Una medalla policial en entredicho
La Policía Nacional condecora a un oficial de la Local imputado por presunto acoso laboral a una sargento, porque «no les consta»
20.10.10 - 03:08 - GONZALO DÍAZ-RUBÍN | OVIEDO.
El pasado día 4, la Jefatura Superior de Policía de Asturias celebró su festividad de Los Ángeles Custodios entregando 35 medallas al mérito policial con distintivo blanco. Una de ellas, al intendente de la Policía Local Manuel Antonio Secades Fernández, pese a que, según fuentes cercanas al caso, está imputado, junto a otros dos mandos y dos agentes del servicio municipal, por presunto acoso laboral a una compañera, la entonces sargento interina a cargo del departamento de Violencia de Género, Mercedes García.
A la Policía Nacional «no le consta» la denuncia, explicaron fuentes del cuerpo. La medalla, explicaron las mismas fuentes, le fue concedida al intendente de la Policía Local en mayo del año pasado, pero «desde Madrid se suspendió cautelarmente por su imputación», por lo que no la pudo recoger en la festividad de 2009. «Este año no tenemos ninguna confirmación ni ninguna notificación de que siga en esa situación, por lo que se le ha entregado».
Mérito policial «clandestino»
Las distinciones policiales se regulan por un viejo decreto que se remonta, en su primera redacción, a 1944. El procedimiento habitual, explicaron desde la Jefatura asturiana, es, además de distinguir a los propios agentes, consultar con ayuntamientos, Guardia Civil y otras administraciones que
colaboran «estrechamente» con el Cuerpo Nacional de Policía. En las conversaciones con el Ayuntamiento ( con la Concejalía de Seguridad Ciudadana) propuso el nombre de este funcionario, «que reunía todas las condiciones y se le concedió la medalla». Aunque el reglamento sea viejo, una circular interna más reciente prohíbe condecorar a personas que estén imputadas. La medalla se entregó este año «porque ahora no nos consta», insistió la Policía Nacional.
Para Alonso Álvarez, delegado del Sindicato Independiente de Policías Locales de Asturias (SIPLA) en Oviedo, «es una condecoración clandestina y poco transparente, al margen de los problemas judiciales que tenga». En un escrito a la concejala del área, el sindicato protesta por «haberse enterado por la foto de la prensa» de la concesión de la medalla a Secades y pregunta «cuáles son los méritos» que le hacen acreedor de la misma, «cuando hay otros compañeros que han salvado vidas en la calle».
La entonces sargento interina denunció, primero ante el Ayuntamiento, y luego ante la justicia, que desde hacía casi una década soportaba «vejaciones con connotaciones sexuales» por parte de varios mandos y agentes de la Policía Local.
El expediente municipal concluyó, en 2008, que podía existir «un presunto acoso personal y profesional continuado por parte de otros funcionarios municipales adscritos a la Policía Local», y también que se había boicoteado presuntamente la labor del servicio de Violencia de Género que dirigía García. El trámite se paralizó a la espera de la resolución judicial. Curiosamente, la Jefatura Superior de Policía condecoró el mismo día que a Secadas al instructor del caso, el juez Ángel Sorando Pinilla, a quién la Fiscalía encomendó el esclarecimiento del caso.