Autor Tema: Va de militares  (Leído 395170 veces)

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Re: Va de militares
« Respuesta #2580 en: 16 de Marzo de 2015, 03:48:12 am »

Cabrera, un capitán de lengua sucia
El Supremo absuelve a un militar que denigró en público a una sargento
La Sala no ve delito en que el oficial la llamara”inútil y le reprochara “sus pajas”
Joaquín Gil / José Antonio Hernández Madrid 11 MAR 2015 - 20:18 CET

La secuencia se desarrolló el 17 de febrero de 2012. El capitán Jose Francisco Cabrera se dirige a la sargento M. A. R. “¡Deja de hacerte pajas! No, mejor, como eres mujer, deja de hacerte dedillos, y piensa”. Un grupo de suboficiales presencia la escena en un despacho de la base Los Rodeos de San Cristóbal de Laguna (Tenerife). La víctima, que navega por la treintena, entra en una crisis nerviosa.

El Tribunal Supremo considera probado el suceso. Pero, como sucede en una decena de episodios similares, entiende que los exabruptos no constituyen un delito de abuso de autoridad, que el Código Penal Militar castiga con hasta cinco años de prisión. “Los hechos no revisten la entidad necesaria”, recoge una sentencia, inédita, que acaba de dictar la Sala Quinta de lo Militar del Supremo. Solo uno de los cuatro magistrados del tribunal, Jacobo López Barja de Quiroga, votó en contra de exculpar al mando y se muestra a favor de la condena en un voto particular. Capitán y sargento se verán pronto las caras de nuevo en el cuartel tinerfeño. “Mi cliente está aterrada con la vuelta. También, los siete militares que declararon en el juicio contra el capitán”, explica el abogado Antonio Suárez-Valdés.

Para entender esta historia con tintes de La chaqueta metálica hay que remontarse a noviembre de 2011. El controvertido capitán desembarcó entonces en la base de Los Rodeos tras regresar del contingente español en Qala-i-Naw (Afganistán). Perfeccionista y exigente, Cabrera recurría a un vocabulario “cuartelero” y “soez”. “¡No tienes ni puta idea!”, “inútil” o “deja de hacerte pajas”, sazonaban su vocabulario, según el Supremo. El fallo quita hierro a estas groserías al entender que el oficial tiraba de este lenguaje para mostrarse más cercano y sin ánimo de ofender.

La víctima se muestra "aterrada" ante el reingreso de su jefe en la base militar

Quizá por eso, el mando recurría a parábolas sexuales para amenizar sus clases. “Os debéis tatuar la polla de manera que en reposo se lea perra y empalmada, percutor de guerra”, dijo en una ocasión. En otra, el 5 de marzo de 2012, reprimió a la sargento M. A. R. por desconocer el paradero de dos soldados. “¡Inútil! No tienes ni puta idea. Ponte las pilas. ¿Para qué coño te quiero si no sabes, ni siquiera alinear una formación?”. A Cabrera no le gustaba que su equipo se lesionase. Cuando la sargento que le denunció sufrió un golpe en la rodilla, tras caerse de un vehículo, le soltó: “Eres una inútil. ¿No te da vergüenza? Eres peor que un soldado renegado de Infantería...”. Después, al conocer los detalles, remató: “¡Lo que faltaba, la batería tiene un sargento que se cae de camiones y encima le dan ataques de ansiedad!”.

Pese al diagnóstico del traumatólogo, el capitán nunca se creyó la lesión. Llegó a acusar a la sargento de “inventarse el dolor”. “Deja de traer papelitos del acupuntor”, le advirtió para reprenderle después: “¿Hasta cuándo vas a seguir echándole cara a lo de la rodilla?, ¿en dos años no te ha dado tiempo de ponerte en forma? Qué si tienes rehabilitación, qué si te duele la rodilla...”. Los insultos empezaron a minar la mente de la sargento. Una mujer de carácter estable, según su abogado.

Tras dos años de invectivas y broncas en público, de reprimendas y zafiedad, M. A. R. pidió la baja por ansiedad. El Servicio de Psiquiatría del Mando Aéreo de Canarias (MACAN) le diagnosticó una alteración psicológica. Cuatro de los cinco jueces del Supremo no aprecian relación entre la severidad verbal del capitán y el cuadro nervioso de la militar.

Un sargento recordó en el juicio un grosero episodio. Ocurrió en abril de 2012. Cabrera le soltó a M. A. R.: “¡Contesta aquí delante de todo el mundo para que vean la clase de mando que eres! Esto es como las putas. Que no quieren que se la metas hasta que llegas a un acuerdo con ella y les pagas”. Fuentes jurídicas entienden que la absolución supone “una clara involución de la Sala de lo Militar en el castigo de conductas vejatorias en los cuarteles”.

investigacion@elpais.es

“Es una clara humillación”

La sentencia que absuelve al capitán José Francisco Cabrera de un delito de abuso de autoridad salió adelante con los votos de cuatro de los cinco magistrados de la Sala Quinta de lo Militar del alto tribunal. Votó a favor de la absolución y de entender que no hay delito en las reiteradas groserías soltadas por el capitán a su subordinada el sector considerado más conservado de esta Sala. Es decir, el presidente Ángel Calderón y los magistrados Javier Juliani, Benito Gálvez y Francisco Javier de Mendoza Fernández. En minoría a favor de la condena, porque entiende que los hechos sí constituyen un delito, quedó el magistrado Jacobo López Barja, quien emitió un voto particular disconfome con sus colegas.

Considera López Barja que los exabruptos contra la víctima —”inútil”, “no tienes ni puta idea” o “deja de hacerte pajas”— conducen a la humillación y degradación de la persona. Sostiene este magistrado que minan la dignidad de la sargento, tal y como recoge el artículo 106 del Código Penal Militar, que fija una pena de hasta cinco años de prisión.

En su voto particular, el magistrado critica que la sentencia enmarque las groserías de Cabrera en el “lenguaje cotidiano” para dirigirse a sus subordinados. Y cuestiona el argumento de que los dardos no tenían como objetivo humillar solo a la sargento M. A. R.

López Barja se muestra contrario a la idea de que las invectivas perseguían la superación personal en la base Los Rodeos de San Cristóbal de Laguna (Tenerife). Y arremete contra la presunta finalidad pedagógica de los insultos. “Esto no puede asumirse ni como regla ni como excepción a las Reales Ordenanzas”, dice. El magistrado critica que la sentencia reduzca el comportamiento de Cabrera al de un “maleducado” sin hablar de vejaciones. Como ejemplo, expone los insultos de Cabrera a la sargento. En una ocasión, el oficial le preguntó a esta si se había preparado unas clases teóricas que debía impartir a la tropa. Ante la respuesta afirmativa de M. A. R. , Cabrera le contestó: “Sí, claro, seguro que te lo has mirado como cuando yo leo la etiqueta del champú cuando cago”. Fuentes jurídicas señalan que las recientes salidas de varios jueces progresistas ha supuesto una “involución” en la doctrina que en los últimos años había acuñado esta Sala. Y que el Tribunal, sin tener que hacer una nueva valoración de la prueba, ha podido revocar la sentencia absolutoria del tribunal de instancia y castigar como delito los improperios e insultos que la propia Sala valida como probados.

Que me perdone el Capitán pero el único inútil como mando es él, con gente así sus subordinados están perdidos.

Desconectado 47ronin

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Re: Va de militares
« Respuesta #2581 en: 16 de Marzo de 2015, 13:56:38 pm »

16/03/2015

El teniente Segura se enfrenta a una nueva pena de cárcel por expresiones contra la bandera y la Constitución


Ha sido acusado por dos suboficiales a los que él había denunciado previamente por conductas racistas y homófobas. Le echaban en cara que era “amigo del coletas”

Otros dos meses de cárcel, aunque con el nuevo régimen disciplinario sólo cumplirá 30 días. Esa es la pena que pesa sobre el teniente Segura de prosperar el expediente que hay abierto sobre él por presuntas expresiones contra la bandera y la Constitución. Denuncia que se trata de una venganza por informar sobre la conducta racista y homófobas de  dos suboficiales que compartieron internamiento con él.

