Que te prohíban sentarse solo en un restaurante "es una práctica contraria a la ley"
Algunos bares y restaurante impiden comer o cenar a personas que acuden solas e incluso en pareja
Hay también locales que ponen un límite de tiempo a consumir en una terraza, entre 30 minutos y una hora
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Europa Press
Luis M. García
11:15 - 13/08/2023
Hace unos años comenzaron a surgir en algunas ciudades españolas, especialmente en Madrid, restaurantes pensados expresamente para los comensales que acuden solos.
Sabedores de que para algunos es incómodo cenar en solitario, pero también es algo cada vez más habitual, diferentes locales comenzaron a colocar mesas largas, mesas corridas o comunales, donde los clientes que van solos pueden sentirse más cómodos y acompañados e incluso pueden interactuar con otros en sus mismas circunstancias.
No ocurre solo en España. Es más, hay países que tienen muy en cuenta a esas personas que llegan solas un restaurante y Japón en referente en cuidarlas. Este público tiene a su disposición en el país asiático numerosos establecimientos donde lo habitual es que acudan personas solas, como la cadena de restaurantes Ichiran, que solo dispone de mesas individuales.
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En los locales Ichiran la soledad impera en el ambiente hasta el extremo, ya que ni siquiera es necesario interactuar con el personal del local y los platos llegan a través de una trampilla. Quizás no sea muy divertido, pero el comensal se asegura que estará más solo que la una.
Otro planteamiento es el surgido en los Países Bajos, donde también pensaron en las personas que acuden a cenar sin compañía. Así nació Eenmaal, el primer restaurante de Amsterdam especialmente ideado para comensales solitarios, hasta el punto de que no se podía entrar en el local si se iba acompañado. Lo cierto es que la idea no cuajó y acabó cerrando.
Donde no resulta en absoluto raro acudir solo a un restaurante es en Norteamérica. Hay numerosos establecimientos, tanto en Estados Unidos como en Canadá, ideados para los clientes que van solos, y para ello cuentan con mesas pequeñas, con platos más reducidos y livianos y hasta hay locales donde los camareros tienen la obligación de interactuar con los clientes para que no se sientan solos.
Más solos tras la pandemia
El confinamiento provocado por la pandemia de Covid-19 y la necesidad de no tomar contacto con otras personas provocaron que en 2020 las reservas de restaurantes para una sola persona crecieran un 4% en España, según los datos de un estudio de la plataforma ElTenedor.
La pandemia modificó los hábitos de consumo de los españoles y, tras acabar el confinamiento, el día donde más comensales acudían a restaurantes solos era el miércoles, con casi el 16% de las reservas de este tipo, seguido por el viernes (15,1%) y el martes (14,9%).
El estudio apuntaba que "comer solo no suele ser fruto de la improvisación, ya que, estos usuarios reservan con una antelación de casi 30 horas", un dato cuatro veces superior que el resto de reservas.
Comer en solitario es tendencia
A Coruña era en el año 2020 la provincia con más reservas registradas por personas que iban a ir solas, alcanzando un 6,4% del total de reservas en Galicia, seguida por Asturias (4,2%) y Málaga (3,9%)
En todo caso, poco debería importar si la persona que va a un restaurante sola lo hace porque no con quien ir o porque le apetece disfrutar de unos momentos en soledad. Comer o cenar solo es tendencia en todo el mundo y por eso han surgido locales para este público, aunque hay lugares donde ocurre lo contrario y les ponen las cosas difíciles a estas personas sin compañía.
Que las personas cenen solas no está bien visto ahora en determinados locales de España, como está ocurriendo en una ciudad eminentemente turística como es Barcelona, cuya oferta de bares y restaurante es amplia y variada.
Barcelona, referente contra los comensales solos
En la capital catalana proliferan ahora los restaurantes que prohíben sentarse a cenar a las personas sin compañía, sobre todo en las terrazas, y al parecer la práctica está extendiéndose y, con ello, sembrando polémica. Así lo recoge El País en un reportaje en el que desvela que "restaurantes de Barcelona impiden sentarse sin acompañantes".
