Una «ciudad bajo la ciudad» de 5.000 kilómetros vigilada por la policía
En Madrid hay "una ciudad bajo la ciudad", con casi 5.000 kilómetros de galerías que en algunos lugares son amplios y están señalizados y en otros son angostos, oscuros y huelen mal, y que la policía nacional recorre habitualmente.
La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, durante el recorrido que ha hecho hoy por la red de alcantarillado de Madrid - Foto: J. FDEZ. - LARGO
19 Abril 12 - Madrid - Efe
La delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, se ha adentrado hoy con los jefes de la Sección Operativa de Subsuelo de la Policía Nacional en dos puntos de esta red, a los que ha accedido desde el Paseo del Prado ataviada, como se preceptivo, con un mono impermeable de color blanco, botas altas y casco.
Madrid cuenta con 4.780 kilómetros de galerías y colectores subterráneos, de los que 1.530 son visitables y 3.250 son de difícil acceso o no se pueden transitar, y en los que la policía se adentra una media de veinte veces diarias para prevenir la comisión de delitos y revisar las redes de suministro que discurren bajo tierra.
En 2011 la Sección Operativa de Subsuelo de la Policía Nacional realizó 7.619 servicios, de los que 4.588 tuvieron lugar en el entorno de centros oficiales, 1.902 se centraron en la vigilancia de itinerarios y actos oficiales, y 1.159 fueron servicios especiales relacionados con bancos, joyerías y peleterías. En 2012 el ritmo es más intenso, y ya se han llevado a cabo 1.913 servicios.
El inspector jefe de esta unidad, Carlos Losa, ha explicado tras acompañar a Cifuentes en la visita que, además de vigilancias y revisiones, sus agentes son alertados cuando saltan alarmas en bancos y comercios, como por ejemplo ocurrió el pasado 9 de abril en una sucursal de la avenida de la Albufera, a la que los ladrones accedieron por una galería subterránea.
En los últimos diez años, esta unidad ha intervenido en nueve butrones practicados desde el subsuelo, normalmente por "verdaderos profesionales" que conocen las zonas, ya que de otra forma es muy difícil adentrase en ellas sin perderse o sufrir un percance.
También han realizado labores de salvamento de personas, como ocurrió el pasado 17 de febrero, cuando dos poceros que trabajaban en un edificio del centro de la capital inhalaron gas cianhídrico cuando estaban dentro de un pozo y resultaron intoxicados graves.
El inspector jefe ha explicado que uno de los peligros a los que se enfrenta su unidad es precisamente la inhalación de gases, para lo que llevan equipos de detección de monóxido de carbono, metano y de falta de oxígeno.
La delegada del Gobierno ha conocido hoy la realidad de este trabajo en dos inmersiones realizadas en el paseo del Prado, una junto al Museo del Prado, que da acceso a un colector, y otra cerca de la Bolsa que da paso a una galería.
Tras descender una distancia equivalente a cuatro pisos por unas estrechas y empinadas escaleras, Cifuentes ha comprobado que se trata de "lugares muy estrechos, resbaladizos, con extraños objetos en las paredes y completamente a oscuras, donde hay agujeros y tuberías, por lo que es fácil caerse", ha relatado.
Tras pisar aguas fecales, con su correspondiente hedor, y encogerse para pasar por algunos puntos de un colector, Cifuentes se ha dirigido a una galería, en una zona más amplia e iluminada. Aquí ha podido comprobar cómo son las canalizaciones del agua, la luz o el gas que esconde el subsuelo de Madrid.
"Afortunadamente, como estoy acostumbrada a meterme por todos los sitios, arriba y abajo, claustrofobia no tengo, ni me dan miedo los animales... es más, creo que algunos animales ya casi tienen miedo de mí", ha bromeado Cifuentes al ser preguntada sobre si había sentido claustrofobia o miedo durante su visita.
Ha incidido en que se ha sentido muy segura acompañada por los responsables policiales y ha elogiado "el excelente trabajo del Cuerpo Nacional de Policía que, aunque muchas veces no se ve, incluso están debajo de nosotros trabajando para que estemos seguros".