“En dos meses sabré el resultado del expediente y seguramente me caigan otros dos meses” asegura el teniente Luis Gonzalo Segura. Sería la cuarta vez que el oficial de Tierra entraría en el Establecimiento Disciplinario Militar de San Pedro, en Colmenar Viejo (Madrid).

Durante su segundo paso por el correccional, el autor del libro ‘Un paso al frente’ cumplió su castigo junto a otros compañeros. Entre ellos, dos suboficiales –sargentos-, con los que tuvo algún encontronazo mientras duró la estancia.

Según asegura el propio Segura a El Confidencial Digital, ambos suboficiales proferían habitualmente insultos hacia algunos policías militares que estaban a cargo de la seguridad de las instalaciones de Colmenar. Casi siempre hacia un soldado de color y a una soldado homosexual.

Expresiones como “a mí este mono no me da órdenes” o “la hibrido esta que se ha creído”, en referencia a la condición de lesbiana de la soldado, se convirtieron en “habituales” en los barracones de San Pedro. Nunca lo hacían de cara a los soldados, pero “ellos percibían un trato diferente” por parte de estos internos.

El teniente Segura afirma que trató de hablar con los suboficiales –uno de ellos llevaba tatuada un águila de San Juan, recuerda- para que cesaran en su actitud, pero finalmente decidió ponerlo en conocimiento de sus mandos a través de un escrito.

Además, explica, él también fue objetivo de las críticas de estos suboficiales. “Cuando salía Pablo Iglesias en la televisión me miraban y me decían ‘mira, ahí tienes a tu amigo el coletas, a este le daba yo el paseíllo” asegura.

“La situación era insostenible y presenté un parte por la conducta de estas personas. Pero fue completamente ignorado”. Según relata, junto a él también se encontraba internado un teniente coronel que “reía las gracias a los sargentos”.

A los pocos días recibió la respuesta en forma de contraparte, en el que se le acusaba de realizar “expresiones contrarias a la bandera y a la Constitución española”. El parte sobre sus presuntas expresiones derivó en la apertura de un nuevo expediente, que actualmente se está investigando.

“Nunca he realizado ningún tipo de afrenta ni he dicho nada contra la Constitución, contra España o contra la bandera. De hecho mi discurso siempre ha sido de absoluto respeto y defensa de los valores democráticos” afirma en teniente.

“Seguramente acaben condenándome a otros dos meses de prisión, aunque con el nuevo código disciplinario sólo cumpliré 30 días, eso en caso de que me apliquen el nuevo y no el antiguo” explica el oficial. Eso sí, siempre que los dos procesos de expulsión que tiene abiertos no pongan punto y final a su carrera en las Fuerzas Armadas.

Desconectado Celestino

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Re: Va de militares
« Respuesta #2582 en: 16 de Marzo de 2015, 15:31:49 pm »
Madre mía y estos tienen que defender a España?

Desconectado Heracles_Pontor

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Re: Va de militares
« Respuesta #2583 en: 16 de Marzo de 2015, 20:50:34 pm »
Pues si esto es así ahora . . . imagina como era antes.

Enviado por Eutelsat usando ViaSat con Tapatalk.


"No hay hechos, sino interpretaciones" Nietzsche

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Re: Va de militares
« Respuesta #2584 en: 17 de Marzo de 2015, 20:27:24 pm »
Terrible, necesitamos un ejército a la altura de un país democrático no la ñapa que es ahora.

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Re: Va de militares
« Respuesta #2585 en: 18 de Marzo de 2015, 08:32:33 am »


El plazo acaba en julio

18/03/2015

Un resquicio legal permite a Defensa anular el ascenso del coronel que acosó a Zaida Cantero

Expertos en legislación militar confirman que un expediente de lesividad permitiría revocar el nombramiento de Lezcano-Mújica que se firmó en 2011

     
El Ministerio de Defensa puede anular el ascenso del coronel Lezcano-Mújica, condenado por “abuso de autoridad” y “trato degradante” a la capitana –ahora comandante- Zaida Cantero. Así lo explican expertos en derecho castrense, aunque advierten que el plazo para iniciar el expediente finaliza en julio.

El coronel Lezcano-Mújica fue ascendido de teniente coronel a coronel el 20 de julio de 2011.  Menos de un año después, el 8 de marzo de 2012, el Tribunal Militar Central le  condenó a dos años y diez meses de prisión por delito de abuso de autoridad con trato degradante. El delito de acoso sexual no se encontraba en el Código Penal Militar todavía.

La resolución aprobatoria, firmada meses atrás por la entonces ministra de Defensa Carme Chacón, supuso un “acto declarativo de derechos”. Es decir, no había marcha atrás. Pese a que Lezcano-Mújica estaba en pleno proceso judicial, aún no había sido condenado y, por tanto, no podía anularse su ascenso.

Sin embargo, según ha sabido El Confidencial Digital por fuentes expertas en derecho militar y procesos contencioso-administrativos relacionados con el Ministerio de Defensa, existe un resquicio que podría permitir a Pedro Morenés la anulación del ascenso de Lezcano-Mújica.
Que Defensa se ‘denuncie’ a sí misma

Tal y como explican estas voces, la legislación administrativa permitiría al ministro ordenar la apertura de un expediente de lesividad (contemplado en el artículo 106 de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo Común).

Este expediente de lesividad contra la decisión adoptada por Defensa reconocería que el ascenso de Lezcano-Mújica “resulta lesivo para los intereses generales y el prestigio de las Fuerzas Armadas y del Ministerio”.

El siguiente pasó, explican las fuentes consultadas, sería la solicitud a la Abogacía del Estado del inicio de un recurso contencioso-administrativo en el que Defensa se ‘denuncia’ a si misma por la toma de una decisión que lesiona su prestigio u intereses. Puede solicitar así la anulación de esa decisión.
Una decisión a contrareloj

La ley que rige la apertura de expedientes de lesividad contempla que existe un plazo máximo de 4 años para presentar este recurso desde el día exacto en que se tomó la decisión.

En este caso, el ascenso de Lezcano-Mújica se hizo oficial el 20 de julio de 2011, por lo que esta vía caduca el próximo mes de julio. El Confidencial Digital ha contactado también con Jesús Navarro, abogado, comandante en situación de retiro y presidente de la Federación de Asociaciones de Militares de España (FAME). Para Navarro, Defensa “aún está a tiempo de iniciar este expediente de lesividad, pero hace falta voluntad por parte del ministro” asegura.

“Un proceso así puede estar resulto en menos de dos meses, pues el trámite de audiencia al afectado es de 15 días. Una vez iniciado el contencioso, que deberá tramitarse en la Audiencia Nacional, éste puede durar lo que dure” afirma Navarro.

Según destaca, este tipo de procedimiento se ha aplicado en otras ocasiones para anular ascensos por diversos motivos, y en todos ha resultado efectivo.



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Re: Va de militares
« Respuesta #2586 en: 19 de Marzo de 2015, 15:37:06 pm »

El ministro prometió recolocar a aquellos que sufrieran daños en acto de servicio

19/03/2015
   
Una soldado herida en Kosovo reclama a Morenés que “cumpla su palabra” y le permita volver al Ejército

Tuvo un accidente en un BMR, la excluyeron del servicio y ahora Defensa le deniega su reingreso

Tras años sirviendo al Ejército español, la soldado San José sufrió un grave accidente en Kosovo. A los dos años se dictó resolución: debía abandonar las Fuerzas Armadas. Una década después, pide al ministro de Defensa que le permita volver, pero cada solicitud es rechazada.


La soldado Inmaculada San José.
 
