmensa mayoría de los hombres repudiamos estos hechos, y que si sufren violencia nos tienen a todos a su lado».