Concretamente menciona que "locales de la calle Blai y del Eixample rechazan a clientes únicos en sus mesas" y lo achaca a que "la pospandemia y el regreso del turismo masivo alteran las políticas de asiento en la hostelería". Así, cita el ejemplo de "Eudald E.", que fue a cenar el lunes 31 de julio –ni siquiera era fin de semana o festivo- y "fue rechazado hasta en tres locales en los que había mesas libres en la calle Blai, epicentro gastro del barrio de Poble-sec".
Eudald "no quería ir a un local específico", simplemente quería sentarse" en la primera terraza que pillase porque quería leer algo mientras cenaba al fresco", pero en los tres establecimientos le llenaron de "excusas y razones" para negarle la posibilidad de cenar al aire libre.
Tampoco en pareja
En algunos casos no te dejan acceder a la terraza si vas solo, aunque hay locales que van más lejos y ni siquiera lo permiten yendo en pareja. Emplazan a que sean un mínimo de tres personas por mesa para permitir que se sienten a comer o cenar.
Ocurre en Barcelona, pero el problema no le es ajeno en otras ciudades de España. Algunos hosteleros no quieren a un único cliente en una mesa porque le quita el hueco a grupos más numerosos y no consume tanto como ellos. Esa parece ser la principal razón.
Posible comportamiento abusivo
En este sentido, la organización de consumidores Facua considera que prohibir que una persona vaya sola a un restaurante "es una práctica contraria a la ley" y apunta que "parte de las normas autonómicas de consumo recogen como infracción aquellas conductas en las que el empresario se niegue injustificadamente a satisfacer las demandas de los consumidores".
"Facua considera una práctica contraria a la ley el hecho de que haya bares y restaurantes que prohíben a un consumidor ocupar una mesa si va solo". La organización de consumidores no ve de recibo que haya locales que "rechazan las peticiones de reserva si la persona no va acompañada" y menciona que ha recibido "numerosas consultas" sobre el tema desde la publicación, el pasado 4 de agosto, del reportaje de El País.
"Limitar el derecho de acceso a un consumidor por el simple hecho de ir a comer sin acompañante y que esto pueda suponer menores ingresos al establecimiento es discriminatorio", asegura Facua, que menciona que la práctica implica "un posible comportamiento abusivo, ya que el empresario genera un obstáculo desproporcionado para el disfrute por el consumidor del servicio ofertado".
La organización considera que "esta prohibición de ocupar una mesa sólo sería válida si la normativa autonómica o municipal sobre hostelería permitiese expresamente esta conducta empresarial", y "anima a cualquier persona que sea víctima de esta práctica discriminatoria en un bar o restaurante a que denuncie los hechos ante las autoridades de consumo de su comunidad autónoma".
Límite de tiempo en las terrazas
También en Barcelona, además de acotarse el límite de comensales, está cuajando la medida de establecer un límite de tiempo para estar en la terraza de un bar. La Ciudad Condal es también pionera en poner un límite de tiempo a la estancia en uno de estos locales en función de lo que se consuma en cada mesa, que suele ser de media hora si se va a consumir un refresco, un café, una cerveza o cualquier otra bebida y una hora si se va a comer.
La idea tampoco es exclusiva de Barcelona, aunque la ciudad es referente en aplicarla. Bares y restaurantes vieron especialmente afectados por la irrupción del coronavirus y en Bilbao, por ejemplo, tras la pandemia algunos locales también implantaron la medida de limitar el tiempo de disfrute de las terrazas, reduciendo entonces el tiempo a 15 minutos para tomar un café, 25 para una cerveza y 40 si se toma un bocadillo.
El objetivo de la iniciativa ahora en Barcelona, según los propios establecimientos, es amortizar el tiempo y aprovechar el espacio de los bares y restaurantes.