Autor Tema: En el país de las libertades  (Leído 277093 veces)

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2700 en: 07 de Junio de 2020, 20:02:05 pm »

Uno de los oficiales involucrados en la muerte de George Floyd tenía varios antecedentes penales antes de ingresar a la Policía


Publicado:
6 jun 2020 10:31 GMT
A pesar de alegar durante el juicio que solo llevaba cuatro días en el cuerpo de Policía cuando ocurrieron los hechos, el agente en cuestión servía desde hace varios años en las fuerzas del orden.
Uno de los oficiales involucrados en la muerte de George Floyd tenía varios antecedentes penales antes de ingresar a la Policía
Thomas Lane.
Hennepin County Sheriff's Office/Handout / Reuters
Thomas Lane, uno de los cuatro agentes que detuvieron a George Floyd, tenía antecedentes penales, se desprende del base de datos de la Justicia de Minesota.

En total, Lane ha sido juzgado y declarado culpable seis veces. Concretamente, en 2001 fue condenado por dañar una propiedad y obstruir un proceso legal; en 2004, por conducir con exceso de velocidad; y en 2007, por una fiesta ruidosa. Además, entre 2015 y 2018 fue declarado culpable de impedir el tráfico con su vehículo y dos veces por aparcar sin pagar.

Cuando solicitó convertirse en cadete Lane tuvo que responder a un cuestionario en el que debía especificar sus antecedentes penales en los últimos 10 años. No obstante, las autoridades de Mineápolis, aunque divulgaron el documento, no hicieron públicas algunas respuestas, entre ellas las referentes al historial delictivo de Lane, por considerar que esa información es de carácter personal.

Al mismo tiempo, el formulario muestra que, a pesar de ser novato en la Policía, Lane había servido varios años en las fuerzas del orden público. Así, entre mayo de 2017 y mayo de 2018 fue ayudante de oficial de libertad condicional. Sobre sus funciones en ese puesto indicó que incluían "la supervisión del movimiento diario de internos menores de edad a la escuela, las comidas y las actividades".

Dos de los cuatro policías involucrados en la muerte de George Floyd eran novatos
Dos de los cuatro policías involucrados en la muerte de George Floyd eran novatos
Desde octubre de 2017, trabajó como oficial de correccionales juveniles, donde debía "supervisar directamente a los residentes de alto riesgo de 17 a 20 años en un módulo de vivienda y crear una programación estructurada para ellos".

Lane, que participó en la detención de Floyd, fue despedido de la Policía de Mineápolis y está acusado de ayudar e incitar al asesinato involuntario en segundo grado, además de ayudar e incitar al homicidio involuntario en segundo grado. Durante una audiencia judicial, su abogado, Earl Gray, aseveró que el ya exagente solo llevaba cuatro días como policía cuando ocurrieron los hechos que provocaron la muerte de George Floyd, pero sin embargo el expediente de Lane indica que este se unió al Departamento de Policía de Mineápolis en febrero de 2019 y se convirtió en oficial de pleno derecho en diciembre.


Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2701 en: 08 de Junio de 2020, 07:05:31 am »

Los antecedentes de la Policía en EEUU complican el reto de su transformación
Mientras la administración Obama trató de aprobar tímidas reformas para limitar la impunidad de la violencia policial, el presidente Trump las ha desmantelado
Oliver Laughland
07/06/2020 - 21:01h

Racismo, brutalidad policial y una desigualdad histórica: las razones que empujan a miles de personas a manifestarse en EEUU

En Ferguson, Missouri, el cuerpo sin vida de Mike Brown yació cuatro horas en la calle después de que un policía blanco le disparara seis veces. Los testigos dijeron que murió después de levantar las manos en señal de rendición.

En la ciudad de Nueva York, un policía blanco inmovilizaba a Eric Garner con una maniobra prohibida agarrándole del cuello. Garner le dijo que no podía respirar hasta en 11 ocasiones antes de morir.

En Cleveland, Ohio, Tamir Rice, de 12 años, jugaba en la nieve con una pistola de juguete una mañana de invierno cuando un policía blanco le disparó y lo mató.

En 2014, todas estas muertes ocurrieron con cuatro meses de diferencia. Desarmados y en situaciones que nunca debieron suceder. Sus muertes pertenecen a un ciclo de brutalidad estatal que se repite año tras año y generación tras generación.

En 2015 los muertos serían, entre otros, Tony Robinson, Eric Harris, Walter Scott, Freddie Gray, William Chapman y Samuel DuBose. Que esos nombres se hayan borrado de la memoria colectiva no es más que un síntoma de la crisis que sufre Estados Unidos.

En 2016 me senté a hablar con Samaria Rice, la madre de Tamir Rice. Elegimos un banco en un parque, muy cerca del lugar en el que lo mataron. Su lamento no dejaba resquicio para la duda. "Cuando me entero de estos asesinatos siento que el Sobierno echa sal sobre una herida abierta y que no va a cicatrizar". En aquel momento se refería a Alton Sterling y Philando Castile, ambos asesinados por la policía con 24 horas de diferencia pocos días antes de nuestra conversación.

Ahora, en 2020, le ha llegado el turno a George Floyd, un hombre de familia de 46 años, descrito como leal defensor de su comunidad que murió después de que un policía blanco de la ciudad de Minneapolis le asfixiara con la rodilla en el cuello durante casi nueve minutos. Murió en la misma zona que había muerto Philando Castile. Sus últimas palabras fueron las mismas que las de Eric Garner: No puedo respirar.
Un grupo de personas participa en una protesta después del toque de queda cerca del lugar donde fue arrestado George Floyd en Minneapolis, el pasado 1 de junio de 2020

Un grupo de personas participa en una protesta después del toque de queda cerca del lugar donde fue arrestado George Floyd en Minneapolis, el pasado 1 de junio de 2020 EFE/EPA/TANNEN MAURY

Las protestas que se han extendido por el país tras la muerte de Floyd son, sin duda alguna, más intensas que las de 2014. Y el líder de la Casa Blanca ha mostrado un comportamiento desprovisto de cualquier atisbo de sensibilidad, rayando lo temerario, rumbo a convertirse en un peligro para los demás.

El país vuelve una y otra vez a una situación en la que ya se ha visto antes. La violencia contra las personas negras por parte de la autoridad blanca es parte de la esencia fundacional de Estados Unidos y nunca ha dejado de influir en el comportamiento de sus cuerpos de policía.

