La Policía investiga si Francisco S. le disparó al policía después de machacarle la cabeza con una piedra en Telde
El presunto autor del crimen pasará a disposición judicial en las próximas horas
TELDEACTUALIDAD
Telde.- Llevaban bastante tiempo discutiendo. Eran vecinos puerta con puerta, pero José Juan y Francisco habían tenido varios enfrentamientos, sobre todo por el perro de J.J., que molestaba sobremanera a Paco. El domingo por la noche, ese perro llegó a casa solo y manchado de la sangre de su amo, que tenía la cabeza machacada a pedradas. La Policía si hubo un disparo, tal y como adelantó TELDEACTUALIDAD.
Francisco S., de unos 50 años de edad, volvió ayer por la mañana a su casa del barrio de Marpequeña, en Telde, escoltado por agentes de la Policía Nacional de la Comisaría de Telde y por miembros de la Policía Científica de la Jefatura Superior, que efectuaron el registro de la vivienda, en busca del objeto con el que supuestamente, la noche anterior, asesinó en un solar cercano a su vecino, José Juan Santana Delgado, de 40 años y policía local de la capital grancanaria.
Los hechos se habían desarrollado alrededor de las diez de la noche del domingo, cuando José Juan paseaba a su perro y se encontró con Francisco. Según comentaban ayer varios vecinos, parece ser que Francisco lo increpó nuevamente por causa del perro, ante lo que José Juan optó por no responderle para eludir una nueva pelea y, en un momento dado, le dio la espalda. Fue el momento que el supuesto homicida aprovechó para coger una piedra y golpearle fuertemente en la cabeza en repetidas ocasiones. Sólo cuando vio que su víctima no se movía, volvió a casa, dejando el cadáver sobre la tierra del pequeño solar´, según publica Canarias7.
El perro olisqueó a su amo y al ver que éste no respondía, se dirigió a su casa, manchado de sangre. Eva, cuando vio llegar al animal, se temió lo peor y salió a buscar a su pareja. Para entonces, un vecino ya había dado con el cuerpo sin vida del policía.
Observador
Francisco S., como todos los demás vecinos de la zona, salió de su vivienda cuando llegó la Policía ante el hallazgo del cuerpo. El presunto asesino, con tranquilidad según comentaban los vecinos, cruzó la calle y observó los trabajos de los agentes. Incluso comentó su asombro por lo ocurrido.
En un momento dado, la policía llamó a una vivienda y pidió a sus habitantes que salieran. A uno de ellos llegaron a ponerle contra la pared. Al parecer, Eva se había equivocado al señalar a quien ella creía sospechoso del crimen y dio un número erróneo a los agentes.
Pocos minutos después, la propia policía rectificó y pidió a Francisco S. que se acercara para hacerle unas preguntas. Después, ante el resto de los presentes, le solicitaron que entrara en el coche policial. No le esposaron, pero sí le comunicaron que estaba detenido por su presunta relación con el homicidio.
Ayer, Francisco volvió al calabozo tras el registro y declarará ante el juez en las próximas horas.
La Policía investiga si hubo un disparo
Por su parte, La Provincia-DLP en su crónica del suceso relata que Manchita, una perra bulldog francés, parece que fue el desencadenante de una discusión entre dos vecinos que acabó con la muerte de uno de ellos en plena calle. El policía local de Las Palmas de Gran Canaria José Juan Santana paseaba el pasado domingo, como cada tarde, a su perra por la parte alta de Marpequeña (Telde) cuando F., que vivía junto a su domicilio, le increpó por las molestias que su mascota le ocasionaba y supuestamente le golpeó reiteradamente con una piedra en la cara hasta desfigurársela y causándole la muerte, aunque la Policía Nacional también investiga si el óbito fuera ocasionado por un disparo, según fuentes cercanas al caso.
F., que fue detenido por la Policía Nacional el domingo por la noche después de los hechos, acompañó ayer a los agentes al registro que se realizó en su domicilio durante toda la mañana. Los policías fueron apoyados por los bomberos que les suministraron ayuda técnica, en concreto, iluminaron el domicilio del detenido con varios focos, ya que al parecer se encontraba sin luz eléctrica. Entre el material incautado por la policía se hallaba una escopeta, que pudo ser el arma del homicidio si la autopsia confirma que fue un tiro lo que sesgó la vida de José Juan. Después de registrar la vivienda, sobre las 14.00 horas, el presunto homicida fue conducido de nuevo a las dependencias policiales.
Discrepancias
Según los vecinos, ambos hombres habían tenido algunas discrepancias que les había llevado incluso a denunciarse ante los Tribunales, pero nadie pensó que sus diferencias llegarían a tal extremo. En el caso de F., de unos 40 años, los lugareños lo describen como "una persona con problemas mentales" que ya había protagonizado algún "incidente vecinal" con anterioridad, pero ninguno de carácter violento.
F., separado y con una hija, vivía solo en su casa desde hacía unos 14 años. Fue cerrajero, pero un accidente laboral le apartó de su profesión y empezó a ganarse la vida como vendedor de cupones de OID. Era usual verlo por el barrio. "Desde que se le cayó la viga encima cuando era cerrajero no está bien de la cabeza", reconocen sus propios familiares con los que no mantenía apenas contacto. "A veces se le cruzan los cables", añaden. El detenido era conocido también por frecuentar mucho los bares de la zona.
"Le gustaba mucho el ron", dicen los clientes de uno de los bares de Marpequeña. "Se ve que no estaba bien porque hacía y decía cosas muy extrañas, pero nunca fue violento", recuerda María del Carmen García, dueña de la cafetería San Antón.
Santana, que trabajaba como policía local en la capital grancanaria desde hacía 15 años, llevaba dos años viviendo con su pareja en un piso de Marpequeña separado por un solar de la casa terrera del presunto homicida. El fallecido, de 40 años, solía pasear a su perra por su calle medio asfaltada y rodeada de solares y establos. Sus familiares y amigos recuerdan cómo quería a su perra, "como si fuera una hija". Un animal que, según otros vecinos, no causaba ninguna molestia.
"A mi hija le han destrozado la vida"
El policía local José Juan Santana vivía desde hacía dos años en un piso con su novia, Eva, dependienta de Mercadona, en la parte alta de Marpequeña (Telde). Era un hombre "respetuoso" y "educado", como recuerdan los vecinos. Su suegra ayer permanecía junto al hogar que ambos compartían mientras los agentes de la Policía Nacional registraban la vivienda del detenido. Ambos domicilios estaban separados por un solar y ubicados en una estrecha calle a medio asfaltar por donde Santana solía pasear a su perra todas las tardes.
"No saben la adoración que tenía mi hija Eva por ese hombre", respondió la suegra del fallecido ante las preguntas de los medios de comunicación que se agolpaban en la calle Fernando Rodríguez desde primera hora de la mañana. "Eso no se hace, eso no se hace en un día tan especial" como el domingo, decía en referencia al Día de la Madre. "Con sólo 30 años a mi hija le han destrozado la vida", añadió muy emocionada la madre de Eva que no quiso hacer más declaraciones ni dar su nombre a los periodistas.
"Ambos eran personas ejemplares. Nunca tuve ningún problema con ellos", recuerda Esteban Curquejo, que vivía encima de la pareja.