La soldado Inmaculada San José fue destinada a Kosovo en 2002, junto a sus compañeros del Regimento de Caballería Lusitania 8. Se trataba de una misión de seis meses. Tres años atrás, en 1999, España se había comprometido con la misión de paz internacional diseñada para proteger este pequeño territorio de los Balcanes, ahora una república independiente.

La aportación de San José a la misión era la conducción de uno de los Vehículos de Exploración de Caballería que formaba parte de las patrullas de seguridad que realizaba el contingente español en Kosovo.

Caida desde el BMR

Su responsabilidad, además de conducir el BMR, era comprobar todos los días el estado del vehículo. Lo que denominan ‘pasar niveles’: comprobar el nivel de aceite, el líquido de frenos…

Habían pasado 3 meses desde su despliegue cuando, en una mañana especialmente lluviosa, San José se subió a la parte superior del vehículo para realizar comprobaciones técnicas antes de salir de patrulla. El agua acumulada y la presencia de aceite en la barcaza le jugó una mala pasada. Un resbalón le provocó una caída.

Una rodilla "destrozada"

Tras ser atendida por los servicios médicos de la base se le diagnosticó una rotura de ligamento cruzado, interno y menisco. Su rodilla estaba destrozada y tuvo que ser repatriada de urgencia a España para ser operada.

Meses después se reincorpora a su puesto con limitaciones. Pero dos años después, un tribunal militar dicta sentencia: debe abandonar las Fuerzas Armadas con una minusvalía de grado 5 –la más alta-. Sin embargo, el porcentaje de minusvalía que se le reconoció fuera del Ejército era de tan sólo un 10 por ciento.

Su anhelo: volver a servir al Ejército

Desde 2005, San José –madre de 3 hijos- ha mantenido un contencioso con Defensa para que se le reconozca un mayor porcentaje de minusvalía. Todos los recursos eran rechazados. En 2012, unas palabras de Morenés le presentaron una nueva alternativa: volver al Ejército, a un puesto en el que sus limitaciones físicas no le impidieran desarrollar su labor.

“La experiencia adquirida aconseja que se produzca una mayor vinculación del personal cuyo cese en el servicio se haya producido en circunstancias especiales, dado su acendrado amor al servicio y su dedicación, que le hacen merecedor del máximo respeto y consideración por parte de la institución militar”. Así rezaba la Orden Ministerial firmada por Pedro Morenés que se publicó en 2012 en el Boletín Oficial de Defensa.

A partir de esa instrucción, Defensa abría la puerta a todos aquellos que, estando en acto de servicio, resultaron heridos y tuvieron que abandonar las Fuerzas Armadas. Desde entonces, asegura la soldado San José, ha solicitado en numerosas ocasiones su vuelta al Ejército. De nuevo, todas las peticiones fueron rechazadas.

“Simplemente nos queda acatar y callar, porque no hay más vías legales a las que acudir. Uno ha de quedarse con un gasto de 10.000 euros en abogados y pleitos. No creo que esté pidiendo mucho, solo que me escuchen y pueda recibir una respuesta razonable y entendible” asegura San José.

“Los soldados en España somos los únicos ciudadanos que no tenemos derecho a pensión en caso de accidentarnos, cuando en cualquier empresa eso está contemplado” afirma. Ahora, lo que pide San José es que Morenés “cumpla con su palabra” y le permita, a ella y a otros que están en su misma situación, volver a servir a España y al Ejército.

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Re: Va de militares
« Respuesta #2587 en: 20 de Marzo de 2015, 15:13:07 pm »

Justicia militar ¿Justicia del siglo XXI?


Posted on 20 marzo, 2015   
 

Fernando Flores

Poco a poco se van apagando los ecos del Caso Cantera, pero en la retina de muchos permanecen las imágenes del tribunal militar que lo juzgó, con unos jueces y un fiscal visiblemente incómodos ante la circunstancia de tener que condenar a un teniente coronel. El simple hecho de que sean militares los que juzguen militares, sumado a la clara percepción de que, en ese juego de equilibrios que es el proceso, el peso de la jerarquía del acusado (y de algunos testigos que lo apoyaron) ha influido en el comportamiento del tribunal, y quizás determinado su decisión, trae o debería traer a la sociedad el debate sobre la existencia misma de la justicia militar.

¿Por qué existe una justicia militar diferenciada de la justicia ordinaria? ¿Quiénes son las personas que componen sus tribunales? ¿Son imparciales? ¿Qué conflictos conocen y por qué esos y no otros? ¿Hay garantías de que respeten rigurosamente los derechos procesales que exige la Constitución?

En España existe un régimen jurídico de la justicia militar, configurado como una jurisdicción especializada por razones del ámbito en que se ejerce (el castrense) y por el derecho específico que aplica (diversas normas específicas para lo militar). Desde 1987 (Ley 4/1987, de 15 de julio) la justicia militar se integra en el Poder Judicial único del Estado, de acuerdo con el principio de unidad jurisdiccional que exige el artículo 117.5 de la Constitución.

El origen de este “compartimento estanco” es histórico. La justicia entre militares nació con los ejércitos, con el objetivo de mantener un control férreo sobre sus miembros, y se mantuvo a lo largo de la historia con argumentos sostenidos en la singularidad de su organización (en la que disciplina y jerarquía son esenciales) y de sus funciones (la defensa del territorio y el uso de la fuerza). Partiendo de esta base resulta comprensible que triunfase la idea según la cual “quien manda debe juzgar”, y que la jurisdicción militar se configurase como una justicia no judicial que aplicaba un derecho penal propio. La consolidación hacia principios del siglo XVIII de un ejército permanente no hizo sino fortalecer ese esquema, un esquema según el cual la justicia militar era competente (con vis atractiva en perjuicio de la justicia ordinaria) para conocer de todos aquellos casos que presentasen un “elemento militar”, fuera éste subjetivo (personal militar), objetivo (materia sujeta al derecho penal militar) o espacial (en lugares militares).

La llegada del constitucionalismo y la configuración progresiva de los Estados de Derecho, sociales y democráticos comenzó a revertir la situación, es decir, a delimitar la justicia militar al ámbito estrictamente castrense. Ahora bien, esa voluntad transformadora encontró tanta resistencia por parte de los ejércitos, que hasta la Constitución de 1931 no se suprimió el triple criterio competencial (subjetivo, objetivo y territorial). Por lo demás, esta civilización de la Justicia duró poco, pues el régimen franquista devolvió a la jurisdicción militar su poder anterior a la República, un poder, corregido y aumentado, que había de ser coherente con la función de control social que se atribuyó a los ejércitos.

Tras la dictadura, la Constitución de 1978 tampoco consiguió (como sí sucedió en Alemania, Austria, Francia, Noruega, Holanda, Dinamarca…) deshacerse de la “peculiaridad institucional de los ejércitos”. Así que tras proclamar en el art.117 que “el principio de unidad jurisdiccional es la base de la organización de los Tribunales”, a párrafo seguido admitió que la ley regulase “el ejercicio de la jurisdicción militar en el ámbito estrictamente castrense y en los supuestos de estado de sitio, de acuerdo con los principios de la Constitución”. Es decir, se optó por mantener la posibilidad (bien es cierto que vía legislativa) de una justicia especial cuya justificación en un Estado democrático ya no era (ni es) tan clara. Dado el contexto de la Transición (en el que debe enmarcarse el difícil proceso de democratización de los ejércitos españoles), sólo en la segunda mitad de los ochenta comenzó a legislarse para adaptar la justicia militar a los principios constitucionales por los que había de regirse. A día de hoy los cambios han sido importantes (el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional consideran que la justicia militar en España se ajusta a los parámetros de la Constitución), pero todavía cabe plantear, aunque sea brevemente y a modo de planteamiento del debate, algunas preguntas y reflexiones.

¿Exige la singularidad del mundo militar, del “ámbito castrense”, una jurisdicción propia?