La institución policial en Estados Unidos cuenta con nefastos precursores como las violentas patrullas que vigilaban a los esclavos en los Estados del sur hasta el estallido de la guerra civil. Terminada la guerra, poco cambió respecto a las fuerzas de seguridad y comenzaron a aplicarse códigos racistas específicos para los negros, las conocidas como leyes Jim Crow, que mantuvieron durante décadas un sistema de segregación racial.

Los entes locales en las ciudades estadounidenses, de crecimiento vertiginosos en la época, eran abrumadoramente blancos y brutalizaban sistemáticamente a los miembros de las comunidades más vulnerables. Miles de linchamientos quedaron sin castigo con la colaboración y ante la pasividad de un sistema judicial que miraba hacia otro lado. Durante la lucha por los derechos civiles y hasta hoy mismo, la protesta pacífica ha sido reprimida con dureza por agentes del orden que un día prometieron no solo servir, sino proteger a la comunidad.
"Ley y orden"

Pocos días después de sentarme con Samaria Rice en aquel banco en un parque en Cleveland, Donald Trump aceptó, no muy lejos de allí, la nominación a la presidencia por el Partido Republicano.

Trump se presentó como el candidato de la "ley y el orden" en un oscuro discurso destinado a aceptar la nominación. Durante el acto, David Clarke, un antiguo jefe de la policía de Milwaukee, pidió a un público enfervorecido que aplaudiera a Brian Rice, un agente de la policía de Baltimore que aquel mismo día había sido absuelto de una acusación relacionada con la muerte de Freddie Gray, a quien casi partieron la columna vertebral durante un arresto en 2014. Trump se apoyó en argumentos relacionados con el racismo y el comportamiento policial a la hora de fomentar las guerras culturales de las que se alimenta.

La respuesta de Trump ante la violencia policial es muy diferente a la planteada en su día por la administración del presidente Obama. Desde la muerte de Michael Brown, el movimiento que exige la asunción de responsabilidades se ha extendido por todo el país y ha impulsado con nuevos aires al movimiento Black Lives Matter. El propio Obama utilizó su autoridad para poner la atención sobre ciertos departamentos de policía problemáticos como los de Chicago, Ferguson y Baltimore a los que envió investigaciones del Departamento de Justicia.

Aprobó una orden ejecutiva, prerrogativa presidencial, para limitar la adquisición de material de guerra por parte de los departamentos de policía. Designó a una comisión para desarrollar reglas para la policía del siglo XXI. Entre sus recomendaciones a los cuerpos de seguridad, una convocatoria para evolucionar desde la cultura del guerrero a la del "guardián protector".

Aunque Estados Unidos tiene un sistema policial descentralizado –alrededor de 18.000 departamentos de policía diferentes con sus propias reglas, sistemas de contratación o mecanismos de supervisión, algo que hace muy difícil cualquier posibilidad de reforma unificadora– al menos en el pasado se intentó algún tipo de racionalización.
Objetivo de Trump: desmontar las reformas de Obama

Pero entonces Donald Trump se convirtió en el presidente número 45 de Estados Unidos. Trump no se limitó a lanzar una campaña de relaciones públicas contra aquellos que optaron por protestar rodilla al suelo mientras sonaban las notas del himno nacional como forma de rendir homenaje a las vidas de negros perdidas por el ejercicio del racismo institucional que todo lo apuntala. Un hombre que había pedido la pena de muerte contra cinco adolescentes negros condenados injustamente por una violación en Central Park en 1989 tenía la capacidad de desandar el camino avanzado a golpe de firma, con un gesto a su fiscal general Jeff Sessions.

La administración no se demoró. Dos meses después de asumir el poder, Sessions forzó una revisión inmediata de las reformas que podían aplicarse en el sistema judicial, los conocidos como decretos del consentimiento y que se habían impuesto sobre algunos de los departamentos de policía más conflictivos. Dio marcha atrás con una directiva emitida por la administración Obama que terminaba con la privatización de prisiones, uno de los emblemas de la voluntad reformista del primer presidente negro en su intento por modificar el encarcelamiento desproporcionado de hombres afroamericanos.

En ocho meses al mando de la administración, Trump volvió a permitir que las policías locales se hiciesen con equipamiento militar y Sessions había logrado cancelar los programas de policía comunitaria impulsados por la administración anterior.

Pero más allá de las guerras culturales y las gestiones para desmontar los avances legislativos, la peor de las consecuencias de la presidencia de Donald Trump a la hora de debilitar la pelea por una justicia igual para todos y una policía que no haga diferencias, fue una invisibilización de la historia. Los hombres más jóvenes han seguido muriendo, pero ante la obsesión de la investigación de la trama rusa, el impeachment o la larga serie de escándalos que persigue al presidente, el movimiento en defensa de la vida de las personas negras ha ido perdiendo fuelle en la cobertura de los medios.

En 2018, un policía le propinó tres disparos por la espalda a EJ Bradford, de 21 años, en Hoover, Alabama. El incidente apenas llegó a las noticias. En 2019, a Willie McCoy, un rapero de 20 años, un grupo de policías de Vallejo, California, le disparó 55 veces mientras dormía en su coche. Su muerte no recibió demasiada atención. En 2020 el sistema carcelario de Mississippi sufrió una serie de motines que terminaron con más de una docena de personas muertas. Trump no dijo nada.

El año pasado, después de que Gwen Carr batallara durante cinco años para que se hiciera justicia en el caso de su hijo, Eric Garner, me senté con ella frente a la sede de la policía de Nueva York. La mujer fue sometida a un proceso administrativo indigno en el que la máxima pena fue que el policía que terminó con la vida de su hija perdió su puesto de trabajo. Eso fue todo. "En el caso de Eric no se ha hecho justicia", me dijo un día bajo el sol abrasador del verano neoyorquino. "Lo mataron y de haberse hecho justicia, habría sucedido en el mismo momento en que dijo que no podía respirar".

Unas semanas más tarde, tras una investigación de años, el Departamento de Justicia, dirigido por William Barr, anunció que el gobierno federal no presentaría cargos contra el agente implicado en la muerte de Garner. Se cree que fue una decisión de Barr. Trump no abrió la boca.

Si en algún lugar se han dado pasos en la dirección correcta a la hora de reformar la policía, ha sido en ámbitos locales y estatales. El fiscal general de Minnesota, Keith Ellison, intervino en el caso de George Floyd para aumentar la calificación del supuesto delito por el agente Dereck Chauvin. Piden asesinato. A lo largo de los últimos años, algunos departamentos de policía han aprobado normas para limitar el uso de técnicas de ahogamiento a las personas detenidas o de estrangulación.

