Los otros policías evitaron que soplase», dice el vecino mordido por un agente local
El agresor ya fue condenado hace 34 años por participar en una paliza al gerente de una empresa del polígono de Granda en Siero
G. D. -R.
OVIEDO
15 febrero 2016
07:48
Le mordió en una oreja, como si de Mike Tyson se tratase, pero era un policía local el que lo hizo. Sin embargo el manto de silencio que cubrió la agresión, mordisco incluido, que sufrió este vecino de Oviedo el pasado 29 de diciembre no se refirió solo a los hechos. La víctima, que prefiere que no trascienda su nombre, señala que los agentes que acudieron a su llamada maniobraron para que el agresor -un veterano agente de 61 años- no se sometiese a una prueba de alcoholemia. «Olía a vinorro», relata el joven. Tuvo su aliento muy cerca. Según recoge la sentencia, el policía mordió a este joven en la oreja derecha, después de propinarle varios golpes y agarrarlo con fuerza del cuello.
Los hechos se produjeron a las seis de la tarde del pasado 29 de diciembre, cuando este vecino paseaba a su mascota por la calle Puerto de Pajares de Teatinos. Al aproximarse a un paso de peatones para cruzar la calzada, un coche a gran velocidad «casi atropella a mi perra, tuve que tirar de la correa para atrás», recuerda. También, asume, que hizo un gesto de reproche al conductor «y dije que tuviera cuidado. Ahora alega sordera, pero bien que lo oyó, porque se bajó hecho una fiera».
Los mandos se niegan a instruir expedientes
Ahí se inició una discusión, en la que el policía municipal golpeó al joven en la mandíbula, le agarró con fuerza del cuello y le acabó por morder la oreja derecha causándole un profundo corte.
¿Tráfico?
Avisada la Policía, de pronto la víctima se encontró sin testigos: «Había bastante gente y, de repente, todos se fueron». Los agentes de la Policía Local que llegaron hasta el lugar de los hechos, según su versión, maniobraron para que su agresor «no soplase» y eso que «iba bebido». Un hecho que ahorró, probablemente, al policía ahora condenado por un delito leve de lesiones, otra condena por un delito contra la seguridad del tráfico y, tal vez, problemas mayores que la multa de un mes, a razón de 6 euros diarios, y los 420 euros de indemnización al joven. Para su fortuna, para no vérselas con la presunción de veracidad, otra persona contempló todo lo sucedido desde la ventana de su vivienda y accedió a declarar.
El agente ya fue condenado a 30 días de arresto y 7 de suspensión de empleo y sueldo por participar en el encargo de una paliza al gerente de una empresa del polígono de Granda. El castigo parece ridículo, pero es que los hechos se produjeron hace 34 años. Según la sentencia, el policía municipal recibió el encargo de un tercero para que propinase una paliza a este empresario, porque creía que mantenía relaciones sexuales con su mujer. El funcionario municipal no participó en la agresión de forma directa. Buscó a dos amigos. Si hubiese sido ahora, los 'matones' habrían sido de Europa del Este, que es lo que se lleva. En los 80, sin embargo, había kinkis patrios suficientes y a dos de ellos recurrió este policía, que había entrado en la academia en 1979. Los condujo en coche hasta la sede de la empresa. Allí, los 'subcontratados' entraron en las oficinas y golpearon al contable. Requirió asistencia sanitaria durante ocho días.