Como se ha comentado antes, esa singularidad vendría definida, en primer lugar, por el aspecto organizativo y por la función propios de las Fuerzas Armadas. Desde esta perspectiva se plantea que la justicia castrense, así como el derecho penal militar propio, resultan esenciales para mantener la disciplina y la eficacia de las misiones atribuidas a los ejércitos. Argumentos que merecen una reflexión detenida, pero que de entrada resultan discutibles, ya que, de una parte, las faltas de disciplina u otros delitos cometidos por militares también pueden ser, además de contenidos en un Código Penal común, revisadas eficazmente por jueces ordinarios. Por otro lado, no queda claro en qué puede influir una jurisdicción común (siempre que sea eficiente) en el incumplimiento de las funciones militares.

Por lo demás, y aunque es cierto que en los últimos años se ha ido reduciendo sus límites (en esa dirección han ido las decisiones tanto del Tribunal Supremo como del Constitucional), es evidente que todavía no queda del todo claro qué debe entenderse por “ámbito estrictamente castrense”, pues, por ejemplo, resulta más que dudoso que un delito de acoso sexual o laboral (como el del Caso Cantera), o una falta de hurto en un cuartel, deban conocerse por la justicia militar y no por la ordinaria.

¿Hay garantías de que en la justicia militar se respeten rigurosamente los derechos procesales que exige la Constitución?

De entrada, los principios procesales constitucionales relativos a la legalidad de los delitos y faltas disciplinarias, la libertad personal, la publicidad, la oralidad, el derecho a la defensa y los derechos que de ella se derivan, la motivación de las sentencias, el derecho a un recurso… todos tienen fiel reflejo en las leyes militares (Ley Orgánica 13/1985, de 9 de diciembre, del Código Penal Militar, Ley Orgánica 2/1989, de 13 de abril, Procesal Militar). Por ello debe deducirse que desde la perspectiva de la legalidad formal la garantía de esos derechos se cumple. Sin embargo, la eficacia de esa garantía esta directamente relacionada con la respuesta a la siguiente pregunta.

¿Están garantizadas la independencia e imparcialidad de los jueces militares?

En el Estado de Derecho la función de juzgar y hacer ejecutar lo juzgado debe estar encomendada a un único conjunto de jueces, independientes e imparciales. Esa unidad jurisdiccional, establecida por unas normas de competencia y procedimentales previamente establecidas con carácter general por las leyes, se conecta directamente con la exigencia de independencia e imparcialidad, y es por ello que no caben manifestaciones de jurisdicción ajenas a ella.

Obviamente la justicia militar es una excepción admitida –no exigida, sino puesta a disposición del Legislador– por la Constitución, pero como toda excepción a la regla general, debe estar muy bien argumentada y muy bien delimitada. Más aún cuando se encuentran en juego derechos fundamentales de los ciudadanos, sean estos militares o civiles. En este sentido, cabe proponer dos reflexiones.

La primera de ellas tiene que ver con la necesidad de que los jueces (y los fiscales, ambos se extraen del Cuerpo Jurídico Militar) que conozcan los asuntos militares deban ser militares, un aspecto que se suele vincular a la necesidad de una “especial sensibilidad para la singularidad castrense”. De entrada, no queda claro que esa “especial sensibilidad” tenga que ser algo positivo (¿deben tener los jueces mercantiles ‘sensibilidad’ por lo comercial, o es suficiente con que tengan formación jurídica para resolver los conflictos que en esta materia se les plantean?); al contrario, podría pensarse que esa ‘empatía’ esconde intereses corporativos, intereses habitualmente favorables a los más fuertes (a los mandos de más alto rango).

La segunda tiene que ver directamente con su independencia e imparcialidad. Ciertamente, la Ley establece que los miembros de los órganos judiciales militares serán independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la Ley. Su nombramiento, designación y cese se hará en la forma prevista en la Ley y no podrán ser separados, suspendidos, trasladados ni retirados, sino en los casos y con las garantías establecidas en las leyes. Además, si se consideran perturbados en su independencia, pueden ponerlo en conocimiento del Consejo General del Poder Judicial a través de la Sala de Gobierno del Tribunal Militar Central. A partir de aquí, una vez más puede afirmarse que, en este ámbito y desde una perspectiva formal, la justicia militar española cumple con los requerimientos básicos, tanto los constitucionales como los establecidos por la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos: necesidad de dedicación permanente de los jueces, formación jurídica de los mismos, etc.

Sin embargo, la realidad muestra que esas garantías formales en muchos casos no pueden superar los pecados inevitablemente vinculados a toda endogamia, también la militar: amistades forjadas en promociones, confianza y protección de los oficiales de más alto rango, desconfianza en quien denuncia, valor de los testigos y sus declaraciones según su posición jerárquica, temor a no obtener apoyos de los superiores para ascensos o traslados, declaraciones que se realizan más ante un superior jerárquico militar que ante un juez o un fiscal… Aunque en la mayoría de los casos estas circunstancias no pueden probarse, la verdad es que existen, y vierten dudas legítimas sobre el cumplimiento de la exigencia de que el tribunal o juez esté “subjetivamente libre de sesgos y prejuicios personales” (así, por ejemplo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, Morris vs Reino Unido).

Concluyendo. Incorporadas plenamente las Fuerzas Armadas al siglo XXI, y en tiempos de paz, resulta discutible que argumentos de carácter organizativo y funcional justifiquen la configuración de una justicia militar separada de la justicia ordinaria. En realidad, es posible que el objetivo de dichas explicaciones sobre la singularidad castrense sea en algunos casos el de mantener un grado de autonomía poco compatible con el orden constitucional, antes que el de garantizar el buen orden y funcionamiento de los ejércitos.

La justicia debe ser absolutamente igual para todos, y solo argumentos muy poderosos pueden matizar o explicar desviaciones de ese principio. Sobre todo cuando con esa desviación se pone en juego algo tan esencial para los ciudadanos –sean estos militares o civiles– como el derecho fundamental a la tutela judicial efectiva.

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Re: Va de militares
« Respuesta #2588 en: 22 de Marzo de 2015, 09:21:40 am »


Defensa ocultó los daños sufridos por las tropas


22/03/2015

Heridos de bala, un RG por los aires... La dramática retirada española de Afganistán que nadie ha contado

Se conocen ahora sucesos sorprendentes: convoyes a 2 km/h, rutas de 3 días para recorrer 157 kilómetros, vehículos alcanzados por disparos, un explosivo activado a distancia…


Prometía ser una de las misiones más difíciles a las que se habían enfrentado los militares españoles. Y efectivamente lo fue. Después de un año de silencio, algunos de los que participaron en dicha operación relatan un escenario hostil y plagado de amenazas, alejado de la imagen de absoluto control que difundió Defensa en su día.

Los que participaron en la misión han guardado silencio hasta ahora sobre lo vivido aquellos días por imperativo legal. Los soldados que participan en operaciones están obligados a guardar estricta reserva sobre lo que acontece en las misiones. Sin embargo, algunos ya se atreven a relatar el “infierno” en el que se convirtió aquella ruta.

Año 2013. Las tropas españolas se encontraban inmersas en el repliegue de Afganistán. Fueron “las más duras de mis años de servicio” explica ahora a El Confidencial Digital un militar que participó activamente en la fase de diseño y ejecución de la operación.

El plan contemplaba el traslado de materiales desde la base española de Qala e Naw, centro de las operaciones españolas en la zona, hasta el aeropuerto de Herat, donde los contenedores iban a ser embarcados rumbo a España.

La ruta, de unos 157 kilómetros, transcurría por zonas de caminos en mal estado –empeorado por las condiciones meteorológicas que encontraron en el camino- y marcó el “ritmo penoso” de los convoys. “Hasta 3 días llegamos a tardar en un solo viaje” explican otras voces.