Esta misma semana, Ferguson, con un 70% de población afroamericana, eligió a su primera alcaldesa negra, Ella Jones. "Me toca hacer lo correcto para la gente", dijo.

Pero muchos creen que los cambios incrementales no son suficientes. Las palabras de Samaria Rice en 2016 siguen resonando cada vez que pienso en el tema y mientras veo como las protestas aumentan: "necesitamos desmantelar el sistema en su totalidad para poder levantarlo de nuevo".



Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2702 en: 08 de Junio de 2020, 07:07:27 am »
No sólo son los antecedentes de la policía a la hora de tirar de gatillo o golpear con saña hasta matar, sino los antecedentes de una justicia que a pesar de ver casi sesenta golpes a una persona absolvió a todos los policias.

https://abcnews.go.com/Archives/video/march-1991-rodney-king-videotape-9758031

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2703 en: 08 de Junio de 2020, 10:38:06 am »


La mayoría del Consejo de Minneapolis quiere desmantelar a la policía de la ciudad por muerte de George Floyd


Drástica medida significa que el dinero que se gasta en el Departamento de Policía sería destinado a otras necesidades de la urbe estadounidense y que se discutirá como reemplazarlo.

 
 
Por Marcelo González
domingo 07 de junio de 2020, a las 19:26
Este domingo 7 de junio se supo que la mayoría del Consejo de Mineápolis buscará desmantelar a la policía de la ciudad luego del asesinato del afroamericano George Floyd el lunes 25 de mayo a manos del agente blanco Derek Chauvin, lo que ha originado protestas en todo Estados Unidos y también en otros países.

Nueve miembros del Consejo o Ayuntamiento de Minneapolis -la rama legislativa de la ciudad integrada por trece miembro- anunciaron tan drástica determinación que tiene la intención de cortar los fondos y desmantelar el Departamento de Policía de la urbe.

La presidenta del Consejo, Lisa Bender, confirmó a la cadena informativa CNN que cuentan con la mayoría de los votos y que los fondos hoy destinados a la policía serían ocupados para otras necesidades de la ciudad.

Será el Consejo el que discutirá cómo reemplazar el actual Departamento de Policía si se concreta su desmantelamiento.

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2704 en: 08 de Junio de 2020, 11:15:30 am »


Insurrecciones, resurrecciones y excepciones



En tiempos de neofascismo, la brutalidad policial no puede considerarse como un problema específico. Es un revelador de funcionamientos sociales, políticos y económicos que se alimentan mutuamente: la austeridad se acompaña de represión

Vicente Rubio-Pueyo 7/06/2020

<p>Protesta en Minneapolis por el asesinato de George Floyd.</p>
Protesta en Minneapolis por el asesinato de George Floyd.JENNY SALITA
A diferencia de otros medios, en CTXT mantenemos todos nuestros artículos en abierto. Nuestra apuesta es recuperar el espíritu de la prensa independiente: ser un servicio público. Si puedes permitirte pagar 4 euros al mes, apoya a CTXT. ¡Suscríbete!

Al intentar pensar el presente, recurrimos continuamente al pasado. Se habla de si estas protestas pueden compararse con las revueltas de los 60, con la batalla de Los Ángeles de 1992, o incluso qué similitudes y qué diferencias guardan con la más reciente ola que dio lugar a Black Lives Matter en Ferguson, Baltimore y tantos otros lugares.

La pregunta obvia es ¿por qué ahora? ¿Por qué con esta intensidad? Como ha explicado Keeanga Yahmatta Taylor, las protestas de las últimas semanas son el fruto de la convergencia de tres factores. Primero, la asfixiante continuidad de los asesinatos policiales. George Floyd, Breonna Taylor y Ahmaud Arbery son los tres últimos nombres de una eterna y ominosa lista. Segundo, los efectos de la pandemia, que la población afroamericana ha sufrido con mucha mayor intensidad que otras: un número escandalosamente mayor de muertes, un impacto claramente delimitado por barrios y vecindarios, y una mayor exposición al virus por ser la población afroamericana y latina la que ejerce mayoritariamente esos trabajos hasta hace poco denominados como “poco cualificados” y que, como hemos descubierto ahora, resultan ser esenciales. El tercer factor es el fracaso (o la negación simplemente) del Estado en construir una mínima protección (sanitaria, laboral, económica) para la población negra en la presente situación.  “I can’t breathe” fueron las últimas palabras de George Floyd, como fueron las últimas de Eric Garner en Staten Island en 2014. Como explicaba la profesora Amelia Gibson en twitter, hay algo que resuena diferente en ellas ahora: la ausencia de protecciones y ayudas en medio de un virus que ataca principalmente al sistema respiratorio hace que ese “I can’t breathe” se reformule ahora como “We can’t breathe”. Esta convergencia temporal, esta casualidad, ha revelado la causalidad: la violencia policial, el impacto de la covid-19, la desprotección social, todas estas muertes, dolores y opresiones se fundamentan en el capitalismo racial. Una madre y maestra neoyorquina (@ah_di_teacher en twitter) lo describia perfectamente en una entrevista en la televisión: “They’re sick and tired of being sick and tired”. “Sick and tired” es una frase hecha que normalmente expresa la idea de hartazgo, pero que en este contexto adquiere un significado preciso, exacto: “Estamos enfermos y cansados”. Esta convergencia ha dado lugar a una “rebelión de clase que tiene en su centro el rechazo al racismo y al terrorismo racial”, como describía de nuevo Yahmatta Taylor en una entrevista en Democracy Now.


Al fondo del todo, lo que esta convergencia de factores revela ahora con claridad es una cuestión al mismo tiempo compleja pero simple. Un par de datos: el equipamiento antidisturbios de un solo agente cuesta lo mismo que proveer a 55 enfermeros de monos, mascarilla y protector facial para luchar y salvar vidas del coronavirus. Esos medios han sido escasos y mal provistos durante la pandemia en todo el país, traumatizado con las imágenes de médicos y enfermeros vestidos con bolsas de basura. Otro detalle: el centro de convenciones de Los Ángeles, que ha permanecido inutilizado estas semanas como recurso en la pandemia, mientras se sucedían la escasez de camas, o decenas de miles de personas no podían realizar el confinamiento en casa por carecer de hogar,  fue inmediatamente activado como centro logístico de la policía este fin de semana. Lo que la presente situación demuestra es que EE.UU. se encuentra en un momento de autoreconocimiento sobre qué tipo de país es, y qué tipo de país quiere ser: un país que mata, tortura y reprime a sus ciudadanos, o un país que los acoge y cuida.

