Vecinos y policías en el barrio de Lavapiés: ¿quién acosa a quién?
Los residentes se dividen entre los que rechazan los "excesos" de los agentes y los que reclaman la necesidad de las patrullas.
Los vecinos se han amotinado en dos ocasiones contra la Policía.
Decenas de personas obligan a la Policía a salir de Lavapiés.
Vuelven a increpar a la Policía mientras detenía a un presunto traficante.
MARIO TOLEDO. 14.07.2011
Los ánimos en Lavapiés están caldeados. En la última semana, los vecinos se han amotinado en dos ocasiones contra la Policía: primero, cuando intentaron identificar al senegalés Ablaye Seck tras colarse en el metro; y, el martes, cuando los agentes detuvieron a otro africano que trapicheaba con droga. En ambos casos, la Policía acabó marchándose del barrio ante la protesta ciudadana.
Los vecinos, indignados, presentan a la Policía como "acosadores de inmigrantes". Pero otra gran parte de los residentes creen que el barrio necesita patrullas constantes para reducir su conflictividad. Claudio, un joven treintañero del barrio que vivió las dos protestas contra la Policía, da en el clavo: "Hay excesos policiales que no deberían ocurrir, pero esto tampoco se puede convertir en un barrio sin ley. Unos se quejan de la falta de vigilancia, y otros, del exceso de control policial. Las dos posturas son radicales, hay que encontrar un equilibrio entre ellas".
El 15-M ha caldeado el ambiente y saltan a la mínima Lavapiés presenta las dos caras de la moneda. Por un lado, es un barrio multicultural, lleno de vida. Por otro, hay quejas por tráfico de droga, gritos y peleas. Los vecinos llevan años pidiendo más patrullas para reducir conflictos. Ahora, temen que las protestas de los indignados los ahuyenten. "Sí, vigilan mucho, pero no lo veo exagerado. Es su labor, hay que cortar la delincuencia", dice un camarero de la plaza.
Aunque, en ocasiones, el control sobrepasa los límites: "Es una zona conflictiva y la Policía da seguridad. Que se metan con la droga, bien. Pero también van detrás de los negros que venden sus collares y se buscan la vida como pueden, sin hacer daño a nadie", apunta Ana.
"Las redadas racistas crispan"
El origen de las protestas ciudadanas en Lavapiés está en la identificación de los inmigrantes por parte de la Policía. "Hay cansancio, la gente está harta de la persecución a los extranjeros, saben que son redadas racistas y eso crispa mucho", dice Silvia, de la Asociación Sin Papeles. En cambio, la Policía cree que "se está exagerando mucho, el 15-M ha caldeado el ambiente y saltan a la mínima, pero los agentes hacen su trabajo", sostienen en la Jefatura.