En estas ocasiones se hizo necesario hacer noche a la intemperie. Se montaban pequeños campamentos con perímetros protegidos por las ametralladoras de los vehículos y los morteros Cardom, que “fueron fundamentales” en el repliegue, explican estas voces –vea en este vídeo de ECD cómo funcionan estos sistemas. Sin embargo, esas noches se hicieron “muy largas” por las continuas embestidas nocturnas de la insurgencia.

En los meses previos, explican, la inteligencia militar española –con la colaboración de Estados Unidos y otros aliados- evaluó al milímetro el estado de la amenaza regional y la operatividad de las fuerzas que los rebeldes tenía en la zona. ECD desveló la existencia de informes en los que se apuntaba una muy alta probabilidad de ataques frecuentes de tipo guerrilla. Fue lo que finalmente ocurrió.
Pequeños comandos, disparos y repliegues

Las acciones estaban protagonizadas por pequeños equipos de entre dos y cinco insurgentes, dotados con armas ligeras y granadas. Realizaban incursiones de pequeña envergadura contra los convoyes en retirada. Una vez atacado el objetivo, se replegaban rápidamente con motocicletas o vehículos ligeros.

El hostigamiento, explican las fuentes consultadas, fue “continuo”, permanente. Tanto que buena parte de los vehículos que se utilizaron en aquella marcha volvieron a España con multitud de impactos de bala en la carrocería disparadas por AK-47. Algunos de estos transportes “no se quieren enseñar en actos públicos porque parecen coladores” afirman militares consultados por ECD.

Los convoyes se movían a unos dos kilómetros por hora, sobre todo por el difícil trabajo de los vehículos Husky, cuya tarea consistía en ir en vanguardia detectando cambios de densidad en el terreno y señalizando posibles emplazamientos de artefactos explosivos improvisados (IEDs).
El peligro de los IEDs

Inteligencia había advertido claramente de que la insurgencia utilizaría los IEDs, una de sus armas más efectivas en relación al número de bajas que causaron en toda la misión. Por ello, el temor era máximo.

En las zonas donde los expertos militares identificaban la posible colocación de explosivos bajo el terreno, los Huskys procedían a deshinchar sus ruedas para disminuir la presión y facilitar la detección de tierra removida recientemente. Esa técnica, “extremadamente eficaz” a la hora de encontrar amenazas, también convertía a los convoyes en un “blanco muy fácil por su lentitud”, perfecto para la insurgencia.

“Los disparos desde ambos flancos eran continuos y sólo cesaban cuando los Tigre –helicópteros de ataque enviados para dar cobertura a la operación- hacían acto de presencia”. Cuando había disparos, explican testigos presenciales, “todos los vehículos quedaban detenidos para evaluar la amenaza y responder adecuadamente”.

En uno de los incidentes, un cabo resultó herido de bala en una pierna, aunque tras ser atendido por los equipos médicos su caso no revistió mayor gravedad.
Un RG-31 voló por los aires

Uno de los sucesos más graves que recuerdan quienes estuvieron involucrados en aquel repliegue tuvo como protagonista a uno de los vehículos RG-31 que formaba parte del convoy.

Durante una de las rutas, en una zona próxima al paso de Sabzak –un desfiladero estrecho que preocupaba especialmente a la inteligencia militar-, un blindado pisó una mina que no había sido detectada.

La deflagración del artefacto provocó que el vehículo se elevara en el aire algunos metros y volcase. La falta de experiencia de los insurgentes que instalaron la trampa evitó una tragedia mayor: habían colocado la espoleta al revés, por lo que la explosión se produjo hacia el interior del terreno y no hacia el exterior.

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Re: Va de militares
« Respuesta #2589 en: 24 de Marzo de 2015, 07:54:26 am »

Respuesta del Ministerio ante el próximo Consejo de Personal

24/03/2015

Defensa rechaza una petición para pensionar la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo

Las viudas y viudos de fallecidos en acto de servicio seguirán sin pensión. Continúa el “agravio comparativo” con Policía y Guardia Civil

Defensa ha rechazado introducir cambios en la normativa que regula la concesión de medallas y reconocimientos militares. Una asociación militar presentó una propuesta para que aquellos que recibieran la Medalla al Mérito Militar con distintivo rojo cobrasen una pensión vitalicia, incluso de forma póstuma. El Ministerio lo ha rechazado alegando que son ante todo “un honor”.

Las medallas al Mérito Militar con distintivo rojo seguirán sin ir acompañadas de una recompensa económica. Este reconocimiento se otorga a aquellos que hayan realizado acciones o servicios eficaces en el transcurso de operaciones militares que impliquen el uso de la fuerza armada y supongan peligro de muerte.

Uno de los últimos en recibir dicha condecoración, a título póstumo, fue el cabo Francisco Javier Soria, fallecido por fuego de mortero israelíes en el sur del Líbano mientras cumplía servicio en la misión de la ONU.

Su viuda recogió la medalla, pero a diferencia de lo que ocurre con las medallas equivalentes en la Guardia Civil o la Policía Nacional, no tendrá derecho a una pensión vitalicia. Algo que las asociaciones consideran un agravio comparativo y una “injusticia”.

Así lo ha trasmitido la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), después de que Defensa les trasladase su negativa a modificar el Real Decreto 1040/2003 que rige estas recompensas.

La asociación presentó su propuesta en la última reunión de trabajo para preparar la próxima reunión del Consejo de Personal. Según explican, Defensa les comunicó que existían condecoraciones “más importantes” que tienen un porcentaje de pensión menor.

Tanto en la Guardia Civil como en la Policía Nacional, las respectivas Cruz de la Orden del Mérito y la Orden del Mérito Policial con distintivo rojo sí lleva aparejado un complemento económico que, en caso de ser otorgada de forma póstuma, cobran las viudas o viudos.

 

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Re: Va de militares
« Respuesta #2590 en: 25 de Marzo de 2015, 08:33:19 am »
Un juez prohíbe cautelarmente la difusión de un documental sobre el teniente Segura

    El demandante es el propio Luis Gonzalo Segura, que argumenta que llegó a un acuerdo verbal para la realización y distribución de la película con el director que este no ha respetado
    De acuerdo con él, la proyección de la cinta podría acarrearle perjuicios profesionales

INFOLIBRE Actualizada 24/03/2015 a las 20:30   

Después de admitir a trámite en febrero una demanda presentada por el teniente Luis Gonzalo Segura contra el director de un documental sobre su vida, un juzgado ha prohibido la reproducción y distribución de la película a la espera de un futuro juicio. El militar, que fue sancionado por escribir una novela sobre el Ejército, demandó a Carlos Hernando, autor de El informe Segura, por vulnerar su derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen.

Segura es el protagonista del documental, en el que se narra el calvario vivido tras la publicación de su libro, Un paso al frente, que le acarreó sanciones e incluso la privación de la libertad. De acuerdo con el militar, él había llegado a un acuerdo verbal con Hernando sobre la realización, producción y difusión de la película, que incluye tanto entrevistas como material gráfico proporcionado por él mismo.

El militar, que arguye que parte de ese contenido podría perjudicarle en su carrera, asegura que revocó el permiso para la exhibición del documental, decisión que el cineasta no habría respetado al proyectar la cinta en diferentes pases al público, además de presentarla a los Premio Goya, en los que finalmente no resultó nominada.

El titular del Juzgado de Primera Instancia 38 de Madrid ha estimado una de las medidas cautelares solicitadas por Segura, no así otras como el depósito de todas las copias del documental en el juzgado, la intervención y depósito de los ingresos obtenidos por Hernando con el filme o la averiguación del patrimonio del cineasta.

Mientras que la defensa del teniente solicita que se condene a Carlos Hernando al pago de 5.440 euros, Segura ha sido instado por el juez a ingresar 3.000 euros por los posibles perjuicios que la prohibición de la reproducción y distribución de la película pudiera acarrear al demandado, que tiene un plazo de 20 días para apelar la decisión del magistrado.