El equipamiento antidisturbios de un solo agente cuesta lo mismo que proveer a 55 enfermeros de monos, mascarilla y protector facial

La radicalidad de esa disyuntiva, ese dilema brutal y doloroso, hace que propuestas hasta hace poco tenidas por utópicas adquieran ahora un sentido tan crucial como evidente. Una de las ideas-fuerza que están elevando estas protestas es la de #DefundthePolice o #AbolishthePolice, esto es, un rango de medidas que van desde significativos recortes de presupuestos para los cuerpos de policía hasta la propia abolición de la institución policial. Pueden parecer propuestas radicales, pero lo que estos días han demostrado es que, simplemente, la reforma es imposible. No sirven ni los talleres de formación de los agentes para evitar el “racial profiling”, ni cámaras de autovigilancia que siempre están apagadas en los momentos clave, ni desde luego bonitos mensajes que luego nunca se traducen en nada. Los cuerpos policiales en EE.UU. son, en su propia constitución histórica, pervivencias del sistema esclavista, creados explícitamente para la protección de la propiedad privada y la persecución de esclavos fugitivos o, en esa siniestra lógica, meros bienes que hubieran logrado escapar a esa propiedad. La histórica organización Critical Resistance ofrece herramientas informativas y organizativas que explican el sentido del horizonte abolicionista: se trata de otra disyuntiva radical, la de elegir entre medidas que mantienen o incluso aumentan el poder la policía como institución o generar, apoyar e implementar medidas que reduzcan en términos reales, efectivos y tangibles su poder. (En este hilo pueden encontrarse casi 300 casos documentados con videos). ¿Es imposible? Bien, el consejo municipal de Minneapolis está discutiendo seriamente disolver su actual departamento de policía para crear un nuevo tipo de agencia de seguridad comunitaria. En Los Ángeles, el alcalde ha anunciado recortes de 150 millones de dólares en el presupuesto policial. En Nueva York, que aloja al NYPD, al que el alcalde Bloomberg se refirió una vez como “mi ejército, el séptimo ejército más grande del mundo”, la situación ha dejado en una posición de extrema debilidad al actual alcalde De Blasio, arrinconado entre manifestantes que piden su dimisión, y un cuerpo policial que le amenaza personalmente (publicaron el atestado de detención de su hija en una de las marchas) y que, como ha sido tradición desde siempre en la ciudad, actúa como un actor político independiente, con voluntad, intereses y estrategias propios. Hay quien habla, de hecho, de que a lo que estamos asistiendo es a un “police riot”, una revuelta de la policía contra los ciudadanos.



“Riot” es una palabra clave para entender la situación, uno de los más viejos fantasmas de la conciencia (y del inconsciente) estadounidense. Tradicionalmente el término se ha usado para describir la revuelta caótica, los saqueos a la sacrosanta propiedad privada, inmediatamente tildados como “violencia” en una definición unívoca. Como mucha gente ha recordado, el “riot” puede ser resignificado: la propia fundación del país nace de un “riot”, la conquista de los derechos más fundamentales nace de “riots” (Stonewall, por poner solo un ejemplo). Pero además, recorriendo la historia del país, el “riot” ha sufrido todo tipo de resignificaciones, pasando de nombrar los ataques blancos a la población negra (como los Draft Riots de Nueva York en 1863 o  la matanza de Tulsa en 1921) a hacerlo con la posibilidad de una explosión de rabia incontrolada por parte de la población negra (Watts o Newark en 1967-68, Los Ángeles en 1992). Esa continua sospecha de cuándo llegará el próximo “riot” (ese “fuego de la próxima vez” por usar el título de James Baldwin), en su consideración deshumanizadora (los negros solo pueden estallar irracionalmente, no rebelarse), deja ver en qué medida el ‘riot’ es un fantasma de la América blanca. Un fantasma que contiene su propia proyección y, con ella, su propia confesión: el represor actúa reprimiendo, porque sabe que esa explosión es, finalmente, la respuesta que verdaderamente merece. Su miedo le delata.

El “riot” puede ser resignificado: la propia fundación del país nace de un “riot”, la conquista de los derechos más fundamentales nace de “riots”

La historia no es lineal ni cíclica, sino acumulativa. No es que las luchas y momentos pasados no importen ahora. Todo lo contrario: importan y se hacen presentes aquí y ahora. Una rebelión es siempre una reacción contra el tiempo y lugar que vivimos, pero también una “fiesta de resurrección” de otros tiempos, lugares y significados. Es quizás por eso que en los últimos días la estatua del general Lee en Richmond, la ciudad que fuera capital de la Confederación, ha sido iluminada con el rostro de George Floyd y palabras como “No justice. No peace”. En otros lugares se han derribado efigies y monumentos de otras figuras del pasado esclavista. Pero también otras del pasado más reciente: la estatua de Frank Rizzo, quien fuera el comisionado de policía de Philadelphia, y posteriormente alcalde de la ciudad entre 1972 y 1980, ha sido finalmente desmontada durante estas protestas. Es fácil pensar que esto son gestos puramente simbólicos, pero hablan del grado de profundidad con el que estas protestas llegan hasta la fundación misma de este país. No se trata, de nuevo, únicamente de la violencia policial, sino de cómo ésta expresa todo un orden sobre el que este país mismo se fundó, se ha sostenido y sigue sosteniéndose cada dia. Tal vez por esa razón flota en el aire la posibilidad, el deseo de, como escribía hace unos días el activista y pensador Kazembe Balagun, “resetear la historia americana”.

Performing the Reichstag

Una insurrección es una resurrección. Y al mismo tiempo, en esa insurrección y en esa resurrección, late también algo fundamentalmente diferente. A toda esta convergencia de causas hay que sumar la presidencia de Trump como factor desestabilizador. El pasado fin de semana asistimos a un espectáculo inédito en este país. Primero, como nos tiene acostumbrados, un tuit declarando “Antifa” como organización terrorista. Es fácil reírse de la torpeza de Trump al declarar a algo que no es una organización como una entidad susceptible de ser perseguida, pero detrás de la tontería late la peligrosa posibilidad de que la vaguedad de la acusación sirva precisamente para perseguir, detener, encarcelar y torturar a cualquiera. Se trata de poner en circulación un sello previamente criminalizado (y no solo por él, sino por muchos medios, incluidos los supuestamente progresistas) que después puede ser aplicado a cualquier persona o colectivo.


