Sobre la administración central.
No es infrecuente, como vemos en este foro, que se asocie a las CCAA con el gasto superfluo y el despilfarro mientras que se presenta una administración central más racional y menos propensa a la obra innecesaria. Pondré varios ejemplos que, a mi entender, demuestran que esto no es así.
He leído varios artículos críticos sobre el AVE. El resumen podría ser el siguiente. España es después de China el país con más kms de líneas de AVE. En el resto de Europa solo se construye AVE cuando la capacidad de las líneas está tan al límite de su capacidad que requiere de su ampliación. En estas circunstancias es cuando se opta por una infraestructura de mayor calidad (como vamos a tener que hacer algo nuevo es preferible gastar algo más y mejorar el servicio). En el caso de España es distinto. La capacidad de las vías está lejos de la saturación con lo cual utilizando y mejorando puntualmente lo existente y con la mejora de las máquinas (en proporción poco coste) se podría mejorar enormemente es servicio. Creo que la mayorías de AVEs, construidos o en construcción son o serán altamente deficitarios. Al decir de muchos es un despilfarro que no deberíamos permitirnos. Lo grave es que el despilfarro no puede compararse al de las CCAA pues el gasto es desproporcionado en relación al gasto del Estado. Así en Galicia se entiende por desmesura (con razón) los 400 millones de Euros gastados en la Ciudad de la Cultura, pero es que tan sólo la línea Madrid- Valencia supuso una inversión de más de 6000 millones (y es de las más pequeñas) que requeriría para ser rentable 6 mill de personas/años (las previsiones son de la mitad).
En Galicia tenemos tres aeropuertos. Todos coinciden en que esto es desmesurado e irracional. Tenemos tres aeropuertos, costeamos tres aeropuertos y... no tenemos casi ninguno. Como son pequeños solo nos sirven para ir a Madrid o Barcelona y de ahí tomar otro hacia destinos internacionales. Tanto es así que el gran aeropuerto gallego empieza a ser... el de Oporto.
Esta desmesura e irracionalidad se debe a la administración central, a Fomento.
También he leído varios artículos sobre el antiguo Plan Hidrológico Nacional de Aznar. La conclusión a la que llegan es que, a día de hoy (en realidad de aquel entonces) ya no era necesario realizar un plan más propio del XIX que del XX casi XXI y que la única explicación a tanta generosidad en el gasto sólo puede obedecer a la concesión de enormes infraestructuras a empresas amigas.
Quiero aclarar, una vez más, que esto no significa que no deban aclararse cosas, mejorarse y coordinarse políticas, poner límites a las transferencias... tan solo quiero añadir notas de color, de variedad cromática a una visión de la realidad habitualmente presentada en blanco y negro.