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Re: Va de militares
« Respuesta #2591 en: 26 de Marzo de 2015, 08:16:23 am »
 26/03/2015

Boicot al Ejército en una feria universitaria en Barcelona

Grupos independentistas se opusieron a la instalación de un stand de las Fuerzas Armadas en el Salón de la Educación


Diversos grupos independentistas y plataformas antimilitaristas trataron de evitar la presencia de un stand de las Fuerzas Armadas en una feria para universitarios en Barcelona.


 Una de las protestas contra la presencia del Ejército en el recinto ferial de Barcelona.

La campaña ‘Desmilitaritzem l’Educació’ tenía como objetivo que el Ejército español no tuviera sitio en el Salón de la Educación de Barcelona, que se celebra todos los años por estas fechas.

Las Fuerzas Armadas, como ocurre con la feria madrileña AULA, monta un stand en este evento barcelonés para reclutar a jóvenes que estén valorando sus opciones de formación.

Los impulsores –entre ellos diversas ONGs y sindicatos de tendencia independentista- de la campaña difundieron por redes sociales el hastag #SalóSenseExércit (‘Salón sin Ejército’), alegando que “las armas no educan” y que valores como “solidaridad, respeto o igualdad no son coherentes con los atributos del ejército”.

“La presencia de las fuerzas armadas en este evento contribuye a normalizar el ejército como alternativa de futuro para los alumnos, extendiendo la idea de que se trata de una organización humanitaria dedicada a la resolución pacífica de conflictos” aseguran desde el Centro Dellas, una plataforma antimilitarista que colaboró con la iniciativa.

“La violencia es el principal método utilizado por los ejércitos para conseguir sus objetivos” asegura.

Antes de que se celebrase el evento –que finalizó a principios de esta semana-, los grupos que protagonizaron la propuesta solicitaron que no se incluyera a las Fuerzas Armadas españolas entre la oferta de la feria.

Ya durante el evento, decenas de simpatizantes de la campaña se manifestaron en las propias instalaciones con pancartas y lemas en catalán como “las armas no educan, las armas matan”.

Sin embargo, como todos los años, el puesto de reclutamiento estuvo presente en la feria. Y según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes militares, esta edición fue “un éxito, por afluencia y solicitudes de información” de los jóvenes que acudieron a ella.

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Re: Va de militares
« Respuesta #2592 en: 02 de Abril de 2015, 13:56:35 pm »


El tribunal supremo absuelve a un capitán del ejército de un delito de abuso de autoridad

 

lainformacion.com

martes, 31/03/15 - 14:07

La Sala Quinta de lo Militar del Tribunal Supremo ha absuelto con todos los pronunciamientos favorables al capitán del Ejército de Tierra Daniel Blanco Vega por un delito de abuso de autoridad, previsto y penado en el artículo 106 del Código Penal Militar.

La Sala Quinta de lo Militar del Supremo, constituida por su presidente, Ángel Calderón, y por los magistrados Francisco Menchén, Fernando Pignatelli, Benito Gálvez y Jacobo López, ha decidido desestimar el recurso de casación interpuesto por la procuradora de tribunales Cristina Matud, en representación de Davinia Estévez.
La sentencia cuenta con los votos particulares de los magistrados Fernando Pignatelli y Jacobo López, quienes consideran que la actitud del capitán Blanco merecían ser penados con cuatro meses de prisión, así como a abonar a la soldado Estévez, en concepto de responsabilidades civiles, la cantidad de 3.000 euros y al pago de las costas procesales.

Este recurso se interpuso frente a la sentencia de fecha 6 de octubre de 2014 dictada por dicha sala, por la se absuelve con todos los pronunciamientos favorables al capitán del Ejército de Tierra Daniel Blanco Vega por un delito de abuso de autoridad, previsto y penado en el artículo 106 del Código Penal Militar.

HECHOS PROBADOS

La sentencia relata como hechos probados que quien fuera soldado del Ejército de Tierra, Davinia Estévez, estaba destinada a la 1ª Compañías de Fusiles del RIL ‘Tenerife 49’, siendo destinada a la 3ª Compañía en el mes de septiembre de 2011 quedando al mando del capitán Pedro Navarro Otero.

El día 16 de febrero de 2012, la soldado Estévez tuvo un accidente en su destino, durante la instrucción física de la mañana, siendo dada de baja a partir del 29 de febrero de ese mismo año, por causa traumatológica. El día 26 de abril fue dada de alta, siendo, esa misma fecha, dada de baja por “un trastorno adaptativo”.

Desde ese momento, la soldado Estévez estuvo de baja continuada por un periodo de seis meses, lo que provocó que el servicio médico de su unidad propusiera el inicio de un “expediente de pérdida de aptitud psicofísica”. Dicho expediente fue incoado el día 19 de noviembre de 2012 por orden del teniente general jefe del Mando de Personal del Ejército de Tierra, y durante el trascurso del mismo, la Junta Pericial Médica apreció un “trastorno adaptativo, coeficiente 5, con una discapacidad global del 10%, que no guarda relación causa a efecto con el servicio”.

Por resolución de 28 de junio de 2013, de la Subsecretaría de Defensa, su puso fin al expediente de insuficiencia de condiciones psicofísicas, “acordando declarar dicha insuficiencia de condiciones ajena a acto de servicio”.

Debido a las sucesivas bajas médicas, la soldado Estévez, a partir del día 29 de febrero de 2012, algunos de sus compañeros empiezan a “mostrar una actitud de animadversión” hacia ella, “llegando incluso a los insultos”, lo que provocó que el capitán Navarro interviniera para que cesara tal actitud.

DOS CONVERSACIONES

El teniente coronel médico, especialista en psiquiatría, Antonio Precedo, señaló en un informe de 29 de enero de 2014 que la soldado Estévez manifiesta “un cuadro mixto ansioso depresivo”, añadiendo que la actitud del capitán Blanco es “insuficiente para desencadenar un cuadro de estrés postraumático, aunque sí podría, sumada a otros factores, conducir a un síndrome de ‘burn-out’ (síndrome del quemado).

El capitán Blanco, en el momento en que tuvo conocimiento de la situación de la soldado Estévez tuvo dos conversaciones con ella, que fueron grabadas por ésta sin el conocimiento del primero.

En la primera de ellas, el capitán le dice que a tenor de lo que está pasando le conviene ser “sincera contigo misma y con España, y si eres sincera con España, dirás tendré que pedir una rescisión de contrato, tendré que irme y tendré que hacer lo que sea”, así como “eso piénsalo también, ahora, cuando vengas, ven a morir y si no, vet ‘pa’ casa a morir también o a otro trabajo, pero aquí no estás haciéndole ningún bien ni a España ni a la Compañía ni a nadie”.

En la segunda de las grabaciones, la soldado Estévez comunica al capitán Blanco que sigue de baja, añadiendo que se encuentra embarazada, a lo que el capitán responde “no eres digna de estar en el Ejército español. No eres digna de estar aquí. No eres digna de poder entrar en esta compañía (…) Es que no vienes a trabajar. Eh, yo, para mí, sólo merecéis eh todo, todo mi desprecio. Tú como muchísimos que hay en la mili y el Ejército nos estáis robando. Porque al final yo y el Teniente, y toda la gente nos tenemos que retirar a los 67 años, porque hay una panda de vagos y tal”.
La primera de las sentencias absolutorias va seguida del voto particular que formalizó el vocal togado del Tribunal, teniente coronel auditor Óscar Amegullo, quien declinó la ponencia que ejercía en estos autos, dada su disconformidad con el voto de la mayoría de la Sala, ya que su propuesta era de condena al capitán Blanco, a la pena de cuatro meses de prisión, por la comisión de un delito consumado de abuso de autoridad, previsto en el artículo 106 del Código Penal Militar.