No obstante, en una dinámica habitual en Trump, lo que el escándalo de su tuit logro velar es la puesta en marcha de otras medidas securitarias, menos espectaculares, pero más concretas, y que en manos de esta presidencia, y de estos cuerpos policiales, pueden resultar igualmente o más inquietantes.

El lunes 1 de junio por la tarde, Trump se montaba una complicada sesión de fotos que incluía la disolución violenta, justo a tiempo, de los manifestantes que rodeaban la residencia presidencial, y un paseo hasta una iglesia cercana en la que –sin permiso de los responsables de la misma– hacía unas declaraciones blandiendo una biblia, hablando de “ley y orden”, invocando la “Insurrection Act” de 1807 y anunciando su disposición a movilizar el ejército. En realidad –y Trump lo sabe, o debería saberlo– la actuación del ejército sólo es posible si los estados la solicitan al Departamento de Defensa. Hasta ahora no ha registrado solicitud alguna.


Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2705 en: 08 de Junio de 2020, 11:16:07 am »


Si Hitler se sirvió de un incendio falsamente atribuido a los comunistas para asentarse en el poder, lo que ha hecho Trump es buscar un enemigo interno


Como ha escrito Masha Gessen, con estos gestos Trump estaba haciendo una “performance del fascismo”. En otras palabras, estos gestos de Trump deben entenderse sobre todo como un “farol” y como una provocación. Un farol peligroso, malvado e irresponsable, pero un farol. Trump se mueve siempre en la lógica de la provocación. La finalidad de esa performance es movilizar a su electorado. Y lo hace porque sabe que está perdiendo la carta económica, que era su gran baza hasta ahora. Para ello, lanza estos gestos autoritarios, que luego es difícil que el Tribunal constitucional, u otros poderes y agencias, acepten y sigan realmente, como demostraron las declaraciones del secretario de Defensa Mark Esper. Pero son gesticulaciones histéricas que tienen el efecto de excitar a su base. Y que, dicho esto, no dejan de contener un peligro, ya que suponen abrir la puerta a posibilidades inciertas, tanto por la generación “espontánea” de respuestas, como las escuadras de simpatizantes de Trump que se han visto paseando impunemente por las calles de Philadelphia, como por la propia deriva autoritaria de las estructuras y agencias securitarias del estado.

Quizás, para profundizar en la idea de Gessen, y acotarla un poco más, podríamos decir que esta semana hemos vivido una performance del Reichstag alemán de 1933. Si entonces Hitler se sirvió de un incendio falsamente atribuido a los comunistas para iniciar las medidas de excepción que le asentaron en el poder, lo que ha hecho Trump es sugerir la posibilidad de la excepcionalidad mediante el recurso a un enemigo interno, los misteriosos Antifa, o simplemente, los “agitadores externos”. Trump es especialista en reciclar los peores tropos de la historia americana, desde “America First” hasta “when the looting starts, the shooting starts”. En este rescate de los “agitadores externos” Trump no ha estado solo. Unos días antes, medios y figuras supuestamente progresistas, como Joy Reid o MSNBC, habían estado impulsando una narrativa de las protestas según la cual supuestos anarquistas blancos crean disturbios a partir de las pacíficas marchas de la población negra. Así, les sirvieron a Trump y al secretario de Justicia William Barr el marco en bandeja: las manifestaciones estaban siendo secuestradas por malvados agitadores externos, y por tanto esto justifica la implementación de medidas de excepción.

Esa acusación hacia ciertas actitudes de militantes blancos tiene una parte de verdad. Las tácticas más agresivas con la policía en las manifestaciones tienden a reflejar un privilegio marcado racialmente. Pero en este contexto es una narrativa cínica y de hecho racista, ya que reduce a los manifestantes negros a una suerte de entidad pasiva, fácilmente influenciable. Puede parecer un detalle, pero este episodio revela una cierta simbiosis entre Trump y la versión neoliberal, individualista, de las políticas de identidad. Estos días, sin embargo, muchos jóvenes, negros y blancos, han dotado a la noción de “aliado” de nuevos matices y prácticas, como las ejercidas por jóvenes blancos protegiendo a sus compañeros negros de la policía, interponiendo su privilegio entre la máquina represora y los cuerpos amigos. La figura del “agitador externo”, común a tantos países, está ligada en EE.UU. al feroz anticomunismo –ejercido por la derecha, desde luego, pero incrustado ideológicamente, muy profundamente, también en muchos liberales demócratas. De nuevo volvemos al terreno de los fantasmas y los miedos: esos discursos revelan su propósito de bloquear por todos los medios cualquier posibilidad de una alianza entre diferentes poblaciones, diferentes identificaciones racializadas, diferentes colectivos y personas. De fondo late un pánico a una verdadera alianza multiclasista, multirracial, multigeneracional.

Conviene, por tanto, no enfocarse tanto en las peculiaridades del individuo Trump. Trump no es sino, como explicaron en su libro Ignasi Gozalo-Salellas, Alvaro Guzman Bastida y Hector Muniente, un síntoma. Un síntoma de la podredumbre de todo un sistema político, económico y social que se derrumba. El ascenso de Trump no se debe sólo a sí mismo y a las siniestras pasiones políticas que despierta. También a la ineptitud y cinismo de unas élites políticas y mediáticas que le han normalizado de acuerdo a una falaz neutralidad liberal. El periodico de referencia, el New York Times, publicaba este martes 2 de junio una vergonzosa portada: “Mientras el caos se extiende, Trump promete ‘terminarlo ya’” rezaba el titular principal. Pocos días después, acogía en su sección de opinión un artículo del senador republicano por Arkansas Tom Cotton que llamaba a la intervención militar. 

El ascenso de Trump también se debe a la ineptitud y cinismo de unas élites políticas y mediáticas que le han normalizado de acuerdo a una falaz neutralidad liberal

En la cúpula de las instituciones, el paisaje es el de un vacío atronador. El Partido Demócrata está totalmente ausente. Tras largos días en silencio, Biden salió para balbucir que, en ciertas situaciones, tal vez los agentes de policía deberían disparar a la pierna en vez de al corazón. Nancy Pelosi solo supo responder a la sesión fotográfica biblia en mano de Trump con… otra sesión fotográfica biblia en mano. Bernie Sanders, por su parte, intenta representar el descontento. Pero su prematura retirada le ha dejado posiblemente en una posición inservible para un momento crítico de estas características. Para buena parte de sus bases, sobre todo los jóvenes, pero también latinos y migrantes, aleccionados en los últimos meses en las virtudes del compromise y la transacción y negociación políticas, era Bernie quien representaba todo eso. Ahora ya no les queda nada.

