POLÍTICA
Resaca electoral en el PP
La derrota de Aguirre descose su poder interno El partido se vuelve hacia la candidata a la Presidencia de la Comunidad, Cristina Cifuentes, entre críticas a la presidenta del partido.
JAIME G. TRECEÑO
Actualizado:26/05/2015 01:55 horas
La tarde del 13 de noviembre del pasado año los diputados del PP en la Asamblea de Madrid 'echaban las muelas' contra EsperanzaAguirre en los pasillos de la Cámara autonómica. La «ocurrencia», como lo definían, de la presidenta del PP regional de someter a un 'examen de limpieza' a los candidatos de su partido al calor de los efectos de la 'operación Púnica' levantó ampollas y dejaba en evidencia la distancia entre la 'lideresa' y sus 'soldados'. Criticaban abiertamente la iniciativa y la definían de «estética», «cosmética», «postureo»... El asunto se revelaba, más que como un pataleo, como un síntoma de lo que sucedía en la primera planta de Génova, 13, donde se ubica el regional.
Hace tiempo que el hartazgo se había instalado en la gestión interna y se hizo especialmente acusado poco después de que saliese del Gobierno de la Comunidad de Madrid en septiembre de 2012, lo que le obligó a centrarse en el partido para tener proyección pública. La causa son los «malos modos» con los que se conduce y más de un miembro del Comité de Dirección ha confesado por la bajini que era el poder lo que «realmente mantenía unido el partido».
Su derrota del pasado domingo hacía saltar las costuras de su dominio, hasta el punto que personas de su círculo de confianza la criticaban abiertamente y hablaban de «soberbia» para explicar los resultados. «Es alguien con un carácter muy difícil, que no escucha ni hace caso a nadie. Pensaba que iba a ganar de corrido...», precisan las fuentes consultadas. Recuerdan que en citas electorales anteriores tuvo en Ignacio González su contrapeso, al que aseguran «era a la única persona a la que escuchaba y que la hacía razonar».
Por lo pronto, dan por enterrada su etapa del partido Madrid. «Ha tratado a su gente a patadas», insiste uno de ellos mientras recuerda, a modo de ejemplo, cómo puso de vuelta y media sin ningún miramiento, delante de propios y extraños, al 'número 2' de la lista municipal y coordinador de la campaña, Íñigo Henríquez de Luna, en un acto en el parque del Retiro.
Aguirre ha insistido en que se quedará en el Ayuntamiento durante toda la legislatura en el Consistorio pero los suyos no la creen. Dan por segura su salida, aunque en lo que no se ponen de acuerdo es en los plazos. Mientras que unos dicen que se marchará en meses otros la dan, al menos, un año.
Además, el temor a la «desbandada» en la lista municipal es otra de las variables que se manejaban ayer. «Se ha confeccionado para gobernar y es difícil que se queden todos por 1.000 euros», advertían. Incluso, hubo quien no descartaba que se volviese hacia el candidato socialista, Antonio Carmona, para echarse en sus brazos para impedir que Manuela Carmena se haga con la Alcaldía. «Puede autoinmolarse bajo el argumento de no permitir que los 'bolivarianos', 'los que quieren acabar con las libertades', se hagan con el Ayuntamiento y brinde a Carmona el apoyo del PP para, con las mismas, coger la puerta de salida», precisan.
Este asunto no pasa de ser una especulación, advierten en el PSOE y aventuran que «en ninguno de los casos lo aceptarían», ya que colocaría a Pedro Sánchez al borde del precipicio de cara a las primarias de julio y, si es candidato, a las generales del otoño.
Ahora, todos los ojos se vuelven hacia Cristina Cifuentes. En el PP de Madrid la ven como el nuevo referente regional y nacional, ya que la crisis ha dejado libre de líderes conservadores la lista del partido. «Está claro que este nuevo tiempo pide a gente que haga las cosas de una manera diferente, más dialogante, próxima...», añaden.
La candidata a la Presidencia de la Comunidad ha solventado el asunto del poder interno en Madrid con una larga cambiada cuando se le preguntaba el pasado domingo. «Cuando lleguemos a ese río, cruzaremos ese puente», dijo. En relación a esta cuestión, en el PP recuerdan como Aguirre se hizo con las riendas del partido en detrimento de Pío García Escudero. En cualquiera de los casos, si no sucede nada extraño, el cambio se produciría en un congreso regional que se celebraría después de las elecciones generales de otoño y tras el congreso nacional.
Aguirre se comprometió a dejar la Presidencia del PP de Madrid si resultaba elegida alcaldesa, pero en el contexto actual, señalan, «hay pocas posibilidades de que siga». Eso sí, coinciden de decir que «no entregará la cuchara gratuitamente».
Sin gobernar el Ayuntamiento, en el PP se da por enterrado el poder interno de Aguirre, pero hay pocos que, por sus antecedentes, la vean políticamente muerta.