VOTO PARTICULAR

El 1 de diciembre de 2014 la procuradora de tribunales Cristina Matud presentó recurso de casación al Supremo por “error de hecho”, al amparo de lo dispuesto en los artículos 849.2, 852 y 5.4 de la Ley Orgánica del Poder Judicial, por infracción del artículo 24.2 de la Constitución (tutela judicial efectiva).

Dado traslado del recurso a la Fiscalía Togada, mediante escrito presentado en fecha 23 de diciembre de 2014, solicitó la desestimación de la totalidad de los motivos formalizados por la Acusación Particular y la confirmación de la sentencia recurrida, “al considerarse la misma completamente ajustada a Derecho”. La defensa del capitán Blanco solicitó desestimación del recurso, hecho que ha tenido lugar en la citada sentencia.

La sentencia cuenta con el voto particular de los magistrados Fernando Pignatelli y Jacobo López en el que argumentan que el capitán Blanco debió ser condenado como “autor responsable del mencionado delito consumado de abuso de autoridad, en su modalidad de trato degradante a una subordinada, previsto y penado en el artículo 106 del Código Penal Militar, sin la concurrencia de circunstancias eximentes o modificativas de la responsabilidad penal, a la pena de cuatro meses de prisión, con las accesorias de suspensión de cargo público y derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena principal (…), así como a abonar a la soldado Doña Davinia Estévez García, en concepto de responsabilidades civiles, la cantidad de 3.000 euros y al pago de las costas procesales”.

(SERVIMEDIA)

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Re: Va de militares
« Respuesta #2593 en: 03 de Abril de 2015, 08:47:40 am »

DEFENSA

El caso de Iván Ramos
Cuando un 42% de discapacidad es 'insuficiente'

    Un soldado herido en Afganistán pide a Defensa que reconsidere la valoración de sus lesiones
    La Comunidad de Madrid le reconoció en marzo de 2014 un 75%

ALBA GÓMEZ VARELA Madrid
Actualizado: 03/04/2015 03:48 horas

«Yo antes era una persona feliz, alegre. Con lo que me han hecho, mi sonrisa se ha borrado», dice Iván Ramos en su presentación. El 13 de abril de 2011 comenzó el calvario de este legionario «por vocación», que vio cómo su vida cambiaba para siempre tras un accidente en Afganistán, donde estaba destinado. En aquel momento, Ramos tenía 28 años y llevaba ya una década en el ejército, cuatro de esos años en la Unidad de Operaciones Especiales. A su regreso a España ha tenido que luchar por recuperarse de sus lesiones -se sometió a su última operación a principios de mes- y también por que Defensa reconozca sus «derechos».

El día del accidente, 14 después de haber llegado a la base situada en la zona del Herat, había alerta por peligro de coche bomba. El ahora ex legionario decidió salir en la patrulla en la que tenían previsto trasladar material al norte del país, a pesar de que ese día no le tocaba viajar en el convoy, porque «no quería que le pasase nada a otro compañero». A poca distancia de la base, los dos primeros vehículos con los que viajaban adelantaron a un camión, pero cuando ellos se disponían a hacer la misma maniobra, el vehículo se les echó encima. El conductor del Lince -el blindado en el que se encontraba Ramos- intentó esquivarlo debido a la amenaza de bomba y el resultado fue que dieron varias vueltas de campana por la inestabilidad característica de este vehículo antiminas. El español fue el peor parado de todos porque estaba en la posición del tirador y la parte superior del carro de combate se desprendió. Tuvo que ser operado de urgencia por médicos estadounidenses que intentaron salvar su vida, pero que no pudieron hacer nada por un riñón y el bazo. Ramos, además, se rompió un total de 17 huesos, perdió audición y tiene amnesia a corto plazo.

Durante los tres días que permaneció ingresado en Afganistán, asegura que se sintió «muy bien cuidado»; los problemas llegaron a su regreso a España. Una vez en Madrid, sufrió severos dolores durante su recuperación, lo que le llevó a pasar por tres hospitales en busca de la mejor atención. A eso se le sumó la búsqueda del reconocimiento oportuno por parte de la institución militar, que denuncia que todavía no ha llegado.

La primera vez que pasó por el Tribunal Médico Militar, éste le otorgó un 24% de discapacidad, lo que significaba que no tenía derecho a pensión por un 1% de diferencia y que el tratamiento médico se lo tendría que financiar con sus medios. Sin embargo, Ramos ya «sabía» que no iba a estar conforme con esta valoración, por «antecedentes de otros compañeros», así que optó por pasar por el examen médico de la Comunidad de Madrid con anterioridad al militar. Así, la institución pública le dio el 10 de agosto de 2012 un 65% de discapacidad.

Este fue el momento en el que el ex legionario se dio cuenta de que «sólo era un número» y de que querían que se fuera del ejército «porque ya no servía», aunque él sostiene que podría haber continuado en el cuerpo ejerciendo otras funciones, como la de instructor. «Lo que más me hundió fue haber perdido mi destino, no me dieron opción a decidir porque todo es confidencial», asegura. Asimismo, entendió que, a su juicio, era el momento de pelear para que desde Defensa reconocieran el grado de discapacidad que «realmente» tenía, puesto que de lo contrario le pasaría lo que al resto de sus compañeros: «Palmadita en la espalda y a la calle, es lo que nos hacen a todos».

Reunió muchísimos documentos, además del de la Comunidad de Madrid, e informes periciales que le llevaron a gastarse más de 10.000 euros. Así, consiguió una nueva valoración, esta vez por parte de la Junta Médico Pericial Superior, que le subió el porcentaje de discapacidad a un 42%, «insuficiente», en su opinión. Esto supone que no llega al 50% necesario para que se considere una discapacidad grave y tenga derecho a la máxima pensión. «A todos les suben un poco cuando se quejan para callarles la boca», lamenta. Durante este segundo proceso, la Comunidad de Madrid ya le había subido el grado a un 75% (en marzo del año pasado). Ramos asegura que él, por aquella fecha, ya no quería seguir en el ejército, aunque «lo amaba», porque estaba sumido en una depresión y un estado de ansiedad muy fuerte, que se unía a los dolores que padecía, y que todavía no han remitido.

Desde la familia afirman que van a pedir una revisión del último peritaje elaborado por Defensa, aunque «probablemente la desestimarán porque no se la suelen dar a nadie». Se basarán en la operación de espalda a la que se sometió el 3 de marzo y en que nunca le han valorado la pérdida de audición que sufrió tras el accidente. Ramos considera que su situación es injusta y espera que su denuncia sirva para que más compañeros en su lugar pierdan el miedo a dar la cara y defender sus derechos. Por eso, está pensando en crear una plataforma para afectados junto a su madre.

@Alba620
Un problema 'muy extendido' entre militares

Desde la Asociación Unificada de Militares Españoles (Aume) denuncian que está «muy extendido» que los militares sean valorados por el tribunal con un grado de discapacidad menor del que realmente tienen para darles «menos dinero» y consideran que el examen de la Comunidad de Madrid «posiblemente sea más fiable».

Otra situación «bastante frecuente» es que no se reconozca que las lesiones se han producido en acto de servicio, problema al que Ramos no se enfrentó porque estaba en Afganistán. Sin embargo, es el caso de otros dos militares con los que ha podido hablar EL MUNDO y que no quieren ser identificados por miedo a represalias. Su actividad militar les llevó a desarrollar lesiones de espalda y a ser operados en varias ocasiones. Uno de ellos tuvo que dejar un entrenamiento para ser ingresado.

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Re: Va de militares
« Respuesta #2594 en: 03 de Abril de 2015, 10:29:23 am »
En tiempos de recortes todas las incapacidades se revisan a la baja . . .