Lo que planea estos días es el fantasma de una descomposición social y política, como explicaba Pablo Bustinduy hace unos días. La demostración y el autorreconocimiento de que EE.UU., como ha explicado el filósofo y teólogo Cornel West, es “un experimento social fallido”. Si este momento de revelación para muchos, de confirmación para otros tantos, resulta tan crítico es porque sacude hasta sus cimientos la historia de este país, su imagen propia, y su posibilidad de convivencia futura.

En cierto modo, hay una ironía histórica operando, ya desde hace décadas, pero que este momento ha dejado totalmente a la luz. Aquel fin de la historia, triunfo que se quería definitivo de la democracia liberal capitalista sobre el eterno enemigo soviético, ha vuelto con una sutil venganza. Lo ha hecho mostrando a este país el reflejo que achacaba a su némesis. Durante décadas, la imagen de la URSS como régimen totalitario, burocrático e ineficiente, que despreciaba las vidas humanas en pos de una causa trascendente, proveyó por contraste la oportunidad (propagandística, pero efectiva) de presentarse como esa esa tierra de oportunidades, libertad, responsabilidad e iniciativa individuales. Hace unas semanas, el vicegobernador de Texas, Dan Patrick, sugería que, en el contexto de la crisis económica generada por el virus, tal vez “los abuelos deberían sacrificar su vida por sus descendientes”para reactivar la economía. El neoliberalismo ha pasado de ser aquella doctrina (supuestamente) eficaz y racional para convertirse en un culto de muerte a Moloch. Puede ser un ejemplo exagerado, pero la vida cotidiana en este país está plagado de un profundo desprecio a la vida humana. Empezando, evidentemente, por las vidas negras.

Cada tantos años, este país que se quiere todavía joven asiste, se nos suele contar, a una pérdida de la inocencia. Este momento pre-, proto-, pseudo-, -post, o  directamente fascista que ha traído Trump no es una excepción. Quizás una diferencia de este momento con el de la emergencia de Black Lives Matter en 2014 es que entonces las reivindicaciones se dirigían con el primer presidente negro de la historia del país, y adquieren por tanto el carácter de una decepcion. Ahora con Trump, el aparato policial es exactamente el mismo, pero su histrionismo hace ver las podridas correas que conectan aparatos e instituciones, las calles y los pasillos del poder. Además ha dado espacio a todo tipo de grupos fascistas, neonazis, alt-right, supremacistas, muchos de cuyos miembros suelen ser (sorpresa) agentes de departamentos de policía locales. 

Es significativo que esa maquinaria del imaginario estadounidense que son el cine y la TV ha tratado de procesar el clima político y social de la era Trump recurriendo a diversas representaciones distopicas con el fascismo en el centro: The Handmaid’s Tale, The Plot Against America, Hunters, o The Man in the High Castle, entre otras. Hay un debate latente entre esas representaciones: ¿es el fascismo un elemento endógeno o exógeno a la historia y cultura estadounidense? La inanidad de las más floja de esas series, The Man in the High Castle, se debe precisamente a que opta por la versión exógena:  bajo la apariencia de una crítica progre al fascismo, la serie borra un aspecto crucial. No es necesario traer el fascismo a los EE.UU., puesto que los EE.UU. son un país generador del fascismo, del colonialismo (interno y externo). En ese gesto late una de las venas principales de la cultura estadounidense: su autorredención continua, su necesidad de ser, al final, en el fondo, siempre “los buenos”. El fascismo, para esta mentalidad, solo puede venir de fuera, solo puede comprenderse como un elemento extraño y antiamericano. La historia lo desmiente: nociones nazis como el Lebensraum o la segregación de los judíos fueron modeladas por los ejemplos que ofrecían la doctrina expansiva del Destino Manifiesto o el Jim Crow.

Lo que quiero expresar con este rodeo es que esa inocencia es una pasión inconsciente y asesina, que penetra muchas capas de la sociedad estadounidense, desde una noción providencialista del país en su historia, a un moralismo político que precisa distinguir siempre entre “los buenos y los malos”, y que pasa, también, por un sacrosanto respeto al ejército y a la policía, las dos instituciones más respetadas del país. La tercera es la pequeña empresa. Queda ahí la imagen de un idilio americano (blanco): un paraíso suburbial donde acercarse al centro del pueblo en tu coche, tomar un batido de fresa y charlar con la camarera del diner, y al cruzar la plaza de la torre con el reloj, saludar al guardia. Regreso al futuro. Da igual que en realidad el diner cerrara hace tiempo y en su lugar abrieran un Starbucks, que todas las tiendas sean de grandes corporaciones, y que la plaza está habitada por sintecho regularmente desalojados a hostias por los amables agentes. Quizás por eso, en medio de estas protestas, resultan particularmente significativas las que se están desarrollando en pequeños pueblos y ciudades de mayoría blanca.

Una última nota: he tratado de describir el contexto de estas protestas, narrar algunos acontecimientos de unos días muy intensos, y de trazar algunas líneas de reflexion historica, politica, cultura e ideológica tratando de explicar(me) el sentido de lo que estamos viviendo en EE.UU. Sin embargo, si todo esto se entiende como una excepcionalidad americana, este artículo no servirá para nada. Estos días, en las redes, podían encontrarse imágenes de detenciones en París y en Madrid similares a las que se llevó la vida de George Floyd. Espero que esta situación, con todo lo terrible que es, nos ayude a entender no sólo la brutalidad policial en EE.UU., sino también en España, en Europa, en Latinoamérica, en tantos otros lugares, en donde también debemos hacer nuestras propias “pérdidas de la inocencia”. Obviamente hay dinámicas específicas en cada país, pero todas están atravesadas por el capitalismo, el colonialismo y el racismo. No se trata de una abstracta llamada a las buenas intenciones. El aparato policial estadounidense influye en todo el planeta: William Bratton, ex-comisionado de NYPD, se ha dedicado a exportar su modelo policial por toda Latinoamérica.

Por esa razón, solo un falso cosmopolitismo elitista (en realidad provinciano e ignorante) es incapaz de ver la importancia, y la esperanza, de que las movilizaciones por las vidas negras se repliquen y multipliquen en Berlín, en París, en Zaragoza o en Madrid. En tiempos de un neofascismo emergente en todo el mundo, la brutalidad policial no puede considerarse como un mero problema específico, sino como un revelador de funcionamientos sociales, políticos y económicos que se alimentan mutuamente: la austeridad se acompaña siempre de represión. El neoliberalismo nunca ha consistido en el abandono del estado, sino en una reconfiguración de sus funciones: la desregulación económica tiene su reflejo en la regulación de las calles y las vidas.

Quién sabe si esta será la enésima pérdida de la inocencia, después olvidada. O el comienzo de otra cosa. En medio de las muertes, la represión, la incertidumbre y la tensión, ayer me tropezaba con la foto de una pancarta en una marcha que tenía lugar en Providence, Rhode Island, y que reproducía unas bellas palabras del profesor de periodismo Chenjerai Kumanyika.


“We’re trying to become something this country has never been” (“Estamos intentando convertirnos en algo que este país nunca ha sido”). La insurrección. La resurrección. De Estados Unidos. Del mundo. De nosotrxs, de todxs nosotrxs. Los otrxs. Los mismxs.

Desconectado Der Kaiser

  • Druida
  • ****
  • Mensajes: 9754
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2706 en: 08 de Junio de 2020, 15:33:35 pm »
Los que saquean y revientan todo es porque están muy indignados, estaba claro...

Citar
AMÉRICA LATINA
El FBI detuvo a un grupo de venezolanos y cubanos que pagaban para causar caos en las protestas en EEUU

Las autoridades norteamericanas se encuentran investigando para determinar si los capturados tienen lazos con las dictaduras de Venezuela y Cuba

https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/06/03/el-fbi-detuvo-a-un-grupo-de-venezolanos-y-cubanos-que-pagaban-para-causar-caos-en-las-protestas-en-eeuu/

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2707 en: 08 de Junio de 2020, 15:51:27 pm »
Los que saquean y revientan todo es porque están muy indignados, estaba claro...

Citar
AMÉRICA LATINA
El FBI detuvo a un grupo de venezolanos y cubanos que pagaban para causar caos en las protestas en EEUU

Las autoridades norteamericanas se encuentran investigando para determinar si los capturados tienen lazos con las dictaduras de Venezuela y Cuba

https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/06/03/el-fbi-detuvo-a-un-grupo-de-venezolanos-y-cubanos-que-pagaban-para-causar-caos-en-las-protestas-en-eeuu/

Quid pro quo....desde Chile hasta Bolivia, pasando por Cuba, hay décadas de financiación.de golpes de estado.por parte de EE.UU.

https://youtu.be/pxLj4isvnp8

Desconectado Der Kaiser

  • Druida
  • ****
  • Mensajes: 9754
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2708 en: 08 de Junio de 2020, 17:41:04 pm »
Que si, que los saqueadores son verdaderos indignados con el suceso...

Desconectado Celestino

  • Profesional
  • Diplodocus
  • **
  • Mensajes: 19653
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2709 en: 08 de Junio de 2020, 17:42:07 pm »
Los negros en EEUU nunca dejaron de ser esclavos del todo estos últimos 400 años.

Desconectado Der Kaiser

  • Druida
  • ****
  • Mensajes: 9754
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2710 en: 08 de Junio de 2020, 17:46:05 pm »
Me han pasado un vídeo de negros pegándole un palizón a un blanco, incluso pasándole con una bicicleta por encima ¿eso es racismo o sólo lo es para un lado?

Desconectado Heracles_Pontor

  • Moderador
  • Tyranosaurius Rex
  • ***
  • Mensajes: 51247
  • Verbum Víncet.
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2711 en: 08 de Junio de 2020, 17:51:02 pm »
En España no hay grupo más racista que la etnia gitana . . . cualquier actuación que se haga con ellos rápidamente sale el racismo, sin embargo, en la lucha por los recursos escasos, como ahora hay otras personas que les disputan las ayudas . . . los racistas son ellos . . . da qué pensar, eh?

Enviado desde mi Mi A2 Lite mediante Tapatalk


"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2712 en: 08 de Junio de 2020, 18:17:02 pm »
Me han pasado un vídeo de negros pegándole un palizón a un blanco, incluso pasándole con una bicicleta por encima ¿eso es racismo o sólo lo es para un lado?

He visto.ese, el.de la espada, que por cierto ha muerto, pero nada de lo.visto modifica el motivo de las protestas.. un asesinato policial dentro de un sistema judicial que no los castiga.

Desconectado Der Kaiser

  • Druida
  • ****
  • Mensajes: 9754
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2713 en: 08 de Junio de 2020, 23:10:53 pm »
Me han pasado un vídeo de negros pegándole un palizón a un blanco, incluso pasándole con una bicicleta por encima ¿eso es racismo o sólo lo es para un lado?

He visto.ese, el.de la espada, que por cierto ha muerto, pero nada de lo.visto modifica el motivo de las protestas.. un asesinato policial dentro de un sistema judicial que no los castiga.

Por lo pronto está en prisión.

¿Usted me garantiza que si la víctima fuese blanca ese policía no actuaría igual?

Desconectado Der Kaiser

  • Druida
  • ****
  • Mensajes: 9754
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2714 en: 08 de Junio de 2020, 23:15:41 pm »
Los que saquean y revientan todo es porque están muy indignados, estaba claro...

Citar
AMÉRICA LATINA
El FBI detuvo a un grupo de venezolanos y cubanos que pagaban para causar caos en las protestas en EEUU

Las autoridades norteamericanas se encuentran investigando para determinar si los capturados tienen lazos con las dictaduras de Venezuela y Cuba

https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/06/03/el-fbi-detuvo-a-un-grupo-de-venezolanos-y-cubanos-que-pagaban-para-causar-caos-en-las-protestas-en-eeuu/

Quid pro quo....desde Chile hasta Bolivia, pasando por Cuba, hay décadas de financiación.de golpes de estado.por parte de EE.UU.

https://youtu.be/pxLj4isvnp8

Lo desconozco y me importa tres pepinos, pero no vendan la película de que los disturbios y saqueos es por la indignación.

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2715 en: 09 de Junio de 2020, 06:34:30 am »
Los que saquean y revientan todo es porque están muy indignados, estaba claro...