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Re: Va de militares
« Respuesta #2595 en: 04 de Abril de 2015, 00:09:51 am »
Negativo.
Los recortes no tienen nada que ver. Ya ocurria antes de la crisis.
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Re: Va de militares
« Respuesta #2596 en: 04 de Abril de 2015, 08:43:48 am »
Mira las hemerotecas lee lo relativo a las revisiones de las incapacidades de los dependientes y veras cómo desde la crisis se revisan a la baja . . . y si esto es así con ese colectivo . . . imagínate con el resto.

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Re: Va de militares
« Respuesta #2597 en: 04 de Abril de 2015, 09:37:44 am »
Repito y matizo...
En el ejercito se hecho mucho antes de la crisis.

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Re: Va de militares
« Respuesta #2598 en: 05 de Abril de 2015, 03:34:46 am »
Eso lo desconocía . . .

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Re: Va de militares
« Respuesta #2599 en: 05 de Abril de 2015, 08:26:55 am »
La batalla judicial entre el teniente Segura y el cineasta que retrató su historia

Un juez ordena el secuestro del documental sobre el famoso teniente que denuncia su calvario en el Ejército. El propio militar reclamó esta medida cautelar en una demanda contra el director...

El famoso teniente Segura batalla en los tribunales contra el cineasta que retrató su historia. Hace unos días un juez ordenó el secuestro temporal del documental El informe Segura, donde se narran los problemas de este militar en las Fuerzas Armadas. Fue el propio Luis Gonzalo Segura quien reclamó esta medida cautelar en una demanda contra el director de la película, Carlos Hernando. En un auto fechado el pasado 16 de marzo, se dictaminó la "suspensión de la actividad de reproducción, distribución y comunicación pública" de esta pieza audiovisual.

Más en concreto, en esta resolución judicial, a la que ha tenido acceso Vozpópuli, el titular del juzgado de instrucción número 38 de Madrid, Jaime Miralles Sangro, decide estimar parcialmente las medidas cautelares que había solicitado el célebre teniente. En concreto, dictamina la "suspensión de la actividad de reproducción, distribución y comunicación pública" de esta pieza audiovisual y el cese de "cualquier otra actividad comercial que sea potencialmente lesiva de los derechos al honor, a la intimidad y a la propia imagen del demandante".

    Así, se da la paradoja de que un hombre que se queja de la falta de libertad de expresión en las Fuerzas Armadas ha conseguido ahora que una obra haya sido paralizada

Asimismo, el juez decide que "se paralice la participación de dicho documental en cualquier evento que promocione directa o indirectamente la obra cuya difusión perjudica y vulnera los derechos del demandante". En otras palabras, el secuestro de El informe Segura. Asimismo, el titular del juzgado decidió en ese auto no aceptar otras muchas medidas cautelares que había reclamado el militar. Así las cosas, este documental no puede emitirse en estos momentos en España. Y, por ello, se da la paradoja de que un hombre que se queja de la falta de libertad de expresión en las Fuerzas Armadas ha conseguido ahora que una obra haya sido paralizada.
entrevista con el director, carlos hernando

-¿Qué le ha parecido la decisión del juez?

-Desde el debido respeto que se debe mostrar siempre a las resoluciones judiciales, no estoy de acuerdo con la decisión del magistrado y estamos estudiando recurrirla ya que supone un perjuicio importante para una película que no daña ni el honor ni la imagen de uno de sus 18 participantes. Creo que el derecho a la información de los ciudadanos y la libertad de expresión de un creador audiovisual deben primar sobre la actitud caprichosa del oficial de complemento del Ejército de Tierra que ha tomado acciones judiciales contra la película. Y más, teniendo en cuenta, que el documental divulga hechos ya recogidos por numerosos medios de comunicación. También se da la circunstancia que el juez no ha podido ver la película ya que la parte demandante no presentó el filme como prueba en la demanda.

-¿Le parece normal que en un país como España haya secuestros de películas?

-No me parece bien. El imprescindible documental "Rocío" del inolvidable cineasta andaluz Fernando Ruiz se convirtió en 1982 en la primera película secuestrada en España por orden de la autoridad judicial desde la aprobación de la Constitución. Espero que mi película no corra la misma suerte. A día de hoy, "Rocío" sigue censurada y no se puede exhibir como su autor la concluyó. Una pena.

-¿No es un tanto paradójico que alguien que se queja de que impiden su libertad acabe por pedir el secuestro de una película (un acto de recorte de libertad)?

-Paradójico, contradictorio y disparatado pero, a la vez, sintomático teniendo en cuenta el carácter acosador y vengativo de este personaje que lloriquea cuando los medios de comunicación no se hacen eco continuado de sus temerarias y alocadas acciones como la de contratar abogados castrenses que amenazan a un cineasta con aplicarle un artículo del Código Penal militar que puede acarrear varios años de cárcel por realizar una entrevista totalmente consentida dentro de un centro disciplinario del Ejército. Además, este conflicto se debe a que me negué a aceptar tres cosas: sus abusivas demandas económicas -realizadas varias semanas antes del estreno cuando la película estaba ya terminada- su descabellada petición de terminar el documental crucificado en una cruz y, por último, su infructuoso intento de eliminar del montaje final varias declaraciones de algunos participantes del documental que no le gustaban demasiado. Creo que para resolver este diferendo, más que un profesional de la magistratura, hubiera sido más efectivo un profesional de la psiquiatría que explique a este Eróstrato posmoderno qué es la libertad de expresión.

La demanda de Segura

Esta batalla judicial dura ya varios meses. Como ya informó este diario, a principios del pasado diciembre los abogados del teniente Segura presentaron una demanda en los juzgados contra Hernando porvulnerar sus derechos al honor, la intimidad y la propia imagen. En ese documento de 23 folios, el militar reclamaba que se condene al cineasta por la vulneración de dichos derechos y exigía, entre otras cosas, que no pueda comunicar imágenes suyas "a través de ningún medio y ninguna forma". También pedía que "se condene a Carlos Hernando a la retirada inmediata del documental El informe Segura de todos aquellos eventos en el que pudiese haber sido partícipe el documental referido, en particular la edición de los Premios Goya de 2015".

Los letrados del militar reclamaban que el director del documental pagase una cantidad de 5.440 euros al demandante. Y, entre las medidas cautelares que solicitaban al juez, estaba que se ordenase a Carlos Hernando "proceder al depósito temporal a este Juzgado de todas las copias del documental El informe Segura, así como todos los negativos e imágenes de archivo, grabaciones audiovisuales, grabaciones sonoras, o cualquier otro elemento identificativo recopilado para la producción del documental referido (...) así como el material documental y fonográfico aportado por D. Luis Gonzalo Segura, para su posterior destrucción".

Así es el documental

En El informe Segura se cuentan todos los detalles de la historia del teniente Luis Gonzalo Segura. Alguien que ha estado preso en un calabozo por denunciar la presunta corrupción en el mundo militar mediante la publicación de la novela Un paso al frente (Tropo Editores). Estos hechos, según afirma el director de la obra en la sinopsis de su largometraje, "han provocado un histórico debate mediático y social sobre el funcionamiento del Ejército español y ha descubierto el manto de silencio que desde la Transición protege a la cúpula militar de nuestras Fuerzas Armadas gracias a las leyes draconianas que aplican a los miembros de nuestra milicia".

    En la película aparecen las opiniones sobre las Fuerzas Armadas de Juan Carlos Monedero, El Gran Wyoming, Gaspar Llamazares, Irene Lozano,Lorenzo Silva o Rosa Montero

Cuando la película se presentó al público, el propio Hernando decía a este diario que "el documental revela el triple blindaje de la corrupción y los abusos del sistema militar". En el largometraje aparecen las opiniones sobre las Fuerzas Armadas de conocidos personajes de la vida pública como Juan Carlos Monedero, El Gran Wyoming, Gaspar Llamazares, Irene Lozano,Lorenzo Silva o Rosa Montero, entre otros. ¿Por qué la relación entre el director y el protagonista se fue al traste? Cada uno aporta su versión, pero el asunto se decidirá en los tribunales.