Citar
AMÉRICA LATINA
El FBI detuvo a un grupo de venezolanos y cubanos que pagaban para causar caos en las protestas en EEUU

Las autoridades norteamericanas se encuentran investigando para determinar si los capturados tienen lazos con las dictaduras de Venezuela y Cuba

https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/06/03/el-fbi-detuvo-a-un-grupo-de-venezolanos-y-cubanos-que-pagaban-para-causar-caos-en-las-protestas-en-eeuu/

Quid pro quo....desde Chile hasta Bolivia, pasando por Cuba, hay décadas de financiación.de golpes de estado.por parte de EE.UU.

https://youtu.be/pxLj4isvnp8

Lo desconozco y me importa tres pepinos, pero no vendan la película de que los disturbios y saqueos es por la indignación.

Los disturbios y los saqueos son parte de la ira, llevan 400 años de esclavitud en un sistema y una sociedad hipócrita en la que cada cierto tiempo, y desde que existen las cámaras, el mundo asiste a una brutalidad como la que nos ocupa y las sociedades avanzadas no pueden permitirse que haya policías que mantengan la rodilla durante 8 minutos en el cuello de una persona mientras este implora, se mea encima y acaba muriendo... el mundo ha visto esas imágenes y ellas ya van teniendo consencuencias, la policía de Mineapolis será disuelta por completo, y en Francia:



Francia prohíbe el estrangulamiento como técnica de detención policial


El Gobierno francés intenta así atajar las protestas contra la violencia policial y el racismo, que reunieron el pasado sábado en París a unas 20.000 personas
Policías desplegados en París por las protestas antirracistas.


Publicado8.6.2020 - 19:14

El ministro francés del Interior, Christophe Castaner, anunció este lunes la prohibición de la polémica práctica del estrangulamiento como técnica de detención policial, la utilizada contra George Floyd en Estados Unidos.

Esta técnica "no será enseñada en las escuelas de policía y gendarmería. Es un método que genera riesgos", indicó en rueda de prensa Castaner, quien, a petición del presidente Emmanuel Macron, avanzó algunas decisiones de una reflexión iniciada a principio de año sobre la deontología de las fuerzas del orden.

El Gobierno francés intenta así atajar las protestas contra la violencia policial y el racismo, que se han extendido en los últimos días desde Estados Unidos, y que reunieron el pasado sábado en París a unas 20.000 personas.

"El racismo no tiene cabida en nuestra sociedad y aún menos en nuestras fuerzas del orden. No basta con exigir ejemplaridad hay que facilitar los medios", dijo Castaner, que comenzó defendiendo el cuerpo y asegurando que no hay parecidos entre la policía estadounidense y la francesa, aunque aceptó que hay agentes "racistas".

"Tolerancia cero" con el racismo

El Gobierno insistió en que habrá "tolerancia cero" con el racismo en las fuerzas del orden y para combatirlo prometió una mejora en la formación inicial y continua de los agentes, que incluirá una "sensibilización contra la discriminación".

Cuando en las manifestaciones se denuncian controles arbitrarios de identidad contra personas de color, Castaner explicó que el pasado viernes envió una instrucción a todos los servicios para recordar el marco en que debe realizarse un control de identidad y evitar que esto sea usado como "excusa".

Se reforzará también el uso de cámaras móviles en los controles así como la necesidad de los agentes de llevar en un lugar visible su número de identificación policial, y se sancionarán cualquier comportamiento racista probado dentro de los cuerpos planteando incluso una "suspensión sistemática".

A modo de ejemplo, Castaner citó la suspensión de seis policías en Ruán (norte) por ser racistas con un compañero.

"Quiero tolerancia cero contra el racismo en las fuerzas del orden. Ningún racista puede llevar con dignidad el uniforme de policía", defendió el ministro.

Según el vespertino Le Monde, el presidente francés, Emmanuel Macron, ha pedido al Gobierno que actúe con rapidez para hacer propuestas frente a las denuncias de racismo y violencia en la policía.

Castaner trató de moverse entre la defensa de las fuerzas del orden, evitando generalizaciones, y la firmeza hacia cualquier comportamiento racista en el seno de la institución.

No atajó sin embargo otros puntos polémicos como la técnica de inmovilización boca abajo, utilizada fatídicamente en varias detenciones, ni la independencia de la Inspección General de la Policía Nacional, encargada de investigar las denuncias internas, a la que los críticos acusan de parcialidad.


Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923

Desconectado 47ronin

  • Administrador
  • Tyranosaurius Rex
  • ****
  • Mensajes: 223923
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2717 en: 09 de Junio de 2020, 15:39:07 pm »

Desconectado Der Kaiser

  • Druida
  • ****
  • Mensajes: 9754
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2718 en: 09 de Junio de 2020, 17:21:32 pm »
Los que saquean y revientan todo es porque están muy indignados, estaba claro...

Citar
AMÉRICA LATINA
El FBI detuvo a un grupo de venezolanos y cubanos que pagaban para causar caos en las protestas en EEUU

Las autoridades norteamericanas se encuentran investigando para determinar si los capturados tienen lazos con las dictaduras de Venezuela y Cuba

https://www.infobae.com/america/america-latina/2020/06/03/el-fbi-detuvo-a-un-grupo-de-venezolanos-y-cubanos-que-pagaban-para-causar-caos-en-las-protestas-en-eeuu/

Quid pro quo....desde Chile hasta Bolivia, pasando por Cuba, hay décadas de financiación.de golpes de estado.por parte de EE.UU.

https://youtu.be/pxLj4isvnp8

Lo desconozco y me importa tres pepinos, pero no vendan la película de que los disturbios y saqueos es por la indignación.

Los disturbios y los saqueos son parte de la ira, llevan 400 años de esclavitud en un sistema y una sociedad hipócrita en la que cada cierto tiempo, y desde que existen las cámaras, el mundo asiste a una brutalidad como la que nos ocupa y las sociedades avanzadas no pueden permitirse que haya policías que mantengan la rodilla durante 8 minutos en el cuello de una persona mientras este implora, se mea encima y acaba muriendo... el mundo ha visto esas imágenes y ellas ya van teniendo consencuencias, la policía de Mineapolis será disuelta por completo, y en Francia:

Si, los Antifa, los que cobran por liarla y los saquean tiendas, tienen mucha ira porque llevan 400 años esclavizados...

Desconectado Celestino

  • Profesional
  • Diplodocus
  • **
  • Mensajes: 19653
Re: En el país de las libertades
« Respuesta #2719 en: 09 de Junio de 2020, 19:40:49 pm »
Los negros, hispanos y pobres en general son tratados de manera infame en EEUU por su sistema Judicial para llenar las cárceles privadas,  qué son un negocio,  carecen de las más mínimas garantías judiciales.

Sí en España pasase lo mismo veríamos las mismas imágenes de furia ciudadana,